3-LAS MENTIRAS DE CLARA

 ES IMPORTANTE LEERSE LAS 7 ENTRADAS POR ORDEN NUMÉRICOTAMBIÉN REVISAR LAS ACTUALIZACIONES, PRINCIPALMENTE DEL ANEXO

    Antes de adentrarse en este apartado, es imprescindible leer primeramente las declaraciones del juicio oral, tanto de Clara como de los 5 acusados. Las declaraciones están publicadas en los periódicos El mundo, Navarra.com y el Heraldo:

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    A
demás, se ha de estudiar en el plano de Pamplona el recorrido que realizó el grupo la madrugada del 7 de julio, y también la visualización de las localizaciones. Vamos a mostrar todas las mentiras de Clara a lo largo del proceso. Para ello seguiremos un orden cronológico de todo el suceso.

La declaración de Clara en el juicio oral se produjo el 14 de noviembre del 2017. Comenzó a las 10:53 ante la fiscal Elena Sarasate. A las 12:40 siguió el interrogatorio de las defensas. Las declaraciones de los 5 acusados fueron el 22 de noviembre, en el siguiente orden: Prenda a las 9:00; Escudero 11:00; Boza 13:20; Guerrero 17:10 y Cabezuelo a las 19:00


1- PRESENTACIÓN EN EL BANCO DE LA PLAZA DEL CASTILLO

Imagen 11. Vista general de la plaza del Castillo
Imagen 12. Otra panorámica de la plaza del Castillo. Detrás del escenario comienza la Avenida Carlos III

Imagen 13. Banco donde se conocieron Clara y los acusados

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Imagen 15. El famoso banco, con el Bar Txoko al fondo, a una distancia aproximada de 50 metros. A la derecha del bar comienza la calle Espoz y Mina

            A las 2:50 de la madrugada Clara contacta con los acusados en un banco de la Plaza del Castillo. La fiscal le pregunta sobre ello:

        F: Nos ha explicado un poco que cuando se acerca, que hay una persona que luego usted reconoció fotográficamente, que creía que podía ser la persona que se encontraba allí sentada y que luego él lo manifestó y reconoció uno de los acusados, que fue quien entabló conversación con usted, ha dicho que la conversación fue un poco pues de fiesta, de fútbol... ¿Se presentaron ustedes? Por ejemplo, se dijeron nombres, se dijeron de..

            C: No, para nada. El que estaba sentado en ningún momento me dijo su nombre.

F: Cuando se iban acercando más, los jóvenes que se iban acercando al banco, tampoco se presentaron. En ningún momento hablaron de cómo se llamaban, a qué se dedicaban, qué trabajo tenían.

C: No para nada. Sólo hubo uno de ellos, el primero que he dicho que se acercó como enfrente, que me dijo: "Este es un amigo mío". Ah, encantada. Pero tampoco me dijo su nombre ni yo le di dos besos a ninguno. No sabía cómo se llamaban.

Y las respuestas de Clara ante el abogado de la acusación particular del ayuntamiento de Pamplona, Victor Sarasa Astrain:

S: ¿En algún momento los acusados forman un grupo como tal?

C: En el único momento que pudimos estar más juntos fue cuando se sentó un chico a mi lado, otro al otro lado y uno frente de pie.

S: Por lo que ha respondido antes, no mostraban mucho interés hacia usted, se acercaban y se iban.

C: El del banco se quedaba sentado y el de enfrente estuvo más rato. Los otros estaban yendo y viniendo.

S: No le sorprendió que no tuvieran una presentación más formal.

C: Yo tampoco les dije mi nombre.

             Agustín Martínez Becerra le preguntó a la denunciante lo siguiente:

A: Vamos a ver, cuando usted llega al banco, ¿no se identificó, no se preguntaron el nombre?

C: No. Me senté, había un chico sentado y empezamos a hablar directamente: "Jo, menuda fiesta los Sanfermines". Y le dije: "Ya ves". Y ya empezamos con la conversación que he dicho antes.

A: Entonces, igualmente, ¿a usted le preguntaron su nombre?

C: No.

A: En la página 19 de su declaración la denuncia policial de Clara (folio 19 de autos) dice textualmente lo siguiente: “que el chico que estaba sentado ha comenzado a hablar con Clara, preguntándole qué hacía en Sanfermines, como se llamaba, de donde era...”, firmada por usted, indicó que el chico que estaba sentado ha comenzado a hablar con usted, preguntándole que qué hacía en Sanfermines, cómo se llamaba y de dónde era. ¿Eso se lo inventó la Policía o lo dijo usted? En la declaración de Clara un día después de la denuncia policial, el 8 julio ante el juez instructor Edilberto Esteban Iglesias (folio 119 del sumario), ya manipuló y deformó la realidad del contacto con Prenda, y dijo que fue un acusado el que se sentó en su banco: “Que solo había estado antes con ellos unos 10 ó 15 minutos, ya que uno se sentó a su lado en la verbena… A la vista del folio 84 manifiesta que es el chico que se sentó a su lado en la verbena



Imagen 16. Folio 84 de autos

C: Puede ser que me preguntara mi nombre, pero... que ahora mismo no me acuerdo, yo de lo que me acuerdo es de que la conversación iba en plan "jo, menuda fiesta de San Fermín", "ya ves", "¿qué haces aquí", "pues he venido con un amigo mío, duermo en el coche, ah, tú también, qué bien", "¿de dónde eres?", "de Madrid". No sé si en algún momento le dije: "Soy Clara, de Madrid, tengo 18 años y estudio tal carrera".

A: No, simplemente le he preguntado si recuerda usted si le dijo el nombre.

C: Yo no recuerdo haberle dicho mi nombre, pero puede que se lo dijera y que ahora mismo no lo recuerde.

A: Claro, ¿y puede que ellos también le dijeran a usted el suyo?

C: No creo, porque yo en ningún momento... Yo sus nombres no los sé.

En un primer momento, Clara le cuenta al abogado defensor Agustín Martínez que ella no le dijo su nombre a Prenda, pero luego rectifica ante la evidencia de su denuncia policial, diciendo que es posible que sí se lo dijera. A la pregunta de si ellos 5 le dijeron sus nombres, responde que no porque sus nombres no los sabía, como si por el hecho de no saber los nombres justificara a posteriori la falta de presentación. Fue una respuesta absurda, como tantas otras que realizó Clara. Esto ya da una idea de por qué el juicio se realizó a puertas cerradas.

Esto es lo que responde Prenda al interrogatorio de la fiscal:

F: Bien. Parece ser que en ese momento se acercó la denunciante al banco. ¿Puede contarnos de qué hablaron, qué pasó entre ustedes?

P: Pues ella se sentó, nos presentamos, empezamos a hablar de música en ese momento, de lo que es la fiesta en general, de fútbol, de tatuajes...

Unas preguntas después:

F: ¿Se presentan ustedes, le dicen los nombres, se presenta ella?

P: Sí, sí, cuando ella se acerca al banco, me presento yo, cuando viene Ángel, le digo: "Este es mi amigo Ángel".

F: Vale. O sea, ustedes se dieron los nombres y siguieron... La presentación digamos inicial y comenzaron a hablar.

P: Sí, lo normal.

La respuesta de Boza a las preguntas de la fiscal:

F: ¿Recuerda usted en la Plaza del Castillo con quién estaba cuando entraron en contacto con la denunciante?

B: Recuerdo que estábamos en la Plaza del Castillo en la zona de los conciertos y vi a Prenda que estaba hablando con la denunciante y yo me acerqué al banco a ver de qué estaban hablando y tal, y me la presenta...

F: Discúlpeme, ¿Se presentaron ustedes con sus nombres?

B:.

F: O sea, usted le dijo “yo soy Ángel”...

B: Sí...

Más adelante le pregunta la Fiscal:

F: Voy a volver a preguntar lo mismo, ¿Cuándo se presentan, se presentan con sus nombres o “mira, aquí un amigo?

B: No, nos presentamos con los nombres. Que yo recuerde nos presentamos con nuestros nombres y nos damos dos besos y… educadamente vamos.

Esto es lo que declara Cabezuelo a la fiscal:

F: ¿Cuándo usted se acerca recuerda de qué estaban hablando?

C: Bueno, nosotros llegamos pararon la conversación para presentárnosla.

F: O sea que no escuchan de qué estaban hablando.

C: No porque cuando Prenda nos ve venir ya dice “mira, estos son mis amigos” y nos presenta.

F: ¿Les presentó a ustedes por los nombres?, ¿se dieron los nombres todos?

C: Sí, creo recordar que sí.

Esto declara Guerrero ante la fiscal:

F: Cuando llegó, ¿recuerda de que se estaba hablando y si intervino usted en la conversación?

G: Cuando yo llegué me la presentó Prenda. Me dijo, “mira, te presento a una amiga que hemos conocido aquí”. Me la presentó, me dijo cómo se llamaba, le di dos besos, le dije que me llamaba Antonio y también se la presentó a Cabezuelo. Aquí miente Guerrero porque no se besó con Clara. Siguieron hablando y Prenda nos dijo que era del Atlético de Madrid.

Escudero ante la fiscal:

F: ¿Cómo se acercan ustedes?, ¿se la presentan?

E: Yo...pues la verdad es que no me acuerdo si me presenté o no porque me extrañó que del tirón, sin yo haber hablado con ella ni nada, que diga ese comentario; entonces no recuerdo si me presenté o no me presenté. Lo que sí, un abrazo creo que sí nos dimos en ese momento.

El voto particular de la sentencia, en la página 189, dice lo siguiente:

Las cámaras de la empresa NAVATRES situadas en la segunda planta del Palacio del Gobierno de Navarra recogieron el encuentro de la denunciante con los acusados alrededor de las 02:50 horas de la madrugada del 7 de julio… y el desplazamiento de los seis hasta los porches de la Plaza del Castillo, a la altura del Bar Txoko inmediatamente después de que todo el grupo se puso en marcha y abandonó el banco. Así queda acreditado en los folios 968 y siguientes de autos y especialmente en el “Informe fotográfico sobre los fotogramas” capturados por dichas cámaras y que ratificó en juicio el Policía Foral NIP 0485. En dicho informe se reseña: 1.- Que (fotograma 13) “a las 02:52:42 horas del día 7 de julio de 2016, se produce un acercamiento físico, (pudiera tratarse de un abrazo), entre la chica que se encontraba sentada en el banco y el varón que permanecía de pie frente a ella.” Más allá de la trascendencia que se le deba dar a esta reseña lo cierto es que resulta concordante con lo que los acusados afirmaron y la denunciante negó en juicio, acerca de que se hubiera producido algún tipo de presentación entre ellos.

Imagen 17. Cámara de seguridad de la empresa Navatres instalada en el edificio del Gobierno de Navarra


Imagen 18. Campo visual de la cámara de seguridad que grabó a Clara y la manada en la Plaza del Castillo


Imagen 19. Momento en el que Clara y un acusado se presentan. Obsérvese como Antena3 publicó la grabación de la cámara de seguridad de la plaza del Castillo, la cual pertenecía al sumario. Publicar esa información (como cualquier otra del sumario) era delito, sin embargo, los medios de comunicación nunca fueron procesados por sus publicaciones.


Imagen 20. Es posible que se trate del abrazo entre Clara y Escudero. Este declaró en juicio que se dio un abrazo con Clara, aunque no recordaba darse un beso.

Efectivamente, por las imágenes de la cámara de seguridad, se puede afirmar como un hecho probado que hubo presentación entre denunciante y acusados, un dato que es omitido en la sentencia mayoritaria. Es obvio que Clara mintió al declarar que no sucedió una presentación formal: “No para nada. Sólo hubo uno de ellos, el primero que he dicho que se acercó como enfrente, que me dijo: "Este es un amigo mío". Ah, encantada. Pero tampoco me dijo su nombre ni yo le di dos besos a ninguno.”

La tónica general de la declaración de Clara va a ser una negación sistemática, un “no recuerdo”, un contradecir continuo. Por el contrario, las declaraciones de los acusados son ricas en detalles, y si bien individualmente ellos no recuerdan todas las situaciones y comentarios, el conjunto de ideas que aportan da una visión más objetiva y más completa que la de Clara. En honor a la verdad, tanto Clara como el grupo mintieron en el juicio, pero Clara lo hizo permanentemente.

Añadiremos respecto al valor de las declaraciones de ellos como estas se solapan, reafirman y complementan. Por ejemplo, Guerrero y Cabezuelo afirman en sus respectivas declaraciones, que al acercarse al banco cada uno de ellos, la conversación entre Clara, Boza y Prenda se interrumpe para que fueran presentados por este último. Obsérvese estas palabras de Clara sobre la conversación de los 6 en el banco:

F: ¿Usted se intercambió el teléfono con alguna persona de este grupo?

C: Sí, con un chico de Palencia. Nos dimos los teléfonos, uno al otro. Entonces ya yo me senté en el banco y estaba allí sentado un chico y me dijo: "Jo, menuda fiesta hay aquí montada en Sanfermines". Y le dije: "Sí, la verdad que sí, hay aquí una fiesta bastante grande". Y me dijo: "¿Qué has venido tú sola? Y le dije: "No, no, yo he venido con un amigo, pero ya se ha ido al coche a dormir". Y me dijo: "Pues yo también he venido con unos amigos y tenemos que irnos a dormir nosotros también al coche". Me preguntó que de dónde era, le dije que era de Madrid. Yo le pregunté a él que de dónde era y me dijo que era de Sevilla. "Ah ya de Sevilla, ¿del Sevilla o del Betis?". Y me dijo: "Soy del Sevilla". Y le dije: "Bueno, no sé si nos vamos a llevar muy bien, que yo soy de Atleti". Y ya así, de risas, ya hablando de fútbol, no sé... Temas, de fútbol, de eso. Él estaba con sus amigos, que estaban en un grupo más alejado del banco y había veces que iban y venían. Hubo uno que vino, un amigo suyo vino y se quedó como... Si yo estaba sentada en el banco y aquí estaba el otro chico pues se quedó como aquí enfrente. Y me dijo: "Este es mi amigo". Y le dije: "Ah, vale, encantada". Y también había otro grupo de chicos como por ahí, que estaban bebiendo y venían y se iban de la conversación, pero tampoco participaron ni nada. Y ya hubo un momento en que me levanté para llamar por teléfono, que fue cuando llamé al chico este de Palencia, para preguntarle que... Como había estado toda la noche con ellos para preguntarle a ver cuál era su plan de vida, para ver qué iban a hacer. Le llamé y no se oía muy bien porque había mucho ruido y había música como de bares. No se oía muy bien pero le dije algo en plan: "¿Dónde estáis, qué vais a hacer?" Y me dijo que iban a por un bocadillo o algo así y le dije "vale" y quedamos después para vernos luego para ver los encierros. Yo me volví a acercar al banco, que era donde estaban estos chicos y ya les dije que me iba a ir al coche para descansar, que ya no pintaba nada, la gente que conocía se había ido. Y ya fue cuando me dijeron: "Ah, pues vamos nosotros contigo". Y uno de ellos, el que estaba sentado al principio conmigo se levantó y se puso a hablar con ellos, o sea con sus amigos que estaban de pie. Y ya se levantaron todos, yo también me levanté y empezamos a andar hacia una calle.

Verdaderamente, no es que Clara negara que existiera una presentación entre ellos 6. Es que directamente niega que existiera un diálogo con más personas que con Prenda y con Boza, los 2 acusados con los que primeramente entabló conversación. Pero ¿Cómo es posible que Clara niegue una conversación con los 5 acusados diciendo que solo estaba conversando con 2 de ellos, si la cámara recoge el abrazo entre ella y un acusado?

2-LA CONVERSACIÓN EN EL BANCO DE LA PLAZA DEL CASTILLO

La fiscal pregunta a Clara sobre el contenido de la conversación:

F: Usted sabrá porque evidentemente tuvo conocimiento de lo que se ha declarado por parte de los acusados que ellos manifiestan que el contenido de la conversación no es el que usted nos está diciendo, que en esa conversación se inició un poco de broma, de fiesta, de qué bien está Pamplona, cómo lo pasáis, y que al decirle ellos que eran sevillanos que usted dijo: "pues vaya sevillanos guapos, nunca he conocido a un sevillano, no he estado con un sevillano". Y que la conversación fue cada vez teniendo un contenido sexual más explícito, ¿es eso cierto o no?

C: No, no, no, no, en ningún momento hablamos de eso.

F: ¿No hablaron en ningún momento de sexo ni bromearon sobre ese tema?

C: No, para nada.

F: Ni le dijeron lo que le gustaba hacer a cada uno, ni... ¿No hablaron del tema?

C: No, no. Yo no recuerdo esa conversación, no.

F: Puede ser que en un momento determinado, incluso de broma, usted pudiera decir que no había estado nunca con un sevillano y que le gustaría estar con alguno.

C: Nunca he estado con un sevillano, pero no recuerdo ese comentario.

F: Usted, cuando ya estaba en esa conversación y se acercaron el resto de los jóvenes, ¿les dijo que usted podía tener relaciones sexuales con los dos, que inicialmente parece que estaban en el banco o con los cinco?

C: No, no, no, para nada.

F: Que podía con todos.

C: No, yo no recuerdo ese comentario.

F: ¿Ni siquiera en broma?

C: No.

F: Hay veces que uno puede entrar en una conversación más subida de tono, más picante, bromeando. No quiere decir que tuviera intenciones de hacerlo, pero ¿ni siquiera recuerda usted eso?

C: No, no recuerdo ninguna conversación en que se mencionara nada de sexo.

A las preguntas de Agustín Martínez declara lo siguiente:

A: Ha dicho usted igualmente, a las preguntas del Ministerio Fiscal, ha hecho referencia a que hablaron de fútbol y de las fiestas. Y ha dejado entrever y de algo más, ¿no hablaron de ningún tema más?

C: Pues de tatuajes, de fútbol, de las fiestas... No hubo más.

A: ¿En ningún caso y en ningún momento recuerda usted que ninguno le hiciera un comentario en relación, por decirlo de alguna manera, intentado utilizar un lenguaje lo más cercano posible, picante, o sugerente o insinuante?

C: No lo recuerdo, la verdad, no.

A: ¿Usted no recuerda, por ejemplo, y perdóneme por el uso de la expresión, que uno de ellos le indicara, después de un comentario, de una conversación, que era cinturón negro comiendo coños?

C: No, no lo recuerdo, lo siento.

¿No lo recuerda?

C: No.

Obsérvese como Clara no niega con rotundidad, sino que regularmente responde con un “no recuerdo”.

Las preguntas de la fiscal a Prenda, sobre la conversación del banco, fueron las siguientes:

F: ¿Recuerda usted de qué estaban hablando cuando se acercaron los otros amigos? Estaban Ángel y usted, ¿cuándo se acercan los otros amigos...?

P: De lo que es el tiempo de conversación, temas, no me acuerdo exactamente de qué estábamos hablando en eso.

F: Vale. Usted manifestó en su declaración, cuando prestó declaración en el juzgado de instrucción (la declaración de Prenda es coincidente con la de la instrucción, al igual que el resto de los acusados), que sí que la conversación era de carácter sexual, que era picante, que trataba de esos temas.

P: La conversación se puso de carácter sexual, sí. Hubo un momento, estábamos hablando, ya le repito, de fútbol, de música, y sí que es verdad que hubo un momento de la conversación en que se pone, se pone de tono sexual.

F: Lo que le pregunto es si puede usted ubicar ese momento. ¿Estaban ustedes, solamente usted, estaban usted y...?

P: Hubo un momento en que... Perdón, perdón.

F: No, cuántos estaban en ese momento, estaban todos, estaba solo usted, estaba también Ángel, quienes estaban?

P: Ángel lo recuerdo perfectamente. Lo que no sé es si había alguien más porque yo me acuerdo de la pregunta que le hice de "¿quién te gusta más?", yo le dije que ella me encantaba, que la veía muy guapa. Y Ángel, una de las veces... Ángel estaba seguro y le dije que quién le gustaba más, si Ángel o que si yo. No sé si había un tercero o estábamos los dos o estábamos cuatro... De eso no me acuerdo, pero sí que me acuerdo de esa parte de la conversación.

F: ¿Cómo se desarrolla esa parte de la conversación, cómo han seguido ustedes por ese...?

P: Esa conversación, ella se desarrolla diciendo que éramos los dos bastante guapos, que le parecíamos súper atractivos.

F: ¿Y qué más?

P: Que ella nunca había estado con un sevillano, que le gustaba nuestro tono... Nosotros le dijimos que tampoco nunca habíamos estado con una chavala de Madrid, madrileña...

F: ¿Y cuándo se plantea el tema, digamos concreto, de mantener relaciones sexuales?

P: El tema, cuando se van acercando, pues hay un momento en el que le proponemos... Bueno, ¿con quién te gusta más de...? Ya una vez que estábamos allí, ¿quién es el que te gusta más de nosotros? ¿con quién te irías? Ella dice, la verdad que todos le parecemos bastante atractivos, que somos guapos... "Pero, bueno, ¿te irías con dos?". Y ella dice que con dos, con tres, con cuatro, con cinco, con lo que hiciese falta.

F: Vale. Cuando ya estaban ustedes todos en el banco, ya le hacen esa pregunta, que con quién de ustedes le gustaría irse para mantener relaciones sexuales.

P: Sí.

F: Y ella entonces es cuando contesta eso.

P: Sí.

F: Textualmente.

P: Textualmente, esas palabras las tengo en mi cabeza: "Con dos, con cinco, con los que me echen".

F: A ver, ¿cómo se da el siguiente paso? Porque, claro, una cosa es hablar, que hablar hablamos todos, y otra cosa es pasar digamos a la acción.

P: Pues el paso es de, a nosotros nos parece atractiva, nos parece guapa; nosotros le parecemos atractivos, pues vamos a, a buscar un sitio.

F: ¿A ustedes no les sorprendió?

P: No lo sé. Hombre, en ese momento ya le digo que las palabras se me quedaron como... "puedo con dos o con cinco", pues hombre.

F: ¿Es una situación que se les plantea habitualmente, que después de cinco minutos de conversación con una mujer, quiera irse con los cinco?

P: Cinco minutos, no. Cinco minutos es lo que se llevó ella sola hablando conmigo, cinco o diez minutos. Después estuvimos más tiempo todos juntos.

F: Pero cuando ella decide irse con todos ustedes, según lo que usted manifiesta no habían pasado más de diez minutos.

P: No muchísimos más. No habían pasado más y sí que es verdad que puede que no sea común, pero es lo que pasó.

Y un poco más adelante le pregunta a Prenda:

F: De acuerdo. Ustedes sí que manifestaron que estaban habituados, ¿no?, a mantener relaciones sexuales en grupo, que no era algo...

P: Sí, sí. Se lo acabo de decir.

Prenda le hizo el conocido comentario a Clara de que él era “cinturón negro comiendo coños”. Era práctica habitual en él cuando salía de fiesta con sus amigos y contactaba con una chica, una frase de repertorio para intimar con chicas en sus flirteos. Clara respondió con jactancia que esas cosas no se decían, sino que se demostraban. Posteriormente, cuando ella les dijo que “podía con dos, con cinco y con los que le echaran”, el grupo le respondió en tono de chanza que esas cosas no se decían, se demostraban.

La fiscal preguntó a Boza:

F: Cuénteme, por favor, ¿Cómo siguió esa conversación?

B: Bueno pues seguimos hablando y como he dicho antes, comentando tema fútbol, tema tatuajes, creo que también tenía uno en la muñeca, creo recordar...del Atlético de Madrid...y bueno, y poco a poco se fue calentando un poco la conversación y “¿Quién te parece más guapo de los dos?”, eso cuando estábamos Prenda y yo, y “¿Con quién te gustaría tener una relación y tal?” y, bueno, poco a poco se fue, como diciendo entre comillas, calentando la conversación.

Y más adelante le pregunta:

F: ¿Y cómo sigue esa conversación cuando están ya todos en el banco y ya se han reunido?

B: ¿Cómo sigue?, pues nada...pues seguimos en el mismo contenido en que nos quedamos...ella nos dijo en todo momento que se quería venir con Prenda y conmigo...cuando se incorporaron los otros tres amigos pues ya como que yo recuerdo que iban conociendo el contenido de la conversación y también yo recuerdo que ella decía que le parecían guapos también y en ningún momento los iba a dejar mirando, que quería mantener relaciones con los cinco y yo recuerdo perfectamente, lo tengo metido y como encerrado en mi cabeza, “yo puedo con dos, yo puedo con cinco y yo puedo con lo que me echen”. Eso lo dijo ella y nunca lo olvidaré

F: O sea, por lo que me está diciendo usted, inicialmente ella, había decidido o había planteado la posibilidad de mantener relaciones sexuales con ustedes dos, con el señor Prenda y con usted.

B: Sí.

F: Y luego, cuando llegan el resto de sus amigos pues con los otros tres más.

B: Sí.

Y finalmente:

F: Una vez que, según usted manifiesta, le dijo que “puedo con los dos, con los cinco y con los que me echen”, ¿Cómo sigue eso, cómo deciden, porque puede ser una broma, que manifiesta que eso es en serio y que la voluntad es esa?

B: Bueno yo creo que de la broma a lo serio se nota bastante, ¿no? Yo creo que el contenido de la conversación, que todo lo que se estaba hablando ahí, yo creo que era lo suficientemente claro como para saber que eso era verdad, que iba a pasar así, vamos.

La fiscal pregunta a Cabezuelo:

F: ¿Y cómo siguió?

C: Ella nos vio, dijo...es que no recuerdo bien la secuencia, pero ella dijo que éramos muy guapos, unos sevillanos muy guapos, que nunca había estado con un sevillano, que le gustaba mucho nuestro acento y entonces Prenda, que creo que fue el primero, le dijo que se había enamorado de ella o algo así, y Ángel le dijo que él también. Entonces, no recuerdo muy bien cómo fue que le dijeron “bueno, ¿a tí quién te gusta más de los dos?”, y no se exactamente si dijo “me habéis gustado los dos”, y le dijeron a ella “bueno, ¿pero tú puedes con los dos?”, y ella contestó “puedo con los dos y con cinco”, porque ya, que se me había olvidado decirlo, Escudero se había unido al grupo.

F: Cuando dice esa expresión, ¿están ustedes en tono festivo, jocoso, de chistes, de broma…?

C: Sí, en broma.

F: ¿Por qué se toman en serio ese comentario?

C: Bueno, nos hizo gracia, empezamos a reírnos y creo recordar que fui yo que le pregunté “¿Pero estás hablando en serio?”, y ella dijo “sí, claro”, y bueno, entonces dijimos “bueno pues buscamos un sitio más tranquilo, ¿no?... para llevarlo a cabo”, y dijo ella “claro, vamos”, y nos levantamos del banco y nos fuimos.

F: ¿Usted cree que pudo haber alguna malinterpretación de que ella no entendiera que se estaban refiriendo a tener relaciones sexuales?

C: Bueno si “puedo con los dos y con los cinco” ...cuando previamente Prenda le había dicho que era cinturón negro (en comer coños) en esa frase...el contexto es ese, o sea no daba pie a otro tipo de conversación en ese momento.

F: ¿A usted no le quedó ninguna duda de que ella estaba diciendo que sí quería mantener relaciones sexuales con ustedes cinco?

C: Claro.

Y más adelante:

F: ¿Insistieron ustedes en preguntarle si estaba segura o no?

C: Bueno dijimos de buscar un sitio más tranquilo para hacer lo que habíamos hablado y ella dijo que sí. Yo creo que no hace falta tampoco ir recalcando en cada momento lo que íbamos a hacer.

Guerrero declaró esto:

F: Explique un poquito más sobre esa conversación.

G: Tras hablar de fútbol, Prenda me dijo si hacía buena pareja con ella.

F: Disculpe, ¿usted con ella?

G: No, Prenda con ella. “¿Hacemos buena pareja?”. Ah, pues sí. Ángel (Boza) también dijo que le gustaba. Ellos le preguntaron a ella cuál de los dos le gustaba más y ella dijo que la verdad es que los dos sois muy guapos, bueno, los dos no, los cinco.

F: Deduzco que en ese momento ya había llegado el señor Escudero.

G: Llegó en ese momento.

F: ¿Entonces ella manifestó que le gustaban no sólo los dos, sino los cinco?

G: Ella dijo... porque Prenda le preguntó cuál era más guapo de los dos y ella dijo, “no, sois todos guapos”.

F: Continúe si recuerda algo más de la conversación.

G: Siguieron hablado y le dijeron, pero tienes que elegir a uno, pero ella respondió: “¿porque voy a tener que elegir a uno?”. Y le dijeron, “qué quieres con los dos”. Y ella respondió: “Yo puedo con los dos y con los cinco”.

F: ¿Esa conversación que estaban teniendo y en la que usted interviene era una conversación en tono jocoso, se la tomó en serio desde el principio?

G: No era una conversación seria, algo más de cachondeo.

F: ¿Cuándo considera que pasa de ser una conversación de broma o subida de tono a que esa conversación sea en serio?

G: Justo después de ese comentario, nos reímos y nos miramos. Y le dijimos nosotros, tú no sabemos con quién estás hablando. Y ella dijo, “quiénes no lo sabéis sois ustedes”. Y ahí nos dimos cuenta de que ella parecía que iba en serio. Seguimos hablando, seguimos hablando hasta que le dijimos. ¿pero tú a qué te refieres? Y nos respondió: “A lo mismo a lo que os estáis refiriendo vosotros”. Le dijimos que aquí (en la plaza) esas cosas no se podían demostrar y le dijimos que buscáramos un sitio con más intimidad.

F: ¿Ustedes hablaron explícitamente de mantener relaciones sexuales?

G: Sí.

F: Por lo que me ha ido relatando hasta ahora no parece que se hablara explícitamente de mantener relaciones sexuales. ¿Lo hablaron?

G: Sí.

F: ¿Recuerda en qué términos?

G: No recuerdo las palabras exacta, pero quedó totalmente claro que estábamos hablando de sexo. Ya se ha visto anteriormente que Clara negó en todo momento que en el banco se hablara de sexo. Pero los 5 acusados afirman con contundencia que se habló de sexo y que concretaron mantener relaciones sexuales con Clara

F: ¿Y ella verbalizó que sí quería irse con ustedes?

G: Sí. También dijo que nunca había estado con un sevillano.

Escudero declara ante la fiscal lo siguiente:

F: ¿Cuándo se acerca, de qué estaban hablando?

E: Pues, me acerqué y me extrañe porque justo cuando me acerco escucho la palabra de “yo puedo con los dos y con los cinco”, entonces como que dije “¿qué estáis hablando, de mí también?”, y dicen “sí, sí”. Entonces claro, como yo estaba retirado a unos dos o tres metros del banco ella ya me estaba viendo a mí pero yo no le estaba echando mucha cuenta a ella. Justo cuando yo me acerco a la conversación pues escucho eso y yo ya le dije, “¿tú también mantienes relaciones en grupo?”, y la respuesta, la verdad es que no me acuerdo de lo que me dijo ella, pero me extraño de que, del tirón, nada más llegar yo, ya quisiese hacer eso conmigo.

Siguiendo con Escudero, más adelante:

F: Ah, usted se acerca el último, disculpe, ¿o sea, cuando usted se acerca ya estaban todos?

E: Ya estaban hablando de eso.

F: ¿Y en el momento que usted llega escucha textualmente “yo puedo con dos y con cinco”?

E: Sí.

Y más adelante:

F: Usted dice que se sorprendió, ¿Pensaba que estaba bromeando?, ¿Que iba en serio?

E: En ese momento tenía que verificar si lo que estaba diciendo era broma o no, pero como yo empecé a hablarle de sexo y ella seguía hablando con el tema del sexo y dijimos que “vámonos a un sitio a practicarlo” y ella dijo que sí, pues entonces vámonos.

F: ¿De qué hablaron exactamente entre ustedes dos?

E: Eh… ¿dónde, en el banco?

F: Ha dicho que hablaron de sexo, ¿qué se contaron?

E: Pues, la verdad...yo hablé de sexo en grupo pero la conversación era más con Prenda, con Ángel (Ángel Boza)...esa era la conversación y yo me metía en decir cosas como son de temas de sexo en grupo, como....yo no mantuve una conversación muy fluida con ella, yo era el último que llegaba y era el que me veía como “¿qué es lo que está pasando aquí que se está hablando de sexo ya?”, ese era el tema.

F: ¿Pero usted le hizo algún comentario directamente a ella respecto a alguna práctica sexual o respecto a que ella practicaba sexo en grupo?

E: Ahora mismo no recuerdo...precisar lo que le dije...pero le hablé de sexo en grupo, le hablé de cómo se hacen las cosas, que yo hacía cosas de estas de sexo en grupo...yo le conté un ‘poquito’ mi vida.

F: ¿Ahí en el banco?

E: Eso ahí en el banco.

F: ¿Y ella qué le contó de la suya?

E: Pues...de la suya no, ella me decía...ella estaba como interesada en lo que yo le estaba contando, y le respondía a Prenda, le respondía a Antonio, le respondía a…o sea era una conversación entre todos. Ella estaba cuando yo decía cosas así, pues ella como que se sorprendía, ¿no?, me decía “¿y cómo es esto?”, “¿y cómo es lo otro?”; o sea que esa conversación es la que tuvimos nosotros de sexo.

Y un poco más adelante:

F: Vale, ella dice que le preguntaba a usted un poco sobre cómo funcionaba el sexo en grupo, ¿ella le dice en algún momento que había practicado sexo en grupo antes?

E: Le he dicho antes que yo no recuerdo cuándo le pregunté si había hecho sexo en grupo, no recuerdo que me dijo si “sí” o si “no”, lo que estaba interesado es en sí estaba interesada...en eso.

El abogado de la acusación, Bacaicoa, le pregunta a Escudero sobre la conversación del banco:

B: Volviendo a la Plaza del Castillo, cuando ustedes conocen a la chica y ella les dice en un momento determinado que podía con dos y con los cinco, ¿ustedes en un principio no la creen, creen que está bromeando?

E: En un principio intento hablar con ella para saber si iba en serio o no iba en serio, y en unos segundos vi que iba en serio.

B: ¿Cuántas veces les dijo “yo puedo con dos y con los cinco”, o “con cinco”?

E: En esa ocasión en el banco.

B: En el banco, ¿pero después de la primera vez cuántas veces les dijo?

E: No le volvimos a preguntar si podía con nosotros o no, eso fue la primera vez en el banco.

B: Ah, no le volvieron a preguntar, ¿le creyeron a la primera vez que lo dijo?

E: Es que después de “dos y cinco” estuvimos hablando de sexo, ¿ya lo de “dos y cinco” para qué lo vamos a volver a repetir?

El voto particular del juez González en la sentencia, página 193, dice lo siguiente:

Acerca de la conversación que mantuvieran en el banco, según la denunciante versó únicamente sobre las fiestas, sus lugares de origen, el fútbol…; según los acusados, prácticamente desde su inicio devino “picante” para concluir con el acuerdo de practicar sexo los seis.

A este respecto, cabe destacar que la denunciante también recurre, en ocasiones, a la fórmula del “no recuerdo” y ese no recordar resulta muy llamativo en algunos aspectos. Así, cuando se le pregunta si era cierta la afirmación de que, en un determinado momento de esa conversación, José Ángel Prenda le dijo “yo no soy un sevillano normal, yo soy cinturón negro comiendo coños”, llama la atención que su respuesta no hubiese sido un “si” o un “no”, sino un “No, no lo recuerdo, lo siento”, dado el carácter tan soez y grosero de la expresión, siendo difícilmente creíble que, de haber sido escuchada, no se recuerde o, en caso negativo, se tengan dudas al respecto.

Clara niega con firmeza que el contenido de la conversación girara en torno al sexo. Pero según declaran los 5 acusados, sin ningún género de dudas, devino en sexual. Fueron aproximadamente 10 minutos de conversación en el banco. Si según la versión de Clara, no se habló de sexo durante ese tiempo ¿que tipo de conversación tuvieron durante aquellos diez minutos? Ella declaró de manera escueta que hablaron de fútbol, y de tatuajes. Lo más que llega a profundizar sobre el contenido es nombrando el tatuaje de su muñeca. Son los propios acusados Boza, Cabezuelo y Guerrero los que relatan el significado del tatuaje de la muñeca de Clara, las vibraciones de un gol del Atlético de Madrid mientras ella lo estaba visionando en el propio estadio: Guerrero: Sí, ella me explicó el tatuaje que llevaba en la muñeca, que eran las vibraciones de un gol que se había tatuado. Nos dijo que había estado en el estadio cuando eso sucedió. Hablamos de fútbol. Y: Cabezuelo: Sí, bueno, de fútbol, ella nos explicó el tatuaje que llevaba en la muñeca, nosotros le dijimos que teníamos también tatuajes del Sevilla y… más o menos así empezó esa conversación.

Hay un momento trascendental que marcaría el devenir de aquella noche, durante la conversación donde intervienen Guerrero y Clara. Ella les dijo que las vibraciones de su tatuaje fue por el gol del jugador Saul en las semifinales de la Champions league. Acto seguido, en tono burlón, Guerrero le preguntó a Clara que cómo resultó la final entre el Atlético y el Real Madrid. Ella le miró con desprecio y respondió con un comentario despectivo que Guerrero no pudo recordar posteriormente. A Guerrero le molestó la respuesta de Clara, porque la pregunta no la hizo en un tono hiriente. A raíz de ese comentario, él quiso abandonar la compañía de Clara, pero fue Prenda el que le retuvo, deseoso este de mantener relaciones sexuales con ella. Para Guerrero, la actitud de Clara le pareció prepotente. Le cayó mal desde ese momento, la evitó y no volvió a dirigirle la palabra . Si a Guerrero le hubiera caído bien Clara, seguramente no le hubiera robado el teléfono.

También Prenda declara que conversaron con ella de música, algo que ni nombra Clara. Y es tal la cantidad de detalles que dan los 5 acusados sobre la conversación cuando ya deriva en el tema sexual, la espontaneidad y naturalidad con que lo relatan, que se hace extraordinariamente difícil pensar que todo lo declarado por ellos fuera invención o mentira. Por ejemplo, cuando Guerrero dijo ante la fiscal lo siguiente:

G: Cuando ya empezamos a hablar que necesitábamos un sitio con intimidad, pues empezamos a plantear diferentes alternativas, como buscar hotel, aunque sabíamos que era muy difícil porque era 6 de julio a las 3 de la mañana. Pero aún así dijimos de entrar en un hotel y aunque fuera en un rellano. O en algún servicio grande de una discoteca. De ahí nos levantamos y empezamos a buscar por los locales, tanto un portal, como un hotel, como una discoteca, unos servicios...

F: Antes de eso. ¿Habían hablado antes de si habían venido en vehículo, si tenían algún alojamiento?

G: No. Es cierto que ella nos dijo: “¿Pero dónde? ¿Tenéis habitación? Y nosotros le dijimos que nosotros dormíamos en el coche, pero yo no recuerdo que ella nos dijera que ella dormía en el coche.

F: Vale, ustedes sí se lo dijeron a ella.

G: Sí, porque ella nos dijo que por qué no nos íbamos a dónde estuviéramos nosotros y nosotros estábamos durmiendo en el coche.

El “pero yo no recuerdo que ella nos dijera que ella dormía en el coche” realmente no lo pudo escuchar porque cuando Clara manifestó que ella dormía en el coche, se lo dijo a Prenda, antes de que Guerrero se incorporara a la conversación. Clara lo demuestra en esta parte de su declaración:

Sí, con un chico de Palencia. Nos dimos los teléfonos, uno al otro. Entonces ya yo me senté en el banco y estaba allí sentado un chico y me dijo: "Jo, menuda fiesta hay aquí montada en Sanfermines". Y le dije: "Sí, la verdad que sí, hay aquí una fiesta bastante grande". Y me dijo: "¿Qué has venido tú sola? Y le dije: "No, no, yo he venido con un amigo, pero ya se ha ido al coche a dormir". Y me dijo: "Pues yo también he venido con unos amigos y tenemos que irnos a dormir nosotros también al coche"

Escudero por ejemplo, no dice nada de que se hablara de tatuajes o de futbol, porque fue el último que se incorporó a la conversación. Por otro lado, el abogado de Clara, Bacaicoa, interroga a Escudero tan insistentemente sobre la frase “yo puedo con dos, con cinco y con los que me echen” que implícitamente da a entender que sí existió una conversación sexual:

B: Volviendo a la Plaza del Castillo, cuando ustedes conocen a la chica y ella les dice en un momento determinado que podía con dos y con los cinco, ¿ustedes en un principio no la creen, creen que está bromeando?

E: En un principio intento hablar con ella para saber si iba en serio o no iba en serio, y en unos segundos vi que iba en serio.

B: ¿Cuántas veces les dijo “yo puedo con dos y con los cinco”, o “con cinco”?

E: En esa ocasión en el banco.

B: En el banco, ¿pero después de la primera vez cuántas veces les dijo?

E: No le volvimos a preguntar si podía con nosotros o no, eso fue la primera vez en el banco.

A: Ah, no le volvieron a preguntar, ¿le creyeron a la primera vez que lo dijo?

E: Es que después de “dos y cinco” estuvimos hablando de sexo, ¿ya lo de “dos y cinco” para qué lo vamos a volver a repetir?

Y lo mismo ocurre con el cuestionario de la fiscal Sarasate a cada uno de los 5 acusados. Es verdaderamente insistente preguntando sobre sus prácticas sexuales en grupo o si utilizaron preservativo. A Cabezuelo le preguntó lo siguiente:

F: ¿A usted no le quedó ninguna duda de que ella estaba diciendo que sí quería mantener relaciones sexuales con ustedes cinco?

C: Claro.

F: ¿Le sorprendió?

C: Realmente no.

F: ¿Es habitual?

C: No es que sea habitual pero ha pasado varias veces.

F: ¿A usted en concreto le había pasado que una sola mujer quisiera ir con cinco amigos?

C: Cinco no pero con dos o tres sí.

F: ¿Insistieron ustedes en preguntarle si estaba segura o no?

C: Bueno dijimos de buscar un sitio más tranquilo para hacer lo que habíamos hablado y ella dijo que sí. Yo creo que no hace falta tampoco ir recalcando en cada momento lo que íbamos a hacer.

F: ¿Hablaron ustedes de la utilización de preservativos o de medios de precaución?

C: No, en ningún momento lo hablamos.

F: Ni ella ni ustedes.

C: No.

La fiscal le preguntó a Boza:

F: ¿A usted le sorprendió?

B: Eh...bueno, en principio...yo no soy una persona que suela mantener relaciones sexuales...yo era la primera vez que hacía esto., ¿sabe usted? Yo...era la primera vez, vamos. ¿Que me sorprendiera? Pues...sinceramente no la verdad, no me sorprendió.

F: Usted ha manifestado ahora.... ¿manifestó que nunca había tenido relaciones en grupo? (Sarasate se refiere a la declaración de Boza ante el juez instructor)

B: Sí, se lo manifesté aquí

F: Digo, ¿que usted en principio era la primera vez que había tenido relaciones en grupo?

B: Yo sí, yo personalmente sí.

F: ¿Alguna vez le habían hecho un ofrecimiento semejante?

B: Ofrecérmelo sí, pero que yo lo hubiera practicado...

F: O sea, de una mujer con cinco varones, ¿le había pasado alguna vez que había dicho “yo quiero irme con todos vosotros”, aunque luego usted no fuera?

B: A mí personalmente no.

F: Por eso le he preguntado, ¿si le habían ofrecido antes o se había producido alguna vez alguna situación semejante?

B: No, pero si se han dado casos...

F: Sí, pero no le sorprende.

B: A mí personalmente no.

F: O sea, a usted no le había pasado pero nunca le sorprende, ¿es así?

B: A mí personalmente nunca me había pasado la situación que nos pasó a nosotros.

F: Por eso le digo, que siendo la primera vez, ¿no le sorprendió?

B: No.

Escudero le cuenta lo siguiente sobre el sexo grupal:

F: Entonces usted, al decirle que solía practicar de forma habitual sexo en grupo, ¿le dijo qué tipo de prácticas hacían en sexo en grupo o cómo se organizaba una relación en grupo? No termino de entender...

E: Es que ahora mismo es como si fuese una conversación nueva....yo no sé en ese momento cómo organicé yo esta conversación, ahora mismo se la puedo organizar de otra manera, no sé, eso es como intentar ligar con una persona...eso es lo que estaba haciendo, ligar con ella hablando con temas de sexo.

F: Vale, ella dice que le preguntaba a usted un poco sobre cómo funcionaba el sexo en grupo, ¿ella le dice en algún momento que había practicado sexo en grupo antes?

E: Le he dicho antes que yo no recuerdo cuándo le pregunté si había hecho sexo en grupo, no recuerdo que me dijo si “sí” o si “no”, lo que estaba interesado es en sí estaba interesada...en eso.

F: Y usted por ejemplo en esa conversación, ¿no recuerda haberle preguntado “¿oye y tú cómo lo sueles hacer a través de las redes sociales?”, “¿quedas con alguien?”, “¿más de 2 hombres y 3 mujeres o 5 hombres y una mujer?”¿Quiero decir, porque si van hablando de sexo en grupo y están hablando específicamente de eso, ¿no especifica nada más ella? O sea, “¿solamente estoy interesada en saber cómo funciona esto?”

E: Le digo que no recuerdo cómo fue la conversación entera, es que no recuerdo.

F: Cuando deciden ponerse en marcha, ¿recuerda quién decide a dónde van y qué van a hacer o cómo se decide eso?”

E: Sí, pues decimos que vamos a buscar un lugar para...para mantener sexo entre nosotros y yo escuché un “vámonos”, que creo recordar que fue Alfonso (Alfonso Jesús Cabezuelo) el que dijo “vámonos, vámonos” y ella dijo “vámonos, vámonos”... todos dijimos “vamos”.

F: O sea uno de ustedes dice “vámonos” y ella también dice que sí y ya pues todos los demás deciden que sí.

E: Sí.

F: Por terminar entonces con la parte anterior, evidentemente son preguntas que entran en la esfera de su intimidad pero entenderá que se las tengo que hacer...

E: Ya.

F: Usted ha dicho que sí que practica sexo en grupo, como le he preguntado antes al señor Prenda, ¿Cómo suelen quedar para eso?, ¿a través de redes sociales, con personas conocidas?, ¿Cuál es la forma habitual?

E: Pues la forma habitual es muy amplia. En las discotecas con alguna persona, cuando te la ves de fiesta, por WhatsApp, por...es que es muy amplio.

F: ¿Suele ser frecuente o les había pasado en alguna ocasión que alguna mujer, una joven a la que acaban de conocer y han tenido una conversación de menos de diez minutos, diga que se quiere ir con todos ustedes?

E: Eh… ¿es extraño? Sí… ¿ha pasado más veces? Sí.

F: ¿Ha pasado más veces?

E: Sí. A mí personalmente.

F: O sea que es algo que...

E: ¿Es extraño? Sí

F: ¿Pero entra dentro de la normalidad?

E: No, he dicho que es extraño, sí, y me ha pasado más veces, sí, hay gente así.

F: ¿Cuántas veces le ha pasado a usted?

Escudero: Pues unas cuantas, no sé cuántas veces me habrá pasado pero me habrá pasado.

F: ¿Más o menos?

E: Más o menos no te puedo decir un número...es que no te puedo decir...Tengo, no sé cuántas veces te puedo decir, porque te puedo decir cinco, diez, quince, veinte, no sé.

Esto es lo que responde Guerrero sobre el sexo grupal:

F: ¿Y ella verbalizó que sí quería irse con ustedes?

G: Sí. También dijo que nunca había estado con un sevillano.

F: ¿A usted no les sorprendió?

G: En el contexto en el que sucedió, en Sanfermines, en un concierto a las 3 de la madrugada, no me sorprendió. Si eso me pasa un domingo por la mañana en misa, seguramente sí me sorprendería.

F: ¿Le suele pasar con frecuencia, le había pasado antes?

G: Sí, pero en ese contexto, en una discoteca, en un festival.

F: ¿Con tantas personas, con varias personas?

G: Exactamente si le digo cinco con una, no. Pero tres con una, sí. Cuatro y dos, también. Ese número de cinco con una sí era la primera vez.

F: Manifiesta usted que no le sorprendió.

G: No, en el contexto en el que estábamos, no.

F: ¿Una vez que deciden que se van a ir todos juntos a mantener relaciones sexuales en algún momento hablaron de tomar precauciones?

G: No.

F: ¿Ni ella lo planteó ni ustedes lo plantearon?

G: No.

F: ¿Tampoco les sorprendió?

G: Yo, personalmente, nunca he usado precaución.

F: ¿Qué hicieron a continuación?

G: Cuando ya empezamos a hablar que necesitábamos un sitio con intimidad, pues empezamos a plantear diferentes alternativas, como buscar hotel, aunque sabíamos que era muy difícil porque era 6 de julio a las 3 de la mañana. Pero aún así dijimos de entrar en un hotel y aunque fuera en un rellano. O en algún servicio grande de una discoteca. De ahí nos levantamos y empezamos a buscar por los locales, tanto un portal, como un hotel, como una discoteca, unos servicios...

Sobre el sexo en grupo, Prenda dice esto:

F: ¿Es una situación que se les plantea habitualmente, que después de cinco minutos de conversación con una mujer, quiera irse con los cinco?

P: Cinco minutos, no. Cinco minutos es lo que se llevó ella sola hablando conmigo, cinco o diez minutos. Después estuvimos más tiempo todos juntos.

F: Pero cuando ella decide irse con todos ustedes, según lo que usted manifiesta no habían pasado más de diez minutos.

P: No muchísimos más. No habían pasado más y sí que es verdad que puede que no sea común, pero es lo que pasó.

F: ¿Les había ocurrido alguna otra vez?

P: Hombre, sinceramente, sí. No es la primera vez que yo conozco una chica en una fiesta y me voy con ella, y muchas veces incluso sin hablar... Bailamos, nos besamos y no es la primera vez.

F: No, no, creo que no me ha entendido bien o no me he explicado yo bien.

P: Perdón.

F: Me refiero a si alguna vez les había pasado a los cinco, no digo a ustedes cinco en concreto, pero a usted, por ejemplo, con cuatro amigos más, conocer a una chica durante 10 minutos, y que quiera irse con los cinco a mantener relaciones sexuales. Le pregunto si eso le había ocurrido alguna vez.

P: Yo no era la primera vez que tenía sexo en grupo.

F: Es que no le he preguntado eso. Le pregunto si, nada más conocer a una persona durante cinco, diez minutos de conversación, les ha pasado alguna vez que esa mujer les diga "quiero mantener relaciones...".

P: A lo mejor con cinco, el número exacto no, pero sí que es verdad que con dos o tres, sí, no es la primera vez que nos pasa, no es la primera vez que me pasa.

F: Vale, con dos o con tres era habitual.

P: Habitual. Que ha pasado.

F: De acuerdo. Ustedes sí que manifestaron que estaban habituados, ¿no?, a mantener relaciones sexuales en grupo, que no era algo...

P: Sí, sí. Se lo acabo de decir.

F: ¿Y cómo solía surgir eso? ¿Iban a algún sitio en concreto, con personas en concreto que conocían...?

P: Ahora mismo no me acuerdo. Perdóneme, pero es que ahora mismo no me acuerdo cómo fueron surgiendo cada una y cada vez de la experiencias que he tenido. Lo siento pero no lo recuerdo.

F: No, me refiero un poco, por ejemplo, a si tomaban contacto a través de redes sociales... Un poco, no sé, de gente que también está buscando ese tipo de relación, un poquito cómo era la dinámica, no digo que me cuente...

P: Hay veces que sí que está un poquito más premeditado en redes sociales, que ya en redes sociales lo hablamos y hay veces que ya surge en la misma fiesta.

Como ya se ha dicho anteriormente, la fiscal se muestra muy insistente con la parte sexual de la conversación en el banco, y con las prácticas sexuales de ellos 5. Y es un dato que considero relevante por su parte. Esta le hace un comentario significativo a Escudero:

F: “… evidentemente son preguntas que entran en la esfera de su intimidad, pero entenderá que se las tengo que hacer…

También le hace notar a Cabezuelo la insistencia de su interrogatorio:

F: Perdóneme si insisto en determinadas cosas pero cuando usted dice que se va de los primeros porque se agobia por el olor y por el sitio que es pequeño, ¿los demás están todavía manteniendo relaciones sexuales con ella o no?

O a Prenda:

F: Sé que es afinar mucho, pero se lo tengo que preguntar: esa más de una penetración, ¿puede determinar o puede recordar si fue al principio, cuando se inició, en medio o al final, o no puede precisarlo?

La insistencia por parte de la fiscal en su interrogatorio es un proceder legítimo. Pero hay momentos en que se muestra mucho más laxa, en cuestiones que atañen a los intereses de Clara, como si obviamente partiera de la premisa de la veracidad de la violación. Por ejemplo, en un momento dado del interrogatorio, la falta de imparcialidad de Agustín Martínez se la hace ver el presidente del tribunal Cobo Sáenz mientras interrogaba a Clara:

A: Por lo tanto, si no le dolía nada, entiendo que cuando usted pide ir al hospital lo hace con la finalidad de tomar la píldora del día después.

C: Es que yo no recuerdo pedir ir al hospital.

Presidente: Perdón, señor, ha partido de una premisa. Ella, efectivamente, no ha dicho que pidió ir al hospital y usted lo ha formulado expresamente: cuando pidió ir al hospital

La Fiscal, por ejemplo, no le preguntó a Clara si ella solía practicar sexo habitualmente, o si utilizaba métodos anticonceptivos en sus prácticas sexuales.

Hay un dato relevante sobre la experiencia sexual de Clara, escrito en el voto particular de la sentencia, en la página 253: “Finalmente, a mi juicio, no puede establecerse como “a priori” que una joven con edad más cercana a los 19 que a los 18 años e iniciada en las relaciones sexuales a los 16, no esté dotada de suficiente madurez personal como para decidir, con la necesaria autonomía, las relaciones sexuales que quiera mantener”. El informe clínico de urgencias realizado a Clara (folio 24 de autos) dice así: “Última relación consentida hace más de diez días”. Sin embargo, la sentencia mayoritaria, en la página 102 ha querido proyectar un ser virginal en la figura de Clara: “La radical desigualdad en cuanto a madurez y experiencia en actividades sexuales de la denunciante y procesados. Según se hemos argumentado en el precedente fundamento, para valorar la personalidad de la denunciante, entre otros aspectos, consideramos que a la fecha de los hechos se encontraba en los albores de su vida sexual, nunca había tenido relaciones sexuales en grupo, ni con personas desconocidas y en ninguna circunstancia había sido penetrada por vía anal”. Pero esta imagen virginal en nada concuerda con la afirmación que ella realizó en el banco de la plaza, afirmando sobre su vigor sexual que podía “con 2, con 5 y con los que me echen”. La laxitud e indulgencia de la fiscal a favor de los intereses de Clara, y por tanto en contra de los acusados, merma la tutela judicial efectiva de los acusados.

3-LA LLAMADA TELEFÓNICA DE CLARA, EN EL BANCO DE LA PLAZA DEL CASTILLO

Durante la conversación del banco en la plaza, Clara hizo una llamada telefónica a un chico llamado Adrián Monja Soto, de un grupo de personas de Palencia que conoció aquella misma noche. Así lo relata ante la fiscal:

C: …Conocimos a un grupo de gente, había un grupo de gente de Palencia, había otro grupo de Castellón y estuvimos con ellos, estuvimos bailando en la Plaza del Castillo y tal. Y ya sobre las 1.30 o una cosa así, Rubén decidió irse al coche porque estaba muy cansado después de haber estado conduciendo todo el día y yo me quedé con ese grupo de gente de Palencia y Castellón. Y ya hubo también un momento en que me fijé y había un chico que es novio de una chica de mi universidad. Entonces me acerqué a él y estuve hablando con él, estuvimos los dos bailando, cantando y bebiendo y todo eso, y ya luego les perdí de vista, me alejé un poco para buscar a los de Palencia y a los de Castellón, me alejé y perdí de vista al chico este, novio de mi amiga de la universidad y también perdí de vista a los otros. Entonces me fui a un banco a sentarme para... porque no estaba con nadie.

F: El motivo entonces de usted ir al banco a sentarse cuando estaba esperando a ver si...

C: Claro, estaba esperando a ver si les veía o algo o me contestaban al whatsapp o cualquier cosa, podía llamarles o podía contactar con alguien para ver donde estaban. Entonces me senté en el banco a esperar porque también estaba cansada de estar todo el día subiendo y bajando...

F: ¿Usted se intercambió el teléfono con alguna persona de este grupo?

Imagen 21. Clara con su amigo de Palencia, Adrián Monja Soto. La filtración en el periódico El país, a la izquierda y a la derecha la imagen del sumario en el folio 653.


C: Sí, con un chico de Palencia. Nos dimos los teléfonos, uno al otro. Entonces ya yo me senté en el banco y estaba allí sentado un chico y me dijo: "Jo, menuda fiesta hay aquí montada en Sanfermines". Y le dije: "Sí, la verdad que sí, hay aquí una fiesta bastante grande". Y me dijo: "¿Qué has venido tú sola? Y le dije: "No, no, yo he venido con un amigo, pero ya se ha ido al coche a dormir". Y me dijo: "Pues yo también he venido con unos amigos y tenemos que irnos a dormir nosotros también al coche". Me preguntó que de dónde era, le dije que era de Madrid. Yo le pregunté a él que de dónde era y me dijo que era de Sevilla. "Ah ya de Sevilla, ¿del Sevilla o del Betis?". Y me dijo: "Soy del Sevilla". Y le dije: "Bueno, no sé si nos vamos a llevar muy bien, que yo soy de Atleti". Y ya así, de risas, ya hablando de fútbol, no sé... Temas, de fútbol, de eso. Él estaba con sus amigos, que estaban en un grupo más alejado del banco y había veces que iban y venían. Hubo uno que vino, un amigo suyo vino y se quedó como... Si yo estaba sentada en el banco y aquí estaba el otro chico pues se quedó como aquí enfrente. Y me dijo: "Este es mi amigo". Y le dije: "Ah, vale, encantada". Y también había otro grupo de chicos como por ahí, que estaban bebiendo y venían y se iban de la conversación, pero tampoco participaron ni nada. Y ya hubo un momento en que me levanté para llamar por teléfono, que fue cuando llamé al chico este de Palencia, para preguntarle que... Como había estado toda la noche con ellos para preguntarle a ver cuál era su plan de vida, para ver qué iban a hacer. Le llamé y no se oía muy bien porque había mucho ruido y había música como de bares. No se oía muy bien pero le dije algo en plan: "¿Dónde estáis, qué vais a hacer?" Y me dijo que iban a por un bocadillo o algo así y le dije "vale" y quedamos después para vernos luego para ver los encierros. Yo me volví a acercar al banco, que era donde estaban estos chicos y ya les dije que me iba a ir al coche para descansar, que ya no pintaba nada, la gente que conocía se había ido. Y ya fue cuando me dijeron: "Ah, pues vamos nosotros contigo".

F: Permítame que le interrumpa. Dice usted que el motivo de la llamada de teléfono a ese chico que había conocido esa noche de Palencia, ¿qué era, quedar con ellos en el caso de que estuvieran por ahí, para seguir de fiesta?

C: Claro, para seguir de fiesta. Yo sabía que ellos seguían por ahí, pero no sabía dónde y tampoco conozco Pamplona como para poder decir: "Vale, pues quedamos en tal sitio". Entonces él me dijo que iba a comprar un bocadillo, que no sabía cuál era su plan.

F: Sí, que no pudieron llegar a quedar en concreto. ¿Ese fue el motivo por el que usted decidió irse al coche?

C: Claro, porque no tenía a nadie que conociera que fuera a seguir la fiesta y entonces para seguirla sola me iba a ir a casa, o sea al coche.

Clara, ante el abogado de la acusación popular Victor Sarasa Astrain, respondió lo siguiente:

S: Respecto al encuentro que mantiene en el banco de la plaza del Castillo, hace una llamada a un chico de Palencia. ¿Esto por qué lo hace, por qué no quería seguir de de fiesta con los de Sevilla?

C: Claro, al chico de Palencia lo conocí esa noche y me cayó bien. Había estado con él y otro grupo de chicas desde que llegamos, y ya que mi amigo se fue, le llamé para seguir.

Y ante Martínez Becerra:

A: Ha hecho usted referencia, en relación a cuando a usted le preguntó a la policía si le habían robado el móvil, cómo sabía que le habían robado el móvil, dijo usted que porque había hecho una llamada telefónica unos minutos antes. ¿Recuerda?

C: Sí.

A: ¿Recuerda usted en qué momento realizó usted esa llamada telefónica?

C: En el banco.

A: En el banco realizó usted la llamada.

C: En el banco me refiero al primero, el de la Plaza del Castillo.

A: Sí, sí, en la Plaza del Castillo. Habló usted, ¿recuerda con quién habló?

C: Sí, con un chico del grupo de Palencia que conocimos ahí.

A: ¿Era amigo suyo anteriormente?

C: No.

A: Lo había conocido esa noche.

C: Sí.

A: ¿Cuál era la finalidad de esa llamada?

C: Seguir la fiesta con alguien que ya conocía porque había estado toda la noche con los de Palencia y con las chicas de Castellón.

A: Y, si le cogió el teléfono, ¿por qué no lo pudo localizar? ¿qué problema hubo para que se pudieran localizar ya que hablaron?

C: Que no nos escuchamos bien, yo no sabía dónde él estaba.. Dijo: "nos vemos después otra vez en los encierros" o algo así. Tampoco nos escuchábamos bien porque había muchísima gente hablando, había... Yo creo que había música de algún que otro bar. No se oía nada.

A: ¿Se intercambiaron mensajes de WhatsApp?

C: .

A: ¿Y en los mensajes de WhatsApp no se podía entender, no.. ?

C: En ese momento yo no recuerdo intercambiar con él mensajes de Whatsapps, que puede que sí, no se lo discuto, pero no lo recuerdo. Recuerdo, ya cuando yo recuperé el teléfono y pude poner mi tarjeta SIM, un mensaje en el que me puso: "¿Dónde estás?". Y yo le respondí que lo sentía mucho, que me habían robado el teléfono y que no le había podido contestar.

A: Ese mensaje se produjo varios días después, ¿no?

C: Sí.

A: No le pudo haber mandado usted en su momento un mensaje diciéndole "¿dónde estás?". ¿Porque no fue ciertamente la conversación que ustedes habían pactado o quedado con este chico para después del concierto, después de la verbena, habían quedado después y se pretendían ver después?

C: Sí, claro. La cosa es que estábamos todos en la verbena y yo me fui a saludar al novio de una chica de mi universidad y, cuando me di cuenta, me había despistado y se habían alejado. Y cuando fui ahí, con el novio de la chica de mi Universidad, tampoco estaba. Como que perdí a todo el mundo. Entonces fue por lo que me senté. Y yo le llamé a ver dónde estaban, pero no fue en plan de: "Bueno, me voy, luego te veo". Sino que nos perdimos, nos separamos.

A: ¿Y no es más cierto que el objeto de la llamada era para decirle "nos vemos después, porque ahora me voy", me imagino que tampoco le iba a explicar el por qué, pero "nos vemos después" y, así, por eso tuvo que después justificar, mandar un mensaje diciendo "no pude ir a la cita porque había perdido el teléfono"?

C: No, yo le llamé para saber dónde estaba él, para seguir con él de fiesta. Con él y con sus amigos y con la chica de Castellón. Y a raíz de que no nos encontramos, no nos oíamos ni nos poníamos de acuerdo, pues es en el momento en el que yo decido irme al coche, a dormir.

El voto particular de la sentencia, en la página 193, cuenta lo siguiente:

Igualmente, consta acreditado, por la información facilitada por “Orange España SAU” (folio 1447), que a las 02:57:09 desde el móvil de la denunciante se realizó una llamada a un teléfono móvil que resultó ser el de Adrián Monja Soto. Esta llamada, acerca de la cual la denunciante no proporcionó mayor detalle en su denuncia (más adelante hablaremos sobre esta llamada), fue traída a colación por esta cuando al denunciar el robo de su teléfono móvil afirmó que estaba segura de que lo llevaba el día de autos porque cinco minutos antes de los hechos había realizado una llamada con él. Ante esa mención, las defensas solicitaron del Magistrado-Juez instructor que se investigara acerca de la misma. La petición fue denegada por auto de 24 de agosto de 2016; contra el mismo se interpuso recurso de reforma y a su estimación se opusieron tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular y las populares.

Desestimada la reforma, se tramitó el correspondiente recurso de apelación. Todas las acusaciones interesaron la desestimación del recurso que, no obstante, finalmente fue estimado, en ese punto, por auto de fecha 7 de diciembre de 2016 dictado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra. No se entiende tan persistente oposición a sacar a la luz la llamada a la que se hace referencia si, como mantienen ahora las acusaciones y acepta la Sala mayoritaria, el contenido de la misma resulta absolutamente inocuo y ninguna conclusión puede extraerse de la misma. No puedo compartir esta opinión.

Acerca del exacto contenido de la conversación que mantuvieron nada puede afirmarse con exactitud, más allá de que Adrián declaró que había intercambiado los números de teléfono con la denunciante, conviniendo que se llamarían para seguir la fiesta en los bares después del concierto y que, al momento de recibirla, se encontraba en la Plaza del Castillo y había mucho ruido, no recordando más sobre su contenido. La denunciante indicó en juicio que tal llamada tuvo por objeto poder reencontrarse con Adrián para seguir la fiesta, lo que finalmente no fue posible porque, debido al ruido, no pudieron entenderse y quedaron en verse a la hora del encierro. Señaló que esa fue la circunstancia que la decidió irse al coche a dormir dado que “no tenía a nadie que conociera que fuera a seguir la fiesta y entonces, para seguirla sola, me iba a ir a casa, o sea, al coche”.

Si su deseo era continuar la fiesta y lo que frenó ese deseo y motivó su decisión de irse a descansar al coche fue no tener “amigos” con los que seguirla, el argumento pierde fuerza si consideramos que las personas de Castellón, Palencia o Madrid eran para ella prácticamente tan desconocidos como los de Sevilla que acababa de conocer y con los que, al menos en ese momento, había entablado una conversación igualmente amigable y respecto a los que no manifestó que, en esos primeros momentos, le suscitaran el más mínimo reparo.

Y sorprende que, al ver que el ruido impedía la comunicación telefónica con Adrián, no hiciera uso del WhatsApp para reencontrarse. De haber recurrido al WhatsApp, considerando que ambos en ese momento, según manifestaron, se encontraban en la Plaza del Castillo, hubieran podido volver a verse de inmediato.

Ambos declararon de manera coincidente que habían intercambiado sus teléfonos para seguir la fiesta después de la verbena (siendo público y notorio que esta terminaba aquella noche a las 2:30 horas) y si atendemos a lo que la denunciante declaró en juicio, finalmente esa llamada concluyó posponiendo la cita hasta la hora “de los encierros”, volviendo ella, después de colgar, a la charla que mantenía con los acusados para, escasos momentos después, abandonar el banco los seis en grupo en el modo que, anteriormente, se ha expuesto. Tal y como ella misma reveló en el juicio, Adrián sí recurrió al WhatsApp, pues afirmó que cuando volvió a disponer de teléfono móvil tenía un mensaje de Adrián, de aquel día, en el que este le decía: “dónde estás?”, pero no llegó a tener respuesta de la denunciante en esa noche y cuando el Letrado Sr. Martínez Becerra, indagando sobre cuál fue la razón por la que esta, habiendo quedado con Adrián en llamarse y sintiendo ganas de continuar la fiesta, no recurriera al WhatsApp para obviar el ruido que les impedía entenderse por teléfono, le preguntó: “¿No pudo mandarle en su momento usted un mensaje diciéndole dónde están?” la denunciante, como en otros muchos pasajes de su declaración, respondió con evasivas manifestando: “Si, claro, la cosa es que estábamos todos en la verbena y yo me fui a saludar al novio de la chica de mi universidad y cuando yo me di cuenta, me había despistado y se habían alejado y cuando fui a ir con el novio de la chica de mi universidad, tampoco estaba; entonces, como que perdí a todo el mundo; entonces fue por lo que me senté y yo le llamé para ver dónde estaban, pero no fue en plan de “bueno, me voy, luego te veo”, sino que nos perdimos, nos separamos”, eludiendo de este modo responder a la clara y concreta pregunta que le habían formulado, cuando anteriormente el mismo letrado le había preguntado: “¿se intercambiaron mensajes de WhatsApp?” y respondió que “Si” para, en la siguiente pregunta: “¿y en los mensajes de WhatsApp no se podían entender? ¿no podían quedar?” responder: “en ese momento yo no recuerdo intercambiar con él mensajes de WhatsApp, que puede que sí, no se lo discuto, pero no recuerdo o sea, recuerdo ya cuando yo recuperé un teléfono y pude poner mi tarjeta SIM un mensaje en el que me puso “¿dónde estás?”, y a preguntas del Ministerio Fiscal ya había manifestado que “estaba esperando a ver si les veía o me contestaban al WhatsApp, cualquier cosa; si podía llamarles o podía contactar con alguien para saber dónde estaban. Entonces me senté en el banco para esperar y también porque estaba cansada de estar todo el día subiendo y bajando.”

Todo ello revela que no utilizó el WhatsApp para localizar a Adrián, que eludió la explicación que al respecto se le solicitó, que además respondió de forma contradictoria y ello da cuerpo y abrigo a la duda sugerida por las defensas acerca de si el origen y objeto de la llamada no fuera el que finalmente resultó de ella: posponer para más tarde el encuentro con A. y obviamente, continuar disfrutando de la fiesta con el grupo de sevillanos.

Con respecto a la llamada telefónica, Clara no pudo concretar un acercamiento físico con ella en la misma plaza porque:

Que no nos escuchamos bien, yo no sabía dónde él estaba.. Dijo: "nos vemos después otra vez en los encierros" o algo así. Tampoco nos escuchábamos bien porque había muchísima gente hablando, había... Yo creo que había música de algún que otro bar. No se oía nada.

No pudo concretar un acercamiento porque según ella no se oía nada por el ruido ambiental, al haber “muchísima gente hablando” y porque “creía” que había música de algún que otro bar. Es sorprendente que el ruido de las conversaciones de la gente y la música de “algún que otro bar” fuera tan ensordecedor que le impidiera mantener una conversación telefónica. Nótese bien que no dice el ruido de la música de la verbena, si no la gente hablando y la música que creía provenía de algún que otro bar.

Como contraste a la conversación de Clara, supuestamente fallida para contactar con su amistad de Palencia, me gustaría mencionar unos fragmentos de las declaraciones de los acusados sobre el reencuentro entre ellos después del suceso del cubículo, ya por la mañana, con la intención de correr los encierros.

Tras la orgía, tanto Prenda, Escudero, como Boza, después de haberse separado de Cabezuelo y Guerrero, decidieron (los tres primeros) intentar colarse en dos hoteles para pasar el resto de la noche a cubierto. Finalmente accedieron a las escaleras de un portal. La fiscal le pregunta a Prenda:

    F: Ya vamos a saltar un poquito, porque ya han contado ustedes... Al parecer don Ángel se fue antes del portal, ¿no?

    P: Estábamos, estábamos los tres para dormir. Yo juraría que Escu ya estaba casi que dormido. Yo sí que me costó un poco más. Y Ángel en ese momento dijo: "Me voy, yo no puedo dormir, me voy a ir, voy a seguir, voy a buscar a A. y a Alfonso". Digo: "Pues vale, pues nosotros cuando nos suene la alarma, nos pondremos en contacto con ustedes y iremos a donde sea".

    F: ¿Hablaron por teléfono?

    P: No, no, no, por teléfono no. En ese momento, estábamos los tres metidos en un portal, en una esquinita durmiendo, y en ese momento es cuando Ángel dice eso.

    F: No, me refiero si, para quedar con los otros dos que se habían ido por ahí, ¿hablaron después a la mañana, se llamaron por teléfono o no?

    P: Hombre yo, yo, la verdad es que no lo recuerdo pero yo juraría, por sentido común, de que tendríamos que hablar con ellos casi que por fuerza porque si no sería imposible localizarnos. Pero tampoco... no lo recuerdo, vamos.

    La fiscal le pregunta a Escudero, sobre el mismo tema de la llamada:

    F: ¿Qué pasó una vez que se fueron ustedes? Ya nos han comentado que algunos de ustedes se fueron a dormir, ¿no?

    E: Sí.

    F: ¿Quiénes se fueron a dormir?

    E: Eh, Prenda, Boza y yo.

    F: ¿Y usted se volvió a reincorporar con sus amigos a qué hora?, ¿recuerda?

    E: Eh…¿después de dormir?

    F: Después de dormir.

    E: Pues me puse la alarma a las siete o a las seis y media creo que fue...a las seis y media me puse la alarma y...no sé, antes del Encierro, antes de correr.

    F: ¿Recuerda usted si habló por teléfono con alguien para quedar o no habló usted con nadie?

    E: Pues, me imagino que llamaríamos para saber dónde encontrarnos.

    Boza cuenta a la fiscal:

    F: ¿Es cierto que se intentaron colar en dos hoteles?

    B: Eh...sí.

    F: ¿Finalmente durmieron en un portal y usted estuvo toda la noche hasta el encierro o se fue antes?

    B: Yo recuerdo que me fui antes del portal porque ya le digo, cuando estábamos en el portal yo estaba muy incómodo, no podía dormir y a la media hora o treinta o cuarenta minutos, por ahí, decidí irme del portal y decidí buscar a Antonio y a Alfonso, que ellos seguían de fiesta. Yo mi móvil personalmente lo tenía apagado, después volvía por la calle y me dio tiempo solo a encender el móvil y solo a mirar el número y recuerdo perfectamente que le pedí a una pareja el favor de que me dejara llamar porque el mío se me apagó acto seguido de mirar el número y lo llamé y me dijeron que estaban en tal sitio, en tal pub, y me reuní con ellos.

    Cabezuelo a la fiscal:

    F: Cuando se volvieron a reencontrar ustedes, ¿fue ya en la plaza de toros?

    C: ¿Con los demás?

    F: Usted y el señor Guerrero estaban juntos y después llegó el señor Boza, pero cuando se volvieron a juntar todos, ¿fue en la plaza?

    C: Para juntarnos todos no se si nos llamaron ellos o llamamos nosotros y nosotros quedamos en el banco donde precisamente conocimos a la denunciante, ahí volvimos a reunirnos los cinco.

En este caso, sorprende lo fácil que les resultó a los 5 acusados contactar entre si después de unas sencillas llamadas de teléfono.

Tampoco tuvo Guerrero el mayor problema en contactar por teléfono con Escudero, después de la identificación de la plaza de toros, unas horas más tarde:

F: ¿A ustedes les dicen que se pueden ir, que no se vayan de Pamplona, pero les dejan en libertad sin ninguna restricción?

G: Sí, lo único que me dice por favor el agente es que no me marche para solucionar el problema.

F: ¿Qué hacen a continuación?

G: Recuerdo que salimos de la plaza, que llamo a Escudero, tiro el teléfono móvil, vamos a coger el autobús y nos dirigimos hacia el barrio de San Jorge

Por contraste, la imposibilidad de Clara de concretar un acercamiento físico con su amistad de Palencia (pero no el hecho de sí poder posponer ese acercamiento hasta la hora de los encierros) obviando el uso alternativo del whatshapp:

A: ¿Y en los mensajes de WhatsApp no se podía entender, no.. ?

C: En ese momento yo no recuerdo intercambiar con él mensajes de Whatsapps, que puede que sí, no se lo discuto, pero no lo recuerdo. Recuerdo, ya cuando yo recuperé el teléfono y pude poner mi tarjeta SIM, un mensaje en el que me puso: "¿Dónde estás?". Y yo le respondí que lo sentía mucho, que me habían robado el teléfono y que no le había podido contestar.

El voto particular de la sentencia, en la página 195, cuenta lo siguiente con respecto al uso del whatshapp:

Tal y como ella misma reveló en el juicio, Adrián sí recurrió al WhatsApp, pues afirmó que cuando volvió a disponer de teléfono móvil tenía un mensaje de Adrián, de aquel día, en el que este le decía: “dónde estás?”, pero no llegó a tener respuesta de la denunciante en esa noche. Entonces, si Clara recibió un whatsApp de Adrián con el mensaje “¿dónde estás?” ¿porqué no respondió con otro whatsApp si pudo haberlo hecho? ¿por qué decidió responder al llamamiento de Adrián con una llamada? ¿por qué esperó tanto tiempo para comunicarse con Adrián, si podría haberlo hecho antes de conocer a los acusados en el banco?

Por último, de la llamada de teléfono a Adrián, no se hace ninguna mención en la denuncia policial. Solo se hace mención ante el juez instructor Esteban Iglesias (folio 119) de manera indirecta: “Que está segura de que tenía el teléfono antes de entrar, ya que unos 5 minutos antes había realizado una llamada”. Y un dato muy importante: Clara no le hizo ninguna mención de que se iba al coche a dormir. Solo le dijo que se encontraría con él por la mañana en los encierros:

¿Y no es más cierto que el objeto de la llamada era para decirle "nos vemos después, porque ahora me voy", me imagino que tampoco le iba a explicar el por qué, pero "nos vemos después" y, así, por eso tuvo que después justificar, mandar un mensaje diciendo "no pude ir a la cita porque había perdido el teléfono"?

No, yo le llamé para saber dónde estaba él, para seguir con él de fiesta. Con él y con sus amigos y con la chica de Castellón. Y a raíz de que no nos encontramos, no nos oíamos ni nos poníamos de acuerdo, pues es en el momento en el que yo decido irme al coche, a dormir.

El juez Ricardo González hace mención más arriba de la oposición que mostraron las acusaciones y la fiscalía a que la llamada de Clara a Adrián fuera aceptada en la causa: “Desestimada la reforma, se tramitó el correspondiente recurso de apelación. Todas las acusaciones interesaron la desestimación del recurso que, no obstante, finalmente fue estimado, en ese punto, por auto de fecha 7 de diciembre de 2016 dictado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra. No se entiende tan persistente oposición a sacar a la luz la llamada a la que se hace referencia si, como mantienen ahora las acusaciones y acepta la Sala mayoritaria, el contenido de la misma resulta absolutamente inocuo y ninguna conclusión puede extraerse de la misma.”.

Sin embargo, (página 19 de la sentencia) el tribunal mayoritario no tuvo ningún problema en aceptar en la causa los whatsApp escritos por Prenda a dos chats a los que pertenecían los acusados: A las 6.50 horas José Ángel Prenda Martínez, envió desde su teléfono móvil WhatsApp a dos chats: a “ la Manada”, al que pertenecen todos los procesados excepto Ángel Boza Florido, además de otras personas y a “ Disfrutones SFC.”. En estos WhatsApp escribió “follándonos a una los cinco” “todo lo que cuente es poco” “puta pasada de viaje” “hay video” en el remitido al chat “ la Manada” y “follándonos los cinco a una, vaya puto desfase, del ATC Madrid era, ja, ja”, en el enviado a “ Disfrutones SFC.”.

4-LOS INSTANTES PREVIOS A LA PARTIDA DEL BANCO

Sigamos con el relato de las declaraciones. Antes de que dejaran el banco de la plaza, Clara declaró ante la fiscal lo siguiente:

C: ...Yo me volví a acercar al banco, que era donde estaban estos chicos y ya les dije que me iba a ir al coche para descansar, que ya no pintaba nada, la gente que conocía se había ido. Y ya fue cuando me dijeron: "Ah, pues vamos nosotros contigo". Y uno de ellos, el que estaba sentado al principio conmigo se levantó y se puso a hablar con ellos, o sea con sus amigos que estaban de pie. Y ya se levantaron todos, yo también me levanté y empezamos a andar hacia una calle.

    F: Permítame que le interrumpa. Dice usted que el motivo de la llamada de teléfono a ese chico que había conocido esa noche de Palencia, ¿qué era, quedar con ellos en el caso de que estuvieran por ahí, para seguir de fiesta?

    C: Claro, para seguir de fiesta. Yo sabía que ellos seguían por ahí, pero no sabía dónde y tampoco conozco Pamplona como para poder decir: "Vale, pues quedamos en tal sitio". Entonces él me dijo que iba a comprar un bocadillo, que no sabía cuál era su plan.

    F: Sí, que no pudieron llegar a quedar en concreto. ¿Ese fue el motivo por el que usted decidió irse al coche?

    C: Claro, porque no tenía a nadie que conociera que fuera a seguir la fiesta y entonces para seguirla sola me iba a ir a casa, o sea al coche.

Y más adelante dice Clara:

    F: Cuando usted les dice que quiere retirarse a descansar, que se va a ir al coche, porque ya se ha quedado sola y no contacta con su amigo, dice que ellos manifiestan que la acompañan.

C: Sí.

    F: ¿Qué le dijeron?

    C: Tiramos por ahí. Estaba yo sentada y había otro chico sentado y, si no recuerdo mal había también otro, pero no lo sé seguro, y el resto estaba como de pie por aquí. Yo dije: "Me voy al coche", dije "yo voy por ahí". Y dijeron: "Vale, pues vamos para allá, te acompañamos todos".

    F: No dijeron si tenían el coche en otro sitio, si iban a dormir, simplemente que la acompañaban.

    C: Sí.

    F:¿Usted pensó que la iban a acompañar hasta el coche o que la iban a acompañar un trayecto?

    C: Un trayecto sólo, un tramo, que luego ellos se quedarían de fiesta o lo que fuera.

    F: No le dijeron expresamente "te acompañamos hasta el coche".

    C: No.

    Nótese, que Clara declara que “la gente que conocía se había ido”, no que “la gente que conocía se había dispersado y no podía contactar con ella”. Además, la fiscal no le hace ni una sola pregunta sobre si el motivo de abandonar el banco, acompañada de los 5, fuera para mantener relaciones sexuales con ellos, como si partiera de la premisa de que Clara efectivamente siempre tuviera la intención de regresar al coche.

    Por otro lado, la denuncia policial de Clara (folio 19) dice así: “Que en un momento dado, Clara ha dicho a los 4 chicos, que se marchaba al coche a dormir, siendo que estos le han dicho que la acompañaban, además de que ellos también pernoctaban en un coche”. Es una constante: Clara siempre afirmará, que su intención desde que abandonó el banco fue irse a dormir a su coche. Pero, como se verá más adelante, todas sus movimientos y acciones hasta llegar al portal de Paulino Caballero 5, contradicen su relato.

    Prenda declaró ante la fiscal:

    F: A ver, ¿cómo se da el siguiente paso? Porque, claro, una cosa es hablar, que hablar hablamos todos, y otra cosa es pasar digamos a la acción.

    P: Pues el paso es de, a nosotros nos parece atractiva, nos parece guapa; nosotros le parecemos atractivos, pues vamos a, a buscar un sitio.

    Y poco mas adelante de la declaración:

    F: Vale. Bueno, volviendo un poquito a la dinámica de los hechos, que nos hemos despistado, una vez que dice que sí, que está de acuerdo en irse con ustedes, ¿recuerda si hay alguien que diga qué van a hacer, hacia dónde se quieren dirigir?

    P: En ese momento el objetivo era pues buscar un hostal, un hotel... Un sitio.

    F: ¿Esto lo hablaron entre todos?

    P: Sí.

    F: ¿Incluso con ella?

    P: Con ella también.

    Y finalmente cuenta:

    F: ¿No sabe entonces por qué cogieron ese camino?

    P: No.

    F: ¿No es porque estaban acompañándola a ella al coche?

    P: No, ni muchísimo menos. Eso no ocurre, eso no ocurrió nunca. A ella nunca vamos a acompañarla al coche porque esa conversación no existe.

    F: O sea, ella en ningún momento dijo que se iba al coche a dormir.

    P: En ningún momento.

    Boza declaró lo siguiente sobre la decisión de partir:

    F: ¿Deciden entonces irse del banco?

    B: Sí, decidimos irnos del banco.

    F: ¿Hacia dónde van ustedes?, ¿qué es lo que se plantean?

    B: Nos planteamos buscar un sitio más tranquilo, un sitio donde pudiéramos hacer lo que todos queríamos hacer, que era mantener relaciones sexuales con ella y ella con nosotros…y decidimos buscar hoteles...un sitio tranquilo donde hacer, sin que nadie nos molestase, lo que todos queríamos hacer.

    Y mas adelante:

F: ¿No es cierto que iban en dirección a donde ella tenía el coche estacionado?

B: Es que el problema es que ella en ningún momento nos dice que ella se va a ir al coche a dormir. Eso es totalmente falso. Y aparte no conozco su coche, ni la zona donde estaba su coche ni conozco Pamplona.

Guerrero contó esto:

F: ¿Qué hicieron a continuación?

G: Cuando ya empezamos a hablar que necesitábamos un sitio con intimidad, pues empezamos a plantear diferentes alternativas, como buscar hotel, aunque sabíamos que era muy difícil porque era 6 de julio a las 3 de la mañana. Pero aún así dijimos de entrar en un hotel y aunque fuera en un rellano. O en algún servicio grande de una discoteca. De ahí nos levantamos y empezamos a buscar por los locales, tanto un portal, como un hotel, como una discoteca, unos servicios…

F: Antes de eso. ¿Habían hablado antes de si habían venido en vehículo, si tenían algún alojamiento?

G: No. Es cierto que ella nos dijo: “¿Pero dónde? ¿Tenéis habitación? Y nosotros le dijimos que nosotros dormíamos en el coche, pero yo no recuerdo que ella nos dijera que ella dormía en el coche.

F: Vale, ustedes sí se lo dijeron a ella.

G: Sí, porque ella nos dijo que por qué no nos íbamos a dónde estuviéramos nosotros y nosotros estábamos durmiendo en el coche.

La respuesta de Cabezuelo:

F: ¿Insistieron ustedes en preguntarle si estaba segura o no?

C: Bueno dijimos de buscar un sitio más tranquilo para hacer lo que habíamos hablado y ella dijo que sí. Yo creo que no hace falta tampoco ir recalcando en cada momento lo que íbamos a hacer.

Las respuestas de Escudero:

F: Usted dice que se sorprendió, ¿Pensaba que estaba bromeando?, ¿que iba en serio?

E: En ese momento tenía que verificar si lo que estaba diciendo era broma o no, pero como yo empecé a hablarle de sexo y ella seguía hablando con el tema del sexo y dijimos que “vámonos a un sitio a practicarlo” y ella dijo que sí, pues entonces vámonos.

Y un poco más adelante de su declaración:

F: Cuando deciden ponerse en marcha, ¿recuerda quién decide a dónde van y qué van a hacer o cómo se decide eso?”

E: Sí, pues decimos que vamos a buscar un lugar para...para mantener sexo entre nosotros y yo escuché un “vámonos”, que creo recordar que fue Alfonso (Alfonso Jesús Cabezuelo) el que dijo “vámonos, vámonos” y ella dijo “vámonos, vámonos”... todos dijimos “vamos”.

F: O sea uno de ustedes dice “vámonos” y ella también dice que sí y ya pues todos los demás deciden que sí.

E: Sí.

Y finalmente cuenta:

F: ¿El recorrido que hicieron fue…?

E: Buscando un sitio donde poder estar solos.

F: ¿No fue porque ella iba de camino al coche?

E: No, no, yo del coche me he enterado por las noticias.

Clara no pospuso el encuentro con su amigo de Palencia con voluntad para irse a dormir a su coche, sino que le dio largas para poder marcharse con los acusados a mantener relaciones sexuales. Los 5 afirman unánimemente la intención expresa de buscar un lugar apropiado para mantener sexo. Ni la fiscal ni la acusación le hicieron una pregunta directa a Clara sobre si su verdadera intención, cuando abandonó el banco, fuera mantener relaciones sexuales con los 5.

5-EL GRUPO PARTE DEL BANCO DE LA PLAZA DEL CASTILLO

El grupo de los 6 parte del banco en dirección a la calle Espoz y Mina, pero antes de entrar en esa calle, hacen una breve parada en el bar Txoko, situado en la propia Plaza del Castillo, a unos 50 metros del banco donde estuvieron conversando. Clara declara lo siguiente a las preguntas de la fiscal:

F: Cuando usted les dice que quiere retirarse a descansar, que se va a ir al coche, porque ya se ha quedado sola y no contacta con su amigo, dice que ellos manifiestan que la acompañan.

C: Sí.

F: ¿Qué le dijeron?

C: Tiramos por ahí. Estaba yo sentada y había otro chico sentado y, si no recuerdo mal había también otro, pero no lo sé seguro, y el resto estaba como de pie por aquí. Yo dije: "Me voy al coche", dije "yo voy por ahí".(Aquí manifiesta Clara que es ella la que elige la dirección) Y dijeron: "Vale, pues vamos para allá, te acompañamos todos".

Imagen 22. Momento en el que Guerrero y otro acusado marcan la dirección a seguir. Se dirigen hacia los porches de la plaza, hacia el bar Txoko. Folio 996 del sumario


Imagen 23

El voto particular de la sentencia, en la página 189, cuenta lo siguiente:

2.- Que (fotograma 19) “A las 02:59:44 horas del día 7 de julio de 2016, es el varón que porta el sombrero (Guerrero), el que con su brazo izquierdo indicando una dirección (sic). Los cinco varones y la chica se encaminan para cruzar un pequeño montículo cubierto de césped natural” y asimismo que (fotograma 20) “otro de los varones que camina detrás del varón del sombrero, afirma con su brazo la dirección a tomar”.

Y en este aspecto, resulta muy llamativo que si el motivo de levantarse del banco hubiese obedecido al deseo de la denunciante de dirigirse al coche porque quería descansar, según declaró en el juicio, siendo los acusados (que, obviamente, desconocían tanto el lugar donde lo tenía aparcado, como la ubicación del Soto de Lezkairu) quienes se ofrecieron a acompañarla, sean precisamente ellos los que realizaran un gesto con el brazo indicando la dirección que acto seguido tomó todo el grupo (y con él, sin reparos, la denunciante), cuando lo lógico hubiera sido que, siendo aquel su propósito, quien diera las indicaciones acerca de la dirección que debían seguir fuera la denunciante; única persona que podía dar razón tanto del lugar en que se encontraba el coche, como del camino a seguir.

En este punto, la sentencia mayoritaria destaca como elemento que avala la credibilidad de la denunciante lo manifestado por la agente de la Policía Municipal nº 455 cuando afirmó: “Entonces ellos se ofrecieron a acompañarla, ella debió decir por aquí y ellos le corrigieron la trayectoria diciéndole: … no por aquí”. (Esta afirmación de la agente municipal 455 carece de sentido, ya que como dice R. González, Clara nunca les mencionó a los acusados donde tenía aparcado su coche)

Imagen 24. Plaza del Castillo y el barrio de Soto de Lezkairu, a una distancia aproximada de 2 kilómetros

    A mi juicio no resulta creíble, por incoherente e ilógico que, si ellos le ofrecieron acompañarla al coche, se hubiesen desentendido de ese acompañamiento antes de iniciarse siquiera, proponiendo ya de inicio una dirección distinta y que ella la aceptase sin el más mínimo reparo, tratando, por lo demás, de llamar especialmente la atención sobre ello, también en juicio cuando a pregunta del Ministerio Fiscal acerca del momento en que dijo que se iba al coche y se ofrecieron a acompañarla le dijeran: “ah! Pues vamos por ahí”, y lo explique como si no hubiera tenido otra alternativa que acceder a los deseos de aquellos y seguirlos en su trayectoria.

    Resulta muy llamativo que, considerando la posición del banco, la vía directa, razonable y más a mano para iniciar el trayecto hacia el Soto de Lezkairu, además de ser, de entre todas las posibles, la mejor iluminada y la más transitada -por más que algunos Policías Municipales se mostraran tan reticentes a la hora de reconocerlo, aun siendo un hecho más que notorio para quienes residimos en Pamplona sea sin duda la Avda. Carlos III y que tenían a escasos metros a su derecha, el grupo se desplace hacia su izquierda, siguiendo precisamente la dirección que los dos varones han marcado previamente con su brazo, no obstante haber declarado que sabía dónde tenía el coche porque lo aparcó allí e hizo el mismo recorrido tres veces ese día. (de cualquier manera, resultaría fácil comprobar las 3 veces que realizó el camino entre el Soto de Lezkairu y la Plaza del Castillo, analizando las imágenes de las cámaras de seguridad ciudadana situadas en la Avenida de Carlos III, como de sucursales bancarias como Caixabank y comercios)

Imagen 25

Imagen 26

Imagen 27

Clara declaró ante Agustín Martínez lo siguiente:

A: A partir de ahí, en un momento determinado usted indica que se quiere marchar al coche. ¿Conoce usted Pamplona?

C: No.

A: ¿Sabía usted donde tenía el coche?

C: Sí, porque aparqué ahí y el recorrido que hice fue del coche a la Plaza del Castillo, compramos Rubén y yo las sangrías, estuvimos en la Plaza del Castillo, volvimos a bajar... Entonces más o menos me podía orientar. Y si no me encontraba, tenía el móvil para buscarlo en internet, por ejemplo.

A: Ciertamente, por la descripción, si no me equivoco, tenía usted el coche en Soto de Lezkairu.

C: Sí, no sé cómo se llama esa zona, pero…

A: Perfectamente. Si no me equivoco, la dirección es una calle prácticamente recta, que va a parar de la Plaza del Castillo aproximadamente a la zona de Soto de Lezkairu. Usted, a preguntas, ha indicado que ese recorrido ya lo había hecho, ¿volvió usted a repetir ese mismo recurrido cuando quería dirigirse por la noche al vehículo?

C: Es lo que llevo intentando explicar, que yo creo que sí. El recorrido que yo recuerdo es una calle muy ancha recta y luego a la izquierda, el recorrido que yo recuerdo sí, intenté ir hacia el coche.

A: Con lo cual, usted siempre recuerda haber ido por una calle muy ancha.

C: Sí, menos en el momento en que giramos.

El voto particular, en la página 189, dice que la cámara de seguridad de la Plaza del Castillo capta la imagen de 2 de los acusados marcando la dirección a seguir:

Es el varón que porta el sombrero, el que con su brazo izquierdo indicando una dirección (sic). Los cinco varones y la chica se encaminan para cruzar un pequeño montículo cubierto de césped natural” y asimismo que (fotograma 20) “otro de los varones que camina detrás del varón del sombrero, afirma con su brazo la dirección a tomar”

En cambio, Clara declara ante la fiscal que es ella la que marca el rumbo a seguir y que son los 5 acusados los que la siguen:

F: Cuando usted les dice que quiere retirarse a descansar, que se va a ir al coche, porque ya se ha quedado sola y no contacta con su amigo, dice que ellos manifiestan que la acompañan.

C: Sí.

F: ¿Qué le dijeron?

C: Tiramos por ahí. Estaba yo sentada y había otro chico sentado y, si no recuerdo mal había también otro, pero no lo sé seguro, y el resto estaba como de pie por aquí. Yo dije: "Me voy al coche", dije "yo voy por ahí". Y dijeron: "Vale, pues vamos para allá, te acompañamos todos".

Entonces, ateniéndonos a las imágenes del video, Clara está mintiendo, porque son ellos los que marcan la dirección a seguir, y no ella. Se ve claramente en la imagen como Guerrero y otro acusado ordenan el camino, a pesar de que la sentencia mayoritaria, en la página 44, se obstine en razonar lo contrario:

El encuentro entre denunciante y procesados, así como el posterior desarrollo, se objetiva en el informe fotográfico, sobre el estudio de las cámaras de seguridad y vigilancia situadas en la segunda planta del Palacio de Navarra - obrante a los folios 983 y siguientes de las actuaciones- elaborado por el Agente de Policía Foral 485 y que fue sometido a condiciones de efectiva contradicción, en su intervención como perito durante la sesión de acto de juicio oral celebrada el 20 de noviembre pasado. De la evaluación de este medio probatorio, no inferimos ningún elemento que permita avalar la versión de los procesados .

Y es que 2 de los acusados, Boza y Prenda, declararon ante la fiscal con absoluta firmeza, que el grupo jamás tuvo intención de acompañar a Clara hacia el coche: “¿No es cierto que iban en dirección a donde ella tenía el coche estacionado? Es que el problema es que ella en ningún momento nos dice que ella se va a ir al coche a dormir. Eso es totalmente falso. Y aparte no conozco su coche, ni la zona donde estaba su coche ni conozco Pamplona.” Y Prenda: “¿No es porque estaban acompañándola a ella al coche? No, ni muchísimo menos. Eso no ocurre, eso no ocurrió nunca. A ella nunca vamos a acompañarla al coche porque esa conversación no existe.”. Pero a pesar de ello, la sentencia mayoritaria no da como hecho probado la argumentación de los acusados: “De la evaluación de este medio probatorio, no inferimos ningún elemento que permita avalar la versión de los procesados .”

Fue Guerrero el que marcó la dirección a seguir porque anteriormente, cuando los acusados montaron el botellón en el banco de la Plaza, fue a buscar hielo en tiendas de comestibles y reparó en la existencia del Hotel Europa. Por eso el grupo tomó la dirección que él ordenó. No es cierto que nadie corrigiera a Clara la dirección a tomar. Ella sencillamente no llevó la iniciativa para marcar el camino. Fue Guerrero.


6-EL BAR TXOKO

Imagen 28. El bar Txoko de la Plaza del Castillo


Imagen 29
Imagen 30. Por la gran cantidad de público en el bar, es fácil entender por qué el grupo desechó la idea de tener sexo en los servicios del bar


Imagen 31. Entrada hacia los servicios del bar Txoko


Imagen 32.


Imagen 33

    El grupo de los 6 se levanta del banco en dirección al bar Txoko. Clara lo cuenta ante la fiscal:

        F: Recuerda usted qué camino cogieron, ¿se fueron por la parte interna de la Plaza del Castillo, por la parte exterior o no recuerda?

         C: Yo no conozco Pamplona bien, entonces no recuerdo exactamente el recorrido. Yo el recuerdo que tengo es que fue recto y a la izquierda, pero por lo que sé no es así. Entonces tampoco sé el recorrido que hicimos.

           F: ¿Recuerda si en la Plaza del Castillo llegaron a entrar en los porches?  

                     C: Yo no lo recuerdo. Recuerdo estar en el banco, levantarnos e irnos por una calle muy grande y luego girar, pero no me acuerdo.

                        El voto particular de la sentencia, en la página 136, dice así:

                    Poco antes de las 3,00 de la madrugada, todo el grupo se puso en movimiento a la vez, caminando por la parte exterior de la Plaza del Castillo en dirección hacia los porches donde se encuentran los bares Casino Eslava y Txoko, volviendo a salir de los porches y continuando su camino hacia la C/ Espoz y Mina.

                        Y en la página 189:

          Las cámaras de la empresa NAVATRES situadas en la segunda planta del Palacio del Gobierno de Navarra recogieron el encuentro de la denunciante con los acusados alrededor de las 02:50 horas de la madrugada del 7 de julio y el desplazamiento de los seis hasta los porches de la Plaza del Castillo, a la altura del Bar Txoko inmediatamente después de que todo el grupo se puso en marcha y abandonó el banco. Así queda acreditado en los folios 968 y siguientes de autos y especialmente en el “Informe fotográfico sobre los fotogramas” capturados por dichas cámaras y que ratificó en juicio el Policía Foral NIP 0485.

            Más adelante, en la página 191:

            Finalmente, se concluye en dicho informe, y resulta probado por las grabaciones aportadas, que el grupo formado por los cinco acusados y la denunciante habría realizado un desplazamiento desde el banco donde se produce el encuentro hasta la terraza del Bar Txoko, último punto en que los mismos fueron captados por las cámaras de vigilancia de la empresa NAVATRES. (f. 974).

        Respecto de este desplazamiento, plenamente acreditado en los términos que se han expuesto, nada consta en la denuncia y la denunciante declara en juicio que “no lo recuerda”. Sobre este extremo concreto, fue el Ministerio Fiscal quien preguntó a la denunciante si recordaba que entraron en los porches de la Plaza del Castillo y su respuesta fue que no lo recordaba; que recordaba estar en el banco, “levantarnos e irnos por una calle muy grande y luego girar, pero no me acuerdo”.

            Es evidente que sus recuerdos contradicen la objetividad de las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad pues lo cierto es que se levantaron del banco para inmediatamente después entrar en los Porches de la Plaza del Castillo y, a continuación, tomar no “una calle muy grande” sino una calle especialmente corta y estrecha, la calle Espoz y Mina donde está ubicado el Hotel Europa. Por su parte, los acusados afirmarán que, habiendo convenido mantener sexo en grupo, decidieron a tal fin buscar un lugar donde pudieran hacerlo tranquilos y que su primera opción fue probar suerte en los baños de un “bar o discoteca” que había en los porches de la Plaza del Castillo y que desecharon la idea inmediatamente al comprobar que dichos baños a los que se accedía bajando una escalera, se encontraban llenos de gente.

            Y un poquito más adelante:

            En este punto, aun cuando no lo recuerde, el visionado de las imágenes no deja lugar a dudas respecto al desplazamiento de todo el grupo hasta ese punto de los porches de la Plaza del Castillo; su afirmación de que buscaron un baño público para mantener una relación sexual resulta repugnante; sin embargo, no resulta extravagante en ellos si consideramos que la instrucción reveló que, al menos uno de ellos (Guerrero), ya había mantenido una relación sexual (consentida) esa misma mañana (la chica se llamaba Elena Pinto Gandara. El juez Ricardo González se equivoca al afirmar que Guerrero y Elena tuvieron sexo por la mañana, ya que fue por la noche, entre las 23 y la 1 horas. Sobre Elena hablaremos más adelante) en el baño de un céntrico bar de Pamplona (así resulta de la declaración testifical obrante a los folios 940 y 941 de los autos).

    La sentencia mayoritaria en la página 14 relata esto:

    Las seis personas salieron sobre las 03:00:45 de la Plaza del Castillo introduciéndose, en el pasillo existente entre las carpas de las terrazas de los establecimientos de hostelería Casino Eslava y Bar Txoko…

    Boza no declara nada sobre la entrada del grupo a los servicios del bar, en realidad porque la fiscal no le pregunta directamente sobre ello:

    F: ¿Deciden entonces irse del banco?

    B: Sí, decidimos irnos del banco.

    F: ¿Hacia dónde van ustedes?, ¿Qué es lo que se plantean?

    B: Nos planteamos buscar un sitio más tranquilo, un sitio donde pudiéramos hacer lo que todos queríamos hacer, que era mantener relaciones sexuales con ella y ella con nosotros…y decidimos buscar hoteles...un sitio tranquilo donde hacer, sin que nadie nos molestase, lo que todos queríamos hacer.

    Prenda declaró el 2 de septiembre del 2016, ante el juez instructor Esteban Iglesias, lo siguiente:

    F: ¿Ustedes fueron o entraron en algún establecimiento o en algún hotel a ver si había habitaciones?

    P: Si

    F: ¿En cual? ¿lo recuerda usted donde era?

   P: Yo es que de nombres ni de calles exactos no me acuerdo, pero me acuerdo que era como un bar o una discoteca o un algo que tenía unas escaleras para abajo, y entraron dos amigos y nosotros estábamos los cuatro esperando y ellos entraron y salieron para arriba y dijeron que allí no podíamos entrar, que había gente, que no podíamos estar a gusto.

    Y ante la fiscal en el juicio oral:

    F: ¿Y en ese tramo que estamos hablando, porque además, lógicamente, usted tiene conocimiento de la causa y lo ha visto, incluso después cómo se ha ido desarrollando el juicio, en ese tramo en que llegan ustedes hasta el hotel, que es por la Plaza del Castillo, ¿recuerda usted si entraron en la zona de los porches, en la zona porticada?

    P: Si es que sería mentirle, sería mentirle. Si le dijera que sí, le estoy mintiendo.

    F: Vale, no lo recuerda...

    P: No lo recuerdo.

    F: ...Si pararon en algún sitio antes.

    P: No me acuerdo. Sí que es verdad que justo, casi que saliendo de la Plaza del Castillo, por la Plaza del Castillo, nos metimos como en una discoteca o un hostal o una cosa que tenía como una escalera para abajo, que eso sí me acuerdo perfectamente, pero al igual que bajamos subimos porque había gente y no…

    Cabezuelo cuenta esto ante la fiscal:

    F: ¿Qué ocurre una vez que dicen que está claro que quieren buscar un sitio?, ¿a dónde van ustedes?

    C: Nos dirigimos a la parte de atrás del banco donde había creo que un bar o una discoteca...no se había mucha gente; entonces bajamos unas escaleras donde había unos servicios unisex abajo pero con mucha gente y decidimos buscar otro lugar y anduvimos un poco a la deriva ya que no conocíamos la zona…

    Cabezuelo dice “nos dirigimos a la parte de atrás del banco” que concuerda con lo que dice el voto particular de la sentencia, en la página 189:

    2.- Que (fotograma 19) “A las 02:59:44 horas del día 7 de julio de 2016, es el varón que porta el sombrero, el que con su brazo izquierdo indicando una dirección (sic). Los cinco varones y la chica se encaminan para cruzar un pequeño montículo cubierto de césped natural

    Escudero declara ante la fiscal esto:

    F: ¿Recuerda usted haber ido al hotel o no lo recuerda?

    E: Pues recuerdo de haber llegado y ellos comentarme algo del hotel, eso si recuerdo de que me contaron algo del hotel. O sea nosotros íbamos buscando un sitio y...lo primero que recuerdo es que bajamos unas escaleras hacia abajo, que era como un bar o un pub, no sé lo que era, pero como había mucha gente nos dimos la vuelta.

    Guerrero ante la Fiscal:

    F: ¿Recuerda haber parado a preguntar en algún establecimiento?

    G: Creo que era una discoteca con unos escalones. Sólo había un servicio y era unisex, era imposible ahí mantener relaciones sexuales.

    Clara, a la pregunta de la fiscal de si recuerda entrar en los porches, responde evasivamente un “no recuerdo”:

    F: ¿Recuerda si en la Plaza del Castillo llegaron a entrar en los porches?

    C: Yo no lo recuerdo. Recuerdo estar en el banco, levantarnos e irnos por una calle muy grande y luego girar, pero no me acuerdo. A pesar del suceso tan importante de la parada del grupo en el bar Txoko, la fiscal le hizo una única pregunta sobre esta parada.

    Salvo Boza, el resto de los acusados describen en el juicio oral, su paso por el bar Txoko (este bar se encuentra a una distancia de unos 50 metros del banco donde Clara y los acusados se conocieron). Cabezuelo recuerda el detalle de que pasaron por detrás del banco al dirigirse hacia el bar. Los 4 recuerdan unas escaleras, y tanto Guerrero como Cabezuelo recuerdan que los servicios eran unisex.





Imagen 34


Imagen 35

    Los 4 declaran que había demasiada gente en el servicio para mantener relaciones sexuales y que por ese motivo abandonaron el bar. Lo que resulta sorprendente del paso del grupo por los servicios del bar es que, si según la versión de Clara, ellos se pusieron en marcha para acompañarla hacia su coche, nada mas partir del banco hicieran una parada en el bar y sus servicios. Que los acusados quisieran obligarla a mantener relaciones sexuales sin su conocimiento y consentimiento, en un lugar tan concurrido a aquella hora, resulta inadmisible.

    La misma Clara negó su paso por el bar Txoko ante el abogado de la acusación popular Victor Sarasa:

    S: ¿en el itinerario hacia el coche en algún momento intentaron acceder a los baños de un bar?

    C: No, la única parada que recuerdo es plaza del Castillo, la puerta de un hotel y de ahí al portal

    Y es notable que la sentencia mayoritaria cuando relata lo sucedido aquella noche (hacia la página 45 de la sentencia), omite completamente el paso del grupo por el bar Txoko. Lo corrobora estas palabras de la sentencia mayoritaria: De la evaluación de este medio probatorio, no inferimos ningún elemento que permita avalar la versión de los procesados .

    Un último apunte sobre el bar Txoko: Clara no hace ninguna mención sobre el suceso del bar ni en la denuncia policial, ni ante el juez instructor Esteban Iglesias.

7-EL HOTEL EUROPA


Imagen 36. La calle Espoz y Mina, con el Hotel Europa, a una distancia aproximada de 50 metros desde el barTxoko

Imagen 37. Distancia visual entre el Bar Txoko y el Hotel Europa. Según el relato de Clara, 3 de los acusados iban por delante de ella cuando llegaron a la entrada del hotel. Entonces si el grupo iba acompañando a Clara hacia su coche ¿Cómo podían caminar por delante de ella, si desconocían la situación de su coche?


Imagen 38. Entrada del hotel Europa


Imagen 39


Imagen 40. Aspecto que debía presentar la calle del hotel Europa la noche del 7 de julio

    Una vez el grupo de los 6 sale del bar Txoko, se dirige al hotel Europa situado a mitad de la calle Espoz y Mina. El folio 975 del sumario hace mención de la distancia entre el bar y el hotel: “Como avance de las indagaciones policiales, y considerando los horarios y posible desplazamiento del grupo de personas implicadas (investigados y denunciante), se consideró necesario analizar el entorno espacial, donde fueron captados por última vez por las cámaras de vigilancia de la empresa NAVATRES, constando que en las inmediaciones del último lugar donde fueron visionados (Bar Txoko), a una distancia aproximada de 45 metros se ubica el HOTEL EUROPA (Calle Espoz y Mina nº11).”

    Sobre el hotel, Clara declara ante la fiscal:

    F: ¿Recuerda usted si pararon en algún momento en algún establecimiento hotelero?

    C: Sí, cuando nos levantamos del banco y comenzamos a andar yo iba hablando con un chico y delante de mí iban otros dos. La sentencia mayoritaria, en la página 45 dice así: “En cuanto al desplazamiento al hotel Europa, tenemos que las razones por las que la “la denunciante” en su inicial declaración en la Policía Municipal prestada a las 07:09 horas, del día 7 de julio del 2016, ante la Agente 405 , se refirió al Hotel Leyre, en lugar del Hotel Europa, cuando declaró : “… Que entonces los tres chicos que iban por delante, se han dirigido al hotel Leire, lugar donde no les han dejado entrar, puesto que el vigilante de seguridad, les ha manifestado que había una lista de clientes, y ellos no estaban en la misma.(…) Que preguntada a Clara si en algún momento los chicos le han dicho por qué iban al hotel, manifiesta que no.”, quedaron debidamente esclarecidas en la declaración de la referida Agente, instructora del atestado en este extremo en la sesión de acto del juicio oral celebrada el 23 de noviembre, cuando declaró que según el relato de la denunciante y a la vista de los planos que le fueron exhibidos, consideró que el hotel al que se había dirigido era el Hotel Leyre. Se explica la confusión padecida por “ la denunciante”, quien visitaba por primera vez esta ciudad, había subido dos veces desde el Soto de Lezkairu y una de las vías de acceso a este lugar -no la única pero sí en el mismo sentido-, es a través de la calle Amaya donde esta situado el Hotel Leyre.) A veces iba uno que estaba con ellos y luego venía con nosotros, así como intercalando. Entonces pues íbamos andando por la calle, ellos iban delante y yo iba andando con otro chico. Y llegamos a un hotel, en el que los que iban delante se pusieron a hablar con el de... es que no sé si era de seguridad o era el recepcionista, no sé lo qué era, pero se pusieron a hablar con él y yo cuando llegué a la altura a la que estaban ellos solamente oí como uno de ellos, no sé cuál, dijo un número y un nombre y entonces el del hotel dijo: "No tenéis habitación". Y entonces como que volvimos a andar lo que ya habíamos andado. Pero en la denuncia policial de Clara (folio 19 de autos) declaró que no escucho ni un nombre ni apellido: “Que preguntada si ha escuchado algún nombre o apellido de alguno de los chicos, manifiesta que no, puesto que ellos cuatro han entrado dentro del hall del hotel, y ella, que estaba fumando, se ha quedado fuera”

    F: Sé que ha pasado el tiempo, que pueden ser las imágenes más difusas, ¿recuerda si eso fue al poquito de salir de la Plaza del Castillo o ya habían andado mucho rato?

    C: No lo recuerdo, no le sé decir.

    F: Usted ha dicho que iba hablando con uno y que cree que iban dos más delante o alguno que iba moviéndose de un lado para otro, acercándose y separándose. ¿Usted nunca estuvo en un grupo compacto con todos ellos? Usted siempre manifestó que eran cuatro.

    C:Yo no me acuerdo de estar los cuatro... Salvo en la Plaza del Castillo que es lo que he dicho, que yo estaba sentada y estaban ellos como por delante, pero hablando en ningún momento estuvimos todos juntos.

    F: Usted ha manifestado que eran cuatro.

    C: Sí.

    F: Usted recuerda solamente a cuatro.

    C: . Clara se referirá constantemente al grupo de los acusados como 4 componentes y no 5. Así lo justifica la sentencia mayoritaria, en la página 37: “De todo este conjunto de medios de prueba, podemos inferir razonablemente que desde el primer momento, “ la denunciante” refirió a las personas que le atendieron y los agentes que intervinieron que había sufrido una actuación atentatoria a su libertad sexual a la que ella no había prestado aquiescencia, por parte de cuatro varones -resaltamos que a lo largo de todas sus declaraciones en sede policial, judicial y en el acto del juicio oral, con la natural precisión de que a esas alturas del proceso, sabía que eran cinco los procesados -, mantuvo que dicha actuación atentatoria se había llevado a efecto por cuatro personas, lo que refuerza la consideración de la intensidad del impacto emocional producido por la actuación de los procesados. Pero el voto particular de la sentencia, en la página 209, dice esto: “Tanto las acusaciones como ahora la sentencia mayoritaria destacan como apoyo a la credibilidad de la denunciante el hecho de que se mantenga en que eran 4 los sevillanos que recuerda pese a la certeza de que son 5. Pues bien, con tal argumento lo que no se entiende es que no den la relevancia contraria a que antes dijera que iban todos en grupo para sostener ahora que jamás caminaron agrupados o que dijera que ellos iban delante para sostener ahora lo contrario o sostuviera que los “cuatro” a la vez la incomodaron para rectificar ahora y decir que solo uno de ellos lo hizo. Como tampoco cabe sostener como se hace en la sentencia mayoritaria, de nuevo mediante una suposición “contra reo”, que esa falta de recuerdo sobre que eran cinco y no cuatro el grupo de sevillanos con los que se juntó esa noche, refuerce “la consideración de la intensidad del impacto emocional producido por la actuación de los procesados”. Pero ese impacto emocional que quiere justificar la sentencia mayoritaria con el recuerdo de 4 acusados, contrasta con el hecho de que consideren inocuo e irrelevante que ella publicara semanas antes de la celebración del juicio la famosa imagen en Instagram con el eslogan “hagas lo que hagas, quítate las bragas”; así es relatado en la página 125 de la sentencia mayoritaria: “La ampliación propuesta por Letrado Sr. Agustín Martínez Becerra, se elaboró por dichas detectives: “…Por petición del abogado Agustín Martínez Becerra completamos el informe de redes sociales de Doña Clara aportando la imagen adjunta tomada de su red de "Instagram" el día 19 de Septiembre de 2017 a las 11.15 horas y publicada 11 horas antes de dicha captura.” y en el mismo se inserta una fotografía, con el contenido que es de ver en el acta correspondiente a la sesión del juicio oral celebrada el 13 de noviembre. Este documento fue admitido por la Sala, de modo que la declaración testifical, en la sesión del juicio oral del 23 de noviembre prestada por Dª Dolores Castro y Dª Susana Soler, versó en exclusiva sobre dicho informe. La denunciante en su declaración en la sesión de juicio oral celebrada el 14 de noviembre, explicó las circunstancias y motivos por los que había insertado en el Instagram privado que tenía, la referida fotografía. En nada desvirtúan nuestras consideraciones al respecto, esta prueba de descargo en parte como vemos carente de validez. Dicha prueba de descargo, parece ignorar deliberadamente que se trata de una persona joven -los hechos sucedieron muy poco después de alcanzar la mayoría de edad- , que debe superar este trance. El mundo no se paró para la denunciante, la madrugada del 7 de julio. Las psicólogas forenses, han informado sobre la conveniencia de que retome su vida en todos los ámbitos -familiar, social, educativo…- , Siendo complejo el proceso de recuperación que está siguiendo. Tiene toda una vida por delante y no se observa que en modo alguno haya de llevar una vida de ermitaña.”. Mas adelante volveremos a hablar sobre esta imagen publicada por Clara.

    F: Cuando pararon en ese establecimiento hotelero, y nos ha explicado como ocurrió, ¿a usted le dijeron que iban a buscar una habitación antes o después de parar allí? ¿Le dijeron algo respecto a por qué habían parado en el hotel?

    C: No, no me dijeron estamos buscando una habitación, pero no me extrañó. Al final, cuando vas a dormir en un coche es muy incómodo. Veo normal que buscaran una habitación. No lo vi raro.

    F: ¿Le dijeron en algún momento que estaban buscando una habitación para mantener relaciones sexuales con usted?

    C: No.

    F: ¿Usted en algún momento le dijo a ellos que buscaran una habitación para mantener todos relaciones sexuales?

    C: No, yo no dije eso.

    F: Usted sí sabía, por lo que ha manifestado al principio, que ellos no tenían alojamiento en Pamplona.

    C: No, porque yo le dije al chico del banco que yo estaba con un amigo, que iba a dormir en el coche y él también me lo dijo, en plan: "nosotros igual".

    F: Usted dice que de la conversación escuchó un número y un nombre.

    C: Sí, pero no sé ni el número ni el nombre. No tengo ni idea.

    Ante Agustín Martínez, Clara respondió lo siguiente:

    A: Dijo usted, cuando prestó declaración, que ellos entraron en el hall del hotel y que usted permaneció fuera fumando un cigarro.

    C: Sí.

    A: ¿Estaba usted sola o acompañada?

    C: La cosa es que... No sé cómo explicar... Eran unas escaleras, no era un hall con la recepción y tal. Yo lo que recuerdo es que ellos como que subieron unas escaleras hacia un portal y ahí había alguien del hotel (primero, Clara dice que penetraron en el hotel), que no sé con seguridad si era un recepcionista o lo que fuera. Y ahí fue donde yo iba más atrás de los que estaban en el hotel. Yo iba hablando con otro chico, con otros dos, no lo sé, no le sé decir si era uno o dos. Pero los que iban delante estaban ya cuando yo llegué. No sé sí...

    A: Sí, es que usted hace referencia a que se queda fumando un cigarro mientras que ellos están buscando habitación.

    C: Sí, pero no es que ellos entren al hotel, pasen por las puertas de cristal y busquen en la recepción, sino que es en la misma puerta de cristal del hotel (y acto seguido dice que conversaron en la puerta del hotel, y no en el interior, como había declarado más arriba) donde hay un hombre y le preguntan habitación... No sé qué le preguntaron, yo no lo oí, estaba más atrás. Yo cuando llegué, uno de ellos, no sé quién, estaba ya diciendo un número y un nombre.

    A: O sea que usted una parte de la conversación... Sí escuchó la conversación que tuvo con esa persona que está en la puerta del hotel.

    C: Sí, le dijo un número y un nombre, pero no sé ni el número ni el nombre.

    A: ¿No escuchó en ningún momento que querían una habitación, que estaban buscando una habitación, y concretamente incluso una habitación para follar?

    C: No. No me sorprendió que buscaran una habitación porque dormir cuatro personas en un coche es muy incómodo, entonces no me extrañó que estuvieran buscando una habitación para descansar.

    A: Claro. ¿Y en algún momento le indicaron que usted también podía descansar en esa habitación y subir a esa habitación con ellos, independientemente de practicar o no practicar ningún tipo de relación?

    C: No, no me dijeron nada, la verdad.

    La denuncia policial de Clara dice lo siguiente (folio 19 de autos):

    Que entonces los 3 chicos que iban por delante de Clara se han dirigido al hotel Leyre, lugar donde no les han dejado entrar, puesto que el vigilante de seguridad, les ha manifestado que había una lista de clientes, y ellos no estaban en la misma.

    Que preguntada a Clara si en algún momento los chicos le han dicho por qué iban al hotel, manifiesta que no.

    Que preguntada si ha escuchado algún nombre o apellido de alguno de los chicos, manifiesta que no, puesto que ellos cuatro han entrado dentro del hall del hotel, y ella, que estaba fumando, se ha quedado fuera.

    Que preguntada si no le ha extrañado que estos cuatro chicos entraran al hotel, si bien le habían manifestado que pernoctaban en un coche, manifiesta que no, que no le ha dado ninguna importancia.

    Ante el juez instructor Edilberto Esteban, Clara declaró lo siguiente (página 119 de autos):

    Que antes de llegar al portal habían intentado entrar en un hotel pero el portero no se lo permitió porque les dijo que no estaban alojados allí.

    Boza declara ante la fiscal, sobre el suceso del hotel:

    F: ¿Recuerda lo del hotel?

    B: Lo del hotel yo personalmente no lo recordé. Cuando hemos visto aquí en sala, que ha declarado este hombre del hotel Europa, creo recordar que sí me sonó un poco pero en ese momento no lo recordé...no lo recordé y creo que en mi declaración tampoco. (Se refiere a su 1ª declaración, ante el juez instructor)

    F: O sea, que usted no se acuerda ni de si se acercó, ni si no, ni si estaba allá, ¿no recuerda nada de ese episodio?

    B: No recuerdo.

    Prenda declara ante la fiscal lo siguiente:

    F: ¿Y qué hicieron a continuación?

    P: Pues nos fuimos a buscar, ya le digo, un hotel, un hostal, nos fuimos a buscarlo.

    F: ¿Recuerda -y sé que es mucho pedir porque lógicamente ustedes no conocen la ciudad, entonces se lo voy a preguntar y si no lo recuerda...- recuerda por dónde fueron caminando para llegar hasta el hotel o el hostal?

    P: La verdad es que me encantaría acordarme pero ufff…

    F: No recuerda.

    P: Por sitios, calles, imposible para mí.

    Y un poco más adelante:

    F: En ese tramo hasta el hotel, por fijar un poco esa primera parada (esto es una falacia por parte de la fiscal, porque es la segunda parada, después de la del bar Txoko), ha dicho que usted a veces hablaba con la denunciante a veces no, ¿de qué iban hablando? Cuando usted se acercaba a ella, ¿de qué hablaban?

    P: Pues la verdad es que no lo recuerdo.

    F: ¿Recuerda...?

    P: Perdone.

    F: Sí, sí.

    P: Pero, por ejemplo supongo que cuando llegamos a un hotel o a un sitio de esos, las conversaciones serían de "vámonos para otro sitio a buscar, porque aquí no podemos".

    F: ¿Recuerda cuando llegaron al hotel o no?

    P: No.

    F: ¿Usted recuerda haber entrado, haber esperado en la puerta?

    P: No, que no me acuerdo.

    F: ¿Tampoco recuerda acercarse al portero, lo que escuchó que había declarado él?

    P: No.

    F: ¿No lo recuerda?

    P: Al portero lo he escuchado aquí y, ya le digo, ojalá me acordase de eso, pero es que no me acuerdo.

    F: ¿No recuerda entonces si usted llegó a entrar ni si se acercó ni quién se acercó?

    P: No.

    F: De esa parte no recuerda nada. Una vez que pasa pues ese momento de que paran al parecer en un hotel y continúan, ¿hacia dónde se dirigían ustedes?

    P: Una vez que nos dan la negativa del hotel, pues no sé si nos vamos a buscar otro hotel y ya en ese momento, en el momento que nos dicen que no en el hotel, pues vamos muy a ver... a buscar otro sitio.

    Nos gustaría señalar que tanto Prenda como Escudero y Boza, después de la orgía, trataron de colarse en dos hoteles para pasar el resto de la noche a cubierto, hasta la hora del encierro, ya por la mañana. Es posible que por este motivo Prenda no recuerde bien el suceso del hotel Europa, a pesar de que él mismo fuera, junto con Cabezuelo, los que conversaron directamente con el portero.

    Cabezuelo ante la fiscal:

    C: ...y anduvimos un poco a la deriva ya que no conocíamos la zona y creo recordar que preguntamos en un hotel, no sabría decirle bien...pero yo creo recordar pero no puedo asegurar que Prenda y yo fuimos los que hablamos con el portero del hotel o recepcionista que estaba en la puerta.

    F: ¿Entraron ustedes dentro del hotel?

    C: No, no recuerdo, yo diría que no pero no se lo puedo asegurar al cien por cien.

    F: ¿Recuerda si el recepcionista estaba en la puerta del hotel y ustedes en la calle o tampoco lo pueden precisar?

    C: No sabría decirle.

    F: ¿Estaban ustedes de espaldas a la calle o en qué posición?

    C: Sí, creo que así.

    F: ¿Dónde estaba en ese momento la denunciante?

    C: En ese momento yo creo que íbamos en bloque compacto, o sea que íbamos todos juntos creo.

    F: ¿Eso es lo que recuerda usted que iban todos juntos?

    C: Sí, yo creo que sí.

    F: ¿Y recuerda dónde se quedó ella?

    C: Bueno estábamos todos juntos.

    F: Perdón, pensaba que se refería a sus amigos, o sea que ella estaba junto con ustedes en ese momento.

    C: Sí, yo creo que sí.

    F: No recuerda usted que se quedara más apartada fumando.

    C: Bueno...yo creo que sí estaba fumando pero vamos, se podría decir que estaba en el grupo.

    F: ¿Y ella habló algo con el portero o con el recepcionista?

    C: No lo recuerdo.

    Guerrero ante la fiscal:

    G: ...También recuerdo haber ido a un hotel, aunque ya no sé si es el hotel Europa o el otro del que se habla. Sé que fuimos y recuerdo haber mantenido uno de mis compañeros una conversación con el portero o con el jefe de seguridad preguntando por una habitación. Nos dijo que no había.

    Y un poco más adelante de su declaración:

    F: En esa conversación con el portero del hotel. ¿Recuerda si se acercaron todos, si ella se acercó, llegó a entrar alguno?

    G: No entramos en el hotel, sino en la antesala. Creo recordar que fuimos todos, tanto nosotros como la chica.

    F: ¿No recuerda que ella se quedara apartada?

    G: No.

    Escudero ante la fiscal:

    F: ¿Recuerda usted haber ido al hotel o no lo recuerda?

    E: Pues recuerdo de haber llegado y ellos comentarme algo del hotel, eso si recuerdo de que me contaron algo del hotel. O sea nosotros íbamos buscando un sitio y...lo primero que recuerdo es que bajamos unas escaleras hacia abajo, que era como un bar o un pub, no sé lo que era, pero como había mucha gente nos dimos la vuelta; entonces al darnos la vuelta, yo me quedé más atrasado y ellos consiguieron como un hotel y entonces cuando llegué ellos ya me dijeron “quillo, que está lleno” o...no recuerdo bien la frase que me dijeron pero que no podíamos entrar, entonces seguimos avanzando.

    F: ¿Entonces usted ni se acercó al vigilante del hotel ni habló con él?

    E: No, me hubiese gustado entrar pero no...

    F: ¿Sabe quién se acercó?, ¿ahí alguien entró o no entró?, ¿sabe algo?

    E: No, no.

    F: ¿Sabe si ella entró, no entró, se mantuvo a parte?

    E: No, yo cuando llegué, ahí si estaba el grupo compacto. Cuando yo llegué estaban...eh, pues había...creo que había una escalera o algo y estaban aquí cuando yo ya me incorporé a todos ellos y ya pues seguimos avanzando.

    F: ¿En la puerta del hotel?

    E: Es que no sé si era un hotel, la puerta de un hotel o...

    F: ¿Era una puerta con unas escaleras hacia arriba?, No sé si usted lo recordará visualmente.

    E: Sí, yo los vi abajo, yo los vi aquí, o sea de frente, yo cuando llegué de frente estaban ellos aquí.

    F: ¿De frente al portal?

    E: No, al portal no.

    F: Perdón, al portal no, al hotel.

    E: Estaba el hotel aquí a la izquierda y yo los veo a ellos como bajar las escaleras y estaba el grupo compacto aquí, en esta parte.

    F: ¿Y ella también estaba ahí?

    E: Sí, claro.

    La declaración de Miguel González Valencia, el portero del hotel Europa, como testigo ante la Policía Foral el 16 de septiembre del 2016 (folio 1008) dice: ”Con ellos se encontraba una chica, la cual se encontraba en una posición más atrasada que ellos, y con la que no llegó a hablar en ningún momento. Y su declaración ante el juez instructor Esteban Iglesias (folio 1068) el 30 de septiembre: ”Que se acercó el grupo y estuvo hablando con ellos pero no sabe cuál se acercó exactamente… A preguntas del Ministerio Fiscal manifiesta: que no se fijó mucho en la chica. Que no recuerda cómo iba vestida que no habló con el declarante y estuvo quieta. Que el declarante estaba en el escaloncillo del umbral de la entrada al Hotel. Que los chicos se acercaron hasta donde estaba el declarante. Que la chica estaba más atrás hacia la derecha, hacia la Plaza del Castillo. Que estaba enfrente de la puerta pero un poco más a la derecha y atrás. Que pasa gente constantemente… A preguntas del letrado Agustín Martínez Becerra manifiesta: que no sabe si la chica formaba parte del grupo, que venía con ellos pero se quedó más atrás y en ningún momento se acercó a hablar con el declarante.”

    El voto particular de Ricardo González, en la sentencia (página 198) dice esto:

    Resulta llamativo, también, lo que relató acerca de la parada en el hotel Europa. En su denuncia inicial expresó que los tres chicos que iban por delante de ella se han dirigido al hotel Leyre, lugar donde no les han dejado entrar “puesto que el vigilante de seguridad les ha manifestado que había una lista de clientes y ellos no estaban en la misma”; que no le han dicho por qué iban al hotel; que no escuchó el nombre o apellidos de ninguno de los chicos porque “ellos cuatro han entrado dentro del hall del hotel y ella, que estaba fumando, se ha quedado fuera” y que aunque los chicos le habían dicho que dormían en el coche, no le dio ninguna importancia al hecho de que entraran en el hotel. Afirmó en definitiva que mientras los chicos entraban dentro del hotel, ella se quedó fuera esperando y ajena a la conversación.

    E igualmente resulta llamativo que después de situar a los chicos dentro del hotel, en tanto que ella se sitúa fuera, espontáneamente y a renglón seguido sepa dar razón de al menos una parte de la conversación que aquellos mantienen, como demuestra el hecho de que, también espontáneamente, explique en su denuncia que el vigilante de seguridad les ha manifestado que había una lista de clientes y que ellos no estaban en la misma; expresión absolutamente coincidente con lo que el portero del referido hotel vino a manifestar ante el Magistrado-Juez instructor y ratificó en juicio.

    Como también lo es que, habiendo señalado que mientras la conversación tenía lugar “dentro” y ella permanecía “fuera”, ya en el acto de juicio oral revele que, al menos, conocía otro fragmento de aquella conversación, cuando dijo que oyó a uno de los chicos decirle al portero del hotel “un nombre y un número” que ya no recordaba, pero que coincide con lo que José Ángel Prenda manifestó ante el Magistrado-Juez instructor cuando afirmó que se acercó al portero y le dio un nombre falso y un número ficticio de habitación para ver si así les dejaba pasar, pero el portero no se lo permitió (Es interesante el hecho de que cuando Prenda declaró en el juicio oral ante la fiscal, ya no recordaba lo sucedido con el portero: F: ¿Recuerda cuando llegaron al hotel o no? P: No. F: ¿Usted recuerda haber entrado, haber esperado en la puerta? P: No, que no me acuerdo. F: ¿Tampoco recuerda acercarse al portero, lo que escuchó que había declarado él? P: No. F: ¿No lo recuerda? P: Al portero lo he escuchado aquí y, ya le digo, ojalá me acordase de eso, pero es que no me acuerdo. F: ¿No recuerda entonces si usted llegó a entrar ni si se acercó ni quién se acercó? P: No. F: De esa parte no recuerda nada.); y coincide igualmente con lo que D. Miguel González Valencia, portero del Europa aquella noche, declaró en el juicio en concordancia con lo que ya tenía manifestado en la fase de instrucción.

    Y llamativo resulta igualmente que, apartándose de lo que inicialmente indicó, rectifique en el juicio para situar al portero ora en la misma calle, ora a mitad de un tramo de escaleras cuando manifiesta: “La cosa es que, vamos a ver, o sea, no sé cómo explicar, eran unas escaleras, no es el hall, la recepción y tal; o sea, yo lo que recuerdo es que ellos, como que subieron unas escaleras hacia un portal y ahí había alguien del hotel que no sé si es seguridad, recepcionista o lo que fuera, y ahí fue donde yo iba más atrás que los que estaban en el hotel, yo iba hablando con otro chico, con otros dos, no lo sé, no le sé decir si eran uno o dos, pero los que iban delante estaban como, o sea, estaban ya cuando yo llegué, no sé.” Y más adelante: “Si, pero no es que ellos entren al hotel, pasen por unas puertas de cristal y busquen en la recepción, sino que es en la misma puerta del hotel donde hay un hombre y dice... y le preguntan habitación, o sea, no sé qué le preguntaron, yo no lo oí, yo estaba más hacia atrás, yo cuando llegué, uno de ellos, no sé quién, estaba diciendo ya un número y un nombre.”

    Pues bien, lo cierto es que D. Miguel González Valencia ha manifestado en todo momento que esa noche realizaba su trabajo en la calle, a la altura de la puerta del hotel, no en las escaleras, no dentro, no en la recepción, sino en la calle a la altura de la entrada del hotel. Ciertamente, de haber estado el portero dentro del portal y a medio tramo de la escalera no se acierta a comprender que la denunciante lo pudiera escuchar con tanta claridad cuando pasa por la calle, mucho menos si consideramos el ruido ambiental que en ese momento y lugar debía haber.

    El Sr. González Valencia declaró en juicio el día 16 de noviembre. Manifestó que la recepción del Hotel está en la planta primera subiendo las escaleras y que él estaba abajo. En consonancia con la declaración que ya tenía prestada en instrucción, manifestó que recordaba al grupo de andaluces que, acompañado de una chica, se acercó al hotel la noche de autos. Dijo que la chica venía con ellos y se quedó a 3 ó 4 metros de él. Indicó que, aunque cuando le fueron exhibidas las fotografías en el juzgado “alguno le sonaba” no se atrevió a señalarlo porque no estaba seguro, pero afirmó con firmeza que fue el único grupo numeroso que se acercó a él y pretendió entrar en el hotel.

    La conversación que mantuvieron, de acuerdo con lo que testificó, puede concretarse en los siguientes puntos:

    1º.- Uno de los jóvenes intentó entrar facilitando un nombre y número de habitación supuestos.

    2º.- El Sr. González les negó el paso explicando que no figuraban en su lista de clientes.

    3º.- Ante su negativa, los jóvenes le preguntaron si disponía de una habitación, para toda la noche o por horas refiriendo “que la querían para follar.”

    4º.- Finalmente el Sr. González tras decirles que no había habitaciones les sugirió que preguntasen en el Hotel Yoldi o en el Hotel Leyre.

    Pues bien, pese al empeño de la denunciante por sostener que se mantuvo ajena a dicha conversación, lo cierto es que en este punto su relato resulta, además de sumamente confuso, incoherente y contradictorio.

    De entrada, atendiendo a lo que declaró resulta imposible poder precisar si ella no escuchó la referida conversación porque estaba fuera mientras ésta tenía lugar en el interior del hotel, o porque ella estaba en la calle y el portero a mitad de la escalera, o porque los acusados llegaron antes y ella llegó después o sencillamente porque la distancia a la que ella se quedó respecto a ellos era tal que no pudo oír lo que hablaban. Pero lo cierto es que puede tenerse por probado que el Sr. González se encontraba donde dijo que estaba, en la calle; que nadie entró dentro, sino que todos estuvieron fuera; que, habida cuenta de la anchura y dimensiones de la calle Espoz y Mina, lo razonable es pensar que, aunque la denunciante se mantuviera retirada del grupo, debía encontrarse a una escasa distancia, y en definitiva, que no se puede tener por cierto en términos absolutos que no escuchara la conversación porque ya en la mañana del 7 de julio, al formular su denuncia, demostró conocer el fragmento de la conversación entre los acusados y el portero que antes he numerado como 2º (que no estaban en la lista de clientes); en el plenario reconoció que también conocía el fragmento 1º (que uno de los chicos dio un nombre y un número), sin que tampoco resulte irrazonable pensar que también conoció el fragmento 4º (recomendación del portero de que acudieran a preguntar al Hotel Yoldi o al Leyre).

    A preguntas del Ministerio Fiscal, manifestó: “Llegamos a un hotel en el que, los que iban delante, como que se pusieron a hablar con el de seguridad o el recepcionista, no sé lo que era, pero se pusieron a hablar con él y yo cuando llegué a la altura en la que estaban ellos solamente oí como uno de ellos, no sé cuál, dijo un número y un nombre y entonces el del hotel dijo: “no tenéis habitación”. Si cuando llegó a su altura escuchó esto último, la lógica invita a pensar que la petición de “una habitación para follar”, que fue inmediatamente posterior, debió oírla también pues es imposible que se hubiera alejado lo suficiente como para no escucharla.

    Y que confundiera en su denuncia el hotel Europa con el Leyre tiene igualmente sentido si consideramos que el portero del Europa se lo mencionó. Explicación que también fue considerada como razonable al recogerse así esta posibilidad en las conclusiones policiales obrantes al folio 978 de los autos, cuando en el “informe sobre posibles recorridos que pudieron realizar el grupo de investigados y la denunciante”, señala:

    “4. Sería coincidente lo relatado por la denunciante con lo manifestado por el empleado del HOTEL EUROPA, D. Miguel González Valencia, en cuanto al hecho de que el vigilante de seguridad tenía un listado de clientes y que no les dejaron acceder al hotel ya que no figuraban en la misma, con la salvedad de que el HOTEL es el EUROPA y no el LEYRE como afirmó la denunciante.

    5.- Se entiende como hecho más probable que Doña Clara, se equivocara al nombrar el HOTEL donde los investigados pararon en su desplazamiento, sobre todo considerando que la citada no es originaria de Pamplona, al igual que tampoco lo son los investigados. Además, si nos atenemos a las declaraciones del empleado del HOTEL EUROPA, éste les dio como referencia dos hoteles próximos, siendo uno de ellos precisamente el hotel LEYRE.”

    Tales conclusiones se reiteran en el folio 1020 de las actuaciones al final del estudio de posibles recorridos que ratificó en juicio el Agente de Policía Foral NIP 0482.

    Todo parece indicar, por tanto, que la única parte de la conversación que, según su declaración en juicio, no llegó a escuchar la denunciante sería la correspondiente al fragmento 3º, esto es, que los acusados, pidieran una habitación para “follar”; lo que resulta ciertamente más que dudoso y cuestionable.

    Como inadmisible me resulta la explicación con que la sentencia mayoritaria pretende justificar la mención del Hotel Leyre en la denuncia y la afirmación de la denunciante en juicio de que dicho hotel le sonaba sin explicar por qué pudiera sonarle cuando tan solo llevaba unas horas en Pamplona y era la primera vez que visitaba la ciudad. La sentencia mayoritaria acude en su auxilio y complemento afirmando: “Se explica la confusión padecida por “la denunciante”, quien visitaba por primera vez esta ciudad, había subido dos veces desde el Soto de Lezkairu y una de las vías de acceso a este lugar -no la única pero sí en el mismo sentido-, es a través de la calle Amaya donde esta situado el Hotel Leyre”

    Esta explicación, construida sobre el vacío, pues nada al respecto manifestó la denunciante en ningún momento, constituye una mera suposición o conjetura “contra reo” absolutamente inadmisible, pues no es más que un vano intento de justificar, sin el menor apoyo probatorio, el escaso conocimiento que de la conversación que tuvo lugar a la altura del Hotel Europa habría tenido la denunciante según le atribuye y asume la sentencia mayoritaria.

    Con ella se trata de contrarrestar de raíz la versión de los acusados mediante el juego de suposiciones y conjeturas contra reo que no respetan la esencia del derecho constitucional a la presunción de inocencia, pues persiguen desactivar (no puedo apreciar otro sentido) como posible que la denunciante hubiese escuchado que pedían una habitación para “follar” y justificar, por tanto, que fuese ajena al acuerdo que aquéllos sostienen que alcanzaron con ella en la Plaza del Castillo de mantener sexo en grupo.

    Frente a ese intento debemos oponer, partiendo de lo anteriormente razonado, que no se acaba de entender si, como sostiene la denunciante y asume la mayoría de la Sala, su deseo era el de irse al coche a descansar qué hacía en la calle esperando mientras los acusados trataban de conseguir una habitación en el hotel. Lo mismo cabe preguntarse cuando anteriormente estuvo esperando en el bar Txoko.

    Y en la página 233 de la sentencia dice:

    Además de lo que anteriormente ya se ha reseñado acerca de este testigo, manifestó que la noche de autos, el grupo de chicos con acento andaluz fue el único que se acercó en toda la noche y nadie más pidió una habitación por horas. Que, al momento de prestar declaración judicial, alguno le sonaba, aunque no estaba seguro y que la chica iba con ellos y permaneció a unos 3 ó 4 metros de donde él se encontraba, aunque no pudo afirmar si escuchó o no la conversación; que todos iban “medio ciegos y contentos” y que no hablaban bajo. (Ellos portaban los vasos de cubata en las manos) Explicó que la recepción del hotel Europa está en la planta 1ª, subiendo las escaleras y que él se encontraba abajo.

    No se aprecia en el testigo razón alguna para dudar de la veracidad de su testimonio, por lo demás concordante con lo que en su momento declaró en la instrucción. La manifestación de la denunciante en su denuncia de que el portero del hotel no les permitió el paso por no estar en su lista de clientes coincide plenamente con lo que el Sr. González Valencia explicó en su declaración obrante al folio 1068 del Tomo III de autos y lo que dijo en juicio, lo que lleva a pensar que, efectivamente, la denunciante y los acusados se detuvieron en la puerta del Hotel Europa aquella noche; la declaración de la denunciante sobre este extremo, por el contrario, no puede tenerse por firme y persistente, sino por contradictoria, como ya ha sido analizado anteriormente. La descripción que el Sr. González Valencia dio de la chica que iba con los acusados no coincide con la denunciante, pero carece de relevancia alguna a la hora de afirmar como probado que estuvieron en la puerta del hotel; en tal sentido se mostró firme al afirmar que ningún otro grupo de personas se acercó esa noche al hotel; que los rasgos que proporcionó sobre la denunciante (medio rubia y delgadilla, con el pelo liso) no coincidan con su apariencia física, transcurrido casi un año y medio desde que la vio, no desmerecen su testimonio como parece pretender la sentencia mayoritaria al desvincular, por omisión, que ella también iba con el grupo de sevillanos, algo que por lo demás ella misma reconoció.

    Como ya he mencionado más arriba respecto al suceso del grupo en el hotel, vuelve a sorprender que según el relato de Clara, realizara otra parada después de haber hecho una anteriormente en el bar Txoko. Clara afirma insistentemente que su intención era dirigirse al coche. Y es que en un pequeño margen de 100 metros, desde el banco de la Plaza del Castillo, realizaron 2 paradas. Produce más la sensación de que es ella la que les está acompañando a ellos 5. Declaró que llegó retrasada a la entrada del hotel, que es donde estaba situado el portero del hotel conversando con 2 de los acusados:

    Sí, cuando nos levantamos del banco y comenzamos a andar yo iba hablando con un chico y delante de mí iban otros dos. A veces iba uno que estaba con ellos y luego venía con nosotros, así como intercalando. Entonces pues íbamos andando por la calle, ellos iban delante y yo iba andando con otro chico. Y llegamos a un hotel, en el que los que iban delante se pusieron a hablar con el de... es que no sé si era de seguridad o era el recepcionista, no sé lo qué era, pero se pusieron a hablar con él y yo cuando llegué a la altura a la que estaban ellos solamente oí como uno de ellos, no sé cuál, dijo un número y un nombre y entonces el del hotel dijo: "No tenéis habitación". Y entonces como que volvimos a andar lo que ya habíamos andado.

    Clara dice que iba hablando con uno de los acusados y que delante iban otros 2. Entonces, tenía que haber 2 acusados por detrás de ella. Pero según declara Escudero ante la fiscal, él fue el único que quedó retrasado del grupo, y por tanto, yendo detrás de Clara:

    Pues recuerdo de haber llegado y ellos comentarme algo del hotel, eso si recuerdo de que me contaron algo del hotel. O sea nosotros íbamos buscando un sitio y...lo primero que recuerdo es que bajamos unas escaleras hacia abajo, que era como un bar o un pub, no sé lo que era, pero como había mucha gente nos dimos la vuelta; entonces al darnos la vuelta, yo me quedé más atrasado y ellos consiguieron como un hotel y entonces cuando llegué ellos ya me dijeron “quillo, que está lleno” o...no recuerdo bien la frase que me dijeron pero que no podíamos entrar, entonces seguimos avanzando.

    Por otro lado, es sorprendente que ahora, en el hotel, Clara sí escuchara un nombre y un número (aunque fuera un nombre ficticio), porque anteriormente, al declarar sobre la conversación del banco de la Plaza del Castillo, negó ante Martínez Becerra, que durante la presentación entre los 6, ella escuchara el nombre de alguno de los acusados por el sencillo motivo de no saber sus nombres:

    Claro, ¿y puede que ellos también le dijeran a usted el suyo? No creo, porque yo en ningún momento... Yo sus nombres no los sé.

    Prenda, se hizo pasar impostadamente por cliente del hotel, dando un nombre y número de habitación falso para poder entrar. Y como el portero se dio cuenta de la treta, les negó la entrada. El grupo se sinceró con el portero, y ya sin rodeos le pidieron una habitación para follar, pero les respondió que no y les remitió a los hoteles Leyre y Yoldi. Clara, además de escuchar el nombre y el número, escuchó también la respuesta negativa de que no tenían habitación. Es de suponer que también escuchara lo de la “habitación para follar”. Guerrero cuenta a la fiscal la conversación con el portero, la situación física del grupo durante la conversación:

    F: En esa conversación con el portero del hotel. ¿Recuerda si se acercaron todos, si ella se acercó, llegó a entrar alguno?

    G: No entramos en el hotel, sino en la antesala. Creo recordar que fuimos todos, tanto nosotros como la chica.

    F: ¿No recuerda que ella se quedara apartada?

    G: No.

    Escudero vio al grupo bajar unos escalones:

    E: No, yo cuando llegué, ahí si estaba el grupo compacto. Cuando yo llegué estaban...eh, pues había...creo que había una escalera o algo y estaban aquí cuando yo ya me incorporé a todos ellos y ya pues seguimos avanzando.

    F: ¿En la puerta del hotel?

    E: Es que no sé si era un hotel, la puerta de un hotel o...

    F: ¿Era una puerta con unas escaleras hacia arriba?, No sé si usted lo recordará visualmente.

    E: Sí, yo los vi abajo, yo los vi aquí, o sea de frente, yo cuando llegué de frente estaban ellos aquí.

    F: ¿De frente al portal?

    E: No, al portal no.

    F: Perdón, al portal no, al hotel.

    E: Estaba el hotel aquí a la izquierda y yo los veo a ellos como bajar las escaleras y estaba el grupo compacto aquí, en esta parte.

    F: ¿Y ella también estaba ahí?

    E: Sí, claro.

    Como dice el voto particular de Ricardo González, no se puede distinguir en la declaración de Clara, si ella entró dentro del edificio del hotel o se quedó en la puerta. En un principio dice que ellos entran en el hall:

    A: Dijo usted, cuando prestó declaración, que ellos entraron en el hall del hotel y que usted permaneció fuera fumando un cigarro.

    C: Sí.

    A: ¿Estaba usted sola o acompañada?

    C: Eran unas escaleras, no era un hall con la recepción y tal. Yo lo que recuerdo es que ellos como que subieron unas escaleras hacia un portal y ahí había alguien del hotel. Y acto seguido rectifica:

    Sí, pero no es que ellos entren al hotel, pasen por las puertas de cristal y busquen en la recepción, sino que es en la misma puerta de cristal del hotel donde hay un hombre y le preguntan habitación...

    Obviamente, si Clara afirma que los acusados (recordemos que Escudero se había quedado retrasado) mantuvieron una conversación con el portero, pidiéndole paso al hotel con un nombre y número, y que este les respondió que no podían entrar porque no estaban en la lista ¿como puede justificar Clara que escuchara alguna parte de la conversación si dijo primeramente que estaba fuera del hotel, fumando un cigarrillo? Y rectificando sobre la marcha en la propia declaración, instantes después manifestó que el portero estaba a pie de calle, que ella iba retrasada con respecto a los 2 de los acusados que se pusieron a conversar con el portero, y que al llegar a la altura de la puerta del hotel, donde ocurría la conversación, solo pudo escuchar un número y un nombre y la negativa de la habitación, queriendo dar a entender con su retraso, que era ajena a todo acto o intención de los acusados en su búsqueda de una habitación de hotel para tener sexo. Así lo hace ver a la fiscal con estas palabras:

    F: Cuando pararon en ese establecimiento hotelero, y nos ha explicado como ocurrió, ¿a usted le dijeron que iban a buscar una habitación antes o después de parar allí? ¿Le dijeron algo respecto a por qué habían parado en el hotel?

    C: No, no me dijeron estamos buscando una habitación, pero no me extrañó. Al final, cuando vas a dormir en un coche es muy incómodo. Veo normal que buscaran una habitación. No lo vi raro.

    F: ¿Le dijeron en algún momento que estaban buscando una habitación para mantener relaciones sexuales con usted?

    C: No.

    F: ¿Usted en algún momento le dijo a ellos que buscaran una habitación para mantener todos relaciones sexuales?

    C: No, yo no dije eso.

    F: Usted sí sabía, por lo que ha manifestado al principio, que ellos no tenían alojamiento en Pamplona.

    C: No, porque yo le dije al chico del banco que yo estaba con un amigo, que iba a dormir en el coche y él también me lo dijo, en plan: "nosotros igual".

    F: Usted dice que de la conversación escuchó un número y un nombre.

    C: Sí, pero no sé ni el número ni el nombre. No tengo ni idea.

    De cualquier manera, la opinión pública y la sentencia mayoritaria siempre han partido del presupuesto que ella fue desconocedora de las intenciones sexuales de los acusados. Pero lo cierto es que es intrascendente que ella escuchara o no parte de la conversación, que escuchara en concreto la palabra “follar”, porque Clara había acordado mantener relaciones sexuales desde el primer momento en la plaza del Castillo. Por tanto, si fuera desconocedora de las intenciones de los acusados ¿por qué no siguió su camino, desentendiéndose de su compañía? ¿por qué no siguió hacia su coche? También es sorprendente que si la intención de los acusados era cometer una violación, porque estos lo habían planeado en la plaza del Castillo, se presentaran ante el portero descaradamente, portando los vasos de sangría y en tono festivo, le manifestaran alegremente y sin tapujos sus intenciones lúbricas, en vez de hacerlo más recatadamente.

8- EL RECORRIDO DEL GRUPO

    Con respecto a la trayectoria que tomó el grupo, la fiscal le pregunta a Clara:

    F: Continuó después su camino, ya ha dicho que no conoce Pamplona, ¿pero recuerda si iban por una avenida ancha peatonal o no lo recuerda?

    C: No lo recuerdo. Mi recuerdo del camino es que no había mucha gente, a lo mejor era una calle ancha pero no había mucha gente.

    Un poco antes, la fiscal le preguntó a Clara si el grupo avanzaba de forma compacta por las calles de Pamplona:

    F: Usted ha dicho que iba hablando con uno y que cree que iban dos más delante o alguno que iba moviéndose de un lado para otro, acercándose y separándose. ¿Usted nunca estuvo en un grupo compacto con todos ellos? Usted siempre manifestó que eran cuatro.

    C: Yo no me acuerdo de estar los cuatro... Salvo en la Plaza del Castillo que es lo que he dicho, que yo estaba sentada y estaban ellos como por delante, pero hablando en ningún momento estuvimos todos juntos.

    Y más adelante Clara lo vuelve a mencionar:

    F: ¿En algún momento estuvieron todos juntos o fueron disgregados como ha ido señalando?

    C: No estábamos todos juntos.

    F: ¿En ningún momento?

    C: No.

    Ante la abogada defensora María Cruz González Palenzuela:

    L: De acuerdo. Ha dicho usted, a preguntas del ministerio fiscal, que usted iba con un chico detrás y otros dos chicos delante. ¿Esa distribución se mantuvo durante todo el trayecto?

    C: Sí, en ningún momento íbamos, por decirlo así, los cinco en horizontal. Me refiero, si esta es la calle, nunca fuimos los cinco así, en perpendicular a la calle, íbamos como desperdigados... Cinco porque sé que son cinco, pero yo me acuerdo de cuatro.

    Boza declara sobre el avance de todo el grupo ante la fiscal:

    F: Cuando fueron caminando, ¿fueron caminando todos en grupo?, ¿iban todos a la vez?, ¿iban disgregados?

    B: En todo momento no...no íbamos...pero sí, a lo mejor nos intercalábamos, iban tres delante...yo recuerdo ir con ella por ejemplo también, y hablar con ella y...a lo mejor iba yo con ella hablando y ante mí iban mis otros tres amigos así.

    Cabezuelo sobre el avance:

    F: ¿Dónde estaba en ese momento la denunciante?

    C: En ese momento yo creo que íbamos en bloque compacto, o sea que íbamos todos juntos creo.

    F: ¿Eso es lo que recuerda usted que iban todos juntos?

    C: Sí, yo creo que sí.

    Guerrero:

    F: ¿Durante ese trayecto, incluso antes, recuerda usted si iban en grupo, los seis juntos, disgregados?

    G: Al principio sí me acuerdo que íbamos todos juntos, pero el último trayecto sí me acuerdo que íbamos disgregados.

    F: ¿El último trayecto se refiere a Paulino Caballero, llegando al portal o antes?

    G: Antes. Yendo a Paulino Caballero.

    Prenda:

    F: ¿Recuerda si todos fueron hablando... fue el grupo compacto o fueron disgregados hasta que llegaron al hotel? En ese primer tramo me refiero, luego iremos avanzando.

    P: La verdad es que tampoco, exactamente de cómo íbamos en orden no me acuerdo.

    Escudero:

    F: Por lo que me ha dicho entonces, lo que sí que iban hablando uno, otro, acercándose… ¿el grupo de los seis compacto fue en algún momento?, ¿fueron todos juntos?

    E: No recuerdo, no recuerdo si íbamos... es que más que nada, por los vídeos que he visto ahí que íbamos tres, dos...pero yo no me acuerdo de cómo íbamos ni en qué posiciones...es que en una fiesta, yo no recuerdo todas las cosas de una fiesta.

    Clara afirma que la llegada del grupo al hotel fue dispersa, que delante de ella caminaban 2 de los acusados, mientras ella iba hablando con otro. Sin embargo, Cabezuelo y Guerrero afirman que iban agrupados en la zona del hotel. Como ya hemos dicho anteriormente, desde el banco de la Plaza del Castillo hasta el hotel hay una distancia de unos 100 metros. Es sorprendente que en tan poco recorrido se pudiera disgregar el grupo, teniendo en cuenta como se ha dicho ya anteriormente que habían hecho una parada en el bar Txoko. Se supone que en el momento de abandonar el bar, los 5 acusados y la denunciante estarían agrupados para adentrarse en la calle Espoz y Mina. Además, como ella declara, en todo el trayecto hasta el portal de Paulino Caballero el grupo nunca fue unificado, cosa extraordinariamente sorprendente si el recorrido desde el banco de la Plaza del Castillo hasta su primera parada en el bar Txoko son apenas 50 metros. La sentencia mayoritaria, en la página 48 dice sobre el contenido de la denuncia en sede policial: “Que los chicos han insistido en acompañarla, por lo que han llegado a la altura de la calle Tafalla nº 5, lugar donde una chica estaba tocando el timbre para que le abrieran la puerta del portal. Que en todo momento … ha ido hablando continuamente con el mismo chico, mientras los otros tres iban por delante de ellos.

    Si como afirma Clara que en el recorrido hasta el hotel y después de este, el grupo iba disgregado, con 2 o con 3 acusados andando por delante de ella ¿como podrían saber ellos el rumbo a seguir, si según ella, los acusados la estaban acompañando en su camino hacia su coche, el cual tenía aparcado en El Soto de Lezkairu? Lo lógico es que fueran agrupados en un principio, ya que, al menos, es un hecho probado que pudo oír el principio de la conversación con el portero, por lo que no podía ir retrasada.

    Respecto al recorrido que hizo el grupo de los 6 por las calles de Pamplona hasta finalizar en el portal, Clara lo explica ante la fiscal:

    F: Recuerda usted qué camino cogieron, ¿se fueron por la parte interna de la Plaza del Castillo, por la parte exterior o no recuerda?

    C: Yo no conozco Pamplona bien, entonces no recuerdo exactamente el recorrido. Yo el recuerdo que tengo es que fue recto y a la izquierda, pero por lo que sé no es así. Entonces tampoco sé el recorrido que hicimos.

    F: ¿Recuerda si en la Plaza del Castillo llegaron a entrar en los porches?

    C: Yo no lo recuerdo. Recuerdo estar en el banco, levantarnos e irnos por una calle muy grande y luego girar, pero no me acuerdo.

    Y un poco más adelante:

    F: Continuó después su camino, ya ha dicho que no conoce Pamplona, ¿pero recuerda si iban por una avenida ancha peatonal o no lo recuerda?

    C: No lo recuerdo. Mi recuerdo del camino es que no había mucha gente, a lo mejor era una calle ancha pero no había mucha gente.

    F: ¿Qué pasó por el camino?

    C: Ya llegamos al hotel, volvimos a andar lo que ya habíamos andado y entonces el chico con el que yo había estado todo el rato andando pues como que me comenzó a coger del hombro, de la cadera y yo me empecé a sentir un poco incómoda, la verdad. Seguimos andando y ya hubo un momento que yo dije: "girando hacia la izquierda se llega antes al coche". Y entonces como que yo giré antes que ellos hacia esa calle, hacia la izquierda y ellos como que me fueron siguiendo y ya hubo un momento en que... O sea yo iba la primera en esa calle

    Al explicar el recorrido, Clara dijo a la vez, que recordaba y que no recordaba la calle ancha, la avenida peatonal Carlos III.

Ante Agustín Martínez declaró esto:

    A: A partir de ahí, en un momento determinado usted indica que se quiere marchar al coche. ¿Conoce usted Pamplona?

    C: No.

    A: ¿Sabía usted donde tenía el coche?

    C: Sí, porque aparqué ahí y el recorrido que hice fue del coche a la Plaza del Castillo, compramos Rubén y yo las sangrías, estuvimos en la Plaza del Castillo, volvimos a bajar... Entonces más o menos me podía orientar. Y si no me encontraba, tenía el móvil para buscarlo en internet, por ejemplo.

    A: Ciertamente, por la descripción, si no me equivoco, tenía usted el coche en Soto de Lezkairu.

    C: Sí, no sé cómo se llama esa zona, pero...

    A: Perfectamente. Si no me equivoco, la dirección es una calle prácticamente recta, que va a parar de la Plaza del Castillo aproximadamente a la zona de Soto de Lezkairu. Usted, a preguntas, ha indicado que ese recorrido ya lo había hecho, ¿volvió usted a repetir ese mismo recurrido cuando quería dirigirse por la noche al vehículo?

    C: Es lo que llevo intentando explicar, que yo creo que sí. El recorrido que yo recuerdo es una calle muy ancha recta (más arriba, había declarado ante la fiscal que no recordaba la calle ancha) y luego a la izquierda, el recorrido que yo recuerdo sí, intenté ir hacia el coche. En la denuncia policial (folio 19 del sumario) se consigna la dirección que tomó el grupo: “Que los cinco (Clara siempre nombra a 4 acusados y no 5), se han marchado por la Avenida de Carlos III, dirección plaza de Merindades”

    A: Con lo cual, usted siempre recuerda haber ido por una calle muy ancha.

    C: Sí, menos en el momento en que giramos.

    A: Efectivamente. Entonces, ¿cómo explica usted que aparezca en las imágenes -está todo prácticamente o buena parte del recorrido grabado- que usted cruza la calle donde está el Monumento al Encierro, la cruza... O sea, había entrado ya por Paulino Caballero y estaba recorriendo la calle Paulino Caballero, que no es en ningún caso la calle esa amplia a la que usted hace referencia, cómo explica usted que viniera por ese camino, qué sentido tiene?

    C: Para mí el recorrido fue recto y hacia la izquierda, pero yo no conozco Pamplona y tampoco, igual que no recuerdo el camino, el trayecto, no recuerdo otras cosas. Entonces, puede ser que el recorrido, el que yo creo que fue, no fuera ese. Nótese las evasivas de Clara en sus respuestas.

    A: Bien. Igualmente, lo que sí hay es una diferencia notable... ¿no notó usted la diferencia de iluminación entre ambas calles?, es decir, la calle principal es una calle iluminada, la calle por la que usted iba era una calle poco iluminada, ¿no notó, no le sorprendió que ese no era el camino correcto?

    C: No sé si me sorprendió o no. No.

    Y más adelante del interrogatorio:

    A: Bien. Igualmente, ha hecho usted referencia a que, independientemente de saber el nombre del hotel o no, en un momento determinado volvió usted sobre sus pasos. Es decir, fue hacia atrás de nuevo. Al menos así lo he entendido y quería que nos lo aclarara.

    C: Sí, en plan... Vamos a ver, yo le vuelvo a repetir que se lo explico según lo que creo que es el recorrido...

    A: Claro, sí sí sí, de eso se trata.

    C: Entonces, estábamos en el banco y ya, cuando yo hago la llamada y digo que me voy porque el chico al que había llamado habíamos quedado en vernos después, pues comenzamos a andar y vamos hacia el hotel, que iban delante, dos o tres chicos, no me acuerdo muy bien, no sé si yo iba con uno o con dos hablando y cuando llegamos a la altura del hotel, volvemos a ir para atrás, hacia la calle grande que yo pienso que es la... Como que el recorrido fue: recto a la izquierda pero volvimos, volver a ir recto e izquierda hacia el portal.

    A: Por decirlo de alguna manera, usted va dirección hacia el coche, hacia el hotel, y después vuelve hacia atrás. O sea, retrocede. ¿Podría explicarle al tribunal qué sentido tiene retroceder hacia atrás si usted va dirección al coche, a su vehículo? ¿para qué vuelve para atrás?

    C: Para mí el recorrido es recto, hacia la izquierda hacia el hotel Leyre, volver para atrás para la calle grande, recto, girar hacia la izquierda... Giro hacia la izquierda porque yo me empiezo a sentir incómoda. Entonces decido girar.

    Anteriormente había relatado ante la fiscal, su llegada a Pamplona y a la Plaza del Castillo:

    F: Usted vino a Pamplona el día 6 de julio de 2016.

    C: Sí, el día 6 de julio llegamos a Pamplona un amigo mío que se llama Rubén y yo y estuvimos buscando un sitio para aparcar el coche que no costara parquímetro. Una vez habíamos aparcado el coche subimos al Casco Viejo de Pamplona y estuvimos buscando un sitio donde coger unas sangrías para beber. Compramos las sangrías y ya luego nos fuimos a la Plaza del Castillo, porque había música y tal, y ya estuvimos ahí. Y luego sobre las 21.30 o una cosa así nos bajamos de nuevo al coche a cenar y a coger nuestro alcohol que habíamos traído para luego volver a subir a la Plaza del Castillo. Entonces, pues eso, estuvimos allí cenando y cogimos el alcohol que habíamos traído y subimos a la plaza y estuvimos ahí toda la noche.

    Boza declara ante la fiscal sobre el camino que tomaron los 6 después de la parada en el hotel:

    F: Cuando continúan la marcha, ¿iban a buscar algún sitio concreto, conocían Pamplona o se dirigían a algún lado?

    B: Nos dirigíamos, lo he dicho antes, a buscar un sitio tranquilo donde nadie nos molestase, donde pudiésemos hacer lo que todos queríamos hacer pero sin que nadie nos molestase y tranquilos.

    F: ¿No es cierto que iban en dirección a donde ella tenía el coche estacionado?

    B: Es que el problema es que ella en ningún momento nos dice que ella se va a ir al coche a dormir. Eso es totalmente falso. Y aparte no conozco su coche, ni la zona donde estaba su coche ni conozco Pamplona.

    Anteriormente le había declarado a la fiscal, en la conversación del banco de la Plaza del Castillo:

    F: ¿Hacia dónde van ustedes?, ¿qué es lo que se plantean?

    B: Nos planteamos buscar un sitio más tranquilo, un sitio donde pudiéramos hacer lo que todos queríamos hacer, que era mantener relaciones sexuales con ella y ella con nosotros…y decidimos buscar hoteles...un sitio tranquilo donde hacer, sin que nadie nos molestase, lo que todos queríamos hacer.

    Cabezuelo declaró lo siguiente sobre el trayecto:

    F: ¿Habían hablado antes entre su grupo y la denunciante de si alguno tenía hospedaje, de si tenía un sitio donde podían ir o si estaban en los coches?, ¿hablaron algo de eso?

    C: Bueno creo que ella dijo que fuésemos al hotel en el que estábamos nosotros, pero nosotros le dijimos que no teníamos hotel, entonces por eso decidimos buscar un sitio en un lugar tranquilo.

    F: ¿Una vez que dicen que ahí no tienen habitación se dirigen ustedes a un sitio concreto?

    C: No, ya le digo que vamos andando un poco a la deriva ya que ni nosotros ni ella conocemos la zona entonces vamos buscando algo sin saber muy bien el qué.

    F: ¿No les dijo ella que iba camino de su coche a dormir?

    C: No.

    F: Recuerda usted si habló con alguien por teléfono cuando estaban en el banco?

    C: Yo en el banco no recuerdo que ella llamara por teléfono.

    F: ¿Ella no les dijo a ustedes en ningún momento que se iba a retirar a descansar?

    C: No.

    F: Sé que no conocen Pamplona pero ¿Recuerda si fueron por una calle más ancha o peatonal, luego giraron...recuerda el trayecto del recorrido?

    C: Sinceramente, no recuerdo prácticamente nada.

    Guerrero sobre el trayecto, ante la fiscal:

    F: ¿Qué hicieron a continuación?

    G: Cuando ya empezamos a hablar que necesitábamos un sitio con intimidad, pues empezamos a plantear diferentes alternativas, como buscar hotel, aunque sabíamos que era muy difícil porque era 6 de julio a las 3 de la mañana. Pero aún así dijimos de entrar en un hotel y aunque fuera en un rellano. O en algún servicio grande de una discoteca. De ahí nos levantamos y empezamos a buscar por los locales, tanto un portal, como un hotel, como una discoteca, unos servicios...

    F: Antes de eso. ¿Habían hablado antes de si habían venido en vehículo, si tenían algún alojamiento?

    G: No. Es cierto que ella nos dijo: “¿Pero dónde? ¿Tenéis habitación? Y nosotros le dijimos que nosotros dormíamos en el coche, pero yo no recuerdo que ella nos dijera que ella dormía en el coche.

    F: Vale, ustedes sí se lo dijeron a ella.

    G: Sí, porque ella nos dijo que por qué no nos íbamos a dónde estuviéramos nosotros y nosotros estábamos durmiendo en el coche.

    Y un poco más adelante:

    F: ¿Cuándo les dicen que no tienen habitación? ¿Cogen alguna dirección en concreto por algún motivo?

    G: Íbamos andando por los locales. No llevábamos un rumbo fijo.

    F: ¿Recuerda las calles por las que caminaron después?

    G: No.

    F: No me refiero al nombre, si era una avenida peatonal ancha, etc.

    G: Yo recuerdo que todas eran peatonales, pero no sé si lo son siempre o que se habilitan para Sanfermines, no lo sé.

    Prenda a la fiscal, sobre el trayecto:

    F: De esa parte no recuerda nada. Una vez que pasa pues ese momento de que paran al parecer en un hotel y continúan, ¿hacia dónde se dirigían ustedes?

    P: Una vez que nos dan la negativa del hotel, pues no sé si nos vamos a buscar otro hotel y ya en ese momento, en el momento que nos dicen que no en el hotel, pues vamos muy a ver... a buscar otro sitio.

    F: No sé si no le he entendido bien. De este hotel inicial, ¿buscan otro?

    P: No, de... La verdad es que no me acuerdo si buscamos otro hotel o ya buscábamos calles oscuras, buscábamos.. no, no lo recuerdo.

Imagen 41. Recorrido realizado por el grupo, desde el hotel Europa hasta el portal número 5 de la calle Paulino Caballero

    Y más adelante:

    F: Entonces cuando ustedes acceden a la avenida... ¿Recuerda haber ido por una avenida amplia peatonal o no lo recuerda tampoco?

    P: Con ella ya, ¿no?

    F: Sí, sí, claro, cuando salieron del hotel... Bueno, cuando salieron, cuando termina esa fase digamos del hotel, ¿recuerda cuál era el camino?, ¿recuerda si era una avenida ancha peatonal o no lo recuerda?

    P: Es que lo que son los caminos, perdona pero es que... Yo soy una persona muy, muy despistada, me quedo muy poco con los nombres y con los sitios y...

    F: No, que le pregunto el nombre, ¿eh?, eso lo entiendo. Si tiene la imagen de que era una avenida amplia peatonal o ni siquiera lo recuerda.

    P: Supongo que pasaríamos por avenidas anchas, por avenidas estrechas... Pasaríamos por todos sitios, pero es que no le pongo en pie...

    F: ¿No sabe entonces por qué cogieron ese camino?

    P: No.

    F: ¿No es porque estaban acompañándola a ella al coche?

    P: No, ni muchísimo menos. Eso no ocurre, eso no ocurrió nunca. A ella nunca vamos a acompañarla al coche porque esa conversación no existe.

    F: O sea, ella en ningún momento dijo que se iba al coche a dormir.

    P: En ningún momento.

    Escudero ante la fiscal, sobre el trayecto:

    F: Bueno, le dicen que no hay un sitio en el hotel y, ¿qué deciden hacer de recorrido?

    E: Pues recorrido no sé, buscar otro sitio.

    F: ¿Algún motivo de que vayan por la zona que fueron?, ¿recuerda usted por la zona que fueron o no?, no le digo las calles, ¿eh?

    E: Es que no recuerdo...yo por ejemplo en mi declaración dije que había entrado por los monumentos a la izquierda y vi que no era así, entonces no sé cómo es que fuimos andando...no sé el recorrido.

    F: ¿Pero usted pensaba que habían subido donde el monumento al encierro y habían ido hacia la izquierda?

    E: No, yo no recuerdo antes...yo solo recuerdo el monumento, pero claro, lo recuerdo porque después había estado en el monumento, no porque antes había pasado por el monumento. Yo había recordado unos toros y por eso dije que habíamos subido por donde los toros y después a la izquierda, pero por lo visto no fue así. Así que es que no sé cuál es el recorrido que hicimos.

    F: ¿El recorrido que hicieron fue…?

    E: Buscando un sitio donde poder estar solos.

    F: ¿No fue porque ella iba de camino al coche?

    E: No, no, yo del coche me he enterado por las noticias.

    El voto particular de Ricardo González, en la página 204, argumenta lo siguiente:

    Lo cierto es que, en relación con esta parte del recorrido su declaración resultó ser sumamente confusa pues la denunciante llegó a afirmar también que, después de parar en el hotel, volvieron a retroceder sobre sus pasos para después tomar una avenida ancha. Preguntada por lo sorprendente que resulta ese retroceso sobre sus pasos si lo que ella quería era ir a su coche respondió con el siguiente circunloquio: “Si... en plan, vamos a ver... estábamos... yo le vuelvo a repetir que lo explico según lo que yo creo que fue el recorrido; entonces, estábamos en el banco y ya cuando... yo hago la llamada, les digo que me voy a ir porque el chico al que había llamado habíamos quedado en vernos después, pues, eh... comenzamos a andar y vamos hacia el hotel que iban delante dos o tres chicos, no me acuerdo muy bien, no sé si yo iba con uno o con dos hablando, eh, y... cuando llegamos a la altura del hotel volvemos a ir para atrás, hacia la calle grande que yo piense que es la... o sea, como que el recorrido fue, recto hacia la izquierda pero volvimos, recto, volver a ir recto e izquierda hacia el portal.”

    Si su objetivo era dirigirse al coche no tiene la más mínima lógica que, avanzado un trecho, vuelva sobre sus pasos, y si lo hizo, lo que no tiene lógica es que diga que se dirigía al coche cuando tenía la calle Amaya (camino directo a Soto de Lezkairu) escasísimos metros a continuación del Hotel Europa y en línea recta, suponiendo (y en este caso se trataría de una suposición “pro reo”) que ella conociera ese trayecto.

    En cuanto al recorrido que seguidamente hicieron hasta acabar en el portal Nº 5 de la Calle Paulino Caballero no cabe dar por plenamente probado ninguno de los barajados como hipótesis posibles en el informe policial anteriormente citado.

    No está probado en su totalidad cuál fuera el completo recorrido que acusados y denunciante hicieron aquella noche, pero sí puede afirmarse (con apoyo en las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad que se visionaron en el plenario) que al nº 5 de la calle Paulino Caballero llegaron -cruzando la Avenida Roncesvalles- desde la C/Cortes de Navarra, ya fuera subiendo por Carlos III y girando a la derecha, ya fuera tomando Cortes de Navarra desde la calle Duque de Ahumada y, en tal caso, no subiendo, sino atravesando la Avda. de Carlos III (recorridos ambos establecidos como posibles en el informe policial sobre recorridos que obra en los folios 1011 de autos y que fue ratificado y explicado en julio por el agente de Policía Foral NIP 0482).

    Resultó erróneo el recorrido consignado en la denuncia, respecto al que quedó aclarado que se debió a un error de interpretación por la agente nº 405 de lo que la denunciante le iba narrando.

    Subsanado ese extremo, lo que ocurre es que la descripción que de su recorrido hizo la denunciante en juicio (“para mí, el recorrido fue recto y a la izquierda”; “o sea, el recorrido que yo recuerdo es una calle muy ancha, recta y luego a la izquierda” Se le preguntó: “¿Usted siempre recuerda haber ido por una calle muy ancha? Y respondió: Si, menos en el momento en el que giramos.” Y en otro momento dijo: “O sea, para mí el recorrido era recto, hacia la izquierda hacia el hotel Leyre (sic), volver para atrás, para la calle grande, recto, girar hacia la izquierda porque giro hacia la izquierda porque yo empiezo a sentirme incómoda, entonces decido girar”) tampoco se ajusta a los recorridos que la investigación reveló como probables pues, si caminaron por una avenida muy grande, esta no puede ser otra que Carlos III y el giro para tomar Cortes de Navarra necesariamente debió ser a la derecha y si el giro fue a la izquierda, es imposible que la calle por la que transitaban fuera una avenida muy grande.

    En la página 207 del voto particular:

    Por lo demás, sorprendió en el juicio la reticencia que mostraron algunos de los policías municipales que testificaron cuando se les preguntó acerca de la iluminación de la calle Paulino Caballero en comparación con Roncesvalles y Carlos III, cuando es público y notorio para cualquiera que viva en Pamplona que, de todas ellas, Paulino Caballero es, con diferencia, la más oscura y menos transitada de las tres, extremo que razonadamente fue destacado por las defensas.

    Y en la página 229:

    El Agente de la Policía Municipal Nº 482 (sesión del 17 de noviembre) fue el encargado de estudiar los posibles recorridos que acusados y denunciante pudieron haber hecho aquella noche. Indicó que el recorrido que se hizo constar en la denuncia fue descartado como imposible y que el camino lógico para dirigirse al Soto de Lezkairu es la C/ Amaya. Consideró que Cortes de Navarra no es un camino lógico si uno quiere ir al Soto de Lezkairu y que la C/ Carlos III está más iluminada y es más segura que Paulino Caballero. Este agente corrobora que el recorrido que la denunciante indicó en su denuncia (Carlos III dirección Merindades, desvío a la izquierda hasta el Hotel Leyre, regreso a Carlos III continuando hacia Los Caídos y giro a la izquierda para tomar la C/ Tafalla) y que, abstracción hecha de los nombres de las calles u hoteles, es coincidente con el que dijo que recordaba en juicio (al afirmar: “O sea, para mí el recorrido era recto, hacia la izquierda hacia el hotel Leyre, volver para atrás, para la calle grande, recto, girar hacia la izquierda porque giro hacia la izquierda porque yo empiezo a sentirme incómoda, entonces decido girar”), no responde a la realidad del itinerario que siguieron aquella noche, manifestando que si la intención era dirigirse al coche aparcado en el Soto de Lezkairu, tomar la calle Cortes de Navarra no resulta razonable, ni la dirección correcta. Puesto ello en relación con la afirmación hecha en juicio cuando manifestó: “Entonces seguimos andando y ya hubo un momento en el que yo dije: girando hacia la izquierda se llega antes al coche” y a continuación hace un giro de 90 grados a la izquierda para tomar la Calle Paulino Caballero, permite concluir que la denunciante era consciente de que no se dirigían al coche antes de tomar esa calle y que lo que motivó tal giro, ya no sería su voluntad de llegar al coche como afirma, sino, como también declaró, deshacerse de la compañía del acusado que la incomodaba. Sorprendentemente, solo unos pasos más adelante, la incomodidad desapareció de modo inexplicable e inexplicado. Nuevamente debemos concluir la ausencia de efecto corroborador del testimonio del agente 482 respecto a lo declarado en juicio por la denunciante.

    Para un peatón, el recorrido más común que une el Soto de Lezkairu (donde Clara tenía aparcado su coche) y la Plaza del Castillo, es la avenida peatonal Carlos III. Ella debía conocer este camino porque la avenida desemboca directamente en la plaza, ya que es una vía medular para acceder hasta ella. La parte trasera del escenario habilitado para los conciertos de las fiestas, da a parar a la entrada de la avenida.

    Si se accede desde la avenida a la plaza, lo primero con lo que un transeúnte se topa es la parte trasera de la carpa del escenario. Ir hacia el coche desde la Plaza del Castillo significaba para dejar directamente el escenario a sus espaldas. Era un punto de referencia absoluto (igual que el Monumento al encierro, que es otro punto de referencia en el recorrido), no daba lugar a dudas. Dejar siempre atrás el escenario, siempre recto por esa misma avenida peatonal, le hacía llegar a Clara directamente a su coche. Era el camino más corto. No tenía sentido desviarse de ese camino si lo que pretendía, como afirmó repetidamente, era llegar a su coche. Además, afirmó que tenía su teléfono móvil para guiarse por Pamplona: “Y si no me encontraba, tenía el móvil para buscarlo en internet, por ejemplo.”

Imagen 42


Imagen 43. Vista de la calle Carlos III desde la Plaza del Castillo. Obsérvese 2 cámaras de seguridad: la de la derecha está situada en el monumento al encierro, y la del fondo, en la plaza de Merindades. Clara realizó 3 veces, en la tarde y noche del 6 de julio, el desplazamiento entre el Soto de Lezkairu y la Plaza del Castillo. Es probable que las cámaras de alta resolución de la ciudad de Pamplona, así como otras de entidades privadas repartidas por todo el recorrido, hubieran recogido alguno de esos 3 desplazamientos.

    Ninguno de los 6 recuerda el trayecto realizado hasta llegar a Paulino Caballero. Pero los 5 acusados niegan que acompañaran a Clara hacia su coche. Boza y Prenda lo niegan con rotundidad. Después de la negativa del hotel caminaron sin rumbo fijo. Los 5 declararon que iban buscando un lugar apartado y tranquilo para poder mantener relaciones sexuales. Como la Avenida Carlos III era la calle más transitada por el público (recordemos que el concierto en la plaza del Castillo había acabado hacía poco tiempo) y la más iluminada, para evitar estos contratiempos, decidieron desviarse por la calle Cortes de Navarra.


9-LA CALLE PAULINO CABALLERO

    Una vez los 6 alcanzaron la calle Cortes de Navarra, Clara cuenta ante la fiscal lo que sigue:

    F: ¿Qué pasó por el camino?

    C: Una vez ya llegamos al hotel, volvimos a andar lo que ya habíamos andado y entonces el chico con el que yo había estado todo el rato andando pues como que me comenzó a coger del hombro, de la cadera y tal y entonces como que yo me empecé a sentir un poco incómoda, la verdad. Entonces seguimos andando y ya hubo un momento que yo dije: "girando hacia la izquierda se llega antes al coche". Y entonces como que yo giré antes que ellos en plan hacia esa calle, hacia la izquierda y ellos como que me fueron siguiendo y ya hubo un momento en que... O sea, yo iba la primera en esa calle al girar porque como lo decidí yo girar para allá… y ya luego en plan, uno de ellos como que me adelantó y se puso a la altura de un portal porque había una chica timbrando y mientras yo iba andando en plan por esa calle pues, eh, si yo iba como por el centro, ellos como que se fueron escorando hacia la izquierda, hacia donde había un portal y entonces, bueno, pues no sé, el chico que estaba sentado a mi lado en el banco al principio se puso a hablar con la chica que estaba timbrando y yo seguí andando como en plan… como me adelantó yo tardé más en llegar y ya cuando una vez que llegué ahí pues, el chico con el que iba andando todo el camino pues me acercó hacia él en plan agarrándome así...

    F: Vamos a ir poquito a poco, para ir centrando algunas de las cuestiones que ha ido diciendo. Usted dice que se siente un poco incómoda y que decide cambiar su trayectoria, su camino, que gira. Ha dicho que gira a la izquierda, para ubicarnos un poquito todos, ¿coge la calle en la que está ubicado el portal donde ocurren los hechos?

    C: Sí.

    Y un poco más adelante:

    F: Ha dicho usted que sí que se sintió molesta en algún momento determinado, por algunos gestos, hasta el punto de decir "cambio de trayectoria". Pero, ¿usted consideró necesario pedir ayuda o pedir auxilio a alguien en ese momento?

    C: No, no, no. Me sentía molesta pero no pensé que iba a pasar lo que luego sucedió. Entonces yo no vi oportuno pedir auxilio y tampoco la calle tampoco estaba abarrotada para llamar a cualquier persona. Lo que estaba abarrotada era la Plaza del Castillo, luego los alrededores... pues había tres personas.

    F: ¿En ese momento usted pensó que podía ocurrir algo?

    C: No, no, para nada. No pedí auxilio ni nada porque no pensé que iba a pasar lo que luego sucedió. Me sentí molesta pero decidí irme al coche y ya está.

    F: Una situación que podemos decir que suele pasar en ocasiones relativamente, no digo que esté bien, pero… Desde luego, es algo absolutamente incoherente que una mujer que se siente acosada, momentos después se besara con uno de sus acosadores.

    C: Claro, sí, ya está.

    La denuncia policial de Clara dice lo siguiente (folio 19 de autos):

    Que han seguido los cinco por la Avenida de Carlos III dirección Los Caídos, siendo que ciertas actitudes de estos cuatro chicos le han empezado a molestar, como que la agarraran de los hombros, le abrazaran, por lo que ella les ha dicho que se marchaba por la calle Tafalla, ya que, el camino hacia su coche era más corto.

    Que Clara manifiesta que les ha dicho esto para perderlos de vista.

    Que los chicos han insistido en acompañarla, por lo que han llegado a la altura de la calle Tafalla nº5...

    Ante Agustín Martínez, responde lo siguiente:

    A: Igualmente, habla usted, en esa declaración, de que los chicos le empiezan a molestar y sitúa usted esa molestia en la Avenida Carlos III dirección a los Caídos.

    C: .


Imagen 44. Esquina de las calles Cortes de Navarra y Paulino Caballero. Obsérvese la cámara de seguridad. Ni la fiscalía ni las acusaciones buscaron presentar las imágenes de esta cámara como prueba de cargo contra los acusados, ya que las imágenes pondrían en evidencia el relato de Clara al no ser acosada por Cabezuelo.

    Según evoluciona el interrogatorio, cambió el lugar del acoso situándolo más adelante, en la calle Cortes de Navarra:

    A: Ha hecho usted referencia a algo que me parece importante, que es que en un momento determinado le empezaron a molestar. ¿Podría usted determinar, en el espacio temporal que usted recuerde, cuándo se empezó a producir esa actitud excesivamente cariñosa, como creo que se podría calificar? ¿Cuál fue el momento?

    C: Pues, o sea, pues vuelvo a decirlo, o sea, antes de... yo en mi cabeza decido girar hacia la izquierda para desviarme de ellos porque me han empezado a molestar sus actitudes. Entonces, pues, antes del portal, antes de girar hacia la…, a ver, cuando yo digo girar hacia la izquierda es a lo que, en el trayecto que usted me ha dicho es cruzar la calle grande, ¿no? Entonces pues para mí, cuando yo decido girar a la izquierda es cuando me empiezan a molestar sus actitudes, no sé si me he explicado.

    A: Sí, sí, sí. Pero sí me gustaría que intentase aclarar. A lo mejor sería necesaria la exhibición con un mapa a efectos de que ella pudiese... [murmullo en la sala] A efectos simplemente de determinar izquierda o derecha... De acuerdo, cuando usted entra realmente del recorrido de la calle Espoz y Mina o de la Plaza del Castillo, usted simplemente pasa por dos calles, sólo pasa por dos calles, y hay una calle recta que es la calle Paulino Caballero. Cuando usted cruza la calle del Monumento, esa es la calle más digamos iluminada y con más tránsito, ¿por qué no dobló hacia esa misma calle, buscando la luz y buscando más gente y siguió por una calle absolutamente oscura y con poco tránsito si usted se sentía acosada?

    C: Porque, yo le vuelvo a repetir, mi trayecto, el que yo creo que hice es recto y hacia la izquierda y yo fue la que decidió girar hacia la izquierda, que es cuando usted dice que es ya cuando empiezo a entrar en la calle Paulino Caballero. Para mí, estaba yendo hacia el coche, alejándome de ellos, no sé cómo explicarlo.

    En la página 206 del voto particular de la sentencia, R. González argumenta lo siguiente:

    No sorprende, sin embargo, que la testigo, que no conoce Pamplona, pueda desconocer o confundir nombres de calles o de hoteles o no recordar con exactitud qué calles recorrió; lo que sí sorprende son otros detalles que manifestó a este respecto en el plenario, rectificando también lo que anteriormente tenía declarado y con dudosa coherencia si se pone en relación con el conjunto de su declaración.

    Al respecto cabe destacar que, si su firme intención era dirigirse al coche como reiteradamente afirma, no se entiende que desechara la calle Amaya que tenía a escasos pasos y en línea recta desde el Hotel Europa o que no subiera por Carlos III que sin duda es el camino natural al Soto de Lezkairu (y de todas las posibles, la calle más iluminada y más segura y, por más que se pretenda negar, la más transitada, considerando obviamente que son las 3 de la mañana), y, por el contrario, que tomara una dirección que jamás le habría llevado al Soto de Lezkairu, como ocurre con la calle Cortes de Navarra (perpendicular y no paralela a Carlos III), lo que no puede imputarse a error, pues ella misma afirmó que, pese a no conocer Pamplona, sí se orientaba con el camino para ir a su coche dado que, además de haberlo recorrido el día 6 de julio por la tarde, cuando dejaron el coche aparcado para acercarse al centro de la ciudad, lo volvieron a recorrer dos veces más aquella noche (de ida y de vuelta y sin concretar la ruta concreta que siguieron) cuando sobre las nueve de la noche se acercaron hasta el coche a cenar y coger alcohol que habían traído. Por si no fuera suficiente, reforzó este extremo indicando que además tenía su móvil para orientarse.

    Pues bien, la calle Cortes de Navarra jamás le hubiera conducido al Soto de Lezkairu de no haberse producido el giro de 90 grados que los llevó a tomar la calle Paulino Caballero. Lo que sucede es que la denunciante, al manifestar que “Pues, o sea, pues vuelvo a decirlo, o sea, antes de... yo en mi cabeza decido girar hacia la izquierda para desviarme de ellos porque me han empezado a molestar sus actitudes (...)” y en otro momento “y entonces el chico con el que yo había estado todo el rato andando, pues como que me empezó a coger del hombro, de la cadera y tal y entonces como que yo me empecé a sentir un poco incómoda, la verdad. Entonces seguimos andando y ya hubo un momento en el que yo dije “girando hacia la izquierda se llega antes al coche”, revela que ese giro de 90 grados va asociado a su deseo de perder de vista a los acusados que, no sabemos si todos en grupo (como afirmó en la denuncia que al día siguiente ratificó en el Juzgado y en alguna ocasión en el juicio) o solo uno de ellos (como señala en otro momento de su declaración en juicio), la estaban incomodando con su actitud y sobre todo, indica que era plenamente consciente de que la dirección que seguía antes de girar no la llevaba a su coche, de tal modo que, de no ser por esas molestias que refiere, nada indica que hubiera girado para subir por Paulino Caballero, lo que debilita la credibilidad de su afirmación de que no quería seguir la fiesta con los acusados sino solo ir al coche a dormir.

    La sentencia mayoritaria, en la página 15, en los hechos probados, dice lo siguiente:

    Seguidamente “la denunciante” y procesados siguieron su camino, por la Avenida de Carlos III en sentido ascendente dirección hacia la Plaza de la Libertad, girando a la derecha continuando por la calle Cortes de Navarra.

    En este trayecto uno de los procesados (obsérvese que la sentencia mayoritaria no concreta el nombre del acusado que supuestamente acosó a Clara, aunque sí quedó manifiesto, por ejemplo, que Cabezuelo y Boza la agarraron de las muñecas para meterla dentro del portal, como se verá más adelante), empezó a cogerle del hombro y de la cadera, “la denunciante” sintiéndose incómoda, propuso girar a la izquierda (y ahora nótese el “propuso girar a la izquierda”), tomando el inicio de la Calle Paulino Caballero.

    Y en la página 49 de la sentencia:

    A preguntas del Letrado defensor Sr. Martínez Becerra, afirmando que siempre recuerda haber ido por una calle muy ancha, contestó: “… Sí, menos en el momento en el que giramos.”; interrogada para que explicara por qué aparece en el cruce de la calle Paulino caballero con la Avenida Roncesvalles, respondió: “… Que, para mí, o sea, para mí el recorrido fue recto y hacia la izquierda, pero yo no conozco Pamplona y tampoco igual que no recuerdo el trayecto, no recuerdo otras cosas, entonces puede ser que el recorrido que yo creo que fue, no fuera ese.”. Cuestionada sobre el espacio temporal en que le empezaron a molestar, respondió: “… Pues, o sea, pues vuelvo a decirlo, o sea, antes de... yo en mi cabeza decido girar hacia la izquierda para desviarme de ellos porque me han empezado a molestar sus actitudes; entonces pues, antes del portal, antes de girar hacia la..., a ver, cuando yo digo girar hacia la izquierda, es a lo que, en el trayecto que usted me ha dicho es cruzar la calle grande, ¿no?, entonces pues para mí, cuando yo decido girar a la izquierda es cuando me empiezan a molestar sus actitudes, no sé si me he explicado(…).”. Preguntada sobre por qué, ante la situación, que sentía de acoso no dobló directamente hacia la Avenida de Roncesvalles, buscando la luz y buscando más gente en lugar de seguir por una calle oscura , mantuvo: “…Porque, yo le vuelvo a repetir, mi trayecto, el que yo creo que hice, es recto y hacia la izquierda y yo fui la que decidió girar hacia la izquierda que es cuando usted dice que es ya cuando empiezo a entrar en la calle Paulino Caballero, entonces, para mí, yo ya me estaba yendo hacia el coche alejándome de ellos; no sé cómo explicarlo.(…)”.

    Y a preguntas de la Letrada defensora Dª María Cruz González-Palenzuela , en el sentido de que había declarado que: “… iba con un chico detrás y otros dos chicos delante, ¿esta distribución se mantuvo durante todo el trayecto? , contestó : “… si, o sea, en ningún momento íbamos, por decirlo así, los cinco en horizontal … Me refiero, si esta es la calle, nunca somos los 5 así ( … ) en perpendicular a la calle, íbamos como desperdigados, o sea los cinco... cinco porque sé que son cinco, pero yo me acuerdo de cuatro.”

    Estas manifestaciones de la denunciante, sobre la dirección que tomaron a su iniciativa se muestran a nuestro entender creíbles y verosímiles, es acorde con las reglas de la lógica y razonable, que una persona desconocedora de esta ciudad pero que había subido en dos ocasiones a la Plaza del Castillo procedente del Soto de Lezkairu. Nótese que la sentencia mayoritaria omite mencionar el punto exacto donde Clara dejó aparcado su coche en el Soto de Lezkairu, aunque sí lo hace, en la página 19, del lugar donde dejaron los acusados aparcado su propio coche: “Entretanto agentes de la Policía Foral de Navarra localizaron el vehículo Fiat Bravo matrícula 0458 GHC, con el que los acusados se habían desplazado a esta ciudad, estacionado en la calle Doctor Simón Blasco del Barrio de San Jorge, posteriormente fueron detenidos a las 11:15, horas del día 7 de julio de 2016, por agentes de la Policía Municipal de Pamplona.”) y bajado en una, después de desviarse a la derecha para acceder desde la Avenida de Carlos III hasta la calle Cortes de Navarra, tomara la dirección hacia la izquierda, accediendo de este modo a la calle Paulino Caballero, que conduce al expresado Soto.

    Y como hemos expresado, ha mantenido una versión precisa y coherente a lo largo de este proceso, con la rotundidad que apreciamos, en el acto juicio oral, en sentido de que fue la actitud de uno de los procesados lo que le molestó y por eso decidió tomar esa dirección al estimar que por ahí se llegaba al lugar donde estaba estacionado su vehículo.

    Por todo ello la consideramos creíble y corroborada con los datos objetivos que hemos detallado.

    El primer agente con el que habló Clara, cuando salió del cubículo, fue la policía municipal 455, que declaró lo siguiente ante el juez instructor Esteban Iglesias (folio 930):”Que estuvo un rato con ellos y cuando les dijo que se marchaba ellos le dijeron que la acompañaban. Que por lo que le dijo ella tenía el coche por la zona del Soto de Lezkairu. Que la chica dijo que ella quería ir por una calle y que ellos le dijeron que por otra. Por lo que le relató a la agente 445, Clara sabía perfectamente el camino que la llevaba a su coche. Como ya lo he mencionado, lo había realizado anteriormente 3 veces. Cuando Clara terminó de poner la denuncia en la mañana del 7 de julio, el agente municipal 371 llevó a Clara al Soto de Lezkairu para que se reencontrara con su amigo Rubén, por lo que le tuvo que dar indicaciones al agente del lugar exacto donde estaba estacionado el coche. En la comparecencia del agente 371 del atestado policial (folio 27) dice lo siguiente: “Que ha sido requerido por parte del instructor del atestado para acompañar a la víctima al Soto de Lezkairu, a los efectos de llevarla junto a su amigo con el que ha venido a Pamplona, el cual está en el coche en el que han venido a Pamplona, y de paso conseguir el teléfono del amigo de la víctima llamado Rubén Salas ya que el teléfono de ella se lo han sustraído. Que efectivamente el llegar donde tiene estacionado el vehículo, localiza al amigo de Clara el cual es identificado siendo: Rubén Salas Sánchez...”

    Pero si según Clara, lo que deseaba era ir hacia su coche, ellos nunca pudieron decirle qué dirección tomar para llegar a este, por el simple hecho de que no sabían donde lo tenía aparcado. Por eso primero refirió ante la agente 455, que ellos impusieron el camino a seguir; pero más tarde, en la denuncia policial, inventó la historia del acoso del grupo (folio 19): “Que han seguido los cinco por la Avenida de Carlos III dirección Los Caídos, que ciertas actitudes de estos cuatro chicos le han empezado a molestar, como que la agarraran de los hombros, le abrazaran, por lo que ella les ha dicho que se marchaba por la calle Tafalla, ya que, el camino hacia su coche era más corto. Que Clara manifiesta que les ha dicho esto para perderlos de vista”.Y ya por último en el juicio oral concretó el acoso en la figura de Cabezuelo; porque sabía que desviarse por la calle Cortes de Navarra (una calle que jamás la hubiera llevado hacia el coche) sin una justificación, sería interpretado como una contradicción, pues insistentemente afirmó que su intención desde que abandonó el banco de la Plaza del Castillo, era llegar a su coche:

    C: ...Yo me volví a acercar al banco, que era donde estaban estos chicos y ya les dije que me iba a ir al coche para descansar, que ya no pintaba nada, la gente que conocía se había ido. Y ya fue cuando me dijeron: "Ah, pues vamos nosotros contigo". Y uno de ellos, el que estaba sentado al principio conmigo se levantó y se puso a hablar con ellos, o sea con sus amigos que estaban de pie. Y ya se levantaron todos, yo también me levanté y empezamos a andar hacia una calle.

    Y más adelante:

    F: Cuando usted les dice que quiere retirarse a descansar, que se va a ir al coche, porque ya se ha quedado sola y no contacta con su amigo, dice que ellos manifiestan que la acompañan.

C: Sí.

    F: ¿Qué le dijeron?

    C: Tiramos por ahí. Estaba yo sentada y había otro chico sentado y, si no recuerdo mal había también otro, pero no lo sé seguro, y el resto estaba como de pie por aquí. Yo dije: "Me voy al coche", dije "yo voy por ahí". Y dijeron: "Vale, pues vamos para allá, te acompañamos todos".

    F: No dijeron si tenían el coche en otro sitio, si iban a dormir, simplemente que la acompañan

    C: Sí.

    F: ¿Usted pensó que la iban a acompañar hasta el coche o que la iban a acompañar un trayecto?

    C: Un trayecto sólo, un tramo, que luego ellos se quedarían de fiesta o lo que fuera.

    Y ante Agustín Martínez:

    C: No, yo le llamé para saber dónde estaba él, para seguir con él de fiesta. Con él y con sus amigos y con la chica de Castellón. Y a raíz de que no nos encontramos, no nos oíamos ni nos poníamos de acuerdo, pues es en el momento en el que yo decido irme al coche, a dormir.

    Un último dato en este capítulo: nada se dice del supuesto acoso, en la declaración de Clara ante el juez instructor Esteban Iglesias.

10-EL TRAYECTO HASTA EL PORTAL

La fiscal pregunta a Clara como realizaron el trayecto desde el hotel hasta llegar al portal número 5 de la calle Paulino Caballero:

    F: ¿En algún momento estuvieron todos juntos o fueron disgregados como ha ido señalando?

    C: No estábamos todos juntos.

    F: ¿En ningún momento?

    C: No.

    Y un poco más adelante:

    F: ¿En algún momento estuvieron todos juntos o fueron disgregados como ha ido señalando?

    C: No estábamos todos juntos.

    F: ¿En ningún momento?

    C: No.

    Anteriormente había declarado lo mismo, cuando caminaron desde el bar Txoko hasta el hotel:

    F: Usted ha dicho que iba hablando con uno y que cree que iban dos más delante o alguno que iba moviéndose de un lado para otro, acercándose y separándose. ¿Usted nunca estuvo en un grupo compacto con todos ellos? Usted siempre manifestó que eran cuatro.

    C: Yo no me acuerdo de estar los cuatro... Salvo en la Plaza del Castillo que es lo que he dicho, que yo estaba sentada y estaban ellos como por delante, pero hablando en ningún momento estuvimos todos juntos.

    Boza declaró ante la fiscal sobre el mismo desplazamiento del grupo:

    F: Después de ese, digamos, del paso del tramo del hotel, aunque usted no recuerda muy bien ese momento, ¿cuándo continúan caminando usted sigue hablando con ella o ya no continúa con ella?

    B: Sí, yo sigo... ya le digo, hay momentos en que hablo con ella, hay momentos en que hablo con mis amigos...nos vamos intercalando, ¿sabe?, tampoco todo el tiempo del camino creo recordar que vaya pegado a ella, recuerdo que hablaba con mis amigos a la vez.

    F: ¿Recuerda si iban todos muy próximos digamos en grupo o iban disgregados?

    B: Recuerdo que íbamos, por ejemplo como de aquí a la mesa de la sala pero íbamos en grupo, todos juntos.

    La declaración de Cabezuelo sobre el desplazamiento, ante la fiscal:

    F: Bueno en ese trayecto que hicieron, aunque no recuerde las calles, ¿Recuerda si iban todos ustedes juntos o iban disgregados?

    C: Al principio si íbamos juntos pero conforme íbamos avanzando el grupo se separaba.

    Escudero ante la fiscal:

    F: Por el camino, le vuelvo a preguntar lo mismo, ¿fueron todos juntos o fueron disgregados?

    E: Es que no lo recuerdo...no recuerdo en qué situación íbamos.

    Guerrero:

    F: ¿Durante ese trayecto, incluso antes, recuerda usted si iban en grupo, los seis juntos, disgregados?

    G: Al principio sí me acuerdo que íbamos todos juntos, pero el último trayecto sí me acuerdo que íbamos disgregados.

    F: ¿El último trayecto se refiere a Paulino Caballero, llegando al portal o antes?

    G: Antes. Yendo a Paulino Caballero.

    Prenda:

    F: ¿Recuerda usted un grupo compacto o no, que fueran los seis?

    P: No sé si por algunas partes del camino iríamos los seis, por otras iríamos cuatro, por otras tres... No lo pongo en pie.

    Los 5 acusados declaran mayormente que el desplazamiento desde el hotel hasta el portal se realizó en un grupo disgregado, aunque el desplazamiento desde el banco de la Plaza del Castillo hasta el hotel Europa, pasando por el bar Txoko, fue compacto. Sin embargo, Clara declaró que el grupo se desplazó disgregado en todo momento. Declaró que para llegar al hotel se retrasó con respecto a 2 de los acusados, pero después de la parada en el hotel, ella pasa a encabezar el grupo, cuando decidió girar a la izquierda, hacia la calle Paulino Caballero mientras caminaban por la calle Cortes de Navarra, debido al supuesto acoso de Cabezuelo.

    En realidad, Clara declaró con la intención de no dar a entender ante el tribunal, primero que pudiera escuchar la conversación del hotel, por lo que supuestamente se retrasó con respecto al grupo; y para justificar el giro desde la calle Cortes de Navarra (repetimos que esta calle jamás la hubiera llevado al coche) necesitaba adelantarse con respecto al grupo, y por ello inventó el acoso de Cabezuelo: Y entonces como que yo giré antes que ellos hacia esa calle, hacia la izquierda y ellos como que me fueron siguiendo y ya hubo un momento en que... O sea yo iba la primera en esa calle…”. Así lo reconoce el voto particular de la sentencia, en la página 209: Tanto las acusaciones como ahora la sentencia mayoritaria destacan como apoyo a la credibilidad de la denunciante el hecho de que se mantenga en que eran 4 los sevillanos que recuerda pese a la certeza de que son cinco. Pues bien, con tal argumento lo que no se entiende es que no den la relevancia contraria a que antes dijera que iban todos en grupo para sostener ahora que jamás caminaron agrupados o que dijera que ellos iban delante para sostener ahora lo contrario o sostuviera que los “cuatro” a la vez la incomodaron para rectificar ahora y decir que solo uno de ellos lo hizo.

    La contradicción de Clara en su avance con respecto a los acusados, es que se adelanta o se atrasa a conveniencia.

11-LA CONVERSACIÓN DURANTE EL TRAYECTO AL PORTAL

    La fiscal le preguntó a Clara sobre el contenido de la conversación, en el tramo hasta el portal:

    F: Dice que inicialmente usted va un poco más adelantada que ellos. ¿Usted recuerda, aparte de la persona que dice que la adelantó y se acercó al portal, si hubo algún otro de los jóvenes que fuera hablando con usted?

    C: No, con el mismo chico todo el trayecto. Y había un chico que venía e iba, venía e iba. Pero en ese momento recuerdo sólo al chico con el que estuve todo el trayecto andando, íbamos él y yo; luego el del banco como que me adelantó y luego había otro y se escoró hacia la izquierda. Entonces el chico con el que yo iba hablando ya se escoró también.

    F: En ese trayecto en que usted va hablando, ¿recuerda usted cuál era el tema de conversación?

    C: No lo recuerdo. Recuerdo que cuando ya me comenzó a coger como del hombro y de la cadera... No sé de lo que íbamos hablando pero como que corté la conversación porque no me apetecía seguirla.

    F: Se lo voy a preguntar de otra manera, ¿hablaron de sexo explícitamente?

    C: No.

    F: Usted por el camino cuando fue hablando con este chico o cuando se fue acercando algún otro, ¿en algún momento les dijo lo que a usted le gustaba que le hicieran sexualmente y lo que quería hacerles a cada uno de ellos?

    C: No.

    F: ¿En ningún momento?

    C: No.

    Boza declara lo siguiente ante la fiscal sobre el contenido de la conversación:

    F: Y por ejemplo, en el camino, que usted recuerde ¿de qué habló usted con ella?

    B: Yo recuerdo de que la conversación seguía en el mismo contenido que fue a raíz de que saldríamos del banco, un encuentro sexual en el mismo contenido de que...ella me dice “a mí me gusta que me hagan esto”, “a mí me gusta que me hagan tal”, “yo soy muy activa en la cama”...en todo momento era contenido de sexo.

    Escudero ante la fiscal, sobre la conversación:

    F: ¿Recuerda usted si iba con la joven, si iba hablando otro, si iba hablando todo el grupo compacto?, ¿cómo se hace ese desplazamiento?

    E: Pues ese desplazamiento...yo hablo un rato con ella, después yo me quito del grupo, después ella se adelanta a uno, otro se adelanta ella...o sea que íbamos hablando un poco, cada uno un poco con ella lo que...yo por ejemplo, precisamente lo único que le puedo decir yo es que estuve hablando...del tema de sexo, lo que yo recuerdo haberle dicho es que a mí, conmigo podía hablar, que a mí lo que me gustaba era que me hicieran una felaci...que me la ‘chuparan’. Y le dije que fuese yo el primero, en plan con...yo le dije como diciendo “que sea yo el primero eh, no se lo vayas a hacer a otro”, ” antes a mí, ¿eh?”...y ella me dijo “sí, sí, a ti el primero”. Esa es la conversación que más recuerdo de lo que yo hablé con ella.

    La fiscal no preguntó a los demás acusados sobre la conversación durante el trayecto. Nótese que anteriormente, Clara negó que la conversación de la plaza del Castillo fuera de naturaleza sexual; también negó que escuchara nada de carácter sexual en el hotel (lo de la pregunta de una habitación para follar), y nuevamente, durante el trayecto, negó que se hablara sobre sexo. En cambio los acusados sí reconocen haber hablado de sexo. En realidad el sexo fue el tema principal de las conversaciones. Sobre este punto, la sentencia mayoritaria guarda silencio. Pero el voto particular, en la página 314, dice esto: ”Sobre este extremo, al igual que ha sucedido con otros, la denunciante no ha aportado luz, pues cada vez que fue preguntada acerca de la conversación que llevaran en diferentes puntos del trayecto, respondió invariablemente que no lo recordaba. Paradójicamente sí afirmó que no hablaron de sexo.

12-LA LLEGADA AL PORTAL

    El grupo de los 6 avanzó por la calle Paulino Caballero y cruzaron la avenida Roncesvalles, como así lo relata la sentencia mayoritaria, en la página 47:

    Siendo de especial significación, en relación con el trayecto seguido, los fotogramas 4 a 25, obtenidos por la cámara de video vigilancia “Camera 2 DS2.” - cámara tipo domo, situada en la puerta principal de la entidad Caixabank, (esquina Carlos III con Avenida de Roncesvalles)- que enfoca en dirección, Calle Paulino Caballero, en una franja horaria comprendida entre las 03:07:37 y 03:08:26. En primer término cuando las tres primeras personas (son cuatro: Clara con Cabezuelo, y justo detrás Prenda, y Escudero) que integran el grupo camina por la calle Paulino Caballero, sentido ascendente en la intersección con la Avenida de Roncesvalles y en la última imagen captada, en el momento en que el último de los dos varones que integra el segundo grupo (Guerrero, y por último Boza) desaparece en la esquina de la calle Paulino Caballero a la altura de la sucursal de Deustchebank”.

Imagen 45. Se observa en la imagen de la Sexta como Clara y Cabezuelo (andando este a la derecha de ella) caminan los primeros del grupo; seguidos por Prenda, y a una distancia de 5 segundos Escudero. Nótese como la Sexta publicó unas imágenes pertenecientes al sumario, y como tal, cometió un delito al difundirlas.



Imagen 46. Guerrero, y por último, Boza. Se observa como el grupo iba muy disperso en las
cercanías del portal. Guerrero y Boza se retrasaron tanto (39 segundos) porque se echaron una raya de cocaína por el camino.


    Finalmente llegaron al portal número 5 de Paulino Caballero. Clara lo relata así ante la fiscal:

    C: ...y ya hubo un momento en que... O sea yo iba la primera en esa calle (por las palabras de Clara, se infiere que no tenía conocimiento de las grabaciones de la cámara de la Caixabank), uno de ellos como que me adelantó y se puso a la altura de un portal porque había una chica timbrando. La denuncia policial de Clara (folio 20 de autos) dice lo siguiente: “que en todo momento Clara ha ido hablando continuamente con el mismo mientras los otros tres iban por delante de ellos”. Entonces si hacemos caso de esta afirmación en la denuncia ¿como pudo adelantarle Prenda para acercarse a la mujer timbrando, si este iba por delante de Clara? Y mientras yo iba por esa calle andando, iba como por el centro, ellos como que se fueron escorando hacia la izquierda, hacia donde había un portal. El chico que estaba sentado a mi lado en el banco al principio se puso a hablar con la chica que estaba timbrando. Yo seguí andando y una vez que llegué ahí el chico con el que iba andando todo el camino pues me acercó hacia él en plan agarrándome así...

    F: Vamos a ir poquito a poco, para ir centrando algunas de las cuestiones que ha ido diciendo. Usted dice que se siente un poco incómoda y que decide cambiar su trayectoria, su camino, que gira. Ha dicho que gira a la izquierda, para ubicarnos un poquito todos, ¿coge la calle en la que está ubicado el portal donde ocurren los hechos?

    C: Sí.

    F: Dice que inicialmente usted va un poco más adelantada que ellos. ¿Usted recuerda, aparte de la persona que dice que la adelantó y se acercó al portal, si hubo algún otro de los jóvenes que fuera hablando con usted?

    C: No, con el mismo chico todo el trayecto. Y había un chico que venía e iba, venía e iba. Pero en ese momento recuerdo sólo al chico con el que estuve todo el trayecto andando, íbamos él y yo; luego el del banco como que me adelantó y luego había otro y se escoró hacia la izquierda. Entonces el chico con el que yo iba hablando ya se escoró también.

    Cabezuelo declara lo siguiente ante la fiscal, sobre el cruce de los 6 por la avenida Roncesvalles hasta llegar al portal:

    F: ¿Recuerda usted en qué parte del grupo iba?

    C: Sí, delante.

    F: ¿Iba usted hablando con la denunciante?

    C: Sí.

    F: Usted ha escuchado la declaración del resto de los acusados…¿Sería correcto cómo lo han ido narrando?, ¿Qué usted iba primero con la denunciante, posteriormente el señor Prenda, posteriormente el señor Escudero y finalmente el señor Boza con el señor Guerrero?

    C: Efectivamente.

    F: ¿Esa era la disposición?

    C: Sí.

    La declaración de Boza sobre la disposición de los 6:

    F: Como entiendo que es difícil recordar todo, volviendo a las imágenes, que les he preguntado también a sus compañeros, cuando suben ustedes por la calle Paulino Caballero, que es la calle donde está el portal y pasan por la calle donde está el monumento al encierro, no sé si se ubica usted en el lugar...

    B: Sí.

    F: ¿Usted sabe en esas imágenes dónde iba?, ¿Quién era usted?

    B: ¿En el momento que cruzamos por Paulino Caballero?

    F: En las imágenes que vimos en las cámaras de seguridad...

    B: Es que he visto tantas que no recuerdo.

    F: Hay un momento que ustedes van caminando por Paulino Caballero que es la misma calle del portal y pasan por la avenida en la que está el monumento al Encierro por la izquierda.

    B: Sí.

    F: Ahí se ve en esa imagen, a un hombre y una mujer, otro hombre, otro hombre y dos hombres.

    B: Sí.

    F: Le pregunto a usted, ¿sabe dónde iba en ese momento?

    B: Yo creo, si es la imagen que yo digo y creo no equivocarme...creo que yo era uno de los dos últimos del grupo.

Prenda sobre la disposición del grupo cruzando la avenida Roncesvalles:

    F: Aunque no lo recuerde, usted sí que ha visto las imágenes.

   P: Sí, eso sí lo he visto. Pero... le podría decir perfectamente que íbamos tres porque lo he visto en las imágenes, pero no lo recuerdo aunque lo haya visto.

    F: Le voy a preguntar otra cosa, ¿vale? Como usted ha visto las imágenes y el visionado de las cámaras, cuando salen por la calle, que usted entiendo que no conozca los nombres, pero que es Paulino Caballero, es la calle del portal...

    P: Sí.

    F: ...Ven que pasan, usted lo ha visto, ven que pasan por una avenida, que es la Avenida Roncesvalles, una avenida un poco más ancha. ¿Usted cuando vio los fotogramas puede saber en qué posición iba andando?

    P: Pues no.

    F: ¿No se ha reconocido en los fotogramas?

    P: Ah, cuando sale lo de la foto.

    F: Sí, cuando vio el vídeo. No sé si me he explicado bien. Hay una cámara que graba cuando el grupo sale por esa calle, por la calle del portal para que me entienda, y cruza una avenida un poco más ancha, que es la Avenida Roncesvalles...

    P: Yo juraría que me reconozco delante. Tampoco es que haya...

    F: ¿Hablando con ella?

    P: ¿Cómo?

    F: ¿Hablando con ella?

    P: En ese momento no...Bueno, en ese momento... cuando vi alguna de las fotos, en unas no y en otras sí.

    F: A ver, si no recuerdo mal, en esas imágenes se ve a un varón y a una mujer, andando los primeros; después otro varón, otro varón también muy cerquita y dos que llegan un poco más tarde.

    P: Yo creo que soy... o uno de los dos, o de los que estoy... Del que estaba delante o del que estaba hablando con ella. Atrás casi seguro que no.

    Guerrero sobre la disposición del grupo:

    F: ¿En función de las imágenes de las cámaras de seguridad, usted puede determinar quién es usted y en qué posición iba?

    G: Yo iba el último, con Boza.

    F: ¿Y delante suya, por tanto?

    G: Escudero.

    F: ¿Y delante de Escudero?

    G: Prenda.

    F: ¿Por lo cual deduzco que la denunciante iba hablando con el señor Cabezuelo?

    G: Sí.

    F: ¿A qué distancia iban de ellos?

    G: Lo que se ve en los vídeos. De aquí a la mesa del tribunal, algo más.

    Escudero:

    F: ¿Ha visto las imágenes, como le he preguntado al señor Prenda?

    E: Sí.

    F: Ustedes en las imágenes que se vieron, cuando suben por la calle del portal, para que nos entendamos, que es Paulino Caballero, iban pasando por la avenida más ancha, que es donde está el monumento al Encierro, entonces quedaría a mano izquierda…¿Usted cuando ve las imágenes se reconoce en alguna de ellas o puede determinar en qué posición iba usted?

    E: Eh...creo recordar que iba solo.

    F: ¿Pero en esas imágenes, parece ser si yo no recuerdo mal, que van caminando un hombre y una mujer, otro hombre, otro hombre y luego otros dos? De esos dos hombres que iban solos, ¿cuál cree que es usted?

    E: Yo creo que el que iba en medio, o sea, el que iba por delante del de los dos de atrás.

    F: ¿O sea que iban delante el hombre y la mujer, otro, y…?

    E: Y después iba yo.

    Y un poco más adelante:

    F: ¿Recuerda si en ese momento, en esa secuencia de imágenes que hemos visto, el señor Prenda era el que iba delante de usted?

    E: Pfff...

    F: Le vuelvo a situar.

    E: Sí, sí, sí, pero es que no...mira que en ese momento estaban...pero no...

    F: Se lo voy a poner más fácil. Usted sí que se ha ubicado como el tercero, ¿no? La pareja, hombre y mujer, otro varón, usted y otros dos que iban más atrás. ¿El señor Prenda sale...le pasa a usted corriendo o…?

    E: No, no creo, creo que no.

    F: ¿Recuerda usted quién iba hablando con la denunciante?

    E: ¿Cómo, perdón?

    F: ¿Quién iba hablando con la denunciante? Hemos ubicado a la denunciante con uno de ustedes, después otro varón, después usted, después otros dos. ¿Recuerda usted quién iba hablando con la denunciante?

    E: Pues no lo sé, es que te puedo decir Ángel (Ángel Boza), te puedo decir Prenda, uno de los dos creo yo que estaba hablando con ella.

    F: Don Ángel o el señor Prenda. Y cuando el señor Prenda entra al portal, que usted ve que entra, ¿qué pasa con el hombre y la mujer que iban caminando delante?, ¿dónde estaba?

    La fiscal ha preguntado a los 5 acusados y a Clara sobre su posición al transitar por el cruce de la avenida Roncesvalles. Las imágenes de la cámara de seguridad situada en la Caixabank, en la Avenida Roncesvalles esquina Avenida Carlos III, muestra como Clara va andando junto a Cabezuelo (este va por el lado derecho de Clara). Pero Clara declaró que era ella la que iba la primera, porque así justificaba implícitamente ante el tribunal su intención de marchar hacia el coche, y por ello daba a entender que no estaba acompañando a los acusados.

13-LA PARADA EN EL PORTAL

    Una vez el grupo cruza la avenida Roncesvalles, llegan al portal número 5 de la calle Paulino Caballero. Clara lo relata así ante la fiscal:

    C: O sea yo iba la primera en esa calle, uno de ellos como que me adelantó y se puso a la altura de un portal porque había una chica timbrando. Y mientras yo iba por esa calle andando, iba como por el centro, ellos como que se fueron escorando hacia la izquierda, hacia donde había un portal. El chico que estaba sentado a mi lado en el banco al principio se puso a hablar con la chica que estaba timbrando. Yo seguí andando y una vez que llegué ahí el chico con el que iba andando todo el camino pues me acercó hacia él en plan agarrándome así…

    Más adelante:

    F: Dice que inicialmente usted va un poco más adelantada que ellos. ¿Usted recuerda, aparte de la persona que dice que la adelantó y se acercó al portal, si hubo algún otro de los jóvenes que fuera hablando con usted?

    C: No, con el mismo chico todo el trayecto. Y había un chico que venía e iba, venía e iba. Pero en ese momento recuerdo sólo al chico con el que estuve todo el trayecto andando, íbamos él y yo; luego el del banco como que me adelantó y luego había otro y se escoró hacia la izquierda. Entonces el chico con el que yo iba hablando ya se escoró también.

    Y un poco más adelante:

    F: Llega un momento que una persona la adelanta, que es el chico con el que había estado hablando en el banco y ve que se acerca al portal.

    C: Sí.

    F: ¿Dónde se quedan ustedes, el joven con el que usted va hablando y usted, donde se quedan? (con esta pregunta de la fiscal, implícitamente da a entender que Clara no andaba la primera del grupo)

    C: Cuando íbamos hablando por la calle, el chico del banco nos adelanta. Hasta el momento en que nosotros llegamos a donde nos quedamos, íbamos como ellos escorándose y yo por el centro. Y ya luego es cuando el chico con el que yo estuve hablando me acerco hacia él, que estaba como.. Si aquí está el portal estaban pegados hacia el lado izquierdo de la calle.

    Ante Agustín Martínez declaró lo siguiente:

    A: A partir de ahí, usted, situémonos en la calle Paulino Caballero. Cuando usted llegó a la calle Paulino Caballero, ¿Quién es el que sale corriendo, le adelanta o va con usted, el que se dirige a la chica que está en la puerta?

    C: No me adelanta corriendo, sino que empezó a andar un poco más rápido que yo. Yo iba a un paso normal y me adelantó. Es el que estaba sentado al lado de mí en el banco al principio.

    A: Y exactamente ¿podría describir qué es lo que vio usted que hizo?

    C: Se acercó a la puerta del portal y había una chica timbrando y se puso a hablar con la chica. Creo que se puso a hablar con la chica.

    A: ¿Y a usted eso no le sorprendió, no le llamó la atención?

    C: Es que... No, no. Igual que habían comenzado a hablar conmigo, con la chavala también. Yo le vi pero al momento yo ya estaba dándome un beso con otro.

    Y más adelante:

    C: Es que yo no espero a que la persona acceda al portal. Yo, repito, el chico este, el que estaba sentado en el banco a mi lado, me adelantó. Entonces, cuando me adelanta, este se pone a hablar con la chica que estaba timbrando, y ya llega el momento, llega al punto en el que yo llego como a la altura a la que está el resto (recordemos como más arriba Clara ha dicho que ella iba la primera del grupo, después de superar la avenida Roncesvalles), y me acercan hacia ellos y me dan un beso.

    Cabezuelo, el cual iba hablando con Clara en ese momento, cuenta lo siguiente sobre el acercamiento al portal:

    F: Cuéntenos qué ocurrió cuando se acercaban al portal.

    C: Cuando nos acercamos al portal, Prenda nos adelantó como a paso ligero y no se, me hizo gracia, entonces le dije “¿Dónde vas?”. La denunciante iba conmigo y empezamos a reírnos y le dijimos “¿A dónde vas así?”; y nos dijo que “estoy intentando entrar al portal que esa mujer...”. Y cuando la mujer se acerca al portal, antes de entrar hay como un porche o un garaje, entonces como que nosotros nos ocultamos de la vista de esa vecina que iba a entrar.

    F: Cuando les adelanta el señor Prenda y les dice que iba a intentar entrar al portal usted dice que se apartan hacia la línea izquierda de la fachada en un garaje, ¿Se refiere al garaje que está justo al lado del portal?

    C: O sea me refiero al garaje que desde el portal no se nos podía ver.

    Nótese que Clara declaró que no le sorprendió la acción de Prenda de ir corriendo hacia la vecina del portal, pero Cabezuelo, que iba andando junto a ella, dice que se sorprendieron ambos.

    Escudero cuenta a la fiscal:

    F: ¿O sea que iban delante el hombre y la mujer, otro, y…?

    E: Y después iba yo.

    F: ¿Qué es lo que usted percibe cuando llegan al portal?

    E: Pues cuando llegamos al portal, vemos a una chica que va a entrar al portal y Prenda se adelanta y llega a coger la puerta, entonces nosotros lo que hacemos es que justo cuando llegamos nos metemos en un...yo lo he visto pero no se precisarte en qué sitio estábamos. Pero nos escondimos para que no nos viese la vecina.

    Un poco más adelante de la declaración:

    F: ¿Usted ve al señor Prenda que accede al portal con la vecina?

    E: Sí.

    F: ¿El varón y la mujer dónde están cuando él va al portal?

    E: Pues el varón y la mujer lo que hacen es echarse hacia un lado para que la vecina no nos vea que íbamos detrás.

    F: ¿Hacia la izquierda?

    E: Sí, en la parte donde tapa la visión.

    Y finalmente:

    F: ¿Pero en ese momento habló por ejemplo con el señor Prenda que fue quién se adelantó?

    E: No recuerdo haber hablado. No recuerdo si hablé o no hablé o si lo pensé, o si lo pensamos todos cuando vimos a la vecina...no lo sé.

    F: ¿Usted, eso sí, recuerda que el señor Prenda abriera el paso al portal?

    E: Yo recuerdo que Prenda es el que sujeta la puerta, entonces al sujetar la puerta, él fue el que iba a intentar entrar para poder abrirnos la puerta, entonces nosotros nos retiramos para que no nos viese la vecina.

    Boza, sobre la llegada al portal:

    F: Entonces, ¿usted se dio cuenta de si alguien aceleraba el paso?, ¿usted se dio cuenta de lo del portal o usted no llegó a verlo?

    B: ¿Qué si llegué a ver lo del portal?

    F: Si, cuando el señor Prenda se acerca al portal, ¿usted vio eso o no?

    B: Sí.

    F: ¿Usted donde estaba lo vio? Nótese que aquí Boza está mintiendo, porque él cerraba el grupo, y la distancia era excesiva

    B: Sí.

    F: ¿Qué entraba al portal?

    B: Sí.

    F: Cuéntenos exactamente qué es lo que vio.

    B: Pues como le digo estábamos buscando un sitio donde poder hacer lo que queríamos hacer todos de común acuerdo y en ese momento Prenda vio en un portal que estaba entrando una chica y aprovechó esa situación, me imagino que para hacerse pasar por un vecino y agarró la puerta y entró para dentro.

    F: ¿Vio usted si aceleró el paso?

    B: Si.

    F: ¿Sabe usted más o menos dónde se podía encontrar usted cuando vio que el señor Prenda va a entrar al portal?

    B: ¿Dónde me encontraba yo?

    F: ¿Estaba ya digamos en esa misma calle?, ¿estaba todavía en la calle ancha?

    B: Sí, un poco más retrasado detrás de él. Recuerdo que había un descansillo, como un garaje al lado del portal...y sí, por esa zona.

    F: ¿Quién estaba porque...usted con quien iba, la persona que iba detrás quién era?

    B: No le sabría decir pero creo que Antonio (Guerrero)...no le sabría decir con seguridad porque no me acuerdo sinceramente, pero creería que era él.

    F: Vale, entonces cuando llega, ¿los que están por eliminación fuera del portal serían el señor Escudero y el señor Cabezuelo?

    B: Sí

    Guerrero a la fiscal:

    F: ¿Qué recuerda usted del acceso al portal del señor Prenda, si es que lo llegó a ver?

    G: Al llegar ellos me hicieron señas de que me pegara a la pared donde ellos estaban. Al llegar recuerdo que fue Clara la que me dijo “pégate aquí que nos van a ver”. No sé si fue luego Cabezuelo o Escudero que Prenda había salido al portal con una vecina para después abrir la puerta y que entráramos todos.

    F: ¿Usted no vio a Prenda entrar al portal?

    G: Yo cuando llegué recuerdo que estaba ya Prenda mirando al portal para entrar. Y ya me explicaron ellos.

    F: Entonces usted vio al señor Prenda hablando con la vecina hablando en el portal. ¿Justo cuando llega a donde están sus compañeros y la denunciante? ¿En ese momento?

    G: Sí.

    Prenda ante la fiscal:

    F: Cuéntenos lo del portal, por favor.

    P: En lo del portal como... Ya después de la negativa del hotel, no sé si de uno o de dos porque no me acuerdo exactamente, estábamos yendo a buscar otro sitio. Y en ese momento una mujer abre un portal, porque era también uno de los sitios donde podríamos hacerlo, y me acerco a ella, me aligero un poco más, me acerco a ella y subo al portal.

    Y poco más adelante de la declaración:

    F: ¿Recuerda usted si adelantó a alguien, a alguno de sus compañeros, cuando hizo ese... cuando aligeró?

    P: No me acuerdo si yo estaba delante de ellos o si yo estaba hablando con ella y en ese momento me aligeré, no me acuerdo exactamente de cómo pasó.

    Clara cuenta que ella andaba la primera después de cruzar la avenida de Roncesvalles (recordemos que había declarado llegar retrasada con respecto a 2 de los acusados a la puerta del hotel Europa) :O sea yo iba la primera en esa calle aunque un momento después se contradice: Entonces el chico con el que yo iba hablando ya se escoró también.” Y acto seguido la adelantó Prenda en dirección a la entrada del portal número 5; los acusados se fueron escorando hacia el lado izquierdo de la calle, mientras ella iba por el centro. Pero las imágenes de la cámara de seguridad dicen otra cosa: ella va andando a la par de Cabezuelo, este situado a la derecha de Clara. Ella y Cabezuelo iban circulado los primeros de todo el grupo, por lo que no pudo haber visto que los demás acusados se escoraran hacia el lado izquierdo de la calle, por el simple hecho de que los llevaba a su espalda. Además, si hubiera seguido una trayectoria recta por el centro de la calle, hubiera tropezado con Cabezuelo. Este dice lo siguiente:

    C: Cuando nos acercamos al portal, Prenda nos adelantó como a paso ligero y no se, me hizo gracia, entonces le dije “¿Dónde vas?”. La denunciante iba conmigo y empezamos a reírnos y le dijimos “¿A dónde vas así?”; y nos dijo que “estoy intentando entrar al portal que esa mujer...”. Y cuando la mujer se acerca al portal, antes de entrar hay como un porche o un garaje, entonces como que nosotros nos ocultamos de la vista de esa vecina que iba a entrar. Y Escudero, que caminaba por atrás de ellos 2, lo confirma:

    F: ¿El varón y la mujer dónde están cuando él va al portal?

    E: Pues el varón y la mujer lo que hacen es echarse hacia un lado para que la vecina no nos vea que íbamos detrás.

    F: ¿Hacia la izquierda?

    E: Sí, en la parte donde tapa la visión.

    Clara se escoró intencionadamente, junto a los acusados, al lado izquierdo de la calle para que Desiree, la vecina del portal, no les descubriera. Cabezuelo no tiró de ella para que también se quedara pegada a la fachada, sino que lo hizo por sí misma.

14-LA ESPERA EN EL PORTAL, ANTES DE LA ENTRADA



Imagen 47. El punto exacto donde Clara, Cabezuelo, Escudero, Guerrero y Boza esperaron escondidos hasta que Prenda les franqueó el paso al interior del portal nº5


Imagen 48. El portal nº5. Obsérvese que la puerta de entrada abre hacia el exterior. Es un detalle muy importante, ya que Cabezuelo sujetó la puerta para que pasara el resto del grupo al interior del portal, por lo que difícilmente pudo agarrar a Clara de una muñeca para meterla dentro del portal mientras sostenía la puerta con la otra mano.

    Lo que ocurrió después nos lo relata Clara, ante las preguntas de la fiscal:

    F: No sé si recordará exactamente el lugar. El lugar, una vez que llega a la esquina donde está el portal, hay un establecimiento, hay una pequeña entradita de un garaje y luego está la entrada más grande del garaje, justo al lado del portal. ¿Lo recuerda más o menos o no lo recuerda?

    C: Vagamente. Me hago una idea.

    F: Le pregunto por si se pararon usted ya al lado del portal...(nótese que la propia fiscal utiliza la expresión parar, aunque más adelante, Clara utilice el término apoyarse)

    C: No, no, no, estábamos como un poco antes. No llegamos a estar a la altura de la chica que estaba timbrando y del chico que me adelantó a mí.

    F: ¿Usted vio a la chica?

    C: Sí, sí, yo la vi.

    F: ¿Qué la vio, cruzar la calle, bajar por la calle, recuerda?

    C: Yo la vi ya parada en el portal, porque como yo fui la primera que fui hacia esa calle (repetimos nuevamente, las imágenes de la cámara del Caixabank muestran como Clara no iba sola, sino acompañada de Cabezuelo, como más adelante volveremos a analizar) la vi ya directamente. Estaría como de aquí a la televisión.

    F: Cuando dice que ellos, algunos de ellos, se escoran un poco hacia la izquierda, es decir se pegan un poco hacia la pared y que usted está más centrada, la acercan hacia allí, ¿qué le dicen en ese momento, qué pasa, por qué motivo aparentemente se acercan hacia allí? ¿le dicen algo?

    C: No, no me dijeron nada en plan de "nos vamos a parar aquí para cualquier cosa". Fue simplemente que ellos se fueron escorando y ya hubo un momento que uno de ellos se acercó hacia a mí para darme un beso pero no me dijeron: "Nos vamos a poner aquí para cualquier cosa". No.

    F: Cuando ocurre eso, cuando la acerca y le da un beso, que usted lo manifestó, además lo dijo usted espontáneamente en la declaración que prestó ante el juzgado de instrucción, ¿le sorprendió, le extrañó, cómo surgió esa situación?

    C: No sé, simplemente me acercó, me fue a dar un beso y yo no me aparté. Me refiero, a ver... No es que lo viera raro porque, a ver... Bueno, que no me aparté. Él me acercó hacia él para darme un beso y yo no me eché para atrás porque no lo consideraba. Me iba a dar un beso con él y ya está. ”No lo vio raro” que Boza la besara, aunque momentos antes fuera supuestamente acosada por Cabezuelo. Ya lo dice la sentencia mayoritaria en la página 50: “...es acorde con las reglas de la lógica y razonable...”

    F: ¿Hubo algo más que un beso?

    C: No, sólo recuerdo un beso. Fue un beso largo pero ya está.

    F: Nada más, ni se abrazaron ni estuvieron un rato largo allí besándose

    C: No, no, es que no sé cuánto tiempo decirle, pero tampoco fue un beso tan largo como para estar abrazándole o cualquier cosa, no sé. Sólo sé que fue un beso y que justamente mientras yo lo estaba besando, otro chico dijo "vamos, vamos". Tampoco fue un beso de estuve cinco minutos besándole.

    Ante Agustín Martínez, Clara relata la parada como sigue:

    A: Y exactamente ¿podría describir qué es lo que vio usted que hizo?

    C: Se acercó a la puerta del portal y había una chica timbrando y se puso a hablar con la chica. Creo que se puso a hablar con la chica.

    A: ¿Y a usted eso no le sorprendió, no le llamó la atención?

    C: Es que... No, no. Igual que habían comenzado a hablar conmigo, con la chavala también. Yo le vi pero al momento yo ya estaba dándome un beso con otro.

    A: ¿No es más cierto que usted estaba, estaban, todos, las cuatro personas, mientras que este chico estaba hablando, escondidos en el número 3 de la calle Paulino Caballero, siendo imposible que la chica los pudiera ver en ese momento?

    C: No, ellos estaban apoyados en la pared...

    [Intervine el portavoz del tribunal. "Perdón, señor letrado, es el número 5, si no recuerdo mal". "Claro, el número 5 es en el que se producen los hechos. En el número 3 es donde hay una pared...". "Ah, perdón". "Los hechos son en el número 5, pero la posición en la que ellos se encontraban es el número 3". "De acuerdo, pero acláreselo...". "Sí, por eso le he indicado en el portal anexo". "Vale"]

    C: No, estábamos pegados a la pared pero porque yo me estaba dando un beso con un chico, entonces estábamos pegados a la pared, pero yo no sé dónde estaban... Supongo que estaban ahí también, pero no sé si estaban pegados a la pared escondiéndose o no, no se lo puedo decir.

    A: Vamos a ver, yo lo que quiero que usted explique... La calle Paulino Caballero es... No sé si se podría exponer incluso, porque hay fotografías, la infografía y podríamos ver las imágenes de la entrada, el hall de Paulino Caballero número 5, si pudiese exhibirse... Al parecer la compañera tiene la fotografía en el... [señala el iPad de otra abogada], se lo podría exhibir...[Le muestran la foto a la declarante]

    A: ¿Ve esa señal de prohibido aparcar, que está arriba?

    C: Sí, la del vado.

    A: La del vado, efectivamente. Detrás hay una pared. ¿Ahí es dónde estaban ustedes situados?

    C: No sé precisárselo con exactitud, pero sí, supongo... No sé, supongo que la chapa que hay al fondo, que es como del garaje, supongo, ahí no estábamos. Estábamos ahí, en la pared, apoyados, sí. Apoyados en la pared, ¿en la zona interior al edificio, es decir... Puedo marcarlo, puedo indicarlo, me permite? [se levanta y lo marca].

    A: Es decir, ¿aquí, aquí detrás?

    C: No me refería a eso, es que no sé si eso es una pared o se mete.

    A: Sí, es una pared. Es una zona absolutamente opaca. Si lo ve, es una pared que separa ambos edificios e impide la visibilidad.

    C: Lo que me refiero, estábamos en la pared... Vamos a ver. La parte izquierda de la calle, que es esa fotografía. Entonces sería, aquí como el portal, aquí el garaje que se ve ahí, y yo recuerdo aquí una pared, aquí, así, plana. Entonces yo recuerdo estar apoyada ahí.

    A: Insisto, ¿aquí detrás? No visible, por decirlo de otro modo.

    C: Es que mi duda es... No sé si entre el vado y lo que no se ve, hay otro garaje en el que se mete o si es una pared plana.

    [Portavoz del tribunal: "En el vado, en la pared detrás está, precisando por el sólo hecho de la precisión, la única foto que tenemos es la del portal número 5. En la que ustedes nos han aportado se aprecia también el portal del número 3". Hay un intercambio de palabras sobre las fotografías de Paulino Caballero incorporadas al sumario y continúan]

    A: La pregunta es más simple, ¿usted estaba dentro del perímetro del portal Paulino Caballero número 5?

    C: No.

    A: No.

    C: No, no lo recuer... Estábamos en una pared apoyados, pero en la parte izquierda. Si tú vas por la parte central de la calle o por la derecha nos veías, no estábamos escondidos. Y tampoco sé dónde estaba el resto porque yo estaba, repito, dando un beso con uno. Si los otros estaban escondidos, yo no lo sé.

    Y más adelante:

    A: ¿No es más cierto que usted estaba junto a ellos esperando que José Ángel Prenda pudiera franquear el portal para entrar todos y mantener relaciones sexuales?

    C: No, yo estaba ahí parada dándome un beso con uno de ellos.

    A: Y, le pregunto, ¿podría usted explicar al tribunal cómo es posible que alguien que se siente intimidada, molestada por unas personas, y que incluso decide cambiar de rumbo y de camino, detiene el mismo, espera a que una persona acceda a un portal y comienza a besarse con uno de ellos?

    C: Es que yo no espero a que la persona acceda al portal. Yo, repito, el chico este, el que estaba sentado en el banco a mi lado, me adelantó. Entonces, cuando me adelanta, este se pone a hablar con la chica que estaba timbrando, y ya llega el momento, llega al punto en el que yo llego como a la altura a la que está el resto, y me acercan hacia ellos y me dan un beso. Yo no estoy en ningún momento así esperando, o pienso que estaba este... Yo estoy dándole un beso a un chico.

    A: Claro, usted estaba dándole un beso a un chico.

    C: Yo no estaba esperando a que...

    A: Pero usted, ¿no le preguntó qué hace este, o a dónde va, o qué pretende? ¿No le preguntó, no le sorprendió que desapareciera en un momento determinado?

    C: No sabía que había desaparecido, yo no estaba, repito, yo no estaba fijándome. Yo le vi hablando con la chica del portal, pero yo no me fijé, yo estaba dándome un beso con uno de ellos, entonces no sé.

    A: ¿Y no es más cierto, insisto, que lo que ustedes estaban ya es premanteniendo relaciones, besándose, como usted dice, dándose un beso, esperando a poder franquear el portal para meterse allí?

    C: No

    Ante la abogada González-Palenzuela, respondió esto:

    G: Cuando llegaron al portal, ¿le dijeron que se sentara a tomar algo en el portal?

    C: No, no recuerdo beber de sus vasos.

    El voto particular de la sentencia, en la página 214, dice lo siguiente:

    En consonancia con esto, al folio 6 del atestado se recoge la comparecencia de los agentes 455 y 672 en la que se indica como manifestación de los agentes que la denunciante les dijo “Que han ido hacia la calle Paulino Caballero, siendo que al llegar a la altura del número 5 los jóvenes le han dicho que se sentara en el portal para tomar algo”; asimismo, al folio 929 de autos consta como manifestación ante el Magistrado-Juez instructor del Agente de Policía Municipal nº 455 que “la chica dijo que se habían sentado en la parte exterior del portal como a tomar algo” y al folio 952, como manifestación del Agente nº 553 ante aquél que “en ese momento les dijo también que habían estado sentados bebiendo en una zona de garajes que hay junto al portal y que en ese momento uno de ellos aprovechó la entrada de una chica para sujetar la puerta”. Tanto el atestado como las declaraciones reseñadas fueron ratificadas en juicio por los agentes que las suscribieron y, en concreto, el agente nº 455 no solo ratificó su declaración anterior sino que volvió a manifestar en Sala expresamente que la denunciante le refirió que se sentaron a tomar una copa en un rellano o recoveco junto a Paulino Caballero nº 5, extremo sobre el que fue preguntada también la denunciante en el juicio por una de las defensas y a la pregunta: “Cuando llegaron al portal... ¿le dijeron que se sentara a tomar algo en el portal?”, respondió: “No, no recuerdo beber de sus vasos.

    Cabezuelo cuenta lo siguiente sobre la parada ante el portal:

    F: Cuando les adelanta el señor Prenda y les dice que iba a intentar entrar al portal usted dice que se apartan hacia la línea izquierda de la fachada en un garaje, ¿Se refiere al garaje que está justo al lado del portal?

    C: O sea me refiero al garaje que desde el portal no se nos podía ver.

    F: ¿Se refiere a la línea de fachada?

    C: Sí podía ser en esa fachada, que desde la puerta no se nos veía a nosotros. O sea nos quedamos de manera que a nosotros no se nos podía ver. (Desiree, la vecina del portal, en su declaración policial el 20 de julio del 2016 (folio 347 de autos) dijo: “Que preguntada por si vio en las inmediaciones del portal de su vivienda otras personas merodeando por el lugar que pudieran acompañar a la que se juntó cuando accedía a su portal, manifiesta que no.” y ante el juez instructor el 17 de septiembre (folio 923 de autos): “A preguntas del Ministerio Fiscal, manifiesta que esa zona es oscura y no vio a nadie en la calle. Que venía por la calle Roncesvalles. Que si había gente no la vio. Que la sensación que tiene la declarante era de soledad. Que desde que llamó hasta que subió tampoco vio que se acercara nadie al portal”

    F: ¿Y en ese momento de qué hablan?, Me imagino que el señor Escudero ya habría llegado por proximidad, ¿Hablan de quedarse ahí, de que este sitio está bien...hablan de algo o no?

    C: Bueno esperamos. Como Prenda entró lo esperamos. Recuerdo un momento en el que yo me asomé y la denunciante me dijo: “Métete para dentro que te va a ver la vecina”, entonces me volví a esconder por decirlo así y en cuestión de dos minutos me volví a asomar y es cuando vi a Prenda dentro.

    F: ¿Y recuerda en ese momento, cuando el señor Prenda entra al portal hasta que sale, en ese momento que están ustedes ahí donde la puerta del garaje mientras llegan el resto de sus compañeros, si hablan en algún momento de si ese lugar podía ser el sitio adecuado para mantener relaciones sexuales?

    C: Explícitamente no pero bueno, estábamos esperando que Prenda nos abriera el portal para poder acceder.

    F: ¿Y usted cree que ella no tenía ninguna duda de que iban a entrar al portal con esa finalidad?

    C: Sí, claro, de hecho antes se había besado con Boza, antes de entrar al portal, que sabía a lo que íbamos.

    F: ¿Cómo fue lo de la relación con el señor Boza?, porque venía más atrás. La denunciante no había ido con él, iba hablando con usted; sin embargo llega el señor Boza…

    C: Sinceramente no sé lo que habló con él porque ya le digo, como yo era el que me asomaba a ver si Prenda estaba ya dentro del portal para poder acceder...entonces como que los tenía yo detrás, no sé cómo empezó esa conversación.

    F: ¿Y sabe si fue un beso rápido, un abrazo o hay algo más?

    C: No sabría describirle si fue rápido o lento, fue un beso que me hizo gracia, de hecho yo les digo riéndome “¿qué pasa, que no podéis ni esperar a entrar dentro?”, y ellos se ríen cuando hago ese comentario.

    Escudero sobre la parada en el portal:

    F: Vale, ustedes en ese momento, se lo digo porque lo dijo la denunciante y usted la ha escuchado, ¿ustedes en ese momento se besan?

    E: Yo con ella no.

    F: No, la denunciante con la persona con la que iba.

    E: No, nosotros nos metemos ahí y empezamos a hablar y ella me dijo a mí “shh, que se va a enterar(nótese como es la propia Clara la que manda guardar silencio, a pesar de que lo negara ante la fiscal: “¿Es cierto que cuando llegaron al portal y se adelantó el señor Prenda para abrir la puerta aprovechando que iba una vecina usted fue la que indicó a todos que se mantuvieran callados y escondidos para evitar que les viera la vecina? No porque yo estaba dándole un beso a otro chico.”), entonces nosotros permanecimos ahí callados, y cuando ya vimos que la del portal había entrado, cuando ya no había peligro pues empezamos a hablar y ella se empezó a besar con Ángel (Ángel Boza) y yo, Alfonso (Alfonso Jesús Cabezuelo) y Antonio (Antonio Manuel Guerrero) empezamos a animarles y a decirles “ahí, ahí, bien, bien”, eso es lo que recuerdo.

    F: ¿Ángel estaba desde el principio o más tarde?

    E: ¿Desde el principio? Ángel o Prenda eran los que estaban hablando...supuestamente uno de los dos iba con la denunciante al principio.

    F: Discúlpeme, ¿uno de quien dos?

    E: De Prenda o Ángel, son los primeros que salen en el proyector que me ha dicho.

    F: Ah, vale, que no le había comprendido ¿usted lo que recuerda es que la denunciante iba hablando o con el señor Prenda o con el señor Boza?

    E: Sí, creo que sí. (Aquí se confunde Escudero, ya que Boza iba el último del grupo)


    Boza ante la fiscal:

    F: Vale, entonces cuando llega, ¿los que están por eliminación fuera del portal serían el señor Escudero y el señor Cabezuelo?

    B: Sí

    F: ¿Cómo están ellos?, ¿En qué actitud están ellos?, porque usted llega un poco más tarde.

    B: Hablando con la chica.

    F: Cuéntenos que más pasa cuando llegan ustedes.

    B: Creo que nos reunimos todos en el descansillo este que le comento, al lado del portal, en una especie de garaje que había...nos reunimos y ya es cuando yo personalmente vi que estábamos esperando todos a que dijese si podíamos entrar todos o no en el portal. En ese momento estábamos ahí hablando y tal...

    F: Perdone que le interrumpa, ¿el garaje al que se refiere es el que está al lado del portal?

    B: Sí, creo recordar que sí. Es que, hay una pared que lo tapa y estábamos ahí más o menos...

    F: ¿Estaban cerca del portal?, ¿bastante alejados a pocos metros, a dos pasos?...por situarnos un poco.

    B: Cerca del portal sí.

    F: ¿Cuando están ahí fuera que ocurre hasta que el señor Prenda les abre la puerta?

    B: Pues estamos hablando con la chica todo el tiempo y yo le digo, insisto...todo el tiempo hablando de sexo, en la misma línea que iba la conversación cuando íbamos buscando el sitio y tal, de “¿qué te gusta a ti?, de que “soy muy activa en la cama”, de que “me gusta que me hagan esto”, de que...cosas así, cosas de sexo, vamos.

    F: ¿Pasa algo más?

    B: Sí, yo recuerdo que me lie con la chica, que empezamos a liarnos, a darnos unos besos, empezamos a tocarnos, empezamos a...a eso.

    F: ¿Eso fue fuera del portal o ya dentro?

    B: No, eso fue en la calle.

    F: En la calle.

    B: En la calle.

    Guerrero:

    F: ¿Qué recuerda usted del acceso al portal del señor Prenda, si es que lo llegó a ver?

    G: Al llegar ellos me hicieron señas de que me pegara a la pared donde ellos estaban. Al llegar recuerdo que fue Clara la que me dijo “pégate aquí que nos van a ver”. No sé si fue luego Cabezuelo o Escudero que Prenda había salido al portal con una vecina para después abrir la puerta y que entraramos todos.

    F: ¿Usted no vio a Prenda entrar al portal?

    G: Yo cuando llegué recuerdo que estaba ya Prenda mirando al portal para entrar. Y ya me explicaron ellos.

    F: Entonces usted vio al señor Prenda hablando con la vecina hablando en el portal. ¿Justo cuando llega a donde están sus compañeros y la denunciante? ¿En ese momento?

    G: Sí.

    F: Dice que estaban pegados a la pared...

    G: Yo me acuerdo que cuando llego me dicen no te asomes que nos van a ver, y yo lo primero que hago es asomarme.

    F: Sé que es difícil precisar, ¿pero recuerda exactamente dónde se pararon ustedes? Está la línea de fachada, un garaje y un retranqueo. ¿Puede ubicar dónde?

    G: Yo diría que en la línea de fachada.

    F: ¿Cuándo se acerca a ellos qué estaban haciendo sus compañeros?

    G: Simplemente estaban parados y me informan de lo que iba a hacer Prenda.

    F: Cuando le dijeron que Prenda iba a entrar al portal ¿Supo para qué?

    G: Sí, hombre. Estábamos buscando un sitio íntimo y supuse que era para mantener relaciones.

    F: ¿Hablaron de eso con la denunciante?

    G: Fue ella la que me lo explicó.

    F: ¿Perdón?

    G: Ella no me dijo vamos a entrar para esto, pero ella me dijo Prenda, tu amigo, va a entrar al portal para después meternos nosotros.

    F: ¿O sea, que fue ella la que le explicó lo que estaban haciendo?

    G: Ella me explicó que me pegara a la pared porque iba a entrar mi compañero para después poder entrar nosotros. Desde luego, esto no concuerda con lo declarado por Clara cuando afirmó que solo estaba apoyada en la pared, besándose con Boza, y que no sabía lo que hacían el resto del grupo.

    F: En ese momento, que ya han encontrado el lugar para mantener relaciones. ¿Alguno de ustedes le vuelve a preguntar a ella si realmente quiere?

    G: Las palabras exactas no le preguntamos. No le dijimos ¿Está usted segura de que quiere mantener relaciones sexuales con los cinco? No. Pero recuerdo que, al besar a Boza, yo les dije: “Qué, calentando motores”. Y ella empezó a reírse. Igual que Boza y los otros. No hacía falta preguntárselo textualmente, opino yo.

    Y Prenda:

    F: Cuéntenos lo del portal, por favor.

    P: En lo del portal como... Ya después de la negativa del hotel, no sé si de uno o de dos porque no me acuerdo exactamente, estábamos yendo a buscar otro sitio. Y en ese momento una mujer abre un portal, porque era también uno de los sitios donde podríamos hacerlo, y me acerco a ella, me aligero un poco más, me acerco a ella y subo al portal.

    F: Es cierto, según su declaración, que usted sujeta la puerta cuando ella...

    P: Sí, sí, ella está entrando y yo le sujeto la puerta. Entro en el portal con la mujer, con la vecina.

    F: ¿Recuerda usted si adelantó a alguien, a alguno de sus compañeros, cuando hizo ese... cuando aligeró?

    P: No me acuerdo si yo estaba delante de ellos o si yo estaba hablando con ella y en ese momento me aligeré, no me acuerdo exactamente de cómo pasó.

    F: Vale. Usted accede al portal...

    P: Sí.

    F: ...Y una vez que accede, ¿qué es lo que hace usted?, una vez que entra al portal.

    P: Pues subí al primero o al segundo. Mi objetivo era que entrásemos todos en el portal, para tener un sitio íntimo, y subí arriba, al primero o al segundo, esperé un tiempo a que la vecina se fuese...

    F: Ya sé que es difícil determinar, ¿pero recuerda usted si fue mucho tiempo, poco?

    P: El tiempo justo de que yo estaba... subí, no le pongo en pie si el primero o el segundo, me quedé en el rellano, escuché a ver si la vecina se iba o se quedaba y, una vez que la vecina se fue, bajé yo. No sé si cinco minutos, si diez minutos. Supongo que tanto no sería, de diez minutos no pasaría.

    F: ¿Perdón, medio minuto, cuánto...? (nótese como la fiscal le induce la respuesta a Prenda, lo que es la duración del beso de Clara con Boza)

    P: Ya le digo, subí al primero o al segundo, me espero, escucho que la vecina no está y cuando la vecina no está, bajo. No sé cuánto tiempo.

    F: Cuando espera... dice que la vecina no está, ¿es porque escucha el ascensor y la puerta o por qué?

    P: Sí, porque no escucho ruido abajo.

    F: Ah, vale. Y después usted baja.

    P: Sí, bajo.

    F: ¿Baja por las escaleras?

    P: Bajo por las escaleras.

    F: Y a continuación, ¿qué ocurre?

    P: A continuación abro y pasan todos.

    F: ¿Dónde estaban sus amigos y la denunciante cuando usted abre la puerta?

    P: Yo... Bueno, cuando abro la puerta estaban en la puerta, al lado.

    El voto particular de la sentencia, en la página 211, dice lo siguiente:

    Habiendo manifestado en su denuncia que, al llegar a la altura del portal nº 5, “una chica estaba tocando el timbre para que le abrieran la puerta del portal”; “que cuando a la chica le han abierto la puerta del portal, el chico que acompañaba a Clara, el del reloj de esfera grande le ha cogido de un brazo y el chico con el que ha estado en el banco, del otro y la han introducido en el interior del portal”, añadió al día siguiente en su declaración ante el Magistrado-Juez instructor “que para introducirla en el portal, dos chicos se quedaron con ella mientras los demás se acercaban a otra chica a la que habían abierto el portal”. Que uno de estos chicos sujetaba la puerta abierta y les dijo a los otros dos: “vamos, vamos”; y “que en ese momento los otros dos la sujetaron y la introdujeron en el portal”. (nótese las constantes contradicciones de Clara)

    Frente a esta exposición de los hechos, en su declaración en el plenario, a preguntas del Ministerio Fiscal manifestó que uno de los chicos “como que me adelantó y se puso a la altura de un portal porque había una chica timbrando y mientras yo iba andando en plan por esa calle pues, eh, si yo iba por el centro, ellos como que se fueron escorando hacia la izquierda, hacia donde había un portal y entonces, bueno, pues no sé, el chico que estaba sentado a mi lado en el banco al principio, se puso a hablar con la chica que estaba timbrando y yo seguí andando como en plan... como me adelantó, yo tarde más en llegar y ya cuando una vez que llegué ahí pues, el chico con el que estuve andando todo el camino me acercó hacia él...” y más adelante refirió que “que se pararon como un poquito antes, que no llegaron a estar a la altura de la chica que estaba timbrando y del chico que le adelantó a ella.” A la pregunta sobre si vio a la chica respondió con firmeza “sí, sí, yo la ví” y preguntada acerca de cómo la vio, dijo: “yo la ví ya parada en el portal porque como yo fui la que fue hacia esa calle, la ví directamente, o sea, no sé... estaría como de aquí a la televisión” (tomando como referencia la empleada para las videoconferencias de la Sala de Vistas, lo que supone una distancia aproximada de unos 5 ó 6 metros). Tal y como lo relató el día de autos, pareciera que todo el grupo había coincidido en la entrada con la vecina, sin embargo, este extremo ya quedó debidamente aclarado por la declaración sumarial de Dña. y posteriormente por la prestada en juicio, donde testificó de forma coincidente a como ya lo había hecho antes, manifestando que llegó a su casa desde la Avenida Roncesvalles y no vio a nadie en la calle; que, cuando se disponía a entrar en el portal, llegó un chico que con su brazo abrió la puerta; que la desconfianza que le inspiró hizo que se quedara en la calle mientras este subía en uno de los ascensores al 2º piso y que finalmente ella tomó el otro ascensor llegando a su casa y no escuchando nada a partir de ese momento.

    Y a este respecto, existe un detalle que sorprende por imposible. La denunciante afirmó en Sala que cuando el chico entró al portal para franquear luego la entrada a los demás, ella se encontraba junto a la pared de fachada, en el mismo lado (izquierdo) en que se encuentra el portal y antes de llegar al hueco de entrada de garajes que precede al portal nº 5, portal cuya entrada se encuentra retranqueada unos 3 metros respecto a la línea de fachada del edificio, siendo sus laterales paredes sólidas y completamente opacas que tanto impiden la visibilidad de la calle a quien se encuentre junto a la puerta de acceso al portal (salvo vista recta), como la del portal de quien se encuentre en la calle en la posición que la testigo de cargo aseguró que se encontraba. De hecho, la visibilidad de la puerta de acceso al portal solo sería posible, desde la calle, a quien se encontrara frente al referido portal, lugar donde la denunciante afirmó rotundamente que en ningún momento estuvo. Así las cosas, es de todo punto imposible que la testigo, desde la posición en la que afirma encontrarse en ese momento, viera timbrar a la vecina o que la viera hablando con el chico que entró con ella en el portal como reiteradamente afirmó. No olvidemos, además, que José Ángel Prenda se había adelantado al objeto de alcanzar a la vecina y entrar con ella. Y no podemos pensar que se trate de un error, pues, para reforzar su afirmación, la denunciante se explayó explicando que no le extrañó en absoluto ver a uno de los acusados hablando con ella ya que, si un rato antes había estado hablando con ella en el banco, era natural que ahora pudiera conversar con otra chica. Que esta explicación pueda resultar irrazonable, no es lo más relevante; lo que resulta extraordinariamente relevante es que se ofrezca para sostener algo que resulta absolutamente imposible dada la conformación física y diseño del portal de autos, y es que hubiera podido llegar a ver a la vecina timbrando primero y momentos después, hablando con José Ángel Prenda.

    Una de dos, o la testigo no se encontraba en la pared de fachada donde dice que estaba o no pudo ver a la vecina de ninguna manera.

    Y no se entiende en modo alguno tampoco que la imagen de Dña. no fuera recogida por las cámaras que grabaron al grupo cruzando la Avenida Roncesvalles pues la Sra. dejó claro que ella venía por dicha avenida en dirección a su casa; si José Ángel Prenda la siguió para alcanzarla, necesariamente debía caminar por delante de ellos y, habida cuenta de la escasa distancia que existe entre el portal nº 5 de Paulino Caballero y la Avenida Roncesvalles, para que esto sucediera antes de que Dña. entrara en su casa debió haber girado hacia ese tramo de Paulino Caballero en algún momento en que las grabaciones ya presentan al grupo atravesando Roncesvalles, y en esas imágenes, la Sra. no aparece, lo que induce a pensar que tomaría la calle de su casa una vez que concluye la grabación que obra en autos por haber cruzado todos los acusados la reiterada avenida. Y de ser así, todos ellos debían encontrarse en un lugar donde la Sra. no pudo verlos y que bien pudiera ser el oscuro hueco de garajes contiguo al portal.

    Los acusados tienen declarado que utilizaron ese hueco para evitar que la vecina los viera mientras José Ángel Prenda entraba para franquearles luego el paso. En consonancia con esto, al folio 6 del atestado se recoge la comparecencia de los agentes 455 y 672 en la que se indica como manifestación de los agentes que la denunciante les dijo “Que han ido hacia la calle Paulino Caballero, siendo que al llegar a la altura del número 5 los jóvenes le han dicho que se sentara en el portal para tomar algo”; asimismo, al folio 929 de autos consta como manifestación ante el Magistrado-Juez instructor del Agente de Policía Municipal nº 455 que “la chica dijo que se habían sentado en la parte exterior del portal como a tomar algo” y al folio 952, como manifestación del Agente nº 553 ante aquél que “en ese momento les dijo también que habían estado sentados bebiendo en una zona de garajes que hay junto al portal y que en ese momento uno de ellos aprovechó la entrada de una chica para sujetar la puerta”. Tanto el atestado como las declaraciones reseñadas fueron ratificadas en juicio por los agentes que las suscribieron y, en concreto, el agente nº 455 no solo ratificó su declaración anterior sino que volvió a manifestar en Sala expresamente que la denunciante le refirió que se sentaron a tomar una copa en un rellano o recoveco junto a Paulino Caballero nº 5, extremo sobre el que fue preguntada también la denunciante en el juicio por una de las defensas y a la pregunta: “Cuando llegaron al portal... ¿le dijeron que se sentara a tomar algo en el portal?”, respondió: “No, no recuerdo beber de sus vasos.”

    Valorando en su conjunto todo lo que se acaba de exponer y considerando que no hay razón alguna para dudar de lo testificado por Dña Desiree, que además lo hizo en juicio de forma clara, firme y sin sombra de mendacidad, entiendo que no puede darse ningún crédito a la denunciante cuando afirma que, desde el lugar en que ella misma se sitúa cuando se produce la entrada de José Ángel Prenda y la vecina al portal, ella viera a esta timbrar y hablar con aquel y si realmente llegó a ver cuanto afirma, solo cabe concluir que se encontraba en otro lugar que no puede ser otro que el que los acusados afirman, porque de hallarse frente al portal, lo normal y razonable es que la vecina la hubiera visto y no fue así, tal y como declaró dicha vecina.

    La sentencia mayoritaria, en la página 15, cuenta lo siguiente:

    Entretanto, “la denunciante” y los otros cuatro procesados, permanecían apoyados en la pared divisoria del acceso a los garajes de los inmuebles número 3 y 5 de la Calle Paulino Caballero

    Y en la página 51:

    A este efecto, tomamos en consideración de manera destacada la declaración de Dª Desiree, durante la sesión de acto juicio oral celebrada el pasado 16 de noviembre quien tras ratificar la anterior durante la instrucción de 17 de septiembre de 2016, manifestó que cuando comenzó la abertura de la puerta, activada a través del portero automático, sin llegar a abrirla por completo, José Ángel Prenda la abrió completamente, pasando el brazo por encima de ella, sujetando la puerta; a la Sra. Desiree le extrañó, ya que en el exterior no había visto nadie, y le preguntó a ver si iba a entrar al portal, el procesado contestó que sí y accedió al interior del portal manteniendo la puerta abierta, quedándose ella en el exterior. El procesado le insistió sobre si iba a entrar o no espetando “… tía no entras”, a lo que le respondió que: “… se fuera a tomar por culo”, que con él no iba a entrar.”, aquel tomó uno de los dos ascensores y cuando la Sra. Desiree comprobó que se detuvo en el segundo piso, cogió el otro ascensor, para acceder al tercer piso donde residía.

    La fiscal no hizo ni una sola pregunta ni a Clara ni a los acusados, en relación a las bebidas alcohólicas que portaban. Este tema es omitido absolutamente por la fiscal y la acusación en el juicio, y nada se dice de ello en la sentencia mayoritaria. El grupo estuvo bebiendo durante la espera para entrar al portal. Clara vio como los acusados bebían de los vasos que estos portaban desde la plaza del Castillo, porque así lo declararon los agentes 455 y 553 en el atestado policial, ante el juez instructor y en el juicio, y que independientemente de que ella bebiera o no, contradice su afirmación al asegurar en el propio juicio oral que ella no supo lo que hacían los acusados mientras se besaba con Boza.

    Es esencial para entender la espera del grupo que precede a la entrada en el edificio, el timing de los movimientos de Prenda, desde que contacta con Desiree, hasta que sale de nuevo para darles paso al resto: 1º contacta con Desiree, sujetando la puerta del portal; 2º discute con ella y entra en el hall; 3º se dirige hacia el ascensor; 4º llama al ascensor; 5º se abren las puertas y entra; 6º marca segundo piso y se cierran las puertas; 7º sube hasta el segundo piso; 8º se abren las puertas y sale; 9º se pone a esperar hasta que deja de escuchar movimientos abajo en el portal; 10º baja por las escaleras los dos pisos, y traspasa la puerta de cristal esmerilado; 11º cruza el hall y finalmente, abre la puerta del portal dando el aviso “vamos, vamos” para que el grupo entre. Materialmente, la entrada y salida de Prenda en el edificio representan, como mínimo 2 minutos, seguramente más. Para corroborar el tiempo de espera de Clara y los acusados en la calle, tenemos la declaración de Desiree ante el juez instructor (folio 923) :

...Que no recuerda la hora exacta a la que accedió a su portal la noche del 6 al 7 de julio, pero fue sobre las 3 de la madrugada. Que llamó al portal para que la abrieran. Que cuando abrió la puerta y sin tenerla todavía abierta del todo, un varón la abrió hasta el fondo, pasando el brazo por encima de la declarante. Que a la declarante le extrañó, ya que en exterior no había nadie. Que la declarante le preguntó a ver si iba también al portal y él le dijo que sí. Que a la declarante no le gustó la situación y se quedó en el exterior. Que este varón entró y mantenía la puerta abierta. Que entonces este varón insistió a la declarante para ver si iba a entrar o no. Que la declarante le dijo que con él no iba a entrar. Que entonces el varón se dirigió a los ascensores diciéndole nuevamente a la declarante a ver si iba a entrar. Que la declarante respondió nuevamente que no. Que esta segunda pregunta se la hizo el varón en un tono más hostil. Que la declarante le reiteró de forma airada que no pensaba subir con él y este varón le increpó, si bien no recuerda los términos exactos. Que el varón subió en el ascensor y entonces la declarante aprovechó para coger el otro ascensor que estaba a la altura del portal y dirigirse directamente a su casa. Que ya no oyó nada ni vió nada.

    A preguntas del Ministerio Fiscal, manifiesta que esa zona es oscura y no vio a nadie en la calle. Que venía por la C/ Roncesvalles. Que si había gente no la vio. Que la sensación que tiene la declarante era de soledad. Que desde que llamó hasta que subió tampoco vio que se acercara nadie al portal. Que se fijó que este varón marcaba el piso segundo y por eso la declarante subió, ya que vive en el tercero. Que no le pareció que este varón estuviera embriagado. Que eso es lo que más le chocó. Que no tenía ningún problema para expresarse.

    A preguntas del Letrado Sr. Bacaicoa manifiesta que no sabe calcular el tiempo que transcurrió. Que en ningún caso más de cuatro minutos. Que se le hizo largo pero cree que duró poco rato.

    Clara cuenta, insistentemente, que en el tiempo transcurrido en que Prenda entra y sale del edificio, ella estuvo “apoyada” en la fachada del edificio contiguo; que no estaba esperando, o escondida de la vecina; que al estar besándose con Boza, no fue consciente de lo que estaba haciendo el resto del grupo: Yo no estaba esperando a que…yNo, estábamos pegados a la pared pero porque yo me estaba dando un beso con un chico, entonces estábamos pegados a la pared, pero yo no sé dónde estaban... Supongo que estaban ahí también, pero no sé si estaban pegados a la pared escondiéndose o no, no se lo puedo decir.” y “No, no lo recuer... Estábamos en una pared apoyados, pero en la parte izquierda. Si tú vas por la parte central de la calle o por la derecha nos veías, no estábamos escondidos. Y tampoco sé dónde estaba el resto porque yo estaba, repito, dando un beso con uno. Si los otros estaban escondidos, yo no lo sé; que su beso con Boza fue a la vez, lo suficientemente largo para que Prenda pudiera entrar y salir del edificio, y lo suficientemente corto para dar a entender al tribunal que únicamente fue un sencillo y casto beso y que no hubo mayor acercamiento sexual con Boza: No, no, es que no sé cuánto tiempo decirle, pero tampoco fue un beso tan largo como para estar abrazándole o cualquier cosa, no sé. Sólo sé que fue un beso y que justamente mientras yo lo estaba besando, otro chico dijo "vamos, vamos". Tampoco fue un beso que estuve cinco minutos besándole”.

    La sentencia mayoritaria, en la página 53, cuenta sobre el beso: La denunciante en su declaración a presencia Judicial, mantuvo que se estaba besando con Ángel Boza, a quien reconoció mediante la foto que se le exhibió como la persona: “… ( que ) estaba a su lado y antes de entrar en el portal se había dado un beso con él, cree recordar que fue con él y no con otro. Que sólo se dio un beso con uno y sólo un beso. Que fue un beso en la boca.”, en el momento que desde la puerta del portal José Ángel Prenda, dijo: “… Vamos vamos.” En la denuncia policial, no se hace ninguna mención del beso.

    La versión de los acusados es opuesta. Cabezuelo cuenta que sí se escondieron: “Sí podía ser en esa fachada, que desde la puerta no se nos veía a nosotros. O sea nos quedamos de manera que a nosotros no se nos podía ver.” Escudero dice: “No, nosotros nos metemos ahí y empezamos a hablar y ella me dijo a mí “shh, que se va a enterar”, entonces nosotros permanecimos ahí callados, y cuando ya vimos que la del portal había entrado, cuando ya no había peligro pues empezamos a hablar y ella se empezó a besar con Ángel.” Boza cuenta: “Creo que nos reunimos todos en el descansillo este que le comento, al lado del portal, en una especie de garaje que había...nos reunimos y ya es cuando yo personalmente vi que estábamos esperando todos a que dijese si podíamos entrar todos o no en el portal. En ese momento estábamos ahí hablando y tal…” Guerrero: “Yo cuando llegué recuerdo que estaba ya Prenda mirando al portal para entrar. Y ya me explicaron ellos. Los 4 acusados, por orden de llegada relatan como fue la espera; como se pusieron a conversar una vez Desiree entró en el hall del portal; en qué momento Clara y Boza se empiezan a besar y los demás empiezan a jalearles y animarles: el “Qué, calentando motores” de Guerrero o el “¿qué pasa, que no podéis ni esperar a entrar dentro?” de Cabezuelo, o el “ahí, ahí, bien, bien” de Escudero, todo ello indica el ambiente de complicidad entre Clara y los 4 acusados en los instantes previos a la entrada, un ambiente nada sorpresivo, que sin embargo es como quieren describir la fiscalía y la defensa. Fue un tiempo de espera de varios minutos, y no como Clara quiere dar a entender, el lapso de tiempo de un beso: Pues eso, yo estaba dándome un beso con este chico, que era con el que había estado hablando todo el camino. Como él me acercó hacia él para darme ese beso, pues me tenía como agarrada de la mano. Mientras me estaba dando un beso, escuché el "vamos, vamos". La propia fiscal le hace una pregunta capciosa a Prenda sobre la duración del tiempo (medio minuto, la duración del beso de Clara) en el que él entra con la vecina, hasta el aviso al grupo con el “vamos, vamos”, induciendo a Prenda a dar una respuesta que acomode el relato a los interés de Clara y la acusación:

    F: Ya sé que es difícil determinar, ¿pero recuerda usted si fue mucho tiempo, poco?

    P: El tiempo justo de que yo estaba... subí, no le pongo en pie si el primero o el segundo, me quedé en el rellano, escuché a ver si la vecina se iba o se quedaba y, una vez que la vecina se fue, bajé yo. No sé si cinco minutos, si diez minutos. Supongo que tanto no sería, de diez minutos no pasaría.

    F: ¿Perdón, medio minuto, cuánto...?

    Y un dato trascendental: esta parada en la entrada del portal es la 3ª, después de haber hecho anteriormente otras 2 paradas: la 1ª en el bar Txoko y la 2ª en el hotel Europa. Es un dato esencial porque demuestra que Clara no iba hacia su coche, sino iba acompañando a los 5 acusados. Nótese la coherencia entre las imágenes de la cámara, cuando el grupo cruza la calle, y lo que relata cada acusado a la fiscal en el orden de llegada a la fachada del edificio contiguo al portal 5. Cómo conversan, cómo actúan, los diálogos entre ellos 4 y la denunciante; cómo se ponen a conversar una vez ha entrado Desiree y Prenda en el portal, etc.

    Por otro lado, las incoherencias de Clara, primero declarando que es ella la que va primera en la calle mientras superaban el cruce de la avenida Roncesvalles, aunque las imágenes de la cámara muestran que caminaba acompañada de Cabezuelo; cómo supuestamente vio que los acusados se escoraban hacia la izquierda a pesar de que ella iba andando la primera; la afirmación de que no estuvo esperando en el portal, sino que simplemente se apoyó para darse un beso, a pesar de que relató a las policías municipales 455 y 553, justo después de lo sucedido en el cubículo, que estuvieron bebiendo antes de entrar en el portal: (folio 6 del parte policial de la denuncia) “Que han ido hacia la calle Paulino Caballero, siendo que al llegar a la altura del número 5, los jóvenes le han dicho que se sentara en el portal para tomar algo”; (folio 930 de la declaración de la agente 455 ante juez instructor) “Que la chica dijo que se habían sentado en la parte exterior del portal como a tomar algo”; y (folio 952 de la declaración de la agente 533, también ante juez instructor) “Que en ese momento les dijo también que habían estado sentados bebiendo en una zona de garajes que hay junto al portal”. Son nada menos que dos agentes de la policía municipal, los que escucharon la noche del 7 de julio, de boca Clara, que por lo menos los acusados estuvieron bebiendo mientras esperaban a que Prenda les abriera la puerta del portal; esto es una prueba indirecta de que Clara estuvo no solo apoyada y besándose, sino esperando para entrar.

    Todo ello, entra en absoluta contradicción con lo declarado por los acusados, cuando relatan que sí estuvieron esperando para poder acceder al portal; que la misma Clara afirma que pensaba que ellos querían entrar al portal a fumarse un porro, pero esto solo lo declara una vez ella ha traspasado la puerta del portal. Además, Clara no hace ninguna mención de fumar un porro ni en la denuncia policial, ni en la declaración ante el juez instructor.

    Por otra parte, Clara dijo lo siguiente sobre el beso: “No sé, simplemente me acercó, me fue a dar un beso y yo no me aparté. Me refiero, a ver... No es que lo viera raro porque, a ver... Bueno, que no me aparté. Él me acercó hacia él para darme un beso y yo no me eché para atrás porque no lo consideraba. Me iba a dar un beso con él y ya está.” Pero es que anteriormente había dicho esto: “Cuando íbamos hablando por la calle, el chico del banco nos adelanta. Hasta el momento en que nosotros llegamos a donde nos quedamos, íbamos como ellos escorándose y yo por el centro. Y ya luego es cuando el chico con el que yo estuve hablando me acerco hacia él, que estaba como.. Si aquí está el portal estaban pegados hacia el lado izquierdo de la calle.” Para terminar diciendo esto: “Pues eso, yo estaba dándome un beso con este chico, que era con el que había estado hablando todo el camino (el chico con el que estuvo hablando todo el camino es Cabezuelo). Como él me acercó hacia él para darme ese beso, pues me tenía como agarrada de la mano.” Clara afirma que va por el medio de la calle y los acusados se van escorando hacia el lado izquierdo de la calle, y que cuando estos se paran en la fachada, uno de ellos, que es con el que fue conversando todo el trayecto (Cabezuelo), la lleva junto al resto y le da un beso. Pero es un hecho probado que fue con Boza con el que se dio el beso, y según las imágenes de la videocámara, Boza y Guerrero llegaron los últimos al portal, 39 segundos después : entonces ¿que hizo en el lapso temporal en que ella llega al portal (recordemos nuevamente que va caminando la primera del grupo junto a Cabezuelo) y el momento en que llega Boza y se besa con él? ¿que hizo durante esos 39 segundos de espera? Desiree declaró persisténtemente que no vio a nadie en la calle mientras entraba al portal junto a Prenda. Esto es una evidencia incuestionable de que Clara estuvo esperando escondida, junto a los acusados, para entrar voluntariamente en el portal. El retraso de Boza y Guerrero en la llegada al portal fue porque anteriormente habían discutido y para hacer las paces, se detuvieron por el camino para echarse una raya de cocaína. Ese fue el motivo de que se retrasaran.

Imagen 49. Fotograma que muestra el paso de Clara por la esquina del Deuchstebank, a las 3:03:17 CET


Imagen 50. Último fotograma que muestra el paso de Boza por la esquina del Deutschebank, a las 3:03:56 CET. Entre el paso de Clara y el paso de Boza transcurren 39 segundos; es el tiempo mínimo que esperó Clara para besarse con Boza. Ella nunca admitió que esperara en el portal; solo que estuvo apoyada en la cercanía del portal, pero las imágenes demuestran que mintió.


15-LA ENTRADA EN EL PORTAL


Imagen 51. Croquis del portal, y del cubículo (zona E)


Imagen 52. Croquis del cubículo


Imagen 53. El hall del portal, con la puerta de cristal esmerilado a la izquierda de los 2 ascensores

Imagen 54


Imagen 55
Imagen 56. Cubículo. A la izquierda se observa la puerta de cristal esmerilado que lleva al hall del portal.


Imagen 57. El famoso cubículo


    Cuando Prenda abre la puerta del portal, dio el aviso al resto del grupo para que entraran. Clara lo cuenta ante la fiscal:

    F: Cuéntenos esa parte, lo de "vamos, vamos", ¿qué pasó ahí?

    C: Pues eso, yo estaba dándome un beso con este chico, que era con el que había estado hablando todo el camino (Cabezuelo). Como él me acercó hacia él para darme ese beso, pues me tenía como agarrada de la mano. Mientras me estaba dando un beso, escuché el "vamos, vamos". Era el chico que estaba sentado en el banco al principio (Prenda), que estaba como en la puerta del portal. Entonces el chico que me estaba dando el beso me tenía agarrada de la mano (Boza) y tiró de mí hacia el portal. Y luego había otro chico, que creo que era el que estaba yendo y viniendo todo el rato en el trayecto (Escudero), que también me metió en el portal con ellos. Me agarró también de la muñeca y me metió. Era un chico que también se sentó en un momento dado en el banco.

    La denuncia policial de Clara (folio 20 de autos) dice lo siguiente: “Que en todo momento Clara ha ido hablando continuamente con el mismo chico, mientras los otros tres iban por delante de ellos. Que cuando a la chica le han abierto la puerta del portal, el chico que acompañaba a Clara, el del reloj de esfera grande le ha cogido de un brazo, y el chico con el que ha estado en el banco, del otro, y la han introducido en el interior del portal, siendo que éste tiene una puerta de cristal templado, en cuyo interior hay unos trasteros con puertas de chapa”. Como puede leerse en la denuncia, Clara afirmó que el acusado del reloj de esfera Grande, o sea Guerrero, la cogió de un brazo y el acusado con el que estuvo en el banco conversando, Prenda, la cogió del otro brazo.

    En la declaración ante el juez instructor (folio 119), un día después de la denuncia, ya cambió el relato: ”A la vista de la foto del folio 84 (Prenda) manifiesta que es el chico que se sentó a su lado en la verbena (no fue así, sino que Clara se sentó en el banco donde Prenda ya estaba sentado, como dice la denuncia policial: “Que en ese banco había sentado un chico, el cual, a su vez, estaba hablando con tres chicos más, los cuales estaban de pie”. El matiz es importante) y el que estaba sujetando la puerta abierta cuando la metieron en el portal. Que es el que les dijo a los demás: “vamos vamos”. A la vista de la foto del folio 95 (Cabezuelo) manifiesta que sí que le recuerda, que recuerda el tatuaje y que cree que es uno de los que le cogieron de la muñeca para obligarla a entrar en el portal. Finalmente en el juicio, ya acusa a discreción y sin ningún miramiento.

    F: ¿Recuerda usted un poco las características físicas del chico?

    Lo único que me acuerdo es que llevaba un reloj con una esfera muy grande (Guerrero), no recuerdo más.

Imagen 58. Guerrero y su reloj blanco de esfera grande.


F: Dice usted que le cogen entonces entre dos por las muñecas y la meten en el portal. (afirmación tendenciosa por parte de la fiscal)

    C: Sí.

    F: En ese momento, ¿usted qué pensó?

    C: Me sorprendió la forma en la que me introdujeron en el portal, porque no lo entendía, pero vuelvo a repetir lo mismo: no pensé en que iba a pasar lo que luego sucedió. No me imaginaba que iba a ocurrir algo así. No sé qué pensé, pero no pensé que iba a suceder lo que sucedió.

    F: No sé si recuerda usted, porque después la situación es complicada lo que allí ocurre, pero el portal es un portal que tiene cierto espacio, hay una puerta de cristal, que da posteriormente a la escalera que suben hacia los pisos. ¿Usted recuerda haber pasado esa puerta del portal, haber subido un tramo de escaleras?

    C: Recuerdo que ellos me tenían agarrada de las muñecas, entonces para callarme me tenían tapada la boca y recuerdo que me fueron agarrando de las muñecas hasta que llegamos a una puerta que es como de un cristal templado, bueno traslúcido, que tiene cuatro escaloncitos, una cosa así. Es la parte que recuerdo del portal.

    F: En ese tramo entonces, lo que usted me dice, si no he entendido mal, es que entra cogida por las muñecas por dos de ellos y hasta la puerta sí que va agarrada por las muñecas. (Clara acaba de referir que también le tenían tapada la boca)

    C: Sí.

    F: ¿Le agarraron con mucha fuerza?

    C: No fue con mucha fuerza, fue para meter a alguien, pero tampoco fue fuerte como para dejar marca, por ejemplo, o hacer daño.

    F: En ese trayecto, ¿le taparon la boca?

    C: Me dijeron que me callara y me hicieron así (se lleva el dedo a la boca). (Ahora no le taparon la boca)

    F: Le cerraron la boca y le dijeron que estuviese callada. Cuando pasa la puerta usted recuerda unos escaloncitos.

    C: Sí.

    F: ¿Recuerda como los subió también, recuerda si la empujaron si la siguieron llevando agarrada? ¿Cómo fue un poco aquello?

    C: No recuerdo eso, recuerdo la puerta pero no…

    En un principio, Clara declara que la agarran de las muñecas un total de 4 acusados, aunque la fiscal la rectifica: “Dice usted que le cogen entonces entre dos por las muñecas y la meten en el portal. Sí”. Además es indistinguible si a Clara le tapan la boca o si le indican que guarde silencio. También dice contradictóriamente que Boza tiró de ella de la mano a pesar de haber afirmado que le tiran de las muñecas: “Entonces el chico que me estaba dando el beso me tenía agarrada de la mano y tiró de mí hacia el portal

    Ante Agustín declaró lo siguiente:

    A: En el momento en el cual uno de ellos se asoma a la puerta, ¿exactamente qué es lo que dice?

    C: Vamos, vamos.

    A: ¿Y usted lo escucha a esa distancia, pega un grito, pega una voz, o cómo lo dice, cómo se articula?

    C: No sé. Yo oigo un "vamos, vamos" y es cuando yo estoy dándome un beso con uno de ellos y entonces, como me había acercado hacia él agarrándome la mano, no estoy diciendo que fuerte ni nada de eso, pero me acercó a él agarrándome de la mano, pues me seguía dando la mano, tiró de mí hacia él y otro chico, creo que estuve hablando con él por el camino y sentada en el banco, llevaba un reloj con una esfera muy grande (Guerrero), fueron los dos que me llevaron de las muñecas.

    A: Quiere usted decir que la llevaron de las muñecas desde todo ese recorrido, digamos que la fueron...

    C: Desde el sitio donde estuviéramos, que no sé...Es lo que le repito, no sé decirle si estábamos allí o no, pero sí desde donde estábamos hasta el portal.

    Clara asegura a Martínez Becerra que ella no sabía donde estaba parada: “Desde el sitio donde estuviéramos, que no sé...Es lo que le repito, no sé decirle si estábamos allí o no.” Pero anteriormente declaró ante Agustín sobre el punto donde habían parado:

    A: Vamos a ver, yo lo que quiero que usted explique... La calle Paulino Caballero es... No sé si se podría exponer incluso, porque hay fotografías, la infografía y podríamos ver las imágenes de la entrada, el hall de Paulino Caballero número 5, si pudiese exhibirse... Al parecer la compañera tiene la fotografía en el... [señala el iPad de otra abogada], se lo podría exhibir...[Le muestran la foto a la declarante] ¿Ve esa señal de prohibido aparcar, que está arriba?

    C: Sí, la del vado.

    A: La del vado, efectivamente. Detrás hay una pared. ¿Ahí es dónde estaban ustedes situados?

    C: No sé precisárselo con exactitud, pero sí, supongo... No sé, supongo que la chapa que hay al fondo, que es como del garaje, supongo, ahí no estábamos. Estábamos ahí, en la pared, apoyados, sí. Apoyados en la pared, ¿en la zona interior al edificio, es decir... Puedo marcarlo, puedo indicarlo, me permite? [se levanta y lo marca].

    A: Es decir, ¿aquí, aquí detrás?

    C: No me refería a eso, es que no sé si eso es una pared o se mete.

    A: Sí, es una pared. Es una zona absolutamente opaca. Si lo ve, es una pared que separa ambos edificios e impide la visibilidad.

    C: Lo que me refiero, estábamos en la pared... Vamos a ver. La parte izquierda de la calle, que es esa fotografía. Entonces sería, aquí como el portal, aquí el garaje que se ve ahí, y yo recuerdo aquí una pared, aquí, así, plana. Entonces yo recuerdo estar apoyada ahí.

    Más adelante sigue declarando:

    A: Usted iba agarrada por las muñecas, ¿usted se intentó resistir, intentó en ese momento gritar "¿qué hacéis?", no sé...?

    C: A mí me sorprendió mucho la forma en que me cogieron, pero, lo que he dicho antes, yo no me imaginaba que iba a suceder lo que pasó, yo sinceramente lo que pensaba es que íbamos a entrar al portal porque querían fumarse un porro (recordemos que Clara ha manifestado más arriba que estaba apoyada en la pared, besándose, que no estaba esperando para entrar en el portal por ningún motivo: “No, no lo recuer... Estábamos en una pared apoyados, pero en la parte izquierda. Si tú vas por la parte central de la calle o por la derecha nos veías, no estábamos escondidos. Y tampoco sé dónde estaba el resto porque yo estaba, repito, dando un beso con uno. Si los otros estaban escondidos, yo no lo sé”.

    Pero obviamente, la idea de fumar un porro solo aparece una vez dice haber traspasado la puerta del portal, y no mientras estuvo esperando a entrar, ya que esto significaría implícitamente que no iba de camino al coche), así, hablando un poco mal, pero es lo que pensaba que iba a pasar. Me sorprendió la brusquedad, pero no pensé que iba a ocurrir lo que ocurrió.

    Un poco más adelante, sigue relatando Clara:

    A: Insisto, desde el momento en el cual escucha usted ese "vamos vamos", a partir de ese momento, ¿la arrastran, la llevan, cómo la llevan, tirando de usted, simplemente la dirigen?

    C: Vuelvo a repetir, yo estaba con el chico este y, como me tenía agarrada la mano, pues ya... No me suelta la mano y me la vuelve a coger. Estuve dándome el beso y él me agarra la mano. Entonces, como que me dirigió él y el otro chico que tenía un reloj con esfera grande (Guerrero), me dirigieron ellos hacia el portal.

    A: ¿Usted intentó soltarse o iba de la mano?

    C: La cosa es que yo no pensaba qué iba a ocurrir lo que ocurrió, entonces sí que me sorprendió la forma en la que me agarraron pero tampoco grité porque es que no sabía que iba a pasar esto, por ejemplo.

    A: Ahora, una vez que accede al portal, ha recordado este, ha descrito bastante bien que efectivamente hay un cristal traslúcido y una puerta. ¿Cómo franquea usted esa puerta, también arrastrada o simplemente abrieron esa puerta y usted entró?

    C: Yo no sé si... Yo recuerdo que había alguien delante de mí andando, entonces la puerta estaría abierta, digo yo. Yo no me acuerdo abrir esa puerta, por ejemplo, si es a eso a lo que se refiere.

    A: Lo que pretendo decir es, ¿ahí iba usted también siendo arrastrada por el resto o ya ahí usted iba entrando dentro, como usted ha dicho, pensando que dentro iban a fumarse un porro, por ejemplo?

    C: Yo iba agarrada por ellos durante el portal y cuando llego a la puerta pues... La puerta interior está abierta y... No lo sé, no sé decir si...

    A: Me refiero a la segunda puerta, la segunda...

    C: Sí, sí, sí.

    A: No lo sabe.

    C: No, no le sé decir si iba agarrada o no, no se lo sé decir.

    A: ¿Ahí ya le habían tapado la boca?

    C: La cosa es que cuando entraron, me introdujeron en el portal, me dijeron "calla" y me hicieron así (se lleva la mano a la boca). (ahora no admite que le taparan la boca)

    A: ¿Y por qué le dijeron "calla", usted iba a gritar, iba a hacer algo?

    C: No, yo iba hablando normal.

    Al principio del interrogatorio, Agustín Martínez le hizo a Clara la siguiente pregunta:

    A: Vale. Igualmente, siguiendo esta misma declaración, siguiendo estos comentarios que usted realizó al primer agente (la agente municipal 455) con el que pudo hablar (En la comparecencia para el atestado policial del 8 de julio, en el folio 6 de autos, la agente municipal 455 declaró lo siguiente: “Que Clara ha comenzado a gritar, siendo que le han tapado la boca, mientras le decían que no gritara”. Y en la declaración ante el juez instructor de la misma agente 455 (folio 930), esta declaró: Que ella gritaba y que ellos le tapaban la boca y le decían que no gritara.”, ¿le dijo usted al agente que usted comenzó a gritar?

    C: No lo recuerdo, no, no.

    A: Porque usted no gritó.

    C: No, yo no grité.

    Siguiendo con el interrogatorio de Martínez B. a Clara:

    A: Pero hablando normal ¿Qué significa, qué conversación había en ese momento, a dónde vamos, qué vais a hacer, qué estamos haciendo?

    C: No sé, no sé, de qué estábamos hablando, pero me dijeron "calla".

    A: ¿No es más cierto que fue usted misma la que dijo vamos para dentro, vamos a callar porque vamos a mantener relaciones sexuales dentro?

    C: No.

    A: Insisto, ahora vamos a hablar de una zona muy angosta, la de la puerta y la de la escalera, si la recuerda. ¿Cómo subió usted los peldaños? ¿Empujada, agarrada por las manos o por su propia voluntad?

    C: No lo sé... No sé decir si me empujaron, si me arrastraron, no lo sé decir. Sé qué subí los escalones, pero no le puedo precisar cómo.

    A: ¿Cuándo usted iba en ese camino, iba usted con una imposibilidad material de moverse o tenía usted una cierta posibilidad para moverse?

    C: ¿En qué camino, perdón?

    A: Cuando había subido los peldaños.

    C: En las escalerillas.

    A: Porque es muy pequeño, muy estrecho, difícilmente pueden dos personas, si usted...

    C: No lo recuerdo, no sé cuánto de ancho era o no era. Yo simplemente recuerdo la puerta, que estaba abierta ya. Y que subí las escaleras pero no recuerdo si me estaban agarrando de los brazos ellos delante... Es que no se lo puedo decir, no me acuerdo.

    A: Igualmente, hay una especie de... Para entrar en la zona, en el cubículo en el que ustedes se encontraron, hay que subir también otros tres peldaños. Hay una escalera a la izquierda y una escalera a la derecha. Usted ahí, ¿toma voluntariamente el camino para entrar en el cubículo o la están arrastrando y la siguen arrastrando, agarrada con la boca tapada?

    C: Es que no lo entiendo. ¿La puerta de...?

    A: Sí, tiene que subir...

    C: La puerta de cristal templado...

    A: Si fuera tan amable, sí nos gustaría la reproducción de la infografía para que lo viera, porque creo que es mucho más ilustrativo [se muestra la infografía] Cuando entra, ¿hay alguien en esa puerta, abriéndola, sujetándola también?

    C: No le puedo decir si había alguien abriéndola o sujetándola. Yo sé que yo no la abrí, que yo... Yo me acuerdo de la puerta, de haberla visto, pero no de abrirla yo, ni de yo sujetarla, pero no sé si había alguien más...

    A: Correcto. Y cuando usted la traspasa, ¿la traspasa siendo tirada por dos personas, una persona, o de manera voluntaria en orden y detrás de ellos?

    C: La cosa es que, como usted ha dicho, es una zona muy estrecha, entonces yo no recuerdo que tiraran de mí en ese momento. Sí que recuerdo cómo tiraron de mí para entrar, pero no en esa zona.

    A: En esa zona, desde que usted entra por la puerta hasta ahí, ¿tiene la boca tapada porque se la tapan o le...?

    C: Es cuando me dicen silencio y me hacen así (se lleva el dedo a los labios y la mano a la boca).

    A: ¿Y a usted no le sorprende que le digan silencio, no hace algo, no dice algo, no dice "¿pero qué pasa, dónde vamos?"? (Ante esta pregunta de Agustín M. nos remitimos a lo declarado por la agente municipal 455, citado unas líneas más arriba, cuando afirmó que Clara le dijo que comenzó a gritar en el portal)

    C: A mí me sorprende que... Yo pensaba que íbamos a entrar ahí... Es lo que le he dicho antes. Me sorprende la forma de entrar y el silencio y tal, pero no pensaba que iba a ocurrir algo malo. Me refiero a lo que ocurrió después.

    A: Claro, por lo tanto entiendo que la fuerza utilizada no fue excesiva, no, fue algo leve?

    C: Sí, sí, pero eso también lo he dicho, que no me agarraron con fuerza, que, por ejemplo, el chico con el que yo me estaba dando un beso me tenía la mano agarrada y llevábamos todo el rato... Estuvo dándome la mano. Entonces tampoco me hizo daño, por así decirlo. Tiraron de mí para entrar pero no con violencia.

    A: Ahora, si podemos seguir, para seguir en la ruta. Digamos que ya nos situamos en esa escalera. Perdón, paramos ahí [se refiere a la infografía] ¿En esa escalera, la sube usted de manera individual sin que nadie la agarre ni tire?

    C: Sí, sí, sí.

    A: ¿No pregunta usted dónde va?

    C: No... Es lo que le digo, me sorprende la forma, la brusquedad con la que me introducen en el portal y el silencio, pero pensaba que íbamos a fumar un porro. No pensé que iba a ocurrir lo que pasó.

    A: Insisto, no preguntó nada y usted siguió voluntariamente, en este caso, permítame, voluntariamente andando para acceder allí.

    C: Sí, yo tenía delante a un chico y detrás también había gente. Entonces por mucho que fuera voluntario o no, me chocaba.

    A: Sí, pero usted no se resistió ni intentó huir.

    C: No.

    A: No. Si observa, donde aparece "rellano 2", hay una escalera que tira hacia un lado y, si continúa el vídeo, observa que hay que hacer una curva, ¿correcto?, y subir otros tres peldaños. Si detiene ahí... ¿Intentó usted, ante esa situación, girar y tirar hacia la escalera huyendo ante la posibilidad de una situación de peligro?

    C: No, no, no intenté girarme hacia... Es que no sabía ni que estaban ahí las escaleras. Es que no recuerdo la zona así.

    A: Si me permite, es bastante visible. Si puede tirar un poquito hacia atrás.

    C: Sí, sí, pero que no recuerdo así la zona.

    A: ¿Suben ustedes con la luz apagada o la luz encendida?

    C: Yo cuando entré en el portal estaba la luz encendida.

    A: Encendida. Entonces, usted, en ese momento, a la hora de girar, ante la posibilidad de girar a izquierda o derecha, ¿alguien le bloqueó el camino para poder intentar huir por decirlo de alguna manera?

    C: No lo recuerdo.

    A: No lo recuerda.

    Verdaderamente, es imposible distinguir si la cogen de las manos: “Vuelvo a repetir, yo estaba con el chico este y, como me tenía agarrada la mano, pues ya... No me suelta la mano y me la vuelve a coger.”, si la cogen de los brazos: “ Yo simplemente recuerdo la puerta, que estaba abierta ya. Y que subí las escaleras pero no recuerdo si me estaban agarrando de los brazos ellos delante…”, o si la agarran de las muñecas: “Recuerdo que ellos me tenían agarrada de las muñecas, entonces para callarme me tenían tapada la boca y recuerdo que me fueron agarrando de las muñecas hasta que llegamos a una puerta que es como de un cristal templado”. Además, según Clara, la agarran para llegar al portal, aunque no dice si lo hacen al traspasar la puerta de entrada. También la agarran, supuestamente, por el hall, de camino a la puerta de cristal traslúcido, pero no sabe si la traspasa agarrada. Y una vez traspasada esta 2ª puerta, subiendo un tramo de escaleras para llegar al cubículo, declara que ahí ya no va agarrada por los acusados. Mantiene que le taparon la boca o que la mandaron callar indistíntamente, pero sin concretar en qué momento, desde que se produce la entrada en el portal hasta que llega al cubículo.

    Pero paradójicamente, es ella misma la que mandó guardar silencio, según relata Escudero cuando el grupo paró ante el portal: “No, nosotros nos metemos ahí y empezamos a hablar y ella me dijo a mí “shh, que se va a enterar””. La propia sentencia mayoritaria, en la página 16, es incapaz de afirmar (o de negar), que a la denunciante se le tapara la boca:

    Cuando le introdujeron en el portal, los procesados, le dijeron "calla", significándole que guardara silencio mediante el gesto de llevarse la mano abierta a la boca. Y más adelante, en la página 52: A nuevas preguntas declaró en coherencia con lo antes manifestado a preguntas del Ministerio Público, sobre la forma en que le dijeron que se callara, negó que fuera ella quien pidió a los procesados que se mantuviera en silencio.

    Cabezuelo cuenta así el recorrido hasta el cubículo desde la entrada del portal:

    F: Una vez que el señor Prenda les abre la puerta del portal, ¿Les dijo algo, les llamó, les gritó?

    C: No, yo ya le digo que estaba pendiente, entonces yo ya vi a Prenda y el me abrió la puerta no se si con el timbre, si me abrió... el caso es que yo creo recordar que yo aguanté la puerta para que pasaran todos.

    F: Cuando el señor Prenda abre la puerta, usted se dirige hacia él, ¿Van todos hacia él?

    C: Hacia Prenda si, pero yo voy primero en ese momento.

    F: De acuerdo, usted va primero y sujeta la puerta. ¿Cómo van entrando o en qué orden lo recuerda?

    C: Yo creo que entro la denunciante con Boza y Escudero y Guerrero, no al cien por cien pero yo creo recordarlo así.

    F: El señor Prenda ya estaba dentro.

    C: Si, claro.

    F: Vale, está el señor Prenda dentro, cree recordar que entró primero la denunciante con Boza y posteriormente el señor Escudero, Guerrero y usted.

    C: Sí pero realmente como estaban todos juntos, entraron todos juntos prácticamente y como la puerta era bastante amplia pudieron acceder casi a la vez los cuatro.

    F: Sé que es mucho precisar pero ¿Recuerda si al atravesar la puerta batiente que hay ahí de cristal translúcido siguen en el mismo orden en el que me ha dicho?

    C: Ya eso no sabría decirle.

    F: ¿Recuerda usted por ejemplo si la denunciante entró la primera y todos los demás detrás, si alguno delante…?

    C: Ya eso no sabría decirle. Yo se que entramos buscando una zona porque nosotros no sabíamos que ese habitáculo estaba ahí, entonces buscábamos una zona en la que no estuviéramos a la vista, hasta que dimos con ella no recuerdo el orden en el que íbamos.

    Cabezuelo relata como es él el que estaba pendiente de la salida de Prenda; como es el primero que llega a la puerta del portal y la sujeta (nótese un detalle muy importante, esto es, que la puerta del portal abre hacia fuera, hacia la calle), por lo que no es físicamente posible tirar de las muñecas de Clara para meterla dentro del portal y a la vez sujetar la puerta. Un detalle muy importante es que la fiscal no le pregunta a Cabezuelo si le agarró de la muñecas a Clara para entrar en el portal, si le cerró la boca o le ordenó guardar silencio. Recordemos que anteriormente la fiscal tampoco le preguntó a Cabezuelo (ni a ninguno de los otros acusados) si él agarró de la cadera y del hombro a Clara mientras transitaban por la calle Cortes de Navarra. Otro detalle también muy importante que relata Cabezuelo es que cuando traspasan la puerta de cristal esmerilado, el grupo se pone a buscar el lugar propicio para mantener las relaciones sexuales,hasta que en un momento descubren el cubículo

    Escudero relata lo siguiente sobre la entrada hasta el cubículo:

    F: ¿Cómo acceden al portal?

    E: Pues, Prenda abre la puerta, nosotros nos acercamos y entramos hacia adentro, y estuvimos buscando pues un sitio donde no nos viese nadie.

    F: ¿Cómo buscaron el sitio?

    E: Pues, yo recuerdo de una puerta abierta a la izquierda y en esa puerta abierta pues entramos como…”en ese sitio no va a entrar nadie”, eso es lo que recuerdo.

    F: O sea, la puerta esa translucida a la que estamos haciendo referencias en el visionado, ¿esa puerta estaba abierta?

    E: No, la sujetaba alguien.

    F: ¿Recuerda usted quién?

    E: No.

    F: Alguien de ustedes, ¿supongo por tanto que alguien que entró antes que usted?

    E: Sí.

    F: ¿Recuerda quién entró antes de usted, cómo fue usted, cuándo entró la joven?

    E: No recuerdo, lo único que le puedo decir es que cuando ya entramos en el habitáculo, yo al primero que vi fue a Alfonso (Alfonso Jesús Cabezuelo) y a ella.

    Escudero también cuenta que nada más superar la puerta de cristal traslúcido se ponen a buscar el lugar propicio para tener sexo. Nótese que al igual que Cabezuelo, la fiscal tampoco le pregunta sobre si vio a alguien agarrar a Clara de las muñecas o taparle la boca o mandarla que guardara silencio. Anteriormente, tampoco le preguntó sobre el teórico acoso de ellos hacia Clara cuando transitaban por la calle Cortes de Navarra.

    La declaración de Guerrero sobre la entrada en el cubículo:

    F: ¿Cuándo el señor Prenda abre la puerta, recuerda que dijera algo para que ustedes accedan?

    G: Dice, vámonos, vámonos. Pero no recuerdo más.

    F: ¿Cómo entran en el portal? ¿Quién sujeta la puerta?

    G: El orden para mí decirlo es imposible.

    F: Sé que es complicado, ¿pero cuando usted accede al lugar donde mantuvieron relaciones había ya alguien allí?

    G: Yo no llegué el primero. No recuerdo quién estaba.

    F: En ese tramito de cinco escalones, ¿recuerda si alguno iba por delante, si ella iba en medio, si iba delante, si iba la última?

    G: Imposible.

    F: ¿Recuerda si cuando entró la denunciante al portal iba cogida de la mano de alguno de ustedes, por ejemplo del señor Boza?

    G: No tengo la imagen de ella cogida de la mano de ninguno de nosotros.

    F: ¿Le dijeron en algún momento que mantuviera silencio?

    G: ¿A ella? No.

    F: ¿Le taparon la boca o le hicieron el gesto de que se callara?

    G: No.

    La fiscal le pregunta a Guerrero si iba cogida de la mano de alguno de ellos. No le pregunta si iba agarrada de las muñecas. Clara declaró ante Agustín Martínez, que uno de los acusados que la agarró llevaba un reloj con una esfera grande, o sea Guerrero: “Entonces, como que me dirigió él y el otro chico que tenía un reloj con esfera grande, me dirigieron ellos hacia el portal” y ante la fiscal “Lo único que me acuerdo es que llevaba un reloj con una esfera muy grande, no recuerdo más.”

    Guerrero también declara que nadie tapó la boca a Clara ni la mandaron guardar silencio.

    Boza declara ante la fiscal sobre la llegada al cubículo:

    F: ¿Pasa algo más?

    B: Sí, yo recuerdo que me lie con la chica, que empezamos a liarnos, a darnos unos besos, empezamos a tocarnos, empezamos a...a eso.

    F: ¿Eso fue fuera del portal o ya dentro?

    B: No, eso fue en la calle.

    F: En la calle.

    B: En la calle.

    F: ¿Recuerda usted si en algún momento le agarró de la mano?

    B: No, no que yo lo recuerde...que no, que no le agarré de la mano.

    F: ¿Recuerda dónde la agarró?

    B: No la agarré.

    F: ¿La tocó?, ¿le cogió de la cintura?, ¿le cogió de los hombros?

    B: ¿Se refiere usted a cuando yo me estaba besando con ella?

    F: Claro.

    B: Sí, en ese momento me estaba yo besando con ella, nos estábamos besando y mutuamente ella y yo nos estábamos tocando pero una vez que terminamos de besarnos no vuelvo ni a agarrarle la muñeca ni a tocarle ni a cogerle de la mano.

    F: Cuando el señor Prenda dice que pueden entrar ya, no sé si dice alguna expresión concreta, no sé si recuerda usted si dijo algo.

    B: No recuerdo una expresión concreta.

    F: Cuando ustedes ven que ya pueden acceder al portal, ¿cómo entran?

    B: Entramos normal, yo recuerdo que Prenda entra primero y después vamos entrando no sé si dos, o uno o tal...vamos entrando todos.

    F: ¿Recuerda usted si la denunciante entró antes que usted o entre medio de después de usted o a la vez que usted?, le preguntó a usted porque usted estaba con ella.

    B: Sí, sí, sí...sinceramente no lo recuerdo eso...no lo recuerdo.

    F: ¿No sabe entonces si entraron ustedes dos los últimos, si entró más gente por detrás…?

    B: Es que el orden en el que entramos no lo recordé en su momento (se refiere ante el juez instructor), ahora que ha pasado más de un año menos todavía.

    F: ¿Cómo fueron ustedes al lugar en el que después ocurrieron los hechos?, ¿por qué se fueron allí?

    B: No le entiendo la pregunta.

    F: Ustedes entran al portal, después pasan una puerta de un acceso…¿Cómo llegaron ustedes a ese lugar?, ¿por qué se les ocurrió ir ahí?, ¿sabían dónde estaba o qué iban a encontrar?

    B: La verdad es que no recuerdo tampoco muchos detalles de eso. Creo recordar que vimos una puerta donde podíamos entrar y que no nos viera nadie y así lo hicimos.

    F: Vale.

    B: Pero todos, de común acuerdo, en ningún momento…

    La fiscal tampoco le pregunta a Boza si alguien le tapó la boca a Clara, o la mandaron callar. No le pregunta si llevó agarrada a Clara hasta la puerta del portal o en el hall. Además, Boza niega que después de besarse con Clara volviera a tocar a Clara mientras se dirigían al cubículo. Recordemos que Cabezuelo sujetaba la puerta del portal, por lo que se hace difícil entender que también pudiera tirar de Clara hacia dentro. La sentencia mayoritaria, en la página 53, cuenta sobre el beso: La denunciante en su declaración a presencia Judicial, mantuvo que se estaba besando con Ángel Boza, a quien reconoció mediante la foto que se le exhibió como la persona: “… ( que ) estaba a su lado y antes de entrar en el portal se había dado un beso con él, cree recordar que fue con él y no con otro. Que sólo se dio un beso con uno y sólo un beso. Que fue un beso en la boca.”, en el momento que desde la puerta del portal José Ángel Prenda, dijo: “… Vamos vamos.”

    Prenda declaró lo siguiente ante la fiscal:

    F: Y a continuación, ¿Qué ocurre?

    P: A continuación abro y pasan todos.

    F: ¿Dónde estaban sus amigos y la denunciante cuando usted abre la puerta?

    P: Yo... Bueno, cuando abro la puerta estaban en la puerta, al lado.

    F: ¿Recuerda usted cómo es la entrada del portal, o por las imágenes que ha visto ha podido refrescar...?

    P: Por las imágenes, por las imágenes.

    F: Únicamente, simplemente, para que se sitúe. Hemos visto todos que la puerta es una entrada retranqueada, tres metros hacia atrás, quiere decir que no está en la línea de fachada, está más profunda. Por eso le pregunto, ¿Cuándo usted sale, sus amigos están ya en el portal?

    P: Buah, pues no me acuerdo. Yo juraría, quiero recordar, que yo abrí la puerta y ellos estaban ya al lado, pero no me acuerdo si tuve la puerta tres, cuatro segundos o quince antes de que ellos aparecieran, no me acuerdo exactamente.

    F: Igual es más fácil si se lo pregunto de esta manera: en el momento que usted abre la puerta para que pasen sus amigos, ¿usted los ve que están al lado, los ve?

    P: Sí, sí, es lo que le acabo de contestar, que no me acuerdo yo si espero 15 segundos o diez o que ya estaban en la puerta. No lo recuerdo exactamente. Yo juraría que ellos ya estaban en la puerta.

    F: ¿Puede contarnos qué ocurrió a continuación?

    P: Pues entramos en el portal, buscamos el sitio digamos más escorado del portal y ahí pues mantenemos relaciones sexuales.

    F: ¿Usted había visto ese sitio cuando bajó por las escaleras?

    P: No.

    F: ¿No bajó por allí? O sea, usted bajó por la puerta de acceso peatonal.

    P: Yo bajé del segundo para el primero y no recuerdo si el sitio estaba a la izquierda o a la derecha, pero que no es una cosa que tú te encuentres con el sitio cuando bajas por las escaleras.

    F: Pero la puerta esa, por ejemplo, traslúcida de cristal usted la tuvo que abrir y pasar por allí. No hay otra salida por las escaleras.

    P: Pues no sé. Yo juraría que sólo estaba la puerta del portal. No me acuerdo si había otra segunda puerta.

    F: ¿Cómo entran ustedes, recuerda el orden?

    P: El orden no. Yo no recuerdo...

    F: Usted estuvo sujetando la puerta... Por ejemplo, sé que es muy complicado, porque son cosas que pasaron muy rápido y entiendo que es complicado. Pero, por ejemplo, ¿usted recuerda sujetar la puerta hasta que pasaran todos?

    P: No lo recuerdo.

    F: ¿Cómo entró la denunciante?

    P: Pues igual que el resto.

    F: ¿Alguno de ustedes le cogió de la mano o del brazo?

    P: No recuerdo el detalle de si iba de la manita de alguien o iba sola. Agarrada por las muñecas fuerte seguro que no.

    F: ¿O sea que usted no vio que dos de sus amigos, o usted mismo junto con otro, le agarraran cada uno de un brazo y la metieran dentro?

    P: Eso no existe. Eso nunca tuvo lugar.

    F: No la agarraron para entrar...

    P: No.

    F: ¿En algún momento se le dijo que se callara y se le tapó la boca?

    P: Hombre, estábamos en el portal, queríamos hacer lo que queríamos hacer todos, incluida ella, no íbamos a hacer mucho ruido.

    F: Sí, pero lo que le pregunto es si alguien le dijo "cállate"...

    P: No, no, no.

    F: ...O alguien le tapó la boca.

    P: Exclusivamente a ella "cállate", no.

    F: ¿Se le tapó la boca?

    P: No.

    F: ¿Cómo llegan hasta el recinto donde después mantuvieron ustedes relaciones sexuales? ¿Van subiendo alguno de ustedes primero, ella la primera, ella al medio, ella la última...?

    P: Del orden no me acuerdo.

    Prenda declara con firmeza que nadie agarró a Clara, ni le tapó la boca, ni le mandó callar. Volvemos a repetir que Escudero declaró ante la fiscal que cuando el grupo estuvo parado esperando ante el portal, la propia Clara fue la que mandó callar al grupo para que no les escuchara la vecina situada en la puerta del portal: “shh, que se va a enterar”. Es importante reseñar que la propia fiscal partía de la premisa de que Prenda, al bajar las escaleras desde el segundo piso, fue cuando localizó el cubículo. Y la misma sentencia mayoritaria, en la página 51, da como hecho probado que Prenda descubrió el cubículo al bajar las escaleras:

    Como decimos José Ángel Prenda bajó al portal a través de las escaleras, para lo que tuvo que atravesar, el denominado: “rellano dos “ - imagen 8 -en el informe técnico de Policía Foral número IJ 608847 - anexo C págs. 28 a 44, sometido a condiciones de efectiva contradicción mediante la declaración testifical del Inspector de dicho Cuerpo 0084 en la sesión juicio oral que se celebró el 17 de noviembre- , a través de ese rellano, se accede por tres escalones a un habitáculo de forma irregular y de tamaño reducido de unos 3 m² - imágenes 12 a 14 - donde se produjeron los hechos . Es lógica coherente y razonable la inferencia de que en el descenso por las escaleras José Ángel Prenda viera el acceso a dicho cubículo, lo que corroboramos, teniendo en cuenta que en su declaración en juicio, el procesado a preguntas de la acusación particular, manifestó que: “… No se acordaba si fue él quien eligió el habitáculo.”.

    Pero tanto Cabezuelo, Escudero, Boza así como el mismo Prenda declaran que cuando el grupo supera la puerta de cristal traslúcido tardaron un rato en encontrar el cubículo.

    Cabezuelo declaró que Clara se besó con Boza como preámbulo para mantener relaciones sexuales con los acusados momentos después: “¿Y usted cree que ella no tenía ninguna duda de que iban a entrar al portal con esa finalidad? Sí, claro, de hecho antes se había besado con Boza, antes de entrar al portal, que sabía a lo que íbamos.” Por ello ¿Qué necesidad tenían los acusados de meter por la fuerza a Clara dentro del portal, si ella entró voluntariamente, sabedora de que iba a mantener relaciones sexuales con los acusados?; Y en ese sentido, llevar con premeditación a Clara hacia el cubículo y a la vez ponerse a buscarlo, son hechos que casan mal.

    La denuncia policial, en la página 20 de autos, dice lo siguiente:

    Que cuando a la chica (Desiree) le han abierto la puerta del portal, el chico que acompañaba a Clara, el del reloj de esfera grande (Guerrero) le ha cogido de un brazo, y el chico con el que ha estado en el banco (Prenda), del otro, y la han introducido en el interior del portal siendo que este tiene una puerta de cristal templado, en cuyo interior hay unos trasteros con puertas de chapa.

    Que preguntada a Clara si ha intentado zafarse de ambos, manifiesta que sí pero no ha podido, además no podía gritar, puesto que el chico del reloj, le ha tapado la boca continuamente.

    Ante el juez instructor, en la página 120 de autos:

    Que para introducirla en el portal dos chicos se quedaron con la declarante mientras los demás se acercaban a otra chica (Desiree) a la que habían abierto el portal. Que uno de éstos chicos sujetaba la puerta abierta y les dijo a los otros dos: vamos, vamos. Que en ese momento los otros dos la sujetaron y la introdujeron en el portal. Que la declarante iba hablando normal y le dijeron que se callara y no gritara. Que ellos dejaron los vasos de cubata y la llevaron hacia la parte de atrás del portal.

    La sentencia mayoritaria, en los hechos probados, en la página 15 cuenta lo siguiente:

    Hallándose las cinco personas así ubicadas, Ángel Boza y “la denunciante”, estaban besándose en la boca; mientras se hallaba en esa situación, José Ángel Prenda desde la puerta de acceso al portal, que mantenía abierta , dijo "vamos, vamos". En ese momento Ángel Boza, quien le había dado la mano para besarse, tiró de ella hacia él, cogiéndole de la otra mano Alfonso Jesús Cabezuelo; ambos la apremiaron a entrar en el portal tirando de “la denunciante”, quien de esa guisa entró en el recinto de modo súbito y repentino, sin violencia.

    Y en la página 51 dice así:

    Y así frente a las referidas manifestaciones anteriores -en sede policial y ante el Juez Instructor-, en las que mantuvo que dos de los procesados le sujetaron y le introdujeron en el portal, intentó zafarse de ellos pero no pudo y tampoco pudo gritar. Y un poco más adelante: Así la denunciante ofreció una explicación razonable, y convincente a juicio de la sala, sobre la forma en que le apremiaron a entrar en el portal, su sorpresa, la falta de previsión sobre lo que le iba a ocurrir y el propósito que a su parecer que en ese momento tenían los procesados para dirigirla al portal, por lo que no opuso resistencia. Primeramente, la sentencia mayoritaria afirma que Clara, en la denuncia policial y ante el juez instructor, intentó zafarse de ellos 5 y que tuvo intención de gritar: o sea, se debe entender que Clara implícitamente mostró resistencia; pero en el juicio oral, la propia sentencia mayoritaria dice que Clara ofreció una explicación razonable y convincente al no oponer resistencia.

    Y es que la denunciante, al principio de su declaración ante Agustín, dijo esto:

    A: Igualmente, siguiendo esta misma declaración, siguiendo estos comentarios que usted realizó al primer agente (agente municipal 455) con el que pudo hablar, ¿le dijo usted al agente que usted comenzó a gritar?

    C: No lo recuerdo, no, no.

    A: Porque usted no gritó.

    C: No, yo no grité.

    El voto particular de Ricardo González, en la página 225, dice lo siguiente:

    Seguidamente, llegó al lugar de los hechos la Agente de la Policía Municipal nº 455 (sesión del día 15 de noviembre), declarando que acudió andando a la Avda. Roncesvalles en la noche de autos. Afirmó que lleva 17 años en el cuerpo y debido a que tiene mucha experiencia en casos como estos creyó a la denunciante en cuanto le decía, que no hablaba de forma fluida, que le afirmó que la obligaron a entrar en el portal, que ella empezó a gritar y que le taparon la boca, que se despertó desnuda y que se sentaron a tomar una copa en un rellano o recoveco junto a Paulino Caballero nº 5, y luego uno de ellos consiguió entrar al portal. Añadió que respondía de forma contundente cuando decía que la obligaron, que le taparon la boca y que gritaba

    En la sentencia Mayoritaria, en la página 53, relata lo siguiente:

    Más adelante concretó que : “… el chico que me estaba dando el beso me tenía agarrada de la mano y tiró de mi hacia el portal (Boza); y luego había otro chico que creo que era el que estaba yendo y viviendo todo el rato en el trayecto (Escudero), que también me metió en el portal con ellos, en plan... me agarró también de la muñeca y me metió…” y al preguntarle sobre las características físicas de esta persona contesto: “… lo único que me acuerdo es que llevaba un reloj con una esfera muy grande, no recuerdo más.”(Guerrero), recordamos que en su declaración ante el Juez Instructor previa exhibición de su foto, le identifico como Alfonso Jesús Cabezuelo. A preguntas del Letrado Sr. Martínez Becerra, respondió : “… yo oigo un "vamos, vamos" y es cuando yo estoy dándome un beso con uno de ellos y entonces, como me había acercado hacia él dándome la mano, o sea, no estoy diciendo que fuerte ni nada de eso pero, me acercó hacia él dándome la mano, pues me seguía dando la mano, entonces pues, tiró de mí hacia él y otro chico, o sea, es lo que digo, creo que estuve hablando con él por el camino y sentada en el banco, que llevaba una esfera muy grande, o sea, un reloj con una esfera muy grande (Guerrero), fueron los dos que me llevaron de las muñecas.”.

    A juicio de la sala, estas manifestaciones, sobre el modo en que se produjo la entrada portal resultan plenamente creíbles, las mantuvo con firmeza y rotundidad en su declaración a nuestra presencia en el acto de juicio oral, y las puntualizaciones que hizo a preguntas de dicho Letrado, así por ejemplo, en cuanto pensaba que iban a entrar al portal porque querían fumarse un porro (recordemos que ni en la denuncia policial, ni ante el juez instructor, Clara nombró nada acerca de los porros), no comprometen la solvencia y coherencia de su declaración.

    Por ello declaramos probado que Ángel Boza, quien le había dado la mano para besarse, tiró de ella hacia él, cogiéndole de la otra mano Alfonso Jesús Cabezuelo y de este modo, ambos la apremiaron a entrar en el portal tirando de “ la denunciante”, quien de esa guisa entró en el recinto de modo súbito y repentino, sin violencia.

    La sala mayoritaria considera un hecho probado que los acusados que llevaron de las manos (y no de las muñecas) a Clara, fueron Boza y Cabezuelo. Pero Clara relató, como hemos dicho anteriormente, que fueron 4 acusados los que tiraron de ella. Habíamos dicho que Cabezuelo sujetó la puerta (la cual abre hacia fuera, hacia la calle) para que el grupo pasara al interior del portal; a eso se ha de unir el hecho de que los acusados portaban los vasos de cubata, que llevaron hasta el cubículo. Así lo dice el voto particular de la sentencia, en la página 221: “Quizás parezca un detalle irrelevante, pero sorprende que ante el Magistrado-Juez instructor manifestara que tras cruzar la puerta del portal “ellos dejaron los vasos de cubata y la llevaron hacia la parte de atrás del portal”, lo que dejaría las manos de los acusados libres para “seguir” agarrándola, como se viene a afirmar en los escritos de acusación. Pero la investigación ha revelado que los vasos fueron abandonados y que se recogieron por la Policía Nacional cuando los encontraron, no en el portal, sino al fondo del cubículo donde sucedieron los hechos y así llegó a manifestarlo también la denunciante en su declaración ante el tribunal cuando el Ministerio Fiscal le preguntó dónde estaba su riñonera cuando, después de marcharse los acusados, ella la recogió, al decir que “la riñonera estaba al lado de unos vasos de cubata”.”

Imagen 59. La Policía Nacional fotografió el interior del cubículo horas después del suceso. Se observa como los vasos de cubata fueron colocados intencionadamente en la esquina para impedir su vertido accidental. Sorprende que, como sostiene la sentencia mayoritaria, los acusados realizaran una encerrona a Clara en el cubículo, portando los vasos en la mano.

 16-EL CUBÍCULO

    Clara relata ante la fiscal lo que sucedió una vez el grupo llegó al interior del cubículo:

    F: ¿Qué pasó después?

    C: Ya, cuando llegamos al cubículo ese, ya fue cuando yo empecé a sentir más miedo porque me vi rodeada por ellos cuatro, noté que me desabrochaban la riñonera, porque yo la llevaba así cruzada, noté cómo me desabrochaban la riñonera, cómo me quitaban el sujetador, porque al ser sin tirantes simplemente había que quitar el clic y ya está, y me desabrochaban el jersey que yo llevaba atado a la cintura. En la declaración ante el juez instructor Esteban Iglesias (folio 119) afirmó: “Que le arrancaron la riñonera y un jersey y los tiraron al suelo”, pero como se lee en la declaración del juicio, le desabrocharon la riñonera y el jersey sin violencia Y empecé a tener más miedo cuando me agarraron así de la mandíbula para acercarme y que le hiciera una felación. Y cuando ya tenía uno de ellos agarrada así, noté como otro me cogía de la cadera y me bajaba los leggins y el tanga. Y ya en ese momento estaba totalmente en shock, no sabía qué hacer, sólo quería que pasara y cerré los ojos para no enterarme de nada y que todo pasara rápido.

    F: ¿Recuerda usted en qué posición la colocaron inicialmente?

    C: No lo recuerdo, pero lo que le puedo decir es que yo tenía una mano aquí agarrándome para que le hiciera las felaciones y yo recuerdo la presión también en la cadera. Entonces estaría con el torso inclinado hacia delante.

    F: ¿No recuerda entonces exactamente la posición? ¿Recuerda si en algún momento estuvo de pie o estuvo siempre de rodillas y semi agachada?

    C: Creo que estuve todo el rato semi de rodillas y agachada, no recuerdo estar de pie. (más adelante se verá que Clara estuvo tumbada en el suelo, pero este dato lo omitió, a pesar de que el tribunal y la fiscal visionaron en los videos que estuvo tumbada boca arriba)

    F: ¿Recuerda si hubo algún cambio de posición?

    C: No, no (como acabamos de decir Clara estuvo en el suelo). Recuerdo la presión en la mandíbula, en las caderas, y alguna que otra vez un tirón de pelo. Yo llevaba una coleta y cómo me agarraban del pelo y me tiraban de la cabeza para adelante y para atrás.

    F: Ha dicho que hasta el momento que llegaron allí usted no sospechó lo que iba a ocurrir, que le incomodó un poco la situación, pero no sospechaba lo que iba a ocurrir.. ¿Usted tuvo alguna posibilidad de salir de ese lugar?

    C: Es que cuando yo ya estaba en el cubículo no me daba la cabeza como para pensar cómo puedo salir de aquí, sino que simplemente me sometí y quería que todo acabara y luego irme. Me daba igual lo que pasara.

    F: ¿Usted sintió miedo de lo que pudiera ocurrir en ese momento?

    C: Sí, es lo que le he dicho, cuando ya me vi rodeada por los cuatro... No sabía cómo reaccionar y no reaccioné, reaccioné sometiéndome.

    F: Usted manifestó en sus declaraciones que recordaba haber practicado felaciones, a todos ellos, y que también pudo haber penetraciones vagilanes o anales. No lo pudo precisar en su momento, ¿puede recordar algo más respecto a eso? La denuncia policial de Clara (folio 20 de autos) dice lo siguiente: “Que preguntada si la penetración ha sido vaginal o anal, manifiesta que no recuerda, porque mientras uno le agarraba de la cadera, otro le cogía del cuello, y ella estaba bloqueada, debido a la situación”. Ante el juez instructor (folio 120), el 8 de julio, un día después de la denuncia, declaró: “Que no sabe precisar si ésta penetración y las siguientes fueron anales o vaginales”. Pero esto contradice lo que le comentó a la policía municipal 455, justo después de salir del cubículo (folio 6): “Que entre los cuatro le han rodeado, uno le ha cogido por la cintura, mientras otro de ellos le decía “chúpamela”, otro le ha bajado el pantalón y le ha penetrado analmente”. La misma agente municipal 455, declaró ante el juez instructor, el 17 de septiembre (folio 930): “Que dijo que le habían bajado el pantalón y uno le metió el pene en la boca y otro la penetró analmente”.

    Obviamente, Clara sí sabía que la penetraron analmente, pero fue acomodando y cambiando el relato a conveniencia, conforme se sucedían los acontecimientos. Se entiende que lo declarado ante la policía 455 es anterior a la denuncia policial y la declaración ante el juez instructor. Pueden parecer detalles sin importancia, pero ello nos muestra las constantes rectificaciones del relato de Clara; por ejemplo, el informe clínico de urgencias de las 5:20 de la mañana del 7 de julio (folio 24 de autos) relata lo siguiente: “Sabe que le bajaron los legins pero cree que no llegaron a quitarle la braga. Un día después, el 8 de julio, ante el juez instructor (folio 119) rectifica su relato, y declara que le bajaron el tanga: “Que otro la cogió por detrás bajándole los legins y el tanga y la penetró”. La propia sentencia mayoritaria, en la página 17 de los hechos probados dice así: “Entretanto “la denunciante”, cuando advirtió que se habían ido todos los procesados, se puso el sujetador, se subió los leggins y el tanga, luego, cogió el jersey atándoselo a las caderas”.Y lo que declaró ante la fiscal: ”Ya, cuando llegamos al cubículo ese, ya fue cuando yo empecé a sentir más miedo porque me vi rodeada por ellos cuatro, noté que me desabrochaban la riñonera, porque yo la llevaba así cruzada, noté cómo me desabrochaban la riñonera, cómo me quitaban el sujetador, porque al ser sin tirantes simplemente había que quitar el clic y ya está, y me desabrochaban el jersey que yo llevaba atado a la cintura. Y empecé a tener más miedo cuando me agarraron así de la mandíbula para acercarme y que le hiciera una felación. Y cuando ya tenía uno de ellos agarrada así, noté como otro me cogía de la cadera y me bajaba los leggins y el tanga.” Se puede observar en las imágenes de abajo, como Clara no llevaba puesto el tanga durante las penetraciones.

Imagen 60. Se puede observar que Clara no lleva puesto el tanga


Imagen 61
Imagen 62

    C: Es que no sé ni cuántos de ellos me obligaron a hacerle una felación ni cuantos me penetraron ni cuánto tiempo duró, porque lo único que quería es que pasara. Yo cerré los ojos y si en algún momento los abrí lo único que veía eran tatuajes y ya está. Sé que me penetraron pero no sé ni cuántas veces ni cuántos ni nada.

    F: Sí que dice que lo que pudo ver en algún momento era un tatuaje. ¿Recuerda en qué zonas?

    C: Sí, uno era en la tripa y otro era en la zona como alta de la pelvis.

    F: Posteriormente usted lo puso en conocimiento de la policía, el sitio de esos tatuajes.

    C: Sí.

    La denuncia policial de Clara (folio 20 de autos) cuenta sobre la descripción de los acusados: “Que preguntada por la descripción de los chicos: el que ha comenzado a hablar con ella en el blanco, es de complexión fuerte, de altura 165 ctnts, con el pelo corto y castaño claro, con un tatuaje en el abdomen en forma de semiesfera, con unas letras gruesas. Otro de ellos media 160cmts, con ojos claros, castaño claro de pelo corto y con barba de tres días, de complexión delgada, y llevaba un reloj con esfera muy grande, con un tapuje en el abdomen, parecido al del primero. El más alto de los cuatro, de unos 175 cmts, muy moreno de piel y pelo corto, con barba frondosa, ojos oscuros, y un gorro de color rojo. Y el último era moreno de piel con el pelo corto rapado y sin barba.

    En la comparecencia de los policías municipales 455 y 672 (los primeros agentes en contactar con Clara) del atestado policial del 7 de julio (folio 7 de autos) se relata lo siguiente: Que la descripción de los causantes es: Grupo de cuatro chicos españoles, cuyas alturas oscilan entre 165 y 175 cm. Vestidos con ropa Sanferminera, uno de ellos un poco mas gordito con pelo corto, barba y un gorro rojo y una mochila negra de cuerdas. Dos de ellos tenían tatuajes de letras en la tripa.

    En la declaración de la agente 455 ante el juez instructor (folio 930) dijo lo siguiente: “Que hizo referencia a que dos tenían tatuajes por la tripa o el pecho.”

    En el mismo atestado policial del 8 de julio, la comparecencia de los policías municipales 029 y 553 (folio 9 de autos) dice lo siguiente: Que Clara manifiesta que “eran cuatro jóvenes que dicen ser sevillanos de entre 20 a 25 años, de entre 165-175 cm de altura, tres de ellos con barba, uno de ellos my frondosa, el mas alto llevaba un gorro rojo, uno de ellos llevaba una mochila de cuerdas y un reloj grande de color negro, uno de ellos era mas gordito con el pelo rizado castaño con tatuajes de letras en la tripa a la altura de la cintura, otro de ellos era rubio con ojos claros y tatuaje en el pecho.

    Es curioso como Clara, a pesar de repetir insistentemente que durante la orgía tenía los ojos cerrados, pudo hacer una descripción certera de los tatuajes a los agentes 455 y 672 ( tatuajes de letras y a la altura de la tripa) que más tarde sirvieron para la identificación y detención de los acusados.

Imagen 63. A la izquierda imágenes de los tatuajes de Prenda pertenecientes al atestado policial de la policía municipal entregado al juez instructor Edilberto Esteban Iglesias el 8 de julio de 2016. A la derecha la filtración al periódico El español sobre la ficha policial de los acusados perteneciente al informe pericial de los videos.

Imagen 64. A la izquierda imagen del tatuaje de Cabezuelo perteneciente al atestado policial de la policía municipal entregado al juez instructor Edilberto Esteban Iglesias el 8 de julio de 2016. A la derecha la filtración al periódico El español sobre la ficha policial de los acusados perteneciente al informe pericial de los videos.

    F: ¿En ese momento, en algún momento vio la cara de las personas, aunque después lógicamente se han identificado, pero usted llegó a mirarles a los ojos, intercambiaron alguna palabra?

    C: No me daba la vista como para poder verles la cara, sólo veía los tatuajes y lo único que escuchaba era alguna que otra risa, y recuerdo a uno que no sé quién es diciendo "quillo, quillo, me toca a mí".

    F: ¿Usted sabe si usaron preservativo?

    C: Creo que no lo usaron, no recuerdo que ninguno de ellos se lo pusiera.

    F: ¿Recuerda usted, ya ha dicho que en alguna ocasión le cogieron del pelo, recuerda si aparte de lo ya manifestado, de cogerle la cara o sujetarle por las escaleras, le cogieron de alguna otra manera?

    C: No lo recuerdo. Lo que más recuerdo es eso, como una presión constante en la mandíbula y en las caderas y la coleta, que me tiraban hacia atrás y hacia adelante, pero el resto de cosas no, no sé si me agarraron del brazo o no.

    Clara responde que empezó a tener miedo una vez entró en el cubículo. Es sorprendente que solo al llegar a ese punto, todavía no sintiera recelo de las acciones y movimientos de los acusados, máxime cuando anteriormente, caminando por la calle Cortes de Navarra, según su versión, los acusados comenzaron a acosarla. Es de suponer que ya estaría sobre aviso de sus supuestas malas intenciones.

    Desiree, la vecina del portal le bastó uno solo de los acusados, Prenda, para recelar hasta el extremo de negarse a subir en el ascensor junto a él; pero Clara nunca, en ningún momento sintió recelo, nada menos que de 5 hombres, hasta que llegó al interior del cubículo.

    En el momento que le quitan la ropa y la penetran (siempre según el relato de Clara) entra en shock. Nótese el paso tan brusco de los estados psicológicos de Clara, ya que cambia de la indiferencia a un estado de angustia sin transición alguna, en un instante, algo sorprendente. No siente recelo, ni sospechas en ningún momento. Y es que justo cuando entra en shock, parece ya tener decidido someterse, sin opción para ver como puedan desarrollarse los acontecimientos durante los 18 minutos que duraron los actos sexuales, y tomar alguna decisión entre medias; como si esperar sometida a que sucedieran los hechos fuera un mero trámite. Nos gustaría señalar además, y como se verá más adelante, que Clara solamente se puso a llorar una vez los acusados abandonaron el cubículo; una respuesta emocional que resulta sorprendente, ante un hecho tan violento como la supuesta violación que relata.

    Clara dice que no recuerda estar de pie en el cubículo, solo de rodillas o cuclillas. Pero la sentencia mayoritaria, en la página 72, donde hace una descripción de los 2 últimos videos grabados por Guerrero, dice esto:

    Los videos (6) IMG 7411.MOV, entre los minutos 3:20:55 y 3:20:57 y (7) IMG 7412.MOV, entre los minutos 3:21:01 y 3:21:03. , fueron tomados por Antonio Manuel Guerrero, habiendo transcurrido por tanto 4 minutos y 44 segundos, desde la finalización del vídeo que acabamos de examinar. En ellos aparecen los procesados Ángel Boza y José Ángel Prenda, uno a cada lado de la denunciante, quien se encuentra en posición decúbito supino (boca arriba) con su cabeza apoyada en la pared del habitáculo.

    Escudero confirma ante la fiscal que Clara estuvo tumbada en el suelo:

    F: ¿Y la segunda vez que también se produjo esa situación también fue en la misma situación?, ¿en la misma postura?

    E: No. Era en el suelo. Los dos en el suelo.

    F: ¿En qué posición?

    E: Pues no recuerdo si...es que no recuerdo bien. No sé si yo me puse debajo y ella encima o yo encima y ella debajo.

    Cabezuelo también confirma que Clara estuvo en el suelo:

    C: Sí, bueno, yo después, no sabría decirle si al continuo o al rato le digo a ella si cambiamos de postura, yo me siento en el suelo y ella se sienta encima mía, pero en esa postura estamos poco tiempo porque al bajarme el pantalón el suelo como que me dio...no sé, como que me dio asco, y no estuvimos mucho tiempo en esa postura.

    Y Prenda, lo mismo:

    F: No lo ubica. ¿Cambió de postura o cambiaron de postura en algún momento?

    P: Yo juraría que sí, que...

    F: Dígame.

    P: Es que no sé cómo decir... La postura no sé cómo decirlo, a cuatro patas, digamos, y sí que cambió de postura, yo le cambié de postura, ella se tumbó, le dije que se tumbase, ella se tumbó, y también boca arriba, también penetré.

    F: O sea, que por su parte hubo, al menos... No sé si ¿eso fue seguido o fue...?

    P: Es que no me acuerdo exactamente si la penetré, me fui a masturbarme, me hizo sexo oral... Eso pasó. Y después no me acuerdo exactamente si en una de esas veces, de las que estaba en la postura que le he dicho antes, la cambió. No sé ubicar eso.

    F: Sé que es complicado. Lo que le pregunto es si recuerda si... Inicialmente, usted sí recuerda que la posición era agachada...

    P: Una, una...

    F: Agachada, la posición del perrito para que nos aclaremos...

    P: Perdón, la del perrito.

    F: Sí, porque si no no nos vamos a entender. En esa posición, usted recuerda que hubo una penetración vaginal.

    P: Sí, en la del perrito hubo una penetración... estaba... sí, en la del perrito. Y luego le digo que se tumbe.

    F: ¿Inmediatamente después? Quiero decir, ¿a continuación?

    P: A continuación.

    F: ...¿O es en otro momento distinto?

    P: No, en ese momento, a continuación.

    F: A continuación. En los últimos vídeos, que son muy cortitos, no sé si lo recuerda usted, que son de muy escasos segundos, 0,3, 0,2 segundos, los últimos que vimos, ella sí está en decúbito supino. Es decir, ella está hacia arriba y, aparentemente, está usted con el señor Ángel Boza. En ese momento, y en esa posición, ¿hubo una penetración o no?

    P: Bufff... No me acuerdo.

    También Clara relata que en el momento que entra en shock, cierra los ojos; que no veía la cara de los acusados porque no le daba la vista a levantarla, aunque Cabezuelo lo desmiente en este comentario:

    Yo diría que en la primera penetración sí, pero cuando yo me siento en el suelo no, porque ella se sienta mirando para mí, entonces su cara está a la altura de la mía prácticamente, entonces en ese momento no. Y un poco más adelante: ”¿Por lo que dice sí que tuvo un contacto visual con ella en esa segunda posición? Sí, sí, sí.”

    Como ya hemos dicho, Clara dice que tuvo los ojos cerrados en todo momento desde que entró en shock, pero curiosamente vio los tatuajes de los acusados, el color de los ojos de Guerrero y Cabezuelo, y que estos no utilizaron preservativos durante la orgía. También vio que la riñonera estaba al lado de unos vasos de cubata, cuando uno de los acusados le desabrochó la riñonera y le bajó los pantalones.

    El informe ginecológico de Clara, en la página 182 de autos, dice: “Relata que le tocaron los pechos pero no le “chuparon “ por dicha zona”. Tampoco supo si la penetraron analmente, aunque ante la agente municipal 455 sí le dijo que la penetraron analmente (como se ha visto un poco más arriba). Además, Escudero declaró sobre la manera en que penetró a Clara: “Pues, eh… felación, penetración vaginal y es que… porque me he enterado por los papeles, que fue anal, porque yo para mí que no había hecho analmente… es que como ella era la que en un principio cuando íbamos a tener la relación… era ella la que me cogía el pene y se lo introducía, pues yo pensaba que era vaginal, y por lo visto también fue anal, pero es que de eso yo no me di cuenta.” Y más adelante: “¿En cuanto a la penetración ya me ha dicho que la primera, creo que le he entendido, que fue ella la que se introdujo su pene y usted supuso que era una penetración vaginal? Las dos veces fue ella la que cogió mi pene y se lo introdujo ella.”

    Era Clara la que se introducía el pene vía anal, a pesar de lo que argumenta la sentencia mayoritaria, en la página 39: “De la intervención como peritos en la sesión del juicio oral celebrada 20 de noviembre de los Médicos Forenses: Dr. Rafael Teijeira y Dra. Nahia Mendoza, aclarando el primero en relación con el informe médico forense que obra a los folios 182 y 187 de las actuaciones en el particular donde dice: “… Tiene recuerdos confusos pero manifiesta que hubo penetración oral y cree que también vaginal no sabe si anal. ( …) No puede precisar el número de veces ni concretar más en este momento” y en la página 102: “Según se hemos argumentado en el precedente fundamento, para valorar la personalidad de la denunciante, entre otros aspectos, consideramos que a la fecha de los hechos se encontraba en los albores de su vida sexual, nunca había tenido relaciones sexuales en grupo, ni con personas desconocidas y en ninguna circunstancia había sido penetrada por vía anal.”

    Con respecto a las penetraciones, Clara dijo lo siguiente ante el abogado defensor Jesús Pérez:

    J.P: De acuerdo. Cuando la desplazan hacia el hospital y le hace un exploración médica el médico ginecólogo, usted manifiesta que no sabe si hubo penetraciones vaginales o anales. Una vez que la exploran, ¿sigue teniendo la misma duda?

    C: No lo sé. No sé si... fue en el momento en que me exploran y tengo du... No, no lo sé. Pero como hemos relatado anteriormente, Clara contó a la agente municipal 455, una vez sale del cubículo y se sienta en el banco de la Avenida Roncesvalles: “Que entre los cuatro le han rodeado, uno le ha cogido por la cintura, mientras otro de ellos le decía “chúpamela”, otro le ha bajado el pantalón y le ha penetrado analmente

    También relata Clara que sintió una presión constante en las caderas, mandíbula y coleta, dando a entender ante el tribunal que se ejerció violencia contra ella. Pero el voto particular de González, en la página 225 de la sentencia, dice lo siguiente: Así, en primer lugar, Dña. Beatriz y D. Mikel (sesión del 14 de noviembre), quienes mantuvieron lo declarado en instrucción (folios 926 y 936 de los autos) y declararon en forma coincidente que se acercaron al banco de la Avda. Roncesvalles alarmados por la amargura con la que escucharon llorar a la denunciante; que no les pareció un llanto fingido, que lo primero que la chica les manifestó fue que le habían robado el móvil y que posteriormente la oyeron decir que cuatro chicos y pensaron que había algo más grave; que les dio a entender que había algo más; que balbuceaba y solo decía palabras sueltas; que les dijo que habían abusado de ella 4 chicos o algo parecido; y que no le vieron marcas ni se quejaba de ningún dolor (Clara se sentó en el banco con las dos piernas cruzadas sobre el asiento, en la posición de flor de loto). En la página 226: El Agente de la Policía Municipal nº 672 (sesión del día 15 de noviembre), declaró que acudió al lugar de autos junto con la agente anterior, minutos después de haberse producido los hechos. Afirmó que la chica dijo que la habían metido por la fuerza en el portal, que la sujetaron entre los cuatro y que, después de los hechos se había despertado desnuda y sola. Igualmente afirmó que la denunciante no le pidió que llamara a nadie. Como su compañera, afirmó que apreció unas ligeras marcas en la cara a la altura de la mandíbula, marcas de presión que, al igual que su compañera, no hizo constar en su comparecencia sin que diera explicación a la omisión más allá de reconocer que debería haberlo hecho constar porque, al menos en juicio, lo consideró un dato importante; marcas que, por lo demás, no se apreciaron en el reconocimiento médico.

    El Cabo de Policía Municipal número 511 que compareció el día 16 de noviembre declaró que fue el encargado de tomar las comparecencias a sus compañeros y afirmó que, cuando se trata de delitos graves tratan de hacerlo bien y recoger las comparecencias con el mayor detalle. En el informe médico correspondiente al reconocimiento médico al que fue sometida la denunciante dos horas después de los hechos no se apreciaron marcas de ninguna clase en la cara. En el mismo sentido se pronunció el Jefe de Policía Municipal quien afirmó el día 17 de noviembre que las comparecencias de los agentes en San Fermín deben hacerse como el resto del año.

    El Agente de la Policía Municipal nº 553 (sesión del 15 de noviembre), acudió junto con el subinspector nº 029 a la Avenida Roncesvalles la noche de autos casi inmediatamente después de suceder los hechos. Señaló que la denunciante afirmó que la habían obligado a entrar por la fuerza en el portal, sin explicar nada de lo ocurrido en el interior. No apreció marcas en la cara, ni ningún otro signo de violencia y tampoco escuchó que la denunciante se quejase de dolor.

    El Subinspector de la Policía Municipal nº 029 (sesión del 15 de noviembre), acudió al lugar de autos junto con el agente anterior, minutos después de haberse producido los hechos. Pese a que no habló con la chica, señaló que no le vio marcas en la cara. No habló con ella. Y en la página 247: Tampoco aprecio “agarrones”, ni “tirones” del pelo de la denunciante en ningún momento; creo que las posiciones de manos y brazos, por parte de todos (de los seis) son acordes con las acciones de índole sexual que se realizan, y más cercanas, si es que en este contexto es posible, a la delicadeza, como diría el perito Sanz Cid, que a la desconsideración. Del informe elaborado por los Policías Nacionales nº 77255 y 79432 que además declararon en calidad de peritos el día 20 de noviembre de 2017, se infiere que ninguna muestra de cabello fue recogida en el portal durante la exhaustiva inspección que realizaron del mismo, algo que resulta llamativo a la vista de la cantidad de agarrones de pelo que refiere la sentencia mayoritaria. Cierto es que tales vídeos únicamente documentan 96 segundos (discontinuos) de los más de 15 minutos que duraron las relaciones mantenidas en el interior del portal, pero, por lo que hace a esos 96 segundos, los vídeos y las dos fotografías de la causa operan en descargo de los acusados respecto de las tesis de las acusaciones, pues nada de lo que se ve o se escucha en ellos permite concluir el ejercicio de violencia o intimidación contra la denunciante, como tampoco, más allá de toda duda razonable, que dichas escenas se estén desarrollando sin su consentimiento o con un consentimiento viciado. La ausencia de violencia, fuerza o coacción es, además, absoluta. Cuando alguno de los acusados apoya las manos en las caderas de ella, o le sostiene la cabeza o apoya el brazo sobre sus hombros o la mano en su cabeza, no puedo interpretar que la estén “sujetando” de las caderas, “rodeándole” la cabeza o el cuello o “agarrándola” del pelo, porque lo único que me sugieren las imágenes son gestos acordes con la práctica sexual en la que se integran y sin pretensión coactiva alguna, no apreciándose tensión ni en los brazos, ni en las manos de los acusados que permita suponer cualquier otra intención en esos movimientos.

    Ante Agustín, la denunciante relata lo siguiente:

    C: Es que en ese momento... Yo cuando subimos ya las escaleras me veo en esa situación... A ver, cuando ya vamos a entrar al cubículo yo recuerdo sentir ya un poco de intimidación porque veo como que de ahí ya no puedo salir.

    A: ¿Hasta ese momento usted no había sentido intimidación?

    C: Cuando me meten en el portal con esa brusquedad (anteriormente declaró ante la fiscal: “¿Le agarraron con mucha fuerza? No fue con mucha fuerza, fue para meter a alguien, pero tampoco fue fuerte como para dejar marca, por ejemplo, o hacer daño”) siento en plan de... ¿Cómo decirlo? No miedo ni intimidación, pero me sorprende, pero hasta entonces no... Cuando me taparon la boca sí que también me sorprendió, pero no sentí miedo hasta que me vi en la situación en la que no tenía salidas. No sé si me he explicado.

    A: Sí, se ha explicado usted perfectamente. ¿No es más cierto que cuando entran en ese cubículo lo primero que realizan es... ¿Le practican el sexo oral a usted?

    C: No. Yo cuando entro en el cubículo, lo que recuerdo es que me veo rodeada por cuatro chicos, y de repente noto como me quitan la riñonera y el sujetador, que no llevaba tirantes, entonces sólo había que quitar el clic, y el jersey que yo llevo atado a la cintura lo tiran por ahí, no sé. Y ya es entonces cuando me agarran de la cara para que le hiciera la felación a uno. Y mientras tanto yo notaba de repente como una presión en la cadera y me bajaban los leggins, pero yo... Ya partir de ahí es cuando yo cierro los ojos.

    A: ¿A usted le practicaron sexo oral?

    C: Que yo recuerde, no. Pero esto es lo que declara Prenda en relación al sexo oral: “Sí, estaba... No me acuerdo yo si ahí dentro se estaba besando con alguien o algo de eso, pero uno de sus comentarios fue: "Bueno, lo de cinturón negro lo tendrás que demostrar, ¿no?". Y le bajé los pantalones y le hice sexo oral”. Escudero dice también esto sobre el sexo oral practicado a Clara: “Lo que sí recuerdo es que Prenda le hizo una felación a ella porque le dijo ella “demuéstramelo” o algo recuerdo que me hizo gracia al escucharlo; y fue cuando él le hizo una felación a ella y después ya el orden no recuerdo…”

    A: Que usted recuerde, no. Cuando usted indica que cerró los ojos, ¿qué significa? ¿Que durante los 20 minutos o los 15 minutos aproximadamente que duró la relación, usted mantuvo los ojos cerrados en todo momento?

    C: Yo sé que yo cerré los ojos porque me sentí muy bloqueada y lo que quería era salir de ahí. Pero anteriormente, ante el juez instructor Esteban Iglesias, Clara había declarado (folio 119) lo siguiente: “Que en ese momento no sabe cuántos chicos estaban, ya que estaban todos encima de ella rodeándola y no podía ver bien. Desde luego, no ver bien no es lo mismo que tener los ojos cerrados durante los 18 minutos que duró la orgía. Como he dicho, yo cerré los ojos y, si alguna vez los abría, que fueron tres veces a lo mejor, vi tatuajes y piel o veía... Yo que sé, piel, pero no estuve viendo nada más. Pero Ricardo González, en la página 303 de la sentencia dice lo siguiente: Sin embargo, la agente nº 405, quien fue la encargada de tomar personal y directamente declaración a la denunciante, manifestó que esta reconoció su tarjeta SIM, que espontáneamente relató que tiene su móvil programado para subir automáticamente las imágenes a su cuenta de Google y refirió cuál era su cuenta y la clave de acceso a la misma. Y preguntada sobre si “¿En algún momento le dijo algo sobre unas posibles fotografías o fotos que le hubieran hecho? ¿De forma espontánea?”, afirmó por dos veces y con absoluta firmeza que la denunciante le dijo que “la grabaron con el teléfono”. Clara dice que no vio nada durante el tiempo que duraron los actos sexuales, que solo “abrió los ojos 3 veces a lo mejor”, y por eso negó que fuera consciente de que la grabaran con el teléfono móvil 2 de los acusados:

    F: ¿Sabe usted, se ha enterado a lo largo del procedimiento, que se grabaron imágenes?

    C: Sí.

    F: Y que hubo varios vídeos que fueron grabados, en concreto seis: cinco por uno de los acusados y un vídeo por parte de otro y otras fotografías. ¿Usted en algún momento tuvo conocimiento de que estaban grabándose esas imágenes?

    C: No, yo estaba en todo momento con los ojos cerrados, no recuerdo. No vi ningún móvil ni nada grabando y tampoco me lo manifestaron.

    Las imágenes más abajo expuestas, pertenecen al quinto video (por el orden cronológico de las grabaciones), realizado por Cabezuelo. Se puede comprobar como el flash de la cámara está encendido. La toma del video se realizó, en algunos momentos, justo encima de la cabeza de Clara. Obsérvese lo cortante de las sombras proyectadas con el flash, y el color plano y deslumbrante de las zonas más cercanas al objetivo. Es obvio que Clara se dio cuenta de que la grabaron con el teléfono. Boza y Prenda lo evidenciarán más adelante ante la fiscal. Nos gustaría añadir, que el informe pericial realizado por los agentes 0063 y 0329 de la Policía Foral sobre los videos del cubículo, en ningún momento hicieron mención del flash de los videos.


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    F: Usted desconocía que estaban grabando esas imágenes.

    C: Sí, lo desconocía.

    F: ¿No escuchó a ninguno de ellos diciendo "venga, que hay que grabar esto, que hay que inmortalizar este momento"?

    C: No. Lo único que escuché es lo que ya le he dicho, alguna risa y el "illo, illo, me toca a mí".

    F: Desconocía por tanto la existencia de los vídeos hasta que aparecieron.

    C: Sí, hasta que me lo dijo la Policía Foral.

    F: De hecho usted cuando prestó declaración, tanto en la policía municipal como en el juzgado de instrucción, no hizo ninguna referencia a la existencia de vídeos.

    C: Es que no lo sabía. Pero lo desmiente la agente municipal 405 en el juicio oral, ya que ella fue la que le tomó la declaración en la denuncia policial, que fue realizada a las 7:09 de la mañana del 7 de Julio, y fue durante la detención en la comisaría municipal donde Guerrero hizo mención de la grabación de los videos.

    En resumidas cuentas, Clara declaró ver todo lo que fuera en detrimento de los acusados. Pero afirmó no ver nada de lo que pudiera ir en su contra.

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    La sentencia mayoritaria (página 40) desacredita falazmente la declaración de la agente 405 en el juicio oral sobre la grabación de los videos: “A estos efectos, se pone de relieve las respuestas que ofreció en su declaración testifical prestada el Jueves 22 de noviembre la Agente 405 de la Policía Municipal -quien intervino como instructora en la toma de declaración de la denunciante en dicha sede-, a preguntas del letrado Sr. Jesús Pérez Pérez , quien al final de la declaración concretamente en el minuto 12 38 40 , le cuestionó sobre si: “… En algún momento le dijo, sobre algunas posibles fotografías o fotos, que le hubieran hecho de forma espontánea .”, respondió: “… Ella me dijo que le grabaron con el teléfono “. y a nueva pregunta sobre si “Ella dijo que le grabaron con el teléfono”, respondió :“… sí, algo … sí.”. De esta referencia, teniendo en cuenta cuanto hemos argumentado, no derivamos la existencia de un móvil espurio o interés de cualquier otra índole que límite la aptitud de la declaración de la denunciante para generar certidumbre. Apreciada en su conjunto, la declaración de la expresada Agente- que no es admisible como testimonio de referencia, al contrario del que hemos apreciado anteriormente respecto del que prestaron los agentes que intervinieron “in situ”, inmediatamente después de producirse los hechos y ante los que la denunciante vertió un relato espontáneo (vid la antes citada STS 793/2017,de 11 de febrero ) -, se presenta como desganada y por tanto escasamente ilustrativa; en su mayor parte se remitió a cuanto constaba en el acta levantada al efecto, sobre la cuál y las circunstancias de su elaboración había prestado declaración el instructor del atestado y que figuraba como secretario en dicha diligencia, subinspector 285, en la sesión de acto del juicio oral celebrada el 16 de noviembre, donde manifestó que consideró oportuno que la declaración se prestara ante un agente femenina, monitorizando él su contenido desde otra sala. Ofreció algunos detalles sobre el modo en que concretó la trayectoria que denunciante y procesados habían seguido para llegar desde la Plaza del Castillo hasta la calle Paulino Caballero, rectificando mediante diligencia la referencia inicial que contiene el acta a la calle Tafalla .En su declaración durante el acto de juicio oral la agente manifestó, no recordar muchas de las manifestaciones de la denunciante y sin embargo hizo referencia a un hecho de especial relevancia que no está recogido en el acta . Posiblemente y dado que ese mismo día se encontraron videos en los teléfonos móviles de los procesados ello le llevó a error. Es de señalar que resulta difícilmente creíble que si a una agente de policía se le realiza esa manifestación de la denunciante, en relación con un hecho con relevancia a los efectos de la investigación de estas características, no lo haga constar en el acta, habida cuenta además de que en ese momento no se había identificado a los procesados y la denunciante desconocía sus nombres y había realizado una descripción aproximativas de sus características físicas, incluidos algún tatuaje y de ciertos accesorios que portaban, siempre como hemos dicho con referencia a cuatro personas .Esta apreciación de un posible error por parte de la agente se asienta además, en que en ninguna otra de las manifestaciones hechas por la denunciante a terceras personas inmediatamente después de los hechos, como hemos visto, se refirió a la existencia de posibles grabaciones. No lo puso de manifiesto cuando se le leyó la declaración antes de firmarla con presencia del instructor del atestado, ni tampoco dijo nada a la agente 455 quien le acompañó desde los primeros momentos de la madrugada hasta la prestación de declaración en dependencias policiales ni tampoco en su declaración a presencia judicial.“ La denunciante” en su declaración en el plenario afirmó con contundencia y si ninguna contradicción que no vio ningún móvil ni nada grabando y tampoco le manifestaron que lo estuvieran haciendo, en cuanto a las fotos las fotos uno y dos tomadas a las 3:26 :03, por Antonio Manuel Guerrero, manifestó: “…Lo único que le puedo decir es que estaba en estado de shock, entonces me sometí y cualquier cosa que me dijeran iba a hacerla porque es que estaba en estado de shock, yo no, no, ni pensé, ni pude decidir en ese momento.”. Todo ello pone de manifiesto, la falta de significación para desacreditar la credibilidad subjetiva de la declaración de la denunciante, la referencia, que verificó la Agente 405 en su declaración testifical en el plenario.”

    Pero lo cierto es que la denuncia policial tampoco recoge el hecho de la llamada telefónica de Clara a Adrián, ni la parada del grupo en el bar Txoko, ni el beso de Clara con Boza, ni el acceso del grupo al portal para fumar un porro, ni el beso negro que realizó a Prenda, etc.

    A: ¿Porque la luz estaba encendida o apagada?

    C: Yo recuerdo la luz encendida. Yo recuerdo la luz encendida porque cuando entré al portal estaba encendida y en los momentos en los que yo abría los ojos, veía porque había luz y, cuando me estoy vistiendo, había luz. Entonces, para mí, estuvo la luz encendida todo el rato.

    Sobre el tema de la luz dentro del cubículo, es unánime la declaración de los acusados. Boza dice lo siguiente ante la fiscal: ¿Le dijeron o hablaron ustedes de que iban a grabar lo que estaba pasando o no? Personalmente yo creo recordar que no se lo comentamos, pero también tengo que matizar y decir que, a mi criterio, ella sabía en todo momento que la estábamos grabando. Yo recuerdo que había una luz que se encendía y se apagaba como con un temporizador y en el momento en el que se apagaba en todo momento el móvil tenía el flash encendido...y cuando a una persona le están grabando con el flash, apuntándola por ejemplo, es evidente creo que se tiene que dar cuenta. Escudero sobre los videos: Vamos a pasar a lo que se refiere a las grabaciones de vídeo ¿Usted fue consciente de que se estaba grabando un vídeo? ¿Recuerda si se hizo con la luz encendida del portal o con flash? Con la luz encendida y creo que había flash porque justo cuando se apagaba se veía una luz y encendía yo la luz del portal. Guerrero sobre las grabaciones: ¿Le dijo algo a la denunciante sobre grabar? Yo recuerdo que dije. “Este momento hay que inmortalizarlo con un vídeo” Y fue cuando saqué el móvil y empecé a grabar ¿Todo el mundo se enteró, tanto sus amigos como la denunciante? Sí. Tiene primeros planos de sus amigos, porque miraron a cámara. ¿Respecto a ella, en algún momento le dijo que mirara a cámara o que sonriera? No. Y Prenda: Las grabaciones, ¿se hicieron con la luz encendida? La luz encendida del portal, sí ¿A ella le dijeron en algún momento que estaban grabando? Pues no lo recuerdo, pero, vamos, era evidente. Y es que todos los acusados sonrieron o hicieron muecas a la cámara. Más adelante, hablaremos de nuevo sobre las grabaciones de los videos.

    A: En ese momento que usted se da cuenta, según usted, que lo que se pretende son mantener relaciones sexuales, ¿no pide alguna explicación, no dice "oye, qué pasa" o algo, no dice nada?

    C: Es que me sentía muy intimidada (curiosamente, como ya he mencionado anteriormente, Clara no se sintió lo suficientemente intimidada para romper en llanto hasta que los acusados abandonaron el portal, y descubrió que le habían robado el móvil). Entonces, en ese momento, es lo que ya he explicado, me someto a ellos porque no, no sabía... Me quedé bloqueada. No supe cómo...

    A: Permítame, con el permiso del tribunal, ha indicado usted que es en ese momento en el que se siente intimidada, porque hasta ese momento ha llegado más o menos en unas determinadas circunstancias. Le pregunto, ¿no pidió alguna explicación, no intentó hablar, no intentó decir "pero, ¿qué hacéis?, ¿pero qué haces?", gritar, no intentó nada?

    C: No, porque me quedé bloqueada y lo que único que pude hacer fue someterme y cerrar los ojos para que todo acabara.

    A: ¿No es más cierto que en lugar de quedarse bloqueada lo que, en ese momento, los que comenzaron fueron unas relaciones sexuales consentidas entre los seis?

    C: No.

    A: Igualmente, ¿le insultaron en algún momento?

    C: No, que yo recuerde no. Yo lo único que recuerdo de cuando estábamos en el cubículo, por llamarlo de alguna forma, son alguna risa y "quillo, quillo, me toca a mí". Yo no sé si me insultaron en algún momento. Obsérvese la respuesta tan ambigua: dice que no recuerda que leinsultaran y a la vez no sabe si la insultaron en algún momento.

    A: ¿La amenazaron en algún momento con causarle algún daño si no accedía a, lo que usted dice, unas relaciones sexuales no consentidas?

    C: No.

    A: No la amenazaron. En ese momento que comienzan las relaciones, usted se encontraba, permítame la pregunta, excitada?

    C: Pues no me acuerdo. No. No sé. Me acababa de dar un beso con un chico pero no tanto como para estar excitada. Nueva contradicción: no se acuerda, no y no sabe

    A: Todo lo que eran las relaciones que ustedes mantuvieron a lo largo de los minutos que estuvieron, ¿usted sintió dolor?

    C: No lo recuerdo. Es que no recuerdo nada de las relaciones, por eso no puedo precisar si fue anal o vaginal la penetración ni cuántas relaciones hice. Simplemente sé lo que ocurrió pero no...

    A: Lo que le pregunto es si, como usted ha explicado, que de manera sorpresiva se produjeron esas relaciones, si usted no sintió dolor al sentirse penetrada por un señor, sin estar mínimamente preparada para ello?

    C: Pues no recuerdo dolor, no. Clara dice que no sintió dolor al ser penetrada. Y se corrobora con lo declarado ante las preguntas del juez Ricardo González:

    R.G: Solamente tres o cuatro precisiones y nada más. Reiteradamente, el comentario a las contestaciones que ha ido dando es que la situación le supuso un shock, se quedó bloqueada y se sometió. Que no sintió daño, que no hubo fuerza física y que tampoco hubo amenazas, sino que fue la situación de shock la que usted tenía y que sucedió lo que sucedió.

    C: Sí.

    R.G: Bien, esa es la percepción suya. La pregunta que le hago es: ante esa situación, desde el punto de vista de los acusados, qué manifestación hizo usted, de cara a ellos, para que supiesen que usted estaba en situación de shock y que estaban teniendo esa situación de relaciones sexuales sin consentimiento por su parte, ¿cómo pudieron ellos... si usted hizo algo, manifestó algo, verbalizó algo...? Como ya he dicho anteriormente, Clara no se puso a llorar hasta que le robaron el móvil. Si Clara hubiera comenzado a llorar, ellos hubieran desistido automáticamente de penetrarla.

    C: No, no. O sea, yo cerré los ojos... No hablaba, no estaba haciendo nada, estaba sometida y con los ojos cerrados. Si eso... Estaba con los ojos cerrados y sin hacer nada, ni decir nada ni nada. Entonces, si... (Más adelante, en las declaraciones de los acusados sobre las actuación de Clara en el cubículo, se verá que sí tuvo un comportamiento activo a la hora de dialogar, de dar consentimiento, o de interactuar con ellos cinco. )

    R.G: No estoy valorando, sólo pido una descripción de los hechos, porque somos, obviamente, quienes tenemos que resolver. No valoro nada, quiero simplemente puntualizar, desde mi punto de vista, extremos que pudieran ser relevantes en su caso. Desde ese punto de vista, su percepción ya la ha comentado, quería saber si, desde el punto de vista de los procesados, hizo usted en algún momento, algún gesto, alguna manifestación, alguna actuación suya..?

    C: No hablé, no, no, no grité, no hice nada. Entonces, que yo cerrara los ojos y no hiciera nada, lo pueden interpretar como que estoy sometida o como que no.

    R.G: En cualquier caso, daño, dolor durante ese episodio ha quedado claro que no sintió usted.

    C: Es que no me acuerdo si en ese momento... Lo único que estaba con los ojos cerrados y pensando en que se acabara.

    R.G: En que se acabase la situación. Gracias.

    Siguiendo con la declaración de Clara ante A. Martínez:

    A: Entiendo por tanto que usted estaba suficientemente lubricada para poder mantener relaciones sin sentir dolor. En la página 257 del voto particular de la sentencia se puede leer lo siguiente:

    De la práctica de esta prueba pericial puede inferirse: 1.- La ausencia de lesiones en la denunciante. Este dato corrobora la inexistencia de la fuerza que se describió en la denuncia, pues de haberse producido los hechos tal y como la denunciante narró, de haber sido agarrada por parte de dos varones e introducida desde la calle y por la fuerza dentro del portal mientras ella trataba de zafarse, que le hubieran tapado continuamente la boca para evitar que gritara, la hubieran llevado contra su voluntad hasta el recodo de la escalera donde se sucedieron las relaciones sexuales y allí hubiera sido lanzada al suelo, y mientras la sujetaban, sucesivamente la penetraban todos y en algún momento incluso dos de ellos de modo simultáneo razonablemente cabría esperar que algún tipo de lesión o de marca se hubiera producido necesariamente. Con respecto a las penetraciones vaginales la inexistencia de lesiones puede resultar inespecífica, sin embargo, por lo que se refiere a la penetración anal acreditada, salvo que se acepte lo manifestado por los acusados respecto a la práctica de sexo oral por parte de José Ángel Prenda a la denunciante y que, tal y como los forenses expresaron, puede resultar una lubricación eficaz a estos efectos, acogiendo su dictamen resulta poco razonable la ausencia de lesiones anales, dato que no solo excluye la existencia de violencia sino que siembra una duda razonable también acerca de la falta de consentimiento que se mantiene por las acusaciones. Y por la misma razón, dudosamente compatible con el abuso que sostiene la sentencia mayoritaria que, aceptando la manifestación de la denunciante de que lo afirmado por José Ángel Prenda en cuanto a que le practicara sexo oral es falso, no ofrece ninguna razón argumentada que justifique -supuesto el abuso- la ausencia de lesión anal, considerando además la situación de angustia e intenso agobio que atribuye a la denunciante, ni tampoco explica por qué se aparta en este punto del dictamen pericial. Sobre esta cuestión, por el Letrado Sr. Martínez Becerra se le preguntó si “¿Es habitual que cuando una mujer es penetrada analmente sin su consentimiento, el estado del ano minutos después esté en una situación normal?”, a lo que el Sr. Teijeira respondió diciendo que “¿Qué no presente ningún tipo de lesiones? Dependerá, lógicamente, del tipo de objeto que penetra y del estado de, entre comillas, de lubricación de la zona anal.” Vuelto a preguntar: “es decir, que si se hubiera lubricado previamente ¿resultaría más fácil entender esa ausencia de lesiones?”, respondió que “¿Si se hubiera lubricado el ano? Pero el ano no se lubrica, salvo que se lubrique artificialmente o por algún fluido externo.” Insistió el Letrado: “A eso me refiero, obviamente, si se hubiera lubricado artificialmente ¿es posible que se hubieran limitado esas lesiones anales?”, a lo que respondió, a su vez : “Lubricado artificialmente ¿cómo?”, contestando el Letrado: “Pues a través de maniobras bucales, con saliva, con algún líquido, natural o no natural, que se hubiese aportado...”, respondiendo finalmente el Médico Forense: “Podría ser, sí.” La respuesta a la pregunta inicial, que recordemos, era: “¿Es habitual que cuando una mujer es penetrada analmente sin su consentimiento, el estado del ano minutos después esté en una situación normal?” no se obtuvo hasta que, en el turno de preguntas del letrado Sr. Pérez Pérez se volvió a incidir sobre la cuestión preguntando: “Una mujer que nunca haya tenido relaciones sexuales con penetración anal, bajo su opinión, y objeto de una violación múltiple con 5 personas, con penetración anal, ¿es habitual que presente algún tipo de lesión en esa zona? Estamos hablando de una mujer que nunca ha tenido ningún tipo de relación sexual con penetración anal.”, a lo que se respondió diciendo “Salvo que haya una lubricación que favorezca la penetración es más razonable que hubiera lesiones.” A preguntas del mismo letrado, también se pidió aclaración acerca de si esa literatura a la que se refirió tan ampliamente el perito, y según la cual en un 40 ó 50% de las violaciones no hay lesiones, en concreto, distingue si la penetración en esas violaciones es vaginal, anal, u oral a lo que el perito precisó que él se había referido “específica y concretamente a la penetración vaginal.” Y preguntado entonces acerca de si hay literatura relativa al porcentaje de agresiones con penetración anal que provoquen lesiones, respondió: “Pues puede ser que la haya, pero sinceramente yo no la conozco en profundidad.

    Abajo, aparece el informe médico de Rafael Teijeira, director de Instituto Navarro de Medicina Legal, médico forense que hace constar la falta de lesiones sexuales en Clara

Imagen 76. Parte médico donde se acredita que Clara no sufrió lesiones vaginales, anales o bucales

    Continuando con el interrogatorio de Agustín Martínez a Clara:

    C: Sí, o sea, no sé. Nueva contradicción: sí y no sabe

    A: Permítame un paréntesis, ¿esa es su manera habitual de sentarse? [la declarante tiene el pie izquierdo en la base de la silla, bajo la pierna derecha, en postura de semi yoga. Está sentada así durante toda la declaración]

    C: Perdón.

    A: No, no, no, si el presidente del tribunal se lo permite, yo no tengo ningún problema.

    Presidente del tribunal: Se puede sentar como desee.

    A: La pregunta era, y permítame el paréntesis, es que esa era exactamente la misma forma que tenía usted de sentarse en el banco cuando fue atendida por la policía. Estaba usted sentada en la misma posición que mantiene ahora.

    C: Esa es la forma más cómoda. Es verdad que ahora a lo mejor no es la mejor forma...

    A: Mientras que el presidente...

    Presidente: Nadie le ha dicho nada. Siéntese como se sienta cómoda, de verdad.[Vuelve a la posición de semi yoga] - Es como me siento más cómoda al sentarme, sí.

    A: Bien. Usted, cuando estaban ustedes manteniendo relaciones, ¿usted no tomaba iniciativa en ningún momento, no tomó la iniciativa, por ejemplo, de agarrar un pene y hacer gestos masturbatorios, por decirlo de alguna manera?

Imagen 77. Clara masturbando a Boza. El informe pericial redactado por los policías forales 0063 y 0329 cuenta lo siguiente: “Respecto a esta secuencia, también hay que señalar que la denunciante mantiene sus ojos cerrados, no pudiendo precisar si el acto de coger el pene al investigado D2, obedece más una reacción instintiva o por el contrario es una acción consciente con un propósito de interacción o juego sexual con el citado”

    En el voto particular de la sentencia, en la página 241 dice así: Tal elemento probatorio ha sido sostenido por las acusaciones como firme prueba de cargo, mientras que las defensas lo consideran elemento esencial en su descargo, y sobre el mismo se realizó en su momento el extensísimo informe IPE 00468269/2016 que obra en los Anexos A y B de autos, firmado por el Inspector de Policía Foral número NIP 0063 y el Subinspector NIP 0329 en cuanto al análisis, por fotogramas, de las imágenes obtenidas de los referidos vídeos y por el Agente de Policía Foral NIP 0867, en relación con el informe sobre estudio y transcripción de los audios de los siete archivos de video analizados, con la colaboración técnica del Agente NIP 0753 que se encargó de aislar las pistas de sonido y mejorar en lo posible los registros de voces y sonidos recogidos en las mismas. Todos ellos comparecieron a juicio en calidad de peritos los tres primeros y depusieron ante el Tribunal durante una sesión que se alargó durante toda la mañana del día 21 de noviembre. Al respecto de dichos informes deben hacerse las siguientes consideraciones: La valoración del contenido los referidos vídeos y fotografías compete con absoluta exclusividad al Tribunal y la prueba pericial practicada respecto a los mismos solo puede constituir una herramienta de auxilio en la función jurisdiccional. El análisis que de las imágenes realizan el Inspector de Policía Foral número NIP 0063 y el Subinspector NIP 0329 adolece, en mi opinión, de una falta de imparcialidad que resulta imposible no apreciar, pues no solo queda patente en las valoraciones subjetivas, opiniones y conjeturas personales que los mismos dejaron expuestas por escrito en su informe, sino que igualmente quedó patente en Sala el día de su comparecencia a juicio. Y lo mismo puede predicarse de lo informado por el Agente de Policía Foral NIP 0867. En todos ellos resultó perceptible que actuaron partiendo del prejuicio de culpabilidad de los acusados y han plagado sus informes y declaraciones ante el Tribunal no solo de las elucubraciones subjetivas que afirman evitar, sino de suposiciones sin sustento que dejaron evidente su esfuerzo por favorecer a las acusaciones en perjuicio de los acusados, recurriendo incluso a explicaciones e hipótesis que, por absurdas, resultan grotescas y ofensivas para la lógica y la recta razón. El Agente NIP 0867 además y pese a afirmar que dispuso de pistas de sonido que le permitieron analizar los sonidos y conversaciones que señaló en el informe, no ha aportado dichas pistas a fin de que puedan ser contrastadas y valoradas por el Tribunal por lo que debe prescindirse de cualquier valoración de sonidos que no haya sido percibida por quien debe emitir juicio sobre ellas. A pesar de que según afirmaron en juicio los peritos visualizaron las imágenes “cientos de veces”, en la sesión del plenario en la que comparecieron, las defensas pusieron de manifiesto un nada desdeñable cúmulo de acciones que los peritos no reseñan en su informe y que, sin embargo, reconocieron apreciar cuando en la sala se las pusieron de manifiesto con un solo visionado; resultó evidente además que su informe aparece plagado de valoraciones subjetivas en las que la hipótesis por la que se opta para tratar de justificar, esencialmente las acciones que se observan en la denunciante, es la que resulta más perjudicial para los acusados, llegando a reconocer en juicio que sus interpretaciones son susceptibles también de otra lectura sin que supieran explicar por qué en tal caso no la hicieron constar en su informe. Asimismo, resulta patente el modo en que se afanan por describir cada pequeño movimiento que perciben en los acusados, en tanto que se muestran mucho más laxos al describir las acciones de la denunciante aprestándose a buscarles justificación en cuanto perciben que pueden poner en duda la inactividad o pasividad de la misma que pretenden transmitir y recurren a verbos sugerentes de fuerza o dominio tales como agarrar, tirar, sujetar... cuando describen acciones de los acusados a pesar de que su conclusión final es la de ausencia de cualquier fuerza o violencia; de modo que se vieron obligados en juicio a tal cúmulo de matizaciones y rectificaciones que su informe no puede sino ser desechado. Que afirmen que, cuando la denunciante toma el pene de uno de los acusados y realiza movimientos masturbatorios sobre el mismo, quizá ocurrió que lo hiciera para no perder el equilibrio y evitar caerse es tan grotesco que hace innecesario abundar en su consideración; todo ello me lleva a prescindir de lo informado, más allá de los datos técnicos relativos a la identificación de los 7 vídeos y dos fotografías objeto de la prueba, su duración y el momento en que fue generado cada uno de los archivos. Pero es tal la parcialidad del informe pericial, que llega a afirmar, cuando en uno de los audios los acusados le preguntan a Clara si quiere ser penetrada (página 90 del informe pericial), la siguiente falacia: “ES PARECER del agente con NIP 867, comisionado para realizar la audición y transcripción respecto del dialogo expuesto en el apartado anterior los siguientes extremos: 1ª) A juicio del agente, los registros de voz que se escuchan en el dialogo, corresponderían a tonos de varón, descartándose que las palabras referenciadas hayan sido emitidas por la denunciante Doña Clara GARCIA LUNA 2º) En cuanto a la interpretación que se realiza del dialogo es PARECER del agente, que cuando el interlocutor dice ¿quieres que te la meta? , está refiriéndose a modificar la posición que tiene en ese momento la denunciante en el lugar de los hechos. Se considera que con dicha expresión no se alude a un contexto sexual, es decir no se interpreta la expresión ¿quieres que te la meta” con el hecho de una penetración sexual (bucal, anal o vaginal). 3) En cuanto a la expresión “si pa el fondo, vale” se considera que el interlocutor responde afirmativamente al hecho de desplazar a la denunciante a una posición diferente a la que ocupa (si pa el fondo) en el lugar de los hechos, en este caso “al fondo” del habitáculo donde se están desarrollando las actividades sexuales entre investigados y denunciante. 4) Por otro lado hay que destacar que el momento en el que se escucha la expresión “pa el fondo” coincide con la terminación del vídeo analizado (segundo 00:26).” Pero curiosamente, Clara afirmó ante la fiscal que no dijo nada, en vez de responder que no lo recordaba:

F: ¿Habló con ellos?

        C: No.

F: ¿Ni tampoco insistió para que fuera uno de ellos el que la penetrara vaginalmente?

        C: No.

F: ¿No dijo nada?

C: Yo no dije nada.

    Continuando con la declaración de Clara:

    C: Yo es que de las relaciones sexuales que ocurrieron ahí no me acuerdo, entonces simplemente me sometí. Si hice algo, en plan lo que usted ha explicado, pudo ser simplemente... No sé, tampoco lo llamaría instinto, pero no fue a posta. Yo simplemente estaba intentando que eso pasara.

    A: ¿Ha leído o ha sido informada por su representación letrada del informe que realizó la policía foral en relación con las imágenes?

    C: No. Yo no las he visto.

    A: No, me refiero al informe. Si ha sido informada por su representación legal o si lo ha visto usted, porque se lo han pasado, el informe que realizó la policía foral sobre las imágenes, más allá de ver las imágenes.

    C: Algo sé, pero no me lo he leído entero.

    A: ¿Quién le informó?

    C: Mi abogado.

    A: De los términos en los que se manifestaban...

    C: Sí.

    A: Es que son muy coincidentes a los que decía la policía foral [el presidente del tribunal le interrumpe. Le indica que prosiga] Perdón, no era mi intención. A partir de esas relaciones, en un momento determinado, usted realiza lo que el ministerio fiscal, ha llamado a denominar como práctica sexual "un beso negro". Como entiendo que no es necesaria la reproducción, porque todos sabemos, y usted ha entendido perfectamente la pregunta, le indico: ¿le obligaron a realizarlo?

    C: Yo no recuerdo hacerlo. Es lo que vuelvo a explicar, yo no recuerdo hacer.. No recuerdo lo que sucedió, las relaciones sexuales, pero si lo hice fue por el estado de shock en el que yo estaba, en el que yo me sometí completamente a ellos porque no sabía cómo actuar. Cabezuelo dice lo siguiente sobre los 2 besos negros, porque fueron 2 los que realizó Clara:

    F: Cuénteme por favor lo del beso negro si es tan amable.

    C: Bueno pues es una práctica que ya la he practicado alguna vez, me gusta y le pregunté a ella si quería hacérmela, y ella me dijo que sí y me la hizo.

    F: ¿Ella no le preguntó lo qué era? (nótese como la fiscal está induciendo al tribunal a pensar que Clara no posee experiencia sexual, aunque recordemos que fue ella la que afirmó en la conversación del banco de la plaza del Castillo que era muy vigorosa sexualmente, cuando dijo lo de “yo puedo con 2, con 5 y con los que me echen”. Además, en el informe médico de urgencias realizado a Clara (folio 24) dice esto: “última relación consentida hace más de diez días”)

    C: No.

    F: Sé que las palabras no van a ser las más educadas, pero exactamente, ¿Cómo se lo propuso usted?

    C: “¿Quieres hacerme un beso negro?”, creo que fue así, no recuerdo exactamente cómo fue pero…

    F: ¿Se lo dijo así o con otro términos menos educados? (a la fiscal le interesaba que Cabezuelo le hubiera preguntado a Clara de manera más violenta. También es de reseñar que la sentencia mayoritaria no hace ninguna mención de este beso negro realizado por Clara. En realidad, esa es la tónica de la sentencia mayoritaria, omiten las acciones sexuales de carácter activo por parte de Clara.)

    C: No, la palabra que usé fue beso negro.

    F: Vale, y ella no le preguntó lo qué era.

    C: No, sabía lo que era porque no lo preguntó y lo hizo directamente.

    F: Ya nos ha dicho que la felación se produce al principio, que cree usted que la penetración va justo detrás, digamos que al inicio de esas relaciones…¿Lo del beso negro cuándo se produce?

    C: El beso negro más tarde.

    F: ¿Muy al final?

    C: No sabría decirle pero más para el final que para el principio.

    F: ¿Justo antes de que se lo realice al señor Prenda?

    C: Es que no lo recuerdo, no se lo puedo asegurar.

    Continuando con la declaración de Clara ante Martínez Becerra:

    A: Con la venia, mi señoría. Si dice que no recuerda no es mi intención exhibírselo, pero entendemos que... No quiero exhibírtelo, por eso te pregunto, ¿te sitúas exactamente en lo que es la realización de un beso negro...?

    C: Sí, sí, sí.

    A: ...Y que lo hiciste?

    C: Es que yo no recuerdo hacerlo, pero si existen fotografías es que lo hice. Si yo eso no lo pongo en duda pero…

Imagen 78

    La sentencia mayoritaria, en la página 73 describe así la foto del beso negro: “En concreto observamos que el procesado tiene apoyados sus glúteos sobre la cara de la denunciante, situada en un plano inferior y tiene su brazo derecho extendido apoyado en la parte superior de la pierna derecha del procesado; los ojos de la denunciante quedan ocultos por los glúteos de aquel, quien mira hacia el dispositivo de grabación, al tiempo que extiende su brazo derecho hacia atrás y hace un gesto con su dedo señalando hacia su glúteo derecho, siendo visible un tatuaje que porta en dicha zona corporal.”

    A: Claro. Y yo lo que te pregunto es si cuando lo hiciste recibiste alguna indicación de que lo tenías que hacer, alguna obligación, alguna exigencia o alguna amenaza para que lo hicieras.

    C: Vuelvo a repetirlo, yo todo lo que hice fue someterme a ellos. Me sometí a ellos y todo lo que ellos me decían pues lo hacía. En la imagen del beso negro, más que sometimiento, se puede observar falta de rechazo; una persona activa y participativa, más que pasiva. Sorprende que durante las grabaciones Clara no derramara ni una sola lágrima.

    A: ¿No es más cierto que igual que tú realizaste, usted, perdón, realizó ese beso negro, en su momento a usted también se lo realizaron de la misma forma y simplemente lo que le dijeron es: "Te lo hemos hecho a ti, ahora dánoslo tú a nosotros?

    C: No. Yo no recuerdo sexo oral o un beso negro hecho por parte de ellos hacia mí. Pero Prenda declaró esto ante la fiscal:

    F: Durante el tiempo en que va ocurriendo esto, usted manifestó también que, efectivamente, sus amigos también habían tenido distintas relaciones con ellas. De lo que usted recuerde, ¿qué tipo de relaciones mantuvieron el resto de sus amigos?

    P: Pues prácticamente igual que la mía, menos lo de sexo oral porque yo fui el único que le hice sexo oral. (Prenda cometió el error de no declarar ante el tribunal, por pudor, de realizar un beso negro a Clara)

    Continuando con la declaración de Clara ante Agustín Martínez:

    A: No lo recuerda.

    C: No, es lo que he explicado, yo sólo recuerdo hacerle a ellos felaciones y que me penetraran, ya está. Obviamente, la amnesia selectiva de Clara solo le permite declarar, que ni ella realizó, ni tampoco les realizó sexo oral a Cabezuelo ni a Prenda, porque entraría en contradicción con el supuesto rol pasivo que constantemente intenta transmitir en su declaración.

    A: ¿No recuerda, insisto, que usted estuviera lubricada o preparada para la realización de sexo anal?

    C: No, no lo recuerdo.

    A: No lo recuerda, pero, insisto, usted no tuvo ningún dolor a la hora de todas las prácticas sexuales [el tribunal llama la atención por pregunta reiterativa]

    Clara afirma que tuvo una actuación completamente pasiva, que no habló, que todas sus acciones sexuales fueron el resultado de una actitud sumisa ante los mandatos de los acusados, aunque en ningún momento dice que lo realizara para evitar la violencia de los acusados. Además, Clara dice que nunca dio un consentimiento implícito. Pero ahora que toca las transcripción de las declaraciones de los acusados, se verá que Clara tuvo un papel activo.

    La declaración de Prenda sobre lo ocurrido en el cubículo, ante la fiscal:

    F: Bueno, ¿Qué ocurre una vez que están ustedes allí?

    P: Pues que empezamos a hacer lo que ya habíamos hablado antes. Ella me dice que lo del cinturón negro tenía que demostrárselo. (La página 137 del voto particular de la sentencia, cuenta lo siguiente: “asimismo José Ángel Prenda practicó un “beso negro” a la denunciante y esta otro a él”)

    F: O sea, cuando entran allí todos...

    P: Cuando entran allí todos pues...

    F: ...mantienen ustedes una conversación. Hablan ustedes.

    P: Sí, estaba... No me acuerdo yo si ahí dentro se estaba besando con alguien o algo de eso, pero uno de sus comentarios fue: "Bueno, lo de cinturón negro lo tendrás que demostrar, ¿no?". Y le bajé los pantalones y le hice sexo oral. Estas palabras muestran un comportamiento activo por parte de Clara

    F: Vale. ¿Eso fue lo primero que ocurrió, antes de que ella hiciera nada?

    P: Yo juraría que primero ella estaba como besándose con Alfonso y le quita la camiseta a Alfonso En realidad no le quitó la camiseta a Cabezuelo, sino que le bajó los pantalones, que es otra acción activa por parte de Clara. Pero tampoco pongo yo en pie si una cosa u otra. Yo juraría que lo primero lo primero fue besarse con Alfonso, empezar a quitarle la camiseta, y decirme a mí que le demostrase eso.

    F: ¿Quitarse la camiseta Alfonso o ella?

    P: Ella quitándole la camiseta a Alfonso.

    F:¿Fue usted entonces el que le bajó los leggins y las bragas?

    P: Sí.

    F: ¿Qué más ocurrió?

    P: Pues yo empecé a hacerle sexo oral, ella empezó a besarse con Alfonso... Bueno, yo cuando le hice sexo oral tenía los ojos cerrados, no me acuerdo si se besó con uno, con otro... Y pues a seguir las relaciones.

    F: Ya, eso le pregunto, ¿Cómo siguió?

    P: Pues la verdad es que exactamente no me acuerdo de como empezamos a... de cómo fue la primera penetración o de cómo fue la primera vez que ella hace sexo oral. No me acuerdo exactamente de cómo empezó.

    F: ¿Recuerda usted... Usted se bajó los pantalones también..?

    P: Sí.

    F: ¿...O se los bajó ella?

    P: Yo, yo, yo.

    F: ¿Usted recuerda -lo ha visto en los vídeos- estar alrededor o cerca de ella masturbándose o tratando de mantener una erección?

    P: Sí, sí, sí.

    F: ¿Eso fue así?

    P: Sí.

    F: ¿Recuerda usted si la posición en la que se encontraban en ese momento era ella de rodillas y ustedes alrededor?

    P: Pues podría ser. Pero no me acuerdo si estaba de rodillas, de cuclillas...

    F: Bueno, de rodillas o de cuclillas, agachada. Recordemos nuevamente que también estuvo sentada sobre Cabezuelo, y tumbada boca arriba según se ve en los videos 6 y 7, y según declara Escudero y Prenda más adelante.

    P: Sí, agachada.

    F: Agachada. Vale, en ese momento a ella no se le está haciendo nada ¿?. Quiero decir, ni hay sexo oral, ni hay besos ni hay nada.

    P: No, no, no, porque eso fue después. De lo primero que pasó fue el sexo oral que yo le hice y ya después pues empezamos cada uno a tocarnos y ella a hacernos sexo oral a nosotros también.

    F: Vale. Si no le he entendido mal, primero entran allí, se besa con Alfonso...

    P: Se besa con Alfonso, le quita la camiseta a Alfonso, yo le bajo los pantalones y comienzo a hacerle sexo oral. En el momento que yo estoy haciéndole sexo oral no sé lo que pasa, con quién se besa, con quien se deja de besar. No lo recuerdo porque le hago sexo oral con los ojos cerrados.

    F: ¿Es inmediatamente después cuando se produce alguna penetración respecto de ella o no?

    P: Puff... es que no le puedo poner cuándo empezó.

    F: ¿Recuerda quién empezó, quién fue el primero?

    P: No recuerdo.

    F: ¿Recuerda si cuando... Bueno, a usted le hizo una felación...

    P: Sí.

    F: Y posteriormente usted también la penetró vaginalmente.

    P: Sí.

    F: Bien. ¿Recuerda usted cuándo ocurrió eso, en qué orden secuencial?

    P: No.

    F: ¿Recuerda si primero le hizo la felación y después usted la penetró vaginalmente?

    P: Yo juraría que el orden mío fue: yo le hice sexo oral a ella mientras yo me tocaba, cuando terminé de hacerle sexo oral ya estaba... Ella empieza a también hacerme sexo oral a mí... Y ese es el orden. Yo sexo oral a ella, ella sexo oral a mí y después la penetración.

    F: ¿Y no recuerda si usted fue el primero que llevó a cabo una penetración vaginal?

    P: No, no me acuerdo.

    F: Durante el tiempo en que va ocurriendo esto, usted manifestó también que, efectivamente, sus amigos también habían tenido distintas relaciones con ella. De lo que usted recuerde, ¿Qué tipo de relaciones mantuvieron el resto de sus amigos?

    P: Pues prácticamente igual que la mía, menos lo de sexo oral porque yo fui el único que le hice sexo oral. Este hecho queda obviado en la sentencia mayoritaria. No se hace mención de ello en ningún momento. Pero es un hecho trascendental. Esto es lo que dice el voto particular de la sentencia, en la página 257:

    Con respecto a las penetraciones vaginales la inexistencia de lesiones puede resultar inespecífica, sin embargo, por lo que se refiere a la penetración anal acreditada, salvo que se acepte lo manifestado por los acusados respecto a la práctica de sexo oral por parte de José Ángel Prenda a la denunciante y que, tal y como los forenses expresaron, puede resultar una lubricación eficaz a estos efectos, acogiendo su dictamen resulta poco razonable la ausencia de lesiones anales, dato que no solo excluye la existencia de violencia sino que siembra una duda razonable también acerca de la falta de consentimiento que se mantiene por las acusaciones. Y por la misma razón, dudosamente compatible con el abuso que sostiene la sentencia mayoritaria que, aceptando la manifestación de la denunciante de que lo afirmado por José Ángel Prenda en cuanto a que le practicara sexo oral es falso, no ofrece ninguna razón argumentada que justifique -supuesto el abuso- la ausencia de lesión anal, considerando además la situación de angustia e intenso agobio que atribuye a la denunciante, ni tampoco explica por qué se aparta en este punto del dictamen pericial. Sobre esta cuestión, por el Letrado Sr. Martínez Becerra se le preguntó si “¿Es habitual que cuando una mujer es penetrada analmente sin su consentimiento, el estado del ano minutos después esté en una situación normal?”, a lo que el Sr. Teijeira respondió diciendo que “¿Qué no presente ningún tipo de lesiones? Dependerá, lógicamente, del tipo de objeto que penetra y del estado de, entre comillas, de lubricación de la zona anal.” Vuelto a preguntar: “es decir, que si se hubiera lubricado previamente ¿resultaría más fácil entender esa ausencia de lesiones?”, respondió que “¿Si se hubiera lubricado el ano? Pero el ano no se lubrica, salvo que se lubrique artificialmente o por algún fluido externo.” Insistió el Letrado: “A eso me refiero, obviamente, si se hubiera lubricado artificialmente ¿es posible que se hubieran limitado esas lesiones anales?”, a lo que respondió, a su vez : “Lubricado artificialmente ¿cómo?”, contestando el Letrado: “Pues a través de maniobras bucales, con saliva, con algún líquido, natural o no natural, que se hubiese aportado...”, respondiendo finalmente el Médico Forense: “Podría ser, sí.” La respuesta a la pregunta inicial, que recordemos, era: “¿Es habitual que cuando una mujer es penetrada analmente sin su consentimiento, el estado del ano minutos después esté en una situación normal?” no se obtuvo hasta que, en el turno de preguntas del letrado Sr. Pérez Pérez se volvió a incidir sobre la cuestión preguntando: “Una mujer que nunca haya tenido relaciones sexuales con penetración anal, bajo su opinión, y objeto de una violación múltiple con 5 personas, con penetración anal, ¿es habitual que presente algún tipo de lesión en esa zona? Estamos hablando de una mujer que nunca ha tenido ningún tipo de relación sexual con penetración anal.”, a lo que se respondió diciendo “Salvo que haya una lubricación que favorezca la penetración es más razonable que hubiera lesiones.” A preguntas del mismo letrado, también se pidió aclaración acerca de si esa literatura a la que se refirió tan ampliamente el perito, y según la cual en un 40 ó 50% de las violaciones no hay lesiones, en concreto, distingue si la penetración en esas violaciones es vaginal, anal, u oral a lo que el perito precisó que él se había referido “específica y concretamente a la penetración vaginal.” Y preguntado entonces acerca de si hay literatura relativa al porcentaje de agresiones con penetración anal que provoquen lesiones, respondió: “Pues puede ser que la haya, pero sinceramente yo no la conozco en profundidad.”

    Continuando Prenda con la fiscal:

    F: ¿Recuerda si a todos les practicaron felaciones y si todos le penetraron vaginal o analmente o no?

    P: Penetrar no sé si todos penetramos, pero las felaciones sí. Boza y Guerrero solo penetraron bucalmente.

    F: ¿Recuerda si hubo algún momento en que estos actos eran simultáneos, es decir, que algunos de ustedes estaban llevando a cabo una penetración mientras la denunciante estaba haciendo una felación a otro?

    P: Sí, sí, recuerdo que sí. Fue simultáneo, a la vez.

    F: ¿En una ocasión o más de una?

    P: Yo juraría que en más de una.

    F: Usted manifestó... ustedes han manifestado (ante el juez instructor), y usted en concreto me refiero, que todo lo que ocurrió allí fue absolutamente consentido...

    P: Totalmente consentido.

    F: ¿En algún momento ella manifestó lo que quería hacer, que le hicieran?

    P: La primera manifestación fue la que ella me hizo a mí de "me tienes que demostrar" y ya después pues no me acuerdo si ella dijo... vamos, pero seguramente diría... o se dirigiría hacia uno concretamente que en ese momento ella tuviese ganas.

    F: ¿No lo recuerda?

    P: No recuerdo... No lo recuerdo.

    F: ¿Recuerda usted su primera declaración, la declaración que prestó en el Juzgado de Instrucción?

    P: Sí.

    F: En esa declaración, creo recordar que usted dijo, en más de una ocasión, que era ella la que en ocasiones decía lo que quería hacer, lo que quería que le hicieran cada uno de ustedes...

    P: Esa declaración fue el 2 de septiembre, a poco del 7 de julio, y ahora ya han pasado 16 meses, no me acuerdo exactamente... Si en la declaración dije eso sería así, porque estaba muchísimo más cercano al 7 de julio de lo que...

    F: Por eso se lo pregunto. En esa declaración que ahora usted dice que no recuerda muy bien si ella hacía algún tipo de indicación, si le decía lo que le gustaría que le hicieran, si le decía lo que quería hacer a cada uno... Ahora no lo recuerda y entiendo lógicamente que no lo recuerde, porque ha pasado el tiempo, le pregunto: ¿recuerda usted haberlo dicho en su declaración inicial, en la del 2 de septiembre, en esa declaración recuerda usted si dijo que ella, en más de una ocasión, era la que dirigía la acción, la que verbalmente les decía lo que quería que le hicieran o no le hicieran y lo que ella les iba a hacer?

    P: Si el 2 de septiembre dije eso, sería así. Ahora ya lo tengo como un poco más nublado, pero sí que es verdad que recuerdo eso.

    F: Usted en principio ratifica esa declaración.

    P: Sí.

    F: Usted dijo también, no sé si lo recuerda, que ella era la que decía lo que quería y que era participativa al cien por cien.

    P: Sí, todos en ese momento hacíamos lo que queríamos.

    F: ¿En concreto que ella era participativa lo mantiene?

    P: Si ella, por ejemplo, quería hacerle una felación a uno, una felación a otro o que uno hiciese sexo con ella en plan de hacerlo, pues lo diría y así se haría en su momento.

    F: No es si lo diría, ¿lo dijo o no lo dijo?

    P: Si en la declaración dije que lo dijo, lo diría. Es que ahora ya no me acuerdo mucho.

    F: Entonces, usted en principio lo que manifestó en su momento lo mantiene, en cuanto a ella cien por cien participativa y que además decía lo que quería de forma verbal.

    P: Sí, sí.

    F: ...Es lo que usted manifestó. Lo mantiene.

    P: De hecho, recuerdo comentarios como por ejemplo a Escu, que le dijo, perdón por la expresión, que fueron palabras textuales: "Fóllame". (Consentimiento explícito por parte de Clara)

    F: A Escudero.

    P: A Escudero. A Jesús Escudero. Y se me vienen cosas pero, claro, no...

    F: No, lo que usted recuerde...

    P: Sí, sí.

    F: Es su momento para que pueda decir lo que considere oportuno. Si recuerda otra cosa y quiere decirla, es el momento que tiene usted para hacerlo. Entonces eso, por ejemplo, sí lo recuerda claramente, ¿no?, que le dijo a Jesús Escudero "fóllame" en alguna ocasión.

    P: Sí.

    F: ¿Fue inmediatamente después cuando tuvo relación con él o lo desconoce?

    P: No lo ubico.

    F: No lo ubica. ¿Cambió de postura o cambiaron de postura en algún momento?

    P: Yo juraría que sí, que...

    F: Dígame.

    P: Es que no sé cómo decir... La postura no sé cómo decirlo, a cuatro patas, digamos, y sí que cambió de postura, yo le cambié de postura, ella se tumbó, le dije que se tumbase, ella se tumbó, y también boca arriba, también penetré.

    F: O sea, que por su parte hubo, al menos... No sé si ¿eso fue seguido o fue...?

    P: Es que no me acuerdo exactamente si la penetré, me fui a masturbarme, me hizo sexo oral... Eso pasó. Y después no me acuerdo exactamente si en una de esas veces, de las que estaba en la postura que le he dicho antes, la cambió. No sé ubicar eso.

    F: Sé que es complicado. Lo que le pregunto es si recuerda si... Inicialmente, usted sí recuerda que la posición era agachada...

    P: Una, una...

    F: Agachada, la posición del perrito para que nos aclaremos...

    P: Perdón, la del perrito.

    F: Sí, porque si no no nos vamos a entender. En esa posición, usted recuerda que hubo una penetración vaginal.

    P: Sí, en la del perrito hubo una penetración... estaba... sí, en la del perrito. Y luego le digo que se tumbe.

    F: ¿Inmediatamente después? Quiero decir, ¿a continuación?

    P: A continuación.

    F...¿O es en otro momento distinto?

    P: No, en ese momento, a continuación.

    P: A continuación. En los últimos vídeos, que son muy cortitos, no sé si lo recuerda usted, que son de muy escasos segundos, 0,3, 0,2 segundos, los últimos que vimos, ella sí está en decúbito supino. Es decir, ella está hacia arriba y, aparentemente, está usted con el señor Ángel Boza. En ese momento, y en esa posición, ¿hubo una penetración o no?

    P: Bufff... No me acuerdo.

    F: ¿Usted recuerda más de una o sólo una?

    P: Yo recuerdo más de una.

    F: Más de una.

    P: Más de una.

    F: ¿En distintos momentos?

    P: Sí.

    F: Sé que es afinar mucho, pero se lo tengo que preguntar: esa más de una penetración, ¿puede determinar o puede recordar si fue al principio, cuando se inició, en medio o al final, o no puede precisarlo?

    P: No puedo precisarlo.

    F: Ha dicho... Le he preguntado antes por lo que declaró en el Juzgado de Instrucción, ¿usted recuerda, recuerda eh, haber hablado con ella en algún momento mientras estaban manteniendo relaciones sexuales, no digo cuando usted la está penetrando, sino en general, cuando están en esa situación, hablan en algún momento?

    P: No lo recuerdo.

    F: Por ejemplo, ¿ustedes le preguntan si está disfrutando, si le está gustando, si está a gusto?

    P: No lo recuerdo.

    F: ¿A usted en algún momento le pareció... me da la impresión por lo que ha dicho, si no me corrige y le pido disculpas anticipadamente, que usted tiene bastante experiencia sexual?

    P: Bastante experiencia tampoco [risas]

    F: Bueno, digamos que dentro de los parámetros normales. Vamos a dejarlo ahí. ¿A usted la actitud de ella le pareció participativa, que había una clara interactuación entre ustedes o le pareció que era una actitud muy pasiva?

    P: Participativa... participativa.

    F: En cuanto...

    P: En cuanto a "me tienes que demostrar lo del cinturón", en cuanto a le levantó la camiseta a Alfonso y me beso con él, en cuanto a le dice a Jesús Escudero "fóllame", en cuanto a decido a quién le hago la felación... Participativa en ese sentido.

    F: Le pregunto porque... Bueno, hemos escuchado a todos obviamente e incluso en algunas de las valoraciones realizadas por terceras persona, aparenta una cierta pasividad.

    P: En lo que es el hecho en sí de ella hacerlo puede que sea pasiva, pero en lo que le acabo de relatar la consideré una persona activa.

    F: Por ejemplo, en esa posición en que ella está con los ojos cerrados, cuando están manteniendo relaciones ustedes, o alguno de ustedes, usted o sus compañeros con ella, esa posición que aparentemente ni les mira ni habla con ustedes, a usted... ¿ni se fijó o no le sorprendió o le pareció normal...?

    P: Yo, por ejemplo, cuando hago sexo oral, yo normalmente cierro los ojos, y el que cierre los ojos no significa que no esté activo, porque soy yo el que estoy haciendo el sexo oral. No me pareció extraño que tuviese los ojos cerrados cuando lo está haciendo.

    F: ¿Y en otras posiciones en que se encontraba, por ejemplo cuando estaba hacia atrás, que también permanece con los ojos cerrados? (se puede observar como la Fiscal se obstina en mantener la idea de la falta de consentimiento por parte de Clara porque, supuestamente, mantuvo los ojos cerrados en todo momento)

    P: No lo recuerdo si todo el tiempo estuvo con los ojos cerrados. Yo juraría que no. Todo el tiempo no está con los ojos cerrados.

    F: Desde su punto de vista, su actitud no fue pasiva sino que fue participativa.

    P: Participativa en lo que ya le he dicho.

    F: Le vuelvo a preguntar, ¿en algún momento durante esa situación, recuerda usted por ejemplo que alguien le preguntara "¿oye, estás a gusto, estás disfrutando, lo estás pasando bien o estás un poco agobiada o... ?"?

    P: No lo recuerdo.

    F: Durante todo el momento que se produce esta situación, que no llega a 20 minutos, más o menos unos 18 minutos aproximadamente, que ustedes están allá, ¿no hubo ninguna señal de queja que ustedes apreciaran?

    P: En ningún momento.

    F: ¿No le pareció a usted en ningún momento que el cogerla de la cabeza, dirigirla hacia el pene de uno o de otro podía... ?

    P: Cuando yo le hago sexo oral a ella, ella también me está tocando la cabeza e inclinándome hacia sus partes, no me siento incómodo, por lo tanto comprendo que le agarren de la cabeza o no tampoco tiene por qué hacer sentir incómoda. A mí no me hace sentir incómodo cuando me tocan la cabeza cuando estoy haciendo sexo oral.

    F: ¿En todo momento permanecieron ustedes cinco en el cubículo al que estamos haciendo referencia?

    P: Pues supongo que sí.

    F: No se fue nadie antes. Quiero decir, entraron todos a la vez y se fueron todos a la vez...

    P: Nos fuimos escalonados. Tal y como fuimos eyaculando pues nos fuimos.

    La declaración de Cabezuelo sobre lo ocurrido en el cubículo:

    F: ¿Cuándo dan con ella comentan algo como “esto está bien” o “este es un buen sitio”?

    C: Sí, bueno, yo creo que justo en el hueco yo creo que llegó...no sé si llegaría el primero pero yo llego con ella y ya ella directamente se pone a subirme la camiseta, se pone no se si de rodillas o cuclillas y empieza a subirme la camiseta y a intentar quitarme el botón del pantalón, que era apretado y no podía (comportamiento activo por parte de Clara), y me quité yo el pantalón y me lo bajé, y comenzó a hacerme una felación.

    F: ¿Recuerda en qué situación se encontraba usted?, Dice usted que llegó el primero junto con la denunciante…¿Van al fondo, se quedan donde las escaleritas que hay ahí, estaba usted más al fondo y ella más hacia fuera?

    C: No sé, yo creo que al fondo no. Creo que al principio pero no recuerdo.

    F: Manifiesta usted que es ella la que se pone de rodillas y le sube la camiseta, intenta bajarle el pantalón e inicia una felación, ¿Ocurre algo más en ese momento?, o los demás, ¿Qué estaban haciendo?

    C: En ese momento ya empiezan ellos a entrar en el habitáculo y creo que empiezan a bajarse los pantalones y mientras ella me hace una felación a mí le empieza a masturbar...yo diría que a Boza y a Prenda pero no estoy seguro...y creo que ahí empieza a masturbarlo, a la vez a cada uno con una mano. (Otra acción activa de Clara)

    F: ¿Recuerda usted si se desviste ella o si le baja alguno de ustedes la ropa?

    C: Eso no sabría decirle.

    F: ¿Lo que me acaba de narrar es al inicio?

    C: Sí.

    F: ¿Recuerda usted si es en ese inicio, cuando la denunciante se encuentra en esa misma posición de rodillas o cuclillas y ya el resto se van acercando a ella?

    C: ¿Si ella mantiene mantiene la misma posición cuando se acerca a los demás?. Sí, creo recordar que sí.

    F: ¿Son ustedes los que acercan el pene a la boca de ella o es ella la que se va acercando?

    C: No, en ese momento es ella la que… (acción activa de Clara.)

    F: ¿Y después?

    C: Bueno ella se había acercado a nosotros entonces nos acercamos a ella.

    F: ¿Quién es el primero que mantiene relaciones con penetración vaginal?

    C: Yo creo que soy yo, pero no se lo puedo decir cien por cien.

    F: ¿En principio a usted le hizo la felación y posteriormente…?

    C: Sí, yo le pregunté, perdón por la expresión, “¿Quiéres que te la meta?”, y ella me dijo que sí. Entonces pues bueno, hice la penetración. (Consentimiento explícito por parte de Clara)

    F: No se si esa expresión, esa frase como que se escucha en alguno de los vídeos... ¿Es esa frase a la que usted se refiere o la dice en otro momento?

    C: Sí, supongo que será esa frase, claro.

    F: ¿Usted practica una penetración vaginal?

    C: Sí.

    F: ¿Algo más?

    C: Sí, bueno, yo después, no sabría decirle si al continuo o al rato le digo a ella si cambiamos de postura, yo me siento en el suelo y ella se sienta encima mía (otra acción activa de Clara. Nótese que Clara declaró que las posturas sexuales que adoptó fueron solamente arrodillada y acuclillada. El resto de posturas como la del perrito con Prenda, o sobre el suelo con Escudero y Cabezuelo las omitió. Obviamente, Clara quería transmitir una imagen de sumisión, rodeada por los 5), pero en esa postura estamos poco tiempo porque al bajarme el pantalón el suelo como que me dio...no sé, como que me dió asco, y no estuvimos mucho tiempo en esa postura.

    F: ¿Y eso en el mismo momento, ella está en la posición de perrito y posteriormente cambia de posición o en otro momento distinto?

    C: Eso es lo que no sabría decirle, si fue consecutivo o...no sabría decirle.

    F: ¿Alguna otra cosa?

    C: Bueno sí...eh…¿Relación sexual con ella?, ¿beso negro?

    F: Sí.

    C: Si, bueno, hubo un beso negro más tarde.

    F: Luego le preguntaré por ello. En el momento en el que se está produciendo esta relación con usted, en concreto la penetración vaginal, ¿usted sabe o se fijó en sí también estaba realizando una felación simultánea a alguno de sus compañeros?

    C: Yo diría que en la primera penetración sí, pero cuando yo me siento en el suelo no, porque ella se sienta mirando para mí (a pesar de que Clara declaró que solo abrió los ojos 3 veces dentro del cubículo), entonces su cara está a la altura de la mía prácticamente, entonces en ese momento no.

    F: ¿Hubo alguna otra situación de penetraciones simultáneas bucales, anales o vaginales?

    C: Creo que sí.

    F: ¿Recuerda de quién?

    C: No sabría decirle ahora mismo con exactitud.

    F: En algún momento que usted recuerde, cuando están haciendo las felaciones o cuando están haciendo esos actos simultáneos, ¿se le sujetó a ella la cabeza o se le orientó hacia uno o hacia otro?

    C: Yo no recuerdo haber visto nada de eso.

    F: ¿Recuerda por ejemplo que la cogieran y la movieran hacia uno o hacia otro?

    C: No recuerdo.

    F: ¿Usted considera que, por parte de la denunciante, había una actitud activa en lo que se refiere a la práctica de esas relaciones?

    C: Sí claro, ya le digo, ella primero me hace la felación a mí, o sea que la hace ella claro, la felación; después le digo que si quiere que la penetre, después cuando yo me siento en el suelo ella se sienta encima mía y ella es la que se mueve cuando está encima mía porque yo estando en el suelo no me puedo mover; entonces claro, en esa situación está bastante activa....Bueno en esa y en más situaciones, yo le hago referencia a las situaciones conmigo.

    F: ¿Usted en algún momento le preguntó si estaba cómoda, si quería seguir?

    C: Si, cuando yo la estoy penetrando sentada en el suelo y en la otra posición….yo cuando la estoy penetrando le pregunto que si a ella le gusta; o sea no así tan frío sino en la situación del momento, en otro tono, pero claro se lo pregunto y ella me dice que sí. (consentimiento explícito por parte de Clara)

    F: ¿Por lo que dice sí que tuvo un contacto visual con ella en esa segunda posición?

    C: Sí, sí, sí.

    F: ¿Ella cómo estaba?, ¿sonreía?, ¿se reía con usted?

    C: No se reía pero tenía cara de placer y de cuando se está manteniendo una relación sexual.

    F: ¿Usted ha visionado los vídeos?

    C: Sí.

    F: ¿En lo que ha visto también considera que era la misma expresión que tenía cuando estaba manteniendo relaciones en general o era una expresión diferente?

    C: Bueno sí, parecida.

    F: Cuénteme por favor lo del beso negro si es tan amable.

    C: Bueno pues es una práctica que ya la he practicado alguna vez, me gusta y le pregunté a ella si quería hacérmela, y ella me dijo que sí y me la hizo. (Consentimiento explícito y acción activa)

    F: ¿Ella no le preguntó lo qué era? La fiscal Elena Sarasate se obstina en inducir al tribunal la idea de que Clara no tenía experiencia sexual, pero el informe psicológico de Clara, en el folio 1240 de autos, relata lo siguiente: “Habla de una relación de pareja estable, que duró unos seis meses, cuando tenía entre 16 y 17 años. Con esta persona mantuvo sus primeras relaciones sexuales. Manifiesta haber mantenido relaciones sexuales con otros chicos, relaciones que no llegaron a convertirse en relaciones de pareja estables. Las conductas sexuales que ha practicado consisten en penetración vaginal y felaciones recíprocas. Nunca ha mantenido relaciones sexuales en grupo, ni con personas desconocidas de forma esporádica.” Es difícil creer que Clara no supiera lo que era la práctica sexual del beso negro.

    C: No.

    F: Sé que las palabras no van a ser las más educadas, pero exactamente, ¿Cómo se lo propuso usted?

    C: “¿Quieres hacerme un beso negro?”, creo que fue así, no recuerdo exactamente cómo fue pero…

    F: ¿Se lo dijo así o con otro términos menos educados? (pregunta tendenciosa de la fiscal)

    C: No, la palabra que usé fue beso negro.

    F: Vale, y ella no le preguntó lo qué era.

    C: No, sabía lo que era porque no lo preguntó y lo hizo directamente. Estas declaraciones de Cabezuelo entran en contradicción con lo que declaró Clara a la fiscal, cuando esta le preguntó:

    F: Aparecieron también fotografías de otros actos sexuales practicados en el portal, en concreto un beso negro al señor Prenda. Manifestaron el señor Cabezuelo y el señor Prenda en sus declaraciones (es un hecho importante que ante el juez instructor ya lo habían declarado. Recordemos que la declaración de Clara en juicio fue anterior a la de los 5 acusados) que ellos le solicitaron a usted si lo quería hacer y que usted les dijo que sí. (consentimiento por parte de Clara) ¿Recuerda usted qué sucedió en relación a eso?

    C: Lo único que recuerdo es que estaba en estado en shock, entonces me sometí y cualquier cosa que me dijeran iba a hacerla porque es que estaba en estado de shock. Ni pensé ni pude decidir en ese momento.

    F: ¿Había hecho usted esas prácticas sexuales con anterioridad, por ejemplo, beso negro? C: No.

    F: Habló usted también de estas cuestiones lógicamente cuando se hizo la pericial psicológica. Yo le voy a preguntar algunas cuestiones que le preguntaron en ese momento. Sé que es algo muy íntimo hablar de ello, pero ¿se le preguntó si en alguna ocasión anterior usted había tenido relaciones sexuales en grupo?

    C: No, nunca las he tenido.

    F: ¿Había tenido anteriormente relaciones anales?

    C: Sí.

    F: ¿Con penetración?

    C: No.

    F: Vaginales y orales sí manifestó que efectivamente sí. Por tanto en principio usted nunca había practicado sexo en grupo.

    C: No.

    F: Nunca había sufrido una penetración anal.

    C: No.

    F: Y que nunca había practicado un beso negro.

    C: No. 

    Nótese que Clara afirma haber tenido relaciones anales sin penetración y también que nunca había practicado un beso negro, o lo que es lo mismo: que a ella ya le habían hecho un beso negro anteriormente. La fiscal estaba tratando de inducir al tribunal la idea de que Clara no tenía experiencia sexual, algo que es contradictorio ante la famosa expresión pronunciada por Clara del “yo puedo con 2, con 5 y con los que me echen”. De hecho, en el informe médico de urgencia de la noche del 7 de Julio (folio 24), dice lo siguiente: “última relación consentida hace más de diaz días”

Imagen 79

    F: Ya nos ha dicho que la felación se produce al principio, que cree usted que la penetración va justo detrás, digamos que al inicio de esas relaciones…¿Lo del beso negro cuándo se produce?

    C: El beso negro más tarde.

    F: ¿Muy al final?

    C: No sabría decirle pero más para el final que para el principio.

    F: ¿Justo antes de que se lo realice al señor Prenda?

    C: Es que no lo recuerdo, no se lo puedo asegurar.

    Escudero sobre lo ocurrido en el cubículo:

    F: ¿Recuerda quién entró antes de usted, cómo fue usted, cuándo entró la joven?

    E: No recuerdo, lo único que le puedo decir es que cuando ya entramos en el habitáculo, yo al primero que vi fue a Alfonso (Alfonso Jesús Cabezuelo) y a ella. Y a ella, lo que veo es que le está subiendo la camiseta y bajándole o desabrochándole el pantalón o algo de eso… (recordemos que un poco más arriba Cabezuelo cuenta la misma acción) es la primera imagen que veo de ella, o sea que ella no sé si yo iba detrás o delante...pero la primera imagen cuando yo me gire a la izquierda fue de ella con Alfonso, es la única imagen que yo tengo en la cabeza.

    F: ¿Ella con Alfonso usted dice que le está subiendo la camiseta y soltándole los pantalones?

    E: Sí.

    F: ¿Recuerda si usted estaba mirando hacia el fondo o mirando hacia la parte de fuera?

    E: Lo primero que veo es eso pero no se si estaba al fondo, en el medio o estaba al principio, como esa habitación es tan chica no se si esa imagen la vi al medio o la vi al final.

    F: No le he preguntado eso, cuando usted entra, ¿usted ve a la chica con Alfonso? O sea si le está subiendo la camiseta y bajándole el pantalón (nótese la insistencia de la fiscal sobre la acción de Clara desnudando a Cabezuelo, ya que implícitamente está dando a entender un comportamiento activo por parte de Clara; aunque finalmente, en la sentencia mayoritaria, no se dio como un hecho probado nada de lo ocurrido dentro del cubículo declarado por los 5 acusados) obviamente están de frente ¿Quién está de frente a usted cuando llega?, ¿Alfonso o la chica?

    E: No sabría cómo decirte, yo creo que estaban de frente no, yo creo que estaban de lado.

    F: Estaban de lado.

    E: Sí.

    F: Vale, ¿y usted dónde se coloca?

    E: ¿Dónde me coloco yo ahí? Pues, no lo recuerdo.

    F: ¿Hacia el fondo?, ¿hacia las escaleras?

    E: Yo al verme ahí, estaba más al principio.

    F: ¿En las escaleras?

    E: En las escaleras. Yo lo que recuerdo que era...sí, ahí en las escaleras.

    F: ¿Era un lugar amplio?, ¿estaban ustedes cómodos ahí?

    E: Eh...hombre, si hubiésemos buscado un sitio más amplio pues mejor, pero era lo que había.

    F: ¿Recuerda usted si permanecieron durante todo el tiempo todos ustedes ahí?

    E: Sí.

    F: ¿Estuvieron todos juntos?

    E: Sí, claro.

    F: ¿Recuerda si estaban ustedes alrededor de la chica?

    E: Sí, en momentos estaría...es que alrededor...es muy chico, como no...alrededor, es muy chico, cabemos 6 personas en un sitio muy chico, pues alrededor, o en horizontal o vertical, es que no sé, pero sí, recuerdo que estábamos nosotros alrededor, claro.

    F: Cuando usted ha dicho de las imágenes que ha recordado alguna cosa o que ha podido recordar alguna cosa más, ¿está usted de acuerdo con que las posiciones que en muchas ocasiones en las que se encontraban, eran algunos lógicamente hacia la parte del fondo, en la puerta metálica azul o que no tiene salida y dos personas, me refiero a dos de ustedes en la parte de las escaleras?, ¿esa podía ser la disposición?

    E: No recuerdo. Es que decirte lo de… hipótesis, no lo sé...

    F: No lo recuerda.

    F: ¿Qué pasó ahí?, ¿Qué tipo de actividad sexual desarrollaron ustedes y usted en concreto.

    E: Pues, eh...felación, penetración vaginal y es que...porque me he enterado por los papeles, que fue anal, porque yo para mí que no había hecho analmente...es que como ella era la que en un principio cuando íbamos a tener la relación...era ella la que me cogía el pene y se lo introducía (otro comportamiento activo de Clara. Era ella la que se introducía el pene anal o vaginalmente, un hecho que tampoco es dado como probado en la sentencia mayoritaria), pues yo pensaba que era vaginal, y por lo visto también fue anal, pero es que de eso yo no me di cuenta.

    F: En la fase inicial, cuando ustedes entran ahí, ¿Qué es lo primero que hacen, en general?

    E: Yo recuerdo lo de Alfonso con ella, de que le sube la camiseta, le desabrocha o le baja los pantalones, le hace una felación a Alfonso, creo recordar o no...es que no recuerdo bien esa parte. Lo que sí recuerdo es que Prenda le hizo una felación a ella porque le dijo ella “demuéstramelo” o algo recuerdo que me hizo gracia al escucharlo; y fue cuando él le hizo una felación a ella y después ya el orden no recuerdo...porque he visto los vídeos pero no recuerdo cuál fue el orden que empleamos.

    F: ¿Recuerda en algún momento, al inicio, que ella estuviera de rodillas o de cuclillas, a ustedes alrededor que le fueran acercando el pene a la boca?

    E: Perdón, ¿me puede volver a preguntar? Estoy escuchando algo y me he distraído.

    F: ¿Recuerda usted, al inicio, no digo al minuto uno, pero al inicio de al menos lo que está grabado, si ella estaba en una posición, agachada o de rodillas en el suelo, y a ustedes alrededor acercándole el pene a ella a la boca o que era ella la que se acercaba a ustedes?

    E: Pues las dos cosas, veía las dos cosas. Había que nosotros le acercábamos y había que ella se acercaba al pene al que quería hacerle la felación (comportamiento activo de Clara). O sea, era una relación sexual en grupo que es típica, que una diga unas pautas, otro diga otras pautas, uno quiera...o sea...ella...quién quiere que la penetre, quien no quiere que la penetre...pero es que no...yo cuando mantengo una relación sexual con alguien no suelo hablar, no suelo decirle “oye ponte así o ponte ‘asao”. Ella dijo “fóllame”, fueron las palabras que me dijo ella, y yo lo que hice era pues penetrarla, ella se dio la vuelta y fue como...no me lo dijo, sino me lo intuyó con el cuerpo. Ella se dio la vuelta como diciendo “lo quiero así”, pero sin palabras. Es que nosotros con palabras… yo no suelo hacer sexo hablando.

    F: Entonces, que usted recuerde, ¿ella habló o no habló entonces?

    E: Sí, habló. (recordemos que Clara siempre declaró que dentro del cubículo nunca habló, ni “hizo nada”. Así se lo hizo saber al juez Ricardo González cuando la interrogó:” No hablé, no, no, no grité, no hice nada”)

    F: ¿Y en ese hablar qué es exactamente lo que le decía?, ¿fue de forma continua?, ¿le decía que le gustaba...qué le decía?

    E: A mí...lo que yo recuerdo que me dijese a mí fue “fóllame”; a Prenda “demuéstramelo”, eh...se dijeron cosas pero es que no recuerdo yo qué cosas...yo me quedo con lo mío. Me dijo “fóllame” y es lo que hice.

    F: ¿Y usted le dijo que además no le apetecía?

    E: La verdad es que…¿tengo que contarlo?...pues, que como tenía novia pues yo estaba como ‘guaseando’ y eso pero que al final no iba a hacer nada pero al final pues lo hice. En realidad, Escudero está mintiendo, él si quería mantener sexo con Clara, pero como en aquel momento tenía novia, quería atenuar su infidelidad.

    F: Se lo digo porque usted lo manifestó, que ella insistió…

    E: Si, cuando ella me lo dijo, del tirón no la penetré sino que cuando ella me lo dijo tardé un poco, incluso recuerdo que tardé una segunda vez.

    F: ¿Recuerda usted si fue el primero en tener relaciones sexuales con penetración o ya había sido alguno de sus compañeros?

    E: No lo recuerdo.

    F: ¿Fue solo una vez o fue más de una?

    E: Eh...conmigo fueron dos.

    F: ¿Y recuerda en qué fase o no?

    E: No lo recuerdo.

    F: A ver si se lo pregunto de otra manera. Usted ha visto el vídeo que es lógicamente lo que tenemos objetivo de los hechos. Ahí se ve una penetración anal o vaginal, no podemos determinar cuál pero se ve una penetración, ¿está de acuerdo con eso?

    E: Sí.

    F: ¿Hubo otra?

    E: Sí que hubo otra que no está recogida en los vídeos.

    F: ¿Cuándo?, ¿recuerda si fue antes de esa?

    E: Es que no sé si fue antes o después, es que no sé.

    F: Se lo he preguntado porque usted dijo en su momento que ella mandaba en cada postura que quería hacer. Que ella organizaba, que estaban pasándoselo bien, de risas todos, ella también…¿sigue manteniendo lo mismo? Que ella textualmente indicaba lo que le gustaba lo que no gustaba, se reía...

    E: En todo momento no, igual que yo en todo momento no hablo...ella, se lo he dicho antes de que cuando me dijo esas palabras, o sea, “fóllame”, pues lo hice...al tiempo. Cuando le decía a Prenda “demuéstrame” pues...o sea que eran palabras cortas como en una relación cuando estás haciendo tú sexo. Unos hablan más otros menos, unos no hablan, otros sí hablan...otros no hablan nada...es que...(más adelante se verá que Guerrero declara que sí se habló dentro del cubículo, pero poco, tanto la denunciante como los acusados, mientras mantenían las relaciones sexuales)

    F: Usted como ha señalado su compañero el señor Prenda, ¿considera que estaba cien por cien participativa?

    E: Sí, claro.

    F: ¿Usted en algún momento se fijó en la cara de ella?

    E: ¿En la cara de ella? Sí, me fijaría.

    F: ¿Y qué le pareció?, ¿usted le veía sonriente, había contacto visual?

    E: Se le veía que estaba disfrutando como he dicho. Como he dicho estaba disfrutando al cien por cien.

    F: O sea, ¿a usted en ningún momento le pareció que pudiera mantener una actitud pasiva o que…?

    E: Eh...no porque ella gemía, se le veía reflejado que estaba disfrutando.

    F: ¿En cuanto a la penetración ya me ha dicho que la primera, creo que le he entendido, que fue ella la que se introdujo su pene y usted supuso que era una penetración vaginal?

    E: Las dos veces fue ella la que cogió mi pene y se lo introdujo ella.(nueva acción activa de Clara)

    F: ¿Y la segunda vez que también se produjo esa situación también fue en la misma situación?, ¿en la misma postura?

    E: No. Era en el suelo. Los dos en el suelo.

    F: ¿En qué posición?

    E: Pues no recuerdo si...es que no recuerdo bien. No sé si yo me puse debajo y ella encima o yo encima y ella debajo.

    En este momento, el magistrado José Francisco Cobo acuerda suspender la sesión "hasta que cese el ruido exterior que nos está perturbando" con el acuerdo de las partes.

    Una multitudinaria manifestación feminista que clama contra 'La manada' interrumpe a las 12:08 horas la sesión, que se reanuda 40 minutos más tarde, en torno a las 12.50 horas.

    F: ¿A parte de eso, hubo algo más?

    E: No.

    F: O sea, que usted recuerde, ¿una felación y dos penetraciones?

    E: Sí.

    F: Ha manifestado que pensaba que las dos penetraciones fueron vaginales, ¿es correcto?

    E: Sí.

    F: Cuando se desarrolla toda esta actuación, ¿usted en algún momento la agarró a ella, de la cadera, del cuello, cuando estaba haciendo alguno de estos actos?

    E: Recuerdo que cuando me estaba haciendo una felación de poner la mano en el pelo.

    F: ¿Sujetarla, acariciarla?

    E: Acariciarla.

    F: ¿Usted eyaculo?

    E: Sí.

    F: ¿Y no usó preservativo?

    E: No.

    F: ¿Usted manifestó que creía que, no sé si lo recuerda, que eyaculó dentro de ella o fuera?

    E: Yo recuerdo que fuera.

    F: ¿Recuerda si la primera o la segunda vez?

    E: Pues la segunda creo que fue. La verdad que no lo puedo poner en pie.

    La declaración de Boza ante la fiscal:

    F: Cuando usted llega, no sé si recuerda, a unos escalones, que hay como un ‘rellanito’, ¿Cuando usted llega ahí había ya alguien dentro?

    B: ¿Cuándo llego yo a dónde?

    F: Al rellano, ¿había alguien a ahí?

    B: En ese sentido si recuerdo de que si estaba Alfonso Jesús Cabezuelo...estaba con la chica y ella le estaba levantando la camiseta un poco y le estaba como bajando los pantalones para hacerle una felación. (Boza confirma lo declarado por Cabezuelo)

    F: Ya sé que es mucho pedir pero yo se lo pregunto, ¿recuerda si cuando usted entra, Alfonso está de frente, si usted está de espaldas?

    B: No.

    F: ¿Usted dónde se queda cuando llega? Es un lugar muy pequeño para dar muchas vueltas por ahí. ¿Usted dónde se queda?, ¿pasa al fondo?, ¿se queda al principio?

    B: Me lo sigue poniendo difícil, no recuerdo esa situación. Yo recuerdo esa situación pero no recuerdo en qué posición me puse ni si me puse al fondo o al principio del habitáculo. No lo recuerdo.

    F: En relación a usted, ¿Qué tipo de actividad sexual tuvo con la denunciante?

    B: Bueno, pues yo a parte de fuera del portal, volviendo fuera del portal...liarme con ella y darnos unos besos y tal y tocarnos y demás y yo recuerdo que ella me practicó una felación (la sentencia mayoritaria, en la página 17, no da como hecho probado que Boza y Guerrero solo practicaran penetraciones orales: “En concreto y al menos la denunciante fue penetrada bucalmente por todos los procesados; vaginalmente por Alfonso Jesús Cabezuelo y José Ángel Prenda, éste último en dos ocasiones, al igual que Jesús Escudero Domínguez quien la penetró una tercera vez por vía anal, llegando a eyacular los dos últimos y sin que ninguno utilizara preservativo.” y... yo en mi caso, personalmente, nada más.

    F: ¿Recuerda si usted la agarró por la cabeza o por el cuello para hacerle la felación?

    B: No, en ningún momento.

    F: No le digo que lo hiciera violentamente. Solamente si la agarró.

    B: No.

    F: ¿En ningún momento la cogió?, ¿Para dirigirle a dónde se encontraba usted?

    B: No.

    F: Por ejemplo, si estaba haciendo una felación a otro de sus amigos, ¿no le cogió de la cabeza y se la dirigió hacia usted?

    B: No, no recuerdo de eso pero vamos, no.

    F: Usted manifestó que fue el único contacto sexual que tuvo con ella (la fiscal se refiere a la declaración de Boza ante el juez instructor, pero a pesar de ello, como hemos dicho anteriormente, no ha sido dado como un hecho probado que solo practicara sexo oral), ¿no hubo penetración vaginal ni anal por su parte?

    B: Sí.

    F: ¿Vio si había por parte de sus compañeros?

    B: Sí, creo recordar que Prenda y Alfonso y...sí, sí penetraron.

    F: ¿Recuerda si en alguno de esos momentos, cuando se estaba produciendo una penetración vaginal o anal, era simultáneo a la felación que le estaba haciendo a usted?

    B: Eh…¿Me puede repetir la pregunta?

    F: Le pregunto si usted recuerda, si mientras que alguno de sus amigos le está realizando una penetración vaginal o anal, ¿era simultáneo a la felación que le estaba haciendo a usted?

    B: Eh...pues sí, podría ser.

    F: Podría ser…Cuénteme, ¿Qué actitud tenía la denunciante?

    B: ¿Actitud?, buena. Yo considero que ella en todo momento participaba con nosotros. Pero vamos participaba ella como nosotros, participábamos todos. En algún momento participaba uno, luego participaba otro, en otro momento participaba otro...pero ella participaba con nosotros.

    F: ¿Se mostraba ella especialmente activa?

    B: ¿A qué se refiere usted?

    F: A si era ella la que dirigía la acción.

    B: En algunas ocasiones sí y en otras ocasiones no.

    F: ¿Recuerda usted haber manifestado que era ella la que llevaba ‘la batuta’ en la relación? (recordemos que fue Clara la que mandó guardar silencio a los acusados mientras esperaban la entrada en el portal. También fue ella inicialmente la que propuso ir a la habitación del hotel en la que pensaba pudieran estar alojados los acusados.)

    B: Sí.

    F: ¿Sigue pensando lo mismo o ha cambiado su criterio?

    B: A ver, ‘llevar la batuta’, quizás en ese momento no me supe explicar bien; sigo manteniendo que ella participa con nosotros y que nosotros participamos con ella. Quizás la expresión ‘llevar la batuta’ no fue la más adecuada pero fue la que me salió en el momento, pero sigo manteniendo que ella participaba con nosotros.

    F: ¿En esa participación ella manifestaba verbalmente qué era lo que quería que le hicieran o lo que quería hacer?

    B: Sí, hubo ocasiones que sí. Hubo ocasiones que ella decía, ella por ejemplo decía, yo recuerdo una frase también muy muy clara que dijo “métemela, métemela”, y creo que fue a Escudero, “métemela, métemela(Boza debe confundirse con el fóllame de Escudero), eso no se me olvida de la cabeza. Es otra de las frases claras que tengo en la mente.

    F: A parte de eso, ¿los cambios de postura quién los decidía?

    B: Mutuamente, tanto ella como nosotros. A lo mejor ella se veía incómoda y se cambiaba de postura o a lo mejor alguno de nosotros que estuviera penetrando, creo recordar que Alfonso, una de las veces que estaba penetrando, la chica o él le comentó que estaba un poco incómoda y de mutuo acuerdo se pusieron más cómodos...o sea que era todo de mutuo acuerdo, tanto por una parte como por la otra vamos.

    F: ¿Usted percibió si la chica, durante esas relaciones, pues, a parte de las manifestaciones verbales que así me ha dado, que se reía, o si estaba distendida, risueña, dirigiéndose con…?

    B: ¿Se reía? No recuerdo eso.

    F: ¿Se gastaron alguna broma?, ¿dijeron alguna tontería?

    B: Manteniendo relaciones sexuales...no lo sé, yo no recuerdo eso.

    F: No recuerda que ella en algún momento se riera o...

    B: No.

    F: ¿Usted se fijó en ella?, ¿le miró en algún momento a la cara?

    B: Sí.

    F: ¿Y usted qué apreciaba?

    B: ¿A qué se refiere con eso?

    F: ¿Qué le parecía su expresión facial?, ¿tenía los ojos abiertos?, ¿decía algo?, ¿tenían contacto visual?

    B: En muchas ocasiones tenía los ojos abiertos y en otras muchas ocasiones los tenía cerrados. (recordemos por enésima vez que Clara relató que “abriría los ojos unas 3 veces”. Por ejemplo: ¿Cómo pudo Clara realizar un beso negro a Prenda y a Cabezuelo? Cuando cambiaba de postura con los acusados ¿también lo hacía con los ojos cerrados?)

    F: ¿Pero su apreciación es que estaba divirtiéndose y que estaba bien?

    B: Sí, sí, en todo momento. Ella en todo momento ella estaba participando con nosotros, en todo momento...vamos yo no recordaba los vídeos pero cuando se visionaron los vídeos el otro día, yo personalmente la vi gemir, la vi...siempre lo he mantenido, yo creo personalmente que una persona que gime, por ejemplo, se lo está pasando bien, eso pienso yo.

    F: ¿Durante todo el tiempo que ocurrió eso, que fueron 18 o 20 minutos, le preguntaron a ella “¿quieres que sigamos?”, “¿te encuentras bien?”, o no consideraron necesario hacerlo?

    B: No lo consideramos necesario porque la veíamos bien (como ya hemos dicho anteriormente, Clara empezó a llorar cuando se marcharon del cubículo los acusados). Estábamos todos a gusto y de común acuerdo. No era necesario que dijéramos “estás bien”, o “¿te sientes mal?”. Ella en ningún momento dijo un “no” o dijo “para”. Ella en ningún momento nos hizo saber a nosotros que se sentía mal, porque realmente... y la verdad es que no se lo estaba pasando mal ni nada por el estilo.

    F: ¿Usted presenció el momento en el que se realizó el beso negro o no lo presenció? (pregunta tendenciosa por parte de la fiscal, porque Clara realizó 2 besos Negros)

    B: Yo personalmente de eso no me acuerdo.

    Guerrero sobre lo ocurrido en el cubículo:

    F: ¿Cuándo llegan ya al lugar donde ocurren los hechos, qué pasa? ¿Cómo empieza la relación allí?

    G: Le mentiría si digo cómo empezó todo. Yo sé que hubo relaciones, felaciones. Pero quién empezó y cómo ocurrió no lo sé.

    F: Podemos empezar con qué ocurrió con usted y qué es lo que usted hizo con la denunciante o ella con usted.

    G: A mí ella me hizo una felación.

    F: ¿Recuerda si eso fue al principio?

    G: No fue al principio.

    F: ¿Puede determinar si fue en medio, muy al final o incluso si fue antes o después de que le grabara, porque usted hizo algunas grabaciones?

    G: Yo creo que primero hago las grabaciones, más tarde me hace la felación y luego continúo con las grabaciones. Eso es lo que yo recuerdo. Esto parece concordar con la hora de grabación de los videos, según la sentencia mayoritaria, en la página 58: “En concreto , Antonio Manuel Guerrero Escudero , grabó con su teléfono móvil : (i) El video (1) IMG 7407. MOV , entre los minutos 3:11:51 y 3:11:57 ; (ii) El video (2) IMG 7408. MOV , entre los minutos 3:12:06 y 3:12:28; (iii) El video (3) IMG 7409. MOV , entre los minutos 3:12:54 y 3:13:04; (iv) El video (4) IMG 7410. MOV , entre los minutos 3:13:34 y 3:13:48. Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena, grabó con su teléfono móvil el video (5) 20160707 031531, entre los minutos 3:15:32 y 3:16:11. Con posterioridad al anterior, Antonio Manuel Guerrero Escudero grabó con su teléfono móvil : (v) El video (6) IMG 7411.MOV, entre los minutos 3:20:55 y 3:20:57 y (vi) El video (7) IMG 7412.MOV, entre los minutos 3:21:01 y 3:21:03. Asimismo, tomó a las 3:26:03, las fotos uno y dos, a petición de José Ángel Prenda” 

    F: ¿Empezó usted a grabar desde el principio o en medio?

    G: Empezaron las relaciones, con las felaciones, y yo recuerdo que a los minutos comencé a grabar.

    F: ¿La relación inicial es la parte de felaciones por parte de la denunciante?

    G: Yo diría que sí.

    F: ¿Recuerda en qué posición se encontraba la denunciante?

    G: Agachada. No recuerdo si en cuclillas, de rodillas.

    F: ¿Y en qué posición se encontraban ustedes?

    G: De pie.

    F: ¿Estaba ella en una posición central respecto a ustedes?

    G: Sí.

    F: ¿Recuerda si era ella la que cogía el pene de quién quisiera en ese momento o eran ustedes los que le acercaban el pene a la boca?

    G: Yo recuerdo que era ella.

    F: ¿Hubo comunicación verbal entre ustedes? ¿Hablaron?

    G: Poco.

    F: ¿Ella habló?

    G: Poco. (recordemos que Clara declaró que no habló en ningún momento dentro del cubículo)

    F: ¿Ustedes?

    G: Poco.

    F: En esa situación, hay distintas apreciaciones, ¿usted entiende que la denunciante estaba activa en cuanto a la realización de actos sexuales con ustedes?

    G: A ver, sobre activa o pasiva. Para mí, en una relación sexual si una persona hace una felación, la que la está haciendo es la persona activa y la que la está recibiendo es la persona pasiva. Respecto a eso, ella actuó de forma activa como pasiva, porque recibió sexo oral como lo produjo.

    F: ¿Era ella o eran ustedes los que llevaban la iniciativa sobre los actos sexuales que se iban a llevar a cabo en cada momento?

    G: Ninguno y todos a la vez. No hubo nadie de los seis que dijéramos, ahora vamos a hacer los seis esto. Ahora vas a hacer tú esto otro. No. Es verdad que ella, mientras estaba realizando felaciones, nadie le dijo ahora le toca a él, ahora le toca a otro. Ella iba cambiando (comportamiento activo por parte de Clara), como podemos observar en los vídeos. También es verdad que uno de mis compañeros le pregunta ¿Te la meto? Y dice sí. Estábamos interactuando entre nosotros, pero nadie llevaba la batuta.

    F: ¿Podemos decir entonces que era por igual?

    G: Sí, claro.

    F: ¿No le he entendido bien lo último de “te la meto”?

    G: Un compañero mío le pregunta “¿te la meto”? y ella dice “sí”.

    F. ¿Lo que usted entiende es que se pregunta por una penetración y que es ella la que responde sí? (consentimiento explícito por parte de Clara)

    G: Sí.

    F: ¿Se refiere al audio de los vídeos?.

    G: Sí.

    F: Después decían “pa dentro”.

    G: “Hasta el fondo”. No es lo mismo “pa dentro” que “hasta el fondo”.

    F: ¿Eso quién lo dijo?

    G: Lo de “te la meto” sé que lo dijo Cabezuelo. Y el “sí” lo dijo ella. Lo que no sé es quién dijo “hasta el fondo”.

    F: A usted le hizo una felación, ¿usted recuerda penetración vaginal o anal por su parte?.

    G: No.

    F: ¿Y alguno de sus compañeros?

    G: Yo diría que sí, Prenda, Escudero y Cabezuelo.

    F: ¿En una sola ocasión o más de una?

    G: No le puedo concretar, si en una o en más.

    F: ¿Recuerda si en esas ocasiones en las que había penetración simultáneamente se estaba llevando a cabo una felación?

    G: Sí, lo puede observar en los vídeos.

    F: Le pregunto si usted lo recuerda.

    G: Lo recuerdo porque me refrescó la memoria los vídeos, pero si no los hubiera vista hay muchas cosas que no recordaría.

    F: Cuando se producen estas situaciones, simultáneas, por ejemplo, ¿recuerda si en ese momento se le sujetó a ella en algún momento por la cabeza o por la cadera?

    G: No.

    F: ¿En algún momento fueron ustedes los que dirigían a la denunciante la cabeza o el cuerpo de la denunciante a donde les interesaba que fuera?

    G: No.

    F: ¿Se pidieron turno en alguna ocasión?

    G: Yo no pedí, ni escuché.

    F: Usted manifestó (ante el juez instructor) que no tuvo más que la felación y que no tuvo penetración porque no había conseguido tener erección.

    G: Me expliqué mal entonces. A mí me hizo una felación, es verdad que no conseguí erección pero si no tuve penetración es porque no quise, no porque no tuviera una erección.

    F: ¿Entonces sí tuvo una erección?

    G: Sí.

    F: ¿Pero no quiso practicar otra cosa?

    G: No. Guerrero, a raíz del desencuentro que tuvo con Clara en la plaza del Castillo, no tenía interés por Clara. Además, un par de horas antes, tuvo una relación sexual con una chica llamada Elena Pinto, en los servicios de un bar. Como quedó saciado sexualmente con Elena, perdió excitación con Clara, máxime porque como acabamos de decir un poco más arriba, no sentía atracción sexual hacia Clara. Más adelante se hablará de su contacto sexual con Elena

    F: Como en ese momento no se ve la cara, recuerda una foto cenital, a usted mismo. ¿Lo recuerda?

    G: Sí, ahí no tengo erección.

    F: ¿Fue posterior?

    G: Sí.

    F: Durante todo el tiempo que duró esta situación ¿recuerda si todos se mantuvieron al lado de ella?

    G: No. Prenda se retiró a masturbarse, yo también me retiré cuando estaba con el tema del móvil. Era materialmente imposible a que estuviéramos los seis pegados por el espacio.

    F: ¿La mayor parte del tiempo en el que transcurren los hechos recuerda si algunos de ustedes estaba en la parte de dentro del cubículo donde ocurrieron los hechos y algunos en la parte de las escaleras?

    G: Yo creo que íbamos cambiando.

    F: ¿Dadas las medidas del lugar, solían estar algunos en la de dentro y otros en la de fuera y se cambiaban de posición?

    G: Sí.

    F: ¿Hubo muchos cambios de posición?

    G: Muchos, no sé si muchos. Hubo cambios.

    F: Dice que no hablaron mucho. ¿Usted estaba grabando y podía tener más visión. ¿Se fijó en algún momento en las expresiones de la cara de ella?

    G: Seguramente me fijaría, pero ahora mismo no me acuerdo.

    F: ¿De lo que recuerda, cómo se encontraba ella?

    G: Lo que yo recuerdo y lo que he podido ver en los vídeos la definiría como placer.

    F: ¿En algún momento le preguntaron si estaba cómoda si estaba disfrutando, si quería seguir con esa situación?

    G: Lo que si recuerdo que se le preguntó es que si había eyaculado y ella respondió que no, a mitad del acto sexual. (Esta es otra muestra de que Clara sí habló durante las relaciones sexuales en el cubículo)

    F: No le he entendido, disculpe.

    G: Que si ella había eyaculado a mitad del acto sexual y ella dijo que no.

    F: ¿Y continuaron?

    Según la propia versión de Clara, esta tuvo un comportamiento completamente pasivo: no dijo ni comunicó nada; toda su actividad sexual se debió a un sometimiento ante las demandas sexuales de los 5 acusados, al comprender que si no cooperaba podría ocasionarle males mayores; tampoco abrió los ojos durante el tiempo que permaneció en el cubículo. Pero paradójicamente, vuelvo a repetirlo insistentemente, sí pudo ver los tatuajes de los acusados; vio que estos no utilizaron preservativos; también afirmó que la luz del cubículo estuvo siempre encendida, a pesar de declarar que tenía los ojos cerrados. Los videos muestran como fueron estos grabados parcialmente con luz de flash, porque la luz del temporizador se apagaba; también declaró que no practicó sexo en el suelo, ya que al afirmar que solo estuvo de rodillas o cuclillas, rodeada por los acusados proyectaba una imagen de mayor sometimiento, a pesar de lo que declaran los acusados y lo que muestran los videos 6 y 7 que sí estuvo en el suelo; niega que a ella le practicaran sexo oral en forma de beso negro por parte de Prenda y no supo si la penetraron vaginal o analmente, aunque sí supo que le tocaron los pechos, y que no se los chuparon.

    La versión de los acusados es opuesta: dicen que Clara fue totalmente participativa, y que nunca sufrió violencia por parte de ellos. Son numerosos los detalles declarados por los 5 sobre la actividad de ella, tanto verbal como físicamente: cuando le sube la camiseta y trata de desabrochar el pantalón a Cabezuelo; el “demuéstralo” de Clara hacia Prenda; los masturbeos y felaciones a todos los acusados; cómo se introducía la propia Clara, anal o vaginalmente, el pene de Escudero; la sincronía de movimientos cuando es penetrada (son visibles en los videos); su folleteo mientras está encima de Cabezuelo; los besos negros que realizó a Prenda y Cabezuelo etc.

    Pero estas muestras sobre su participación activa no han sido dadas como hechos probados. Y es que en la sentencia mayoritaria, en la página 72, muestra tal extremo de parcialidad en favor de Clara, que llega a afirmar que gritó y sintió dolor, cuando comentaron los audios de los videos 6 y 7:

    Los videos (6) IMG 7411.MOV, entre los minutos 3:20:55 y 3:20:57 y (7) IMG 7412.MOV, entre los minutos 3:21:01 y 3:21:03, fueron tomados por Antonio Manuel Guerrero, habiendo transcurrido por tanto 4 minutos y 44 segundos, desde la finalización del vídeo que acabamos de examinar.

    En ellos aparecen los procesados Ángel Boza y José Ángel Prenda, uno a cada lado de la denunciante, quien se encuentra en posición decúbito supino (boca arriba) con su cabeza apoyada en la pared del habitáculo.

    En el primero de ellos apreciamos que Ángel Boza tiene sujeto su pene con la mano derecha y no podemos concretar la acción que pudiera estar realizando José Ángel Prenda.

    En lo que atañe al análisis del audio de este video, apreciamos que se escucha de fondo un sonido de choque metálico o de metal contra cristal, mientras se oye un gemido agudo, compatible con voz femenina y se escuchan dos voces masculinas.

    No se puede apreciar ninguna actividad de la denunciante, apreciamos que el gemido agudo refleja dolor y fue emitido por ella.

    En el video siete, realizamos igual apreciación respecto de los dos procesados.

    En lo referente al análisis del audio de este video, apreciamos que se escucha una voz masculina que en su parte final dice “… Illo esto no tiene guasa” a la vez que de fondo se aprecian tres gemidos agudos, compatibles con voz femenina.

    Al igual que con el vídeo anterior, no se puede apreciar ninguna actividad de la denunciante, estimamos que los tres gemidos agudos que reflejan dolor fueron emitidos por ella.

    La denunciante en estos dos últimos vídeos está agazapada, acorralada contra la pared por dos de los procesados , expresó gritos que reflejan dolor y no apreciamos ninguna actividad de ella; estas imágenes evidencian que la denunciante estaba atemorizada y sometida de esta forma a la voluntad de los procesados

    En este estado de evolución del desarrollo de los hechos, se interrumpieron de forma abrupta y con carácter definitivo las grabaciones. De ello podemos inferir, como antes hemos subrayado, que ante el cariz que estaban tomando los hechos, Antonio Manuel Guerrero decidió cortar definitivamente la toma de videos. Pero ¿que sentido tiene esta última afirmación en la sentencia mayoritaria si, con posterioridad a los 7 videos, Guerrero realizó las fotos del beso negro?

    Las fotos uno y dos, fueron tomadas por Antonio Manuel Guerrero a petición de José Ángel Prenda a las 3:26:03, consiguientemente transcurridos cinco minutos desde la finalización del último vídeo; por tanto desconocemos en este período ciertamente amplio, cuanto pudieron realizar procesados los procesados y la actitud de la denunciante, quien según acabamos de indicar, en las últimas imágenes grabadas, aparecía encogida, arrinconada contra la pared y gritando. Recordemos que Clara admitió que ni gritó ni sintió dolor, ante Agustín Martínez y ante el juez Ricardo González. Así lo justifica este último, en la página 246 de la sentencia: “A este respecto y considerando que, de forma reiterada, firme y persistente a lo largo de todo su relato, tanto en comisaría, como en su declaración judicial y repetidamente en su declaración en juicio, se ha mantenido por la denunciante que no sintió ningún dolor en ningún momento, han de atribuirse a los sonidos propios de la relación sexual que se mantenía cuando se escuchan, y que, por otro lado, es lo que sugieren cuando se oyen. Sostener, como se hace en la sentencia mayoritaria, que el vídeo ha recogido quejidos de dolor provenientes de la mujer contradice una de las pocas manifestaciones que la denunciante ha mantenido firme e invariable durante todo el procedimiento: que en ningún momento sintió dolor; aprecio en ello, y lo digo con respeto para mis dos compañeros de Sala, cierto sesgo voluntarista para poder justificar mejor su decisión de condenar a los acusados por un delito de abusos sexuales con prevalimiento; sesgo que se acrecienta cuando, respecto de los vídeos IMG7411 e IMG7412, además de afirmar que son audibles “gritos que reflejan dolor” proferidos por la denunciante, se hace la sugerencia de que el autor de la grabación cesó en la misma ante “lo delicado de la situación”, o que “está agazapada, acorralada contra la pared por dos de los procesados, expresó gritos que reflejan dolor y no apreciamos ninguna actividad de ella; estas imágenes evidencian que la denunciante estaba atemorizada y sometida de esta forma a la voluntad de los procesados”. Se trata de una más de las suposiciones que están presentes en la sentencia mayoritaria en contra de los acusados y que, en este caso, además, toma cuerpo en forma de presunción de un juicio de intenciones sin sustento alguno; máxime cuando los vídeos en cuestión no superan, en un caso los tres segundos de duración y en el otro dos segundos, y que la espalda de uno de los acusados (José Ángel Prenda) ocupa la práctica totalidad de la escena, pudiendo ser esta circunstancia la causa por la que razonablemente, o al menos en igualdad de condiciones que la señalada en la sentencia mayoritaria, no se continuó grabando. En cualquier caso y pese a su escasa duración, no pasa desapercibido el movimiento de vaivén que nuevamente sugiere una penetración sincrónica y gemidos de naturaleza sexual.” Respecto a estos dos últimos videos nos gustaría añadir que el informe pericial, realizados por los agentes forales 0063 y 0329, no hacen ninguna mención sobre los movimientos sincrónicos de Clara en la penetración. Pero sí dice lo siguiente: “Debido a la corta duración de la secuencia (3 segundos) y la escasa nitidez de las imágenes, solamente es posible describir sucintamente las acciones del investigado D. José PRENDA MARTíNEZ (D3) y de Ángel BOZA FLORIDO (D2).” La escasa nitidez de las imágenes ¿Sería debido a que durante la grabación, el flash de la cámara de Guerrero no hubiera saltado por falta de batería en su móvil? ¿podría ser que la falta de nitidez del video se debiera a que en esos instantes, el cubículo no estaba iluminado porque el temporizador había cortado la iluminación? La cortedad de los videos se debió a que Guerrero quiso hacer dos fotografías, pero lo tenía en modo video. Esa fue la auténtica razón. Pero el tribunal afirmó falazmente que el corte de los videos se debió a que Guerrero no quiso realizar más videos porque la supuesta violación cada vez adquiría mayor violencia.

17-EL FINAL EN EL CUBÍCULO Y EL ROBO DEL MÓVIL

    Llegamos a la parte final del suceso en el cubículo. Clara lo relata así ante la fiscal:

    F: ¿Cómo terminó esta situación?

    C: Ya hubo un momento en el que de repente se fueron escalonadamente pero muy rápido. Yo dije que se fueron corriendo, pero obviamente yo no sé si del portal salieron corriendo. Yo estaba dentro, no tengo ni idea. A lo que me refiero es a que se fueron escalonadamente y muy rápido, todos ellos.

    F: Y cuando se fueron, ¿Cómo estaba usted?

    C: Yo estaba desnuda, con los leggins bajados y la camiseta encima pero... Me vestí y me puse el jersey y el sujetador y fue a coger la riñonera para buscar mi teléfono para llamar a Rubén, que es el amigo con el que había venido y no lo encontré y es cuando me di cuenta de que me habían robado el teléfono.

    F: ¿Dónde estaba la riñonera?

    C: La riñonera estaba al lado de unos vasos de cubata. (Nótese que Clara no recordaba cuantas veces ni el modo en que había sido penetrada, pero casualmente si recuerda que la riñonera estaba junto a los vasos de cubata, al fondo del cubículo; aunque, en realidad, la depositó en la entrada del cubículo, junto a las prendas de los acusados (como más adelante se verá en la declaración de Guerrero); lo confirma R. González en el voto particular, en la página 221: “Quizás parezca un detalle irrelevante, pero sorprende que ante el Magistrado-Juez instructor manifestara que tras cruzar la puerta del portal “ellos dejaron los vasos de cubata y la llevaron hacia la parte de atrás del portal”, lo que dejaría las manos de los acusados libres para “seguir” agarrándola, como se viene a afirmar en los escritos de acusación. Pero la investigación ha revelado que los vasos fueron abandonados y que se recogieron por la Policía Nacional cuando los encontraron, no en el portal, sino al fondo del cubículo donde sucedieron los hechos y así llegó a manifestarlo también la denunciante en su declaración ante el tribunal cuando el Ministerio Fiscal le preguntó dónde estaba su riñonera cuando, después de marcharse los acusados, ella la recogió, al decir que “la riñonera estaba al lado de unos vasos de cubata”.


    F: ¿En el recinto donde habían ocurrido todos los hechos?

C: Sí.

    F: ¿Al fondo del recinto, al principio?

    C: Como hacia el final del recinto. (Esta es otra mentira de Clara. Más adelante se verá, en la declaración de Guerrero, que la riñonera no estaba en el lugar que indica Clara, sino en la entrada del cubículo, hacia los escalones, con la prendas de los acusados, ya que estos se desnudaron parcialmente)

    F: El final es la parte que estaba cerrada.

C: Sí.

El voto particular de la sentencia, en la página 303, dice lo siguiente:

    Sin embargo, la agente nº 405, quien fue la encargada de tomar personal y directamente declaración a la denunciante, manifestó que esta reconoció su tarjeta SIM, que espontáneamente relató que tiene su móvil programado para subir automáticamente las imágenes a su cuenta de Google y refirió cuál era su cuenta y la clave de acceso a la misma. Y preguntada sobre si “¿En algún momento le dijo algo sobre unas posibles fotografías o fotos que le hubieran hecho? ¿De forma espontánea?”, afirmó por dos veces y con absoluta firmeza que la denunciante le dijo que “la grabaron con el teléfono”.

    Todas las acusaciones coincidieron en tachar como “no creíble” a la agente 405 bajo el argumento de que, si efectivamente la denunciante hubiera reconocido que la habían grabado con su móvil, tal grabación en tanto que constitutiva de un delito, no se hubiera omitido jamás en la denuncia. No contemplaron como hipótesis que, de no haberse presumido como no consentida la toma de imágenes, no había delito alguno que reseñar, como tampoco que no se trata de un delito perseguible de oficio (art. 201.1 CP). El hecho de que lo manifestado por la agente 405 no convenga a la tesis acusatoria no es razón para desechar como no creíble su testimonio y suponer, como se hace en la sentencia mayoritaria, que “Posiblemente y dado que ese mismo día se encontraron videos en los teléfonos móviles de los procesados ello le llevó a error”, constituye una presunción contra reo que no puedo suscribir.

    Las explicaciones del Subinspector nº 285 en este punto no resultan convincentes, las del Subinspector de Policía Municipal nº 029 tampoco lo son, ambas además se contradicen. Finalmente, no tiene sentido que la denunciante de forma espontánea y en el curso de una denuncia por una agresión sexual de semejantes características, comience a dar razón, de pronto, y sin más, acerca del modo en que tenga o no programada su cuenta de Google si para ello no hay una razón que lo justifique. Tal razón no se ha dado en el juicio, la agente 405 declaró bajo juramento lo que declaró y el contenido de la denuncia es el que consta en autos.

    A ello puede añadirse que, si como recoge la denuncia, la denunciante la reconoció como suya, no se entiende qué motivos pudiera tener la Policía Municipal para investigar el contenido de la tarjeta SIM de la denunciante y tampoco para dudar de que no se hicieron fotos si esto fue lo que ella les hubiera dicho. Y si al referirse a la grabación que menciona la agente 405, nada se afirmara que hiciera pensar que fuera inconsentida, resulta perfectamente razonable que no quedara referido en la denuncia. Y en relación con este último aspecto no puede obviarse que la grabación de los vídeos no fue denunciada en ningún momento y que la primera alusión que la denunciante hace a ella es en su escrito de acusación en el cual y en este concreto aspecto, reproduce el presentado previamente por el Ministerio Fiscal, que tampoco, hasta ese momento, había mencionado nada al respecto.

    En todo caso, lo que no cabe es descartar su testimonio como hace la sentencia mayoritaria, invocando la STS 793/2017, de 11 de febrero, que tiene por objeto analizar el valor probatorio de los testimonios de referencia como prueba de cargo, y frente a ello debe oponerse, sin que haya contradicción entre ambas, lo razonado en la STS núm. 366/2016, de 28 de abril (RJ 2016/2031), ya citada, en cuanto permite la valoración de la declaración de un testigo de referencia, incluido el instructor del atestado, para reforzar o restar credibilidad a lo declarado por el testigo directo, aunque no para sustituir su fuerza incriminadora.

    Ciertamente, como señala la sentencia mayoritaria, “en ninguna otra de las manifestaciones hechas por la denunciante a terceras personas inmediatamente después de los hechos, como hemos visto, se refirió a la existencia de posibles grabaciones” pero no es menos cierto que, de haber sido consentidas las grabaciones, no había razón alguna tampoco para que se refiriera a tal extremo.

    No puede ser calificada como “desganada” la declaración de la Agente 405 sino que, por el contrario, la misma constituye sin duda un valioso testigo de referencia, pues fue la primera persona que escuchó de boca de la denunciante el primer relato completo que esta realizó de lo ocurrido pues, hasta entonces, se había limitado a responder prácticamente con monosílabos a las preguntas que quienes estuvieron con ella los primeros momentos le iban haciendo; ni cabe restar valor a su testimonio por el hecho de que con anterioridad a ella ya hubiese declarado como testigo el “subinspector 285, en la sesión de acto del juicio oral celebrada el 16 de noviembre”, pues como él mismo reconoció, aunque siguiera la declaración desde otra Sala, su conocimiento de la misma es menor que el adquirido por la agente que directamente la estaba tomando.

    En consecuencia, las alegaciones de las defensas sobre la concurrencia de un posible móvil espurio no puede considerarse como descabellada, absurda o irrazonable, como tampoco puede ser fácilmente entendido que todas las acusaciones hayan desechado traer a juicio a las dos personas que, al menos en consideración a su intervención directa en la recepción de la denuncia, por lo que respecta a la agente 405, y por la vinculación afectiva y de confianza que cabe presuponer a la única persona de su ámbito personal presente en Pamplona el día de autos y con la que viajó a Pamplona, en lo que se refiere a Rubén, podrían haber prestado declaración como testigos de referencia refrendando el testimonio de la denunciante.

    La sentencia mayoritaria, en la página 40, relata lo siguiente:

    A estos efectos, se pone de relieve las respuestas que ofreció en su declaración testifical prestada el Jueves 22 de noviembre la Agente 405 de la Policía Municipal - quien intervino como instructora en la toma de declaración de la denunciante en dicha sede - , a preguntas del letrado Sr. Jesús Pérez Pérez , quien al final de la declaración concretamente en el minuto 12 38 40 , le cuestionó sobre si: “… En algún momento le dijo, sobre algunas posibles fotografías o fotos, que le hubieran hecho de forma espontánea .” , respondió: “… Ella me dijo que le grabaron con el teléfono “. y a nueva pregunta sobre si “Ella dijo que le grabaron con el teléfono”, respondió : “… sí, algo … sí .”.

    De esta referencia, teniendo en cuenta cuanto hemos argumentado, no derivamos la existencia de un móvil espurio o interés de cualquier otra índole que límite la aptitud de la declaración de la denunciante para generar certidumbre.

    Apreciada en su conjunto, la declaración de la expresada Agente -que no es admisible como testimonio de referencia (Es evidente todas las trabas durante el juicio y el proceso a las que tuvieron que hacer frente los 5 acusados), al contrario del que hemos apreciado anteriormente respecto del que prestaron los agentes que intervinieron “in situ”, inmediatamente después de producirse los hechos y ante los que la denunciante vertió un relato espontáneo (vid la antes citada STS 793/2017,de 11 de febrero), se presenta como desganada y por tanto escasamente ilustrativa; en su mayor parte se remitió a cuanto constaba en el acta levantada al efecto, sobre la cuál y las circunstancias de su elaboración había prestado declaración el instructor del atestado y que figuraba como secretario en dicha diligencia, subinspector 285, en la sesión de acto del juicio oral celebrada el 16 de noviembre, donde manifestó que consideró oportuno que la declaración se prestara ante un agente femenina, monitorizando él su contenido desde otra sala.

    Ofreció algunos detalles sobre el modo en que concretó la trayectoria que denunciante y procesados habían seguido para llegar desde la Plaza del Castillo hasta la calle Paulino Caballero, rectificando mediante diligencia la referencia inicial que contiene el acta a la calle Tafalla.

    En su declaración durante el acto de juicio oral la agente manifestó, no recordar muchas de las manifestaciones de la denunciante y sin embargo hizo referencia a un hecho de especial relevancia que no está recogido en el acta. Posiblemente y dado que ese mismo día se encontraron videos en los teléfonos móviles de los procesados ello le llevó a error (estas palabras son una falacia absoluta. La detención de los acusados fue a las 10:30 de la mañana realizada por la policía municipal, y solo fue en el fichaje en comisaría cuando el grupo nombró por primera vez la existencia de los videos. La declaración de la denuncia de Clara comenzó a las 7:09 de esa misma mañana). Es de señalar que resulta difícilmente creíble que si a una agente de policía se le realiza esa manifestación de la denunciante, en relación con un hecho con relevancia a los efectos de la investigación de estas características, no lo haga constar en el acta (pero tampoco se hizo mención en el acta al tema de fumar porros en el portal, ni la llamada telefónica que hizo Clara a Adrián Monja Soto a las 2:57 desde el banco de la Plaza del Castillo, como reconoce el voto particular de la sentencia, en la página 193: “Igualmente, consta acreditado, por la información facilitada por “Orange España SAU” (folio 1447), que a las 02:57:09 desde el móvil de la denunciante se realizó una llamada a un teléfono móvil que resultó ser el de Adrián Monja Soto. Esta llamada, acerca de la cual la denunciante no proporcionó mayor detalle en su denuncia, fue traída a colación por esta cuando al denunciar el robo de su teléfono móvil afirmó que estaba segura de que lo llevaba el día de autos porque cinco minutos antes de los hechos había realizado una llamada con él. Ante esa mención, las defensas solicitaron del Magistrado-Juez instructor que se investigara acerca de la misma. La petición fue denegada por auto de 24 de agosto de 2016; contra el mismo se interpuso recurso de reforma y a su estimación se opusieron tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular y las populares. Desestimada la reforma, se tramitó el correspondiente recurso de apelación. Todas las acusaciones interesaron la desestimación del recurso que, no obstante, finalmente fue estimado, en ese punto, por auto de fecha 7 de diciembre de 2016 dictado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra. No se entiende tan persistente oposición a sacar a la luz la llamada a la que se hace referencia si, como mantienen ahora las acusaciones y acepta la Sala mayoritaria, el contenido de la misma resulta absolutamente inocuo y ninguna conclusión puede extraerse de la misma. No puedo compartir esta opinión, habida cuenta además de que en ese momento no se había identificado a los procesados y la denunciante desconocía sus nombres y había realizado una descripción aproximativas de sus características físicas, incluidos algún tatuaje y de ciertos accesorios que portaban, siempre como hemos dicho con referencia a cuatro personas.

    Esta apreciación de un posible error por parte de la agente se asienta además, en que en ninguna otra de las manifestaciones hechas por la denunciante a terceras personas inmediatamente después de los hechos, como hemos visto, se refirió a la existencia de posibles grabaciones. No lo puso de manifiesto cuando se le leyó la declaración antes de firmarla con presencia del instructor del atestado, ni tampoco dijo nada a la agente 455 quien le acompañó desde los primeros momentos de la madrugada hasta la prestación de declaración en dependencias policiales ni tampoco en su declaración a presencia judicial.

    “La denunciante” en su declaración en el plenario afirmó con contundencia y si ninguna contradicción que no vio ningún móvil ni nada grabando y tampoco le manifestaron que lo estuvieran haciendo, en cuanto a las fotos las fotos uno y dos tomadas a las 3:26:03, por Antonio Manuel Guerrero, manifestó: “…Lo único que le puedo decir es que estaba en estado de shock, entonces me sometí y cualquier cosa que me dijeran iba a hacerla porque es que estaba en estado de shock, yo no, no, ni pensé, ni pude decidir en ese momento.”.

    Todo ello pone de manifiesto, la falta de significación para desacreditar la credibilidad subjetiva de la declaración de la denunciante, la referencia, que verificó la Agente 405 en su declaración testifical en el plenario.

Ante Agustín Martínez, Clara relata lo que sigue:

    A: ¿Ellos se marchan todos en bloque inmediatamente?

    C: No, es lo que he explicado antes. Se marchan de forma escalonada, pero rápidamente. Tampoco sé precisarle si salieron de uno en uno, de dos en dos, o cómo salieron. Pero sé que fue de forma escalonada y con muy corto intervalo de tiempo entre ellos.

    A: ¿No es más cierto que usted le indicó a uno de ellos, al último, "¿dónde vamos, vamos a seguir o vamos a tomarnos algo?"?

    C: No.

    A: Usted no le indicó nada.

    C: No, yo no hablé en ningún momento.

    A: Cuando la última persona se marchó, ¿usted no le hizo ninguna indicación, no le dijo algo, no... cuando se quedó con el último solo?

    C: No. (Esta es otra flagrante mentira de Clara. En las declaraciones de los acusados, un poco más adelante, se verá como sí que tuvo una pequeña conversación con ellos)

    A: ¿Usted en ningún momento manifestó en alguna medida alguna queja, algún lamento de la situación en la que se estaba encontrando?

    C: Perdone, no le he entendido la pregunta.

    A: Si se quejó o pidió ayuda, aunque fuera en un tono que no lo escuchara nadie, requirió parar o algo... No hizo ningún tipo de expresión, no hizo ningún tipo de comentario.

    C: Es que el bloqueo que yo sentía era tan grande que no pude hacer nada, simplemente someterme a ellos y hacer lo que decían y cerré los ojos y esperé a que eso pasara.

    A: Una vez que salió el último usted comenzó a vestirse.

    C: Sí, me vestí, cogí el sujetador y me lo puse, me subí los leggins y el tanga y ya luego cogí el jersey y me lo até a la cadera, y luego cogí la riñonera y vi que no estaba el móvil.

    A: Y a partir de ahí, salió usted a la calle.

    C: Sí, yo cojo la riñonera y veo que no tengo el móvil y entonces es cuando me pongo más nerviosa porque yo quería el móvil para llamar a mi amigo. Salgo del portal hacia la calle pretendiendo ir hacia el coche y antes de llegar decidí sentarme en un banco para tranquilizarme por lo que había ocurrido. Obsérvese que no sale a la calle para pedir ayuda, a pesar de que a la agente 455 le dijo que salió del portal para tratar de pedir auxilio (folio 6 de autos): “que se ha vestido y ha salido a la calle a pedir ayuda”

    Guerrero ante la fiscal:

    F: ¿Cómo se despiden ustedes de la denunciante?

    G: Simplemente nos fuimos. Si Guerrero hubiera coincidido con Clara en la feria de Sevilla en vez de en Pamplona, nunca la habría dirigido la palabra. Sentía vergüenza de ella. El problema entre ellos surgió, como he contado anteriormente, en la conversación de la plaza del Castillo

    F: Recuerda si usted salió de los primeros o de los últimos.

    G: Creo que no salí ni el primero ni el último.

    F: ¿Recuerda dónde se reunieron todos ustedes?

    G: Nada más salir del portal todos seguimos calle abajo.

    F: Usted manifestó inicialmente que no sabía nada del teléfono móvil de la denunciante. ¿Nos puede contar qué pasó sobre este tema?

    G: Mientras estaban realizando las relaciones sexuales yo vi una riñonera en el suelo y cogí la riñonera, la registré y vi un móvil. Le quité la carcasa, la tarjeta SIM y la tarjeta de memoria y me lo guardé.

    F: ¿Dónde estaba la riñonera?

    G: Estaba en el suelo junto a las prendas de todos. Cerca de los escalones, no estaba al fondo. (Clara, como se ha dicho anteriormente, testificó que le desabrocharon la riñonera ”Yo cuando entro en el cubículo, lo que recuerdo es que me veo rodeada por cuatro chicos, y de repente noto como me quitan la riñonera y el sujetador, que no llevaba tirantes, entonces sólo había que quitar el clic, y el jersey que yo llevo atado a la cintura lo tiran por ahí, no sé”; a pesar de que dijo que la riñonera estaba al fondo del cubículo, junto a unos vasos de cubata, la riñonera con el móvil dentro, estaban en la entrada del cubículo y no en el fondo, porque Clara no se percató del hurto. Si Guerrero hubiera realizado el registro de la riñonera en el fondo del cubículo, que es donde Clara dice que la dejó, se hubiera delatado. El desencadenante de la denuncia falsa fue el hurto del móvil)

    F: ¿Usted dónde tira la carcasa y las tarjetas?

    G: Las dejo en el suelo, al lado de su riñonera. Esto es falso por parte de Guerrero. La Tarjeta SIM, la tarjeta de memoria y la funda de color rosa aparecieron en las cercanías del cubículo, en el lugar que muestran las fotografías.

Imagen 80. Lugares donde la policía descubrió la tarjetas de memoria, y SIM: antes del primer tramo de escaleras tras superar la puerta de cristal esmerilado según se entra hacia el cubículo desde el portal, y en el inicio de la escalera derecha que conduce a las viviendas del edificio.


Imagen 81. Una de las tarjetas fue hallada al inicio de la escalera derecha, aproximadamente al pie del interruptor. La funda del móvil, de color rosa, fue hallada al final del primer tramo de esa misma escalera, en el descansillo (señalado con la flecha roja).

    F: Usted hace la extracción de las tarjetas allí. ¿No había nadie más en ese momento?

    G: Estaban realizando acciones sexuales y no había nadie más cerca de la salida.

    F: ¿Por qué lo cogió?

    G: Para quedármelo.

    F: ¿Qué teléfono era?

    G: Un Samsung.

    F: ¿De alta gama?

    G: Yo diría que no, de gama media.

    F: Ustedes estaban pasándoselo bien con ella, había sido placentero, por lo que dicen. ¿Por qué le quita el móvil?

    G: Un fallo. La avaricia.

    F: ¿Qué hizo con el móvil?

    G: Me lo guarde.

    F: ¿No comentó a ninguno de sus compañeros que había cogido el móvil?

    G: No se lo dije a nadie. Esto es mentira por parte de Guerrero. Todos los acusados se enteraron del robo del móvil. El teléfono de Clara tenía un patrón de seguridad, y como Guerrero no pudo ver su contenido, se lo cedió a Boza. Este apagó el teléfono desconectando la batería. Guerrero le quitó el teléfono como venganza por la impertinencia que tuvo con él en la conversación de la plaza del Castillo. Cuando Guerrero revisó la riñonera de Clara, vio que no tenía dinero dentro. Si hubiera tenido, también se lo habría quitado.

    F: ¿Qué hizo posteriormente con el móvil?

    G: Cuando salimos de la plaza de toros, después de haber pasado el altercado con la Policía Foral de Navarra, lo tiro a un contenedor. Esto que declara Guerrero sobre tirarlo en el contenedor es falso también. La mujer que se encontró el teléfono móvil de Clara, Galabina Petrova Patrova, declaró ante el juez instructor Esteban Iglesias (página 938 de autos) lo siguiente: “Que el teléfono lo encontraron sobre las 9.30 horas de la mañana. Que fue después de las vaquillas. Que estaba en el suelo en una zona donde había desperdicios. Que cree que era la subida del Labrit, cerca del frontón. Que el teléfono estaba apagado y un poco roto por encima, pero no sabe si llevaba protector. Que estaba boca abajo. Que el marido de la declarante lo intentó encender para ver si funcionaba. Que no encendía y luego lo cargaron en casa. Que vieron que no tenía tarjeta y estaba vacía”

    Cabezuelo sobre el final del suceso en el cubículo:

    F: Cuando terminan ya ustedes de mantener relaciones sexuales y deciden irse, ¿Recuerda cuándo salió usted?, ¿si salió de los primeros o de los últimos?

    C: Yo creo que fui de los primeros y yo recuerdo que me fui porque al mantener relaciones sexuales seis personas en un habitáculo tan pequeño olía un poco mal, entonces yo me agobié un poco y dije “yo me voy a salir ya”; entonces ella me dijo “no, no te vayas todavía”, y digo “sí, sí yo me voy por lo menos y dijo ella que si íbamos a seguir de fiesta o algo y yo le dije que no, que nosotros nos íbamos por nuestra cuenta. (esto es una contradicción absoluta con lo declarado por Clara, ya que siempre dijo que nunca habló y que lo único que hizo fue someterse para que todo acabara: “Es que cuando yo ya estaba en el cubículo no me daba la cabeza como para pensar cómo puedo salir de aquí, sino que simplemente me sometí y quería que todo acabara y luego irme. Me daba igual lo que pasara.” y “¿No es más cierto que usted le indicó a uno de ellos, al último, "¿dónde vamos, vamos a seguir o vamos a tomarnos algo?"? No. Usted no le indicó nada. No, yo no hablé en ningún momento. Cuando la última persona se marchó, ¿usted no le hizo ninguna indicación, no le dijo algo, no... cuando se quedó con el último solo? No.”

    La sentencia mayoritaria, en la página 82 dice lo siguiente: “No tenemos por acreditado que ésta dijera a uno de los procesados adonde iban a seguir todos juntos, y continuaban tomándose algo, según estos afirman quienes asimismo mantienen que ante la falta de respuesta positiva a esta solicitud y la expresión de su intención de continuar la fiesta por su cuenta, la denunciante se sintió despechada.”

    F: Perdóneme si insisto en determinadas cosas pero cuando usted dice que se va de los primeros porque se agobia por el olor y por el sitio que es pequeño, ¿los demás están todavía manteniendo relaciones sexuales con ella o no?

    C: No recuerdo si están manteniendo relaciones todavía.

    F: ¿Recuerda usted haber visto lo del beso negro del señor Prenda?

    C: Es que...no recuerdo si lo vi o no.

    F: ¿Usted se fijó en que estaba la riñonera del denunciante en el suelo?

    C: Yo no vi la riñonera.

    F: ¿Usted vio al señor Guerrero coger el teléfono?

    C: No.

    F: ¿Tampoco le dijo nada?

    C: No.

    F: Dice que sí que mantiene una pequeña conversación con la denunciante cuando se va, ¿no?

    C: Sí, pero muy breve.

    F: ¿Puede repetir lo que hablaron?

    C: Sí, eso, que yo digo que le digo que me voy ya; le digo a los demás “yo me voy ya”, entonces ella dice que no me vaya pero no a mí directamente sino “no os vayáis” como en general, y dije “sí, sí, nosotros nos vamos ya” y ella dijo “bueno, vamos a seguir de fiesta” o...no sabría decirte las palabras que exactamente usó ella, y como que íbamos a seguir nosotros de fiesta le dije que ella no, que por lo menos con nosotros no porque íbamos solos. De las palabras de Cabezuelo, se infiere que ellos se avergonzaban de la compañía de Clara. En este punto del relato, es importante señalar que Guerrero tuvo una relación sexual (consentida) con una chica de San Sebastián, Elena Pinto Gandara, en el servicio de un bar. En la declaración de Elena ante el juez instructor Esteban Iglesias, el 17 de septiembre del 2016 (folio 940) declaró lo siguiente: “Que conoce a Antonio Manuel Guerrero Escudero. Que lo conoció el mismo día 6 de julio. A preguntas del letrado Sr. Pérez manifiesta que se conocieron sobre la una del mediodía. Que estuvieron tomando unas copas y luego sobre las 7 de la tarde volvieron a coincidir en otra Plaza. Que conoció a los cinco. Que estaban de juerga y echando risas. Que tuvo una relación más cercana con Antonio. Que sobre las 11 de la noche se alejaron del grupo. Que se habían fijado el uno del otro. Que luego volvieron y sus amigas se habían marchado. Que se quedó sola con los cinco. Que eran majos y normales. Que tuvo relaciones sexuales con Antonio. Que entre la una y las dos, Antonio y su primo la acompañaron a la parada del taxi. Que le parecieron atractivos. Que estaban todo el rato rodeados de chicas. Que mientras lo vió la declarante, era un continuo ir y venir de chicas. Que no le parecieron violadores. Que si hubiera estado incómoda o violenta no se hubiera quedado con ellos. A preguntas del Ministerio Fiscal, manifiesta que las relaciones sexuales las tuvieron entre las 11 y la 1 de la mañana. Que en ningún momento le propusieron a la declarante mantener sexo en grupo. Que el Sr. Guerrero no le dijo que fuera habitual para ellos practicar sexo en grupo. A preguntas del Letrado Sr. Bacaicoa manifiesta que entre la 1 y las 2 de la mañana Antonio y su primo la acompañaron hasta el taxi y ya no los vió más. Que no estuvo en ningún inmueble. Que no lo sabe asegurar pero cree que le hizo una llamada perdida a Antonio. Que no sabe la hora. Que su número es el xxxx. A preguntas del letrado Sr. Sarasa manifiesta que se intercambiaron los teléfonos. Que Antonio le dijo que era funcionario. Que la declarante también le dijo en qué trabajaba. Que no les vio consumir drogas. Que solo alcohol. A preguntas del Letrado Sr. Canales manifiesta que el trato de los cinco fue bueno. Que fueron educados. Que no la insultaron.

    El voto particular de la sentencia, en la página 192: “sin embargo, no resulta extravagante en ellos si consideramos que la instrucción reveló que, al menos uno de ellos, ya había mantenido una relación sexual (consentida) esa misma mañana en el baño de un céntrico bar de Pamplona (así resulta de la declaración testifical obrante a los folios 940 y 941 de los autos).” Surgen muchas preguntas con respecto al robo del teléfono y el trato que recibió Clara por parte de ellos 5: ¿por qué Guerrero no le robó el teléfono a Elena Pinto? ¿por qué Guerrero solo le robó el teléfono a Clara y no la cartera? ¿por qué el grupo de los 5 se comportó de manera tan grosera con Clara, y no con Elena Pinto? ¿porqué Guerrero intercambió su teléfono con Elena Pinto, pero el grupo no intercambió teléfonos con Clara? Creemos que porque Clara produjo rechazo en ellos, debido a su histrionismo. Los acusados se avergonzaban de ella; además, anteriormente percibieron la tirantez entre Guerrero y Clara. De otra manera no se entiende que fueran tan caballerosos con Elena y tan despreciativos con Clara.

    Las cosas no ocurrieron porque sí, sin motivo; tuvo que haber una motivación psicológica para que se comportaran de la manera que lo hicieron con Clara. La sentencia mayoritaria da una pista en la página 89: “En cualquier caso, los resultados que aprecian los peritos propuestos por la defensa, como resultado de la administración de este cuestionario, que define un perfil de personalidad en el que se observa la existencia de rasgos histriónicos y límites (Cluster B) y dependiente y ansiosos (Cluster C) de personalidad, no desvirtúan las consideraciones que antes hemos realizado, valorando contradictoriamente la información pericial que se nos proporciona, sobre el perfil de personalidad de la denunciante y el modo en que los hechos objeto de enjuiciamiento han incidido sobre su personalidad y desarrollo vital.”. Y en la página 78: “ No se ha determinado que presente un escaso control de los impulsos o priorización de sus necesidades actuando a fin de cubrirlas y sin tener en cuenta las reglas sociales establecidas, como informan los peritos de la defensa.”.

    En la página 269 del voto particular de Ricardo González, dice esto: “Asimismo, frente a la mera afirmación de la sentencia mayoritaria de que “no se ha determinado que (la denunciante) presente un escaso control de los impulsos”, no puedo evitar las dudas que suscita el hecho de que la escala de Autocontrol sea, de entre todas las valoradas, la que llamatívamente ha obtenido la puntuación más baja, dato este del que la Sala ha podido tomar conocimiento gracias a que los peritos de la defensa han aportado los resultados de su análisis y así constan (en lo relativo al Cuestionario de Personalidad que analizo) en la página 16 de su informe (lo que se traduce, según se expone en la página 18 –folio 426 vto. del rollo de Sala-, en “Evidencia un bajo control por su superego. Se rige por un sistema alterno y personalizado, dándole énfasis a sus impulsos y necesidades; no se deja llevar por las reglas establecidas por la sociedad.”) Respecto a estas últimas palabras de R. González, tenemos una muestra evidente de sus impulsos durante su declaración ante Agustín Martínez: Permítame un paréntesis, ¿esa es su manera habitual de sentarse? [la declarante tiene el pie izquierdo en la base de la silla, bajo la pierna derecha, en postura de semi yoga. Está sentada así durante toda la declaración]. Perdón. No, no, no, si el presidente del tribunal se lo permite, yo no tengo ningún problema. Presidente del tribunal: Se puede sentar como desee. La pregunta era, y permítame el paréntesis, es que esa era exactamente la misma forma que tenía usted de sentarse en el banco cuando fue atendida por la policía. Estaba usted sentada en la misma posición que mantiene ahora. Esa es la forma más cómoda. Es verdad que ahora a lo mejor no es la mejor forma… Mientras que el presidente… Presidente: Nadie le ha dicho nada. Siéntese como se sienta cómoda, de verdad.[Vuelve a la posición de semi yoga] - Es como me siento más cómoda al sentarme, sí. pues el informe de las peritos del INML, en este punto, guarda absoluto silencio. En la valoración del “Inventario de la Personalidad MMPI-2-RF” todos los peritos coinciden en descartar cualquier trastorno de personalidad e igualmente coinciden en concluir que la denunciante evidencia facilidad para molestarse y perder la paciencia con los demás, así como para irritarse con pequeñas cosas, por lo que entiendo que es una conclusión que puede aceptarse sin reparos.“. Y en la página 280: “Los peritos de las defensas se refieren a estos síntomas bajo la denominación de “Criterio D” y concluyen que no concurre en razón a que consideran la irritabilidad como algo inherente a la propia personalidad de la evaluada (algo que las peritos forenses también tienen afirmado en la página 7 de su informe) y que las dificultades de concentración no se han podido objetivar durante la entrevista que se le hizo.”)

    Con respecto a la irritabilidad de Clara, es cierto que se cumple. Valga de ejemplo la impertinencia que le contestó a Guerrero en la plaza del Castillo, después de que este le preguntara sobre la final de fútbol entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid.


    F: ¿En qué estado se encontraba ella?

    C: Ella estaba normal, es más, me preguntó que dónde íbamos de fiesta...o sea que se pensaba venir con nosotros. (es obvio que Clara haría esta pregunta a Cabezuelo con los ojos abiertos...)

    F: ¿O sea que la vio usted normal?

    C: Sí, claro.

    F: Vale, no estaba enfadada por ejemplo, porque le dijera que no iría con ustedes.

    C: No.

    Y más adelante, Cabezuelo declaró lo siguiente sobre el teléfono móvil:

    F: Cuando se van de allí, ¿usted no vio que el señor Guerrero tiraba un teléfono a la basura?

    C: No, no pude verlo.

    F: ¿Tampoco comentó nada en ese momento?

    C: No.

    F: A ver, ¿después de esa identificación no dijo “que me he llevado el teléfono?”

    C: No, la verdad es que en ese momento no comentó. No es cierto. Tras la identificación en la plaza de toros, los acusados tomaron la decisión de deshacerse del móvil de Clara.

    El final del suceso en el cubículo, según Escudero, ante la fiscal:

    F: ¿Cómo salieron del portal?, ¿Recuerda si salieron todos juntos, si salió usted el primero, el último?

    E: Pues, creo recordar que yo fui el último en salir. El orden no lo recuerdo bien pero lo que sí sé es que fui el último.

    F: ¿Salieron todos juntos?

    E: Uno un poco antes, otro después...no sé, escalonado más o menos.

    F: ¿Pero más o menos a la vez o uno salió cinco minutos antes y el otro estuvo fuera esperando?

    E: Pues no lo recuerdo.

    F: Pero usted si recuerda o cree recordar que pudo ser el último en salir del portal.

    E: Sí.

    F: ¿Usted vio algo respecto del teléfono?

    E: No.

    F: ¿Usted vio coger el teléfono?

    E: No.

    F: ¿Usted vio dónde estaba la riñonera de la chica?, ¿lo recuerda?

    E: No.

    F: Como le he preguntado al señor Prenda, ¿a usted no le dijeron nada del teléfono?

    E: No, en ningún momento. Es mentira. Todos los acusados conocieron el robo del móvil.

    F: ¿Cuándo se enteró de que le habían sustraído el teléfono a la denunciante?

    E: Yo me enteré en la cárcel.

    Y al final del interrogatorio de la fiscal, Escudero respondió:

    F: Unas últimas cuestiones que me gustaría hacerle. Cuando se fueron del portal, ¿cómo se quedó ella?, ¿cómo estaba la chica?

    E: Ella estaba terminándose de vestir. Ella nos dijo, “¿dónde vamos?”; en ese momento yo miré donde estaban ellos y estaban saliendo y en ese momento me quedé ahí en medio que no sabía si para la izquierda o para la derecha y escuché un “nosotros (En esta parte de la declaración se puede ver que Clara tenía intención de continuar de fiesta con los acusados, como he dicho anteriormente. No solo se lo comunicó a Cabezuelo, sino al grupo en general, como se verá más adelante en la declaración de Boza) nos vamos de fiesta, tú no sé”; y ella como que se me quedó mirando y le dije, “adiós”:

    F: ¿Usted la vio que se encontraba bien?, ¿estaba afectada?, ¿cuál fue su reacción? Porque por lo que usted manifiesta, fue el último que tuvo contacto con ella.

    E: La reacción de ella era terminar de...o sea, se estaba terminando de vestir y de mirarme como “¿dónde vamos?”, ella estaba como diciendo “vamos a seguir la fiesta”, y es cuando yo escuché eso y a continuación le dije “adiós”.

    F: ¿Y en ese decirle usted “adiós”…”

    E: Yo le dije “adiós” y giré la cabeza, yo le puse cara mía de pena como diciendo “adiós, nos vamos”, como “no vamos a seguir contigo de fiesta, lo siento”.

    F: Ya, le pregunto si recuerda usted si hubo alguna reacción por parte de ella, si le dijo...poder insultar…

    E: No, no me insultó.

    F: ¿No hubo ninguna reacción?, ¿ni “ojalá pudiera ir con vosotros” ni...nada?

    E: Ella dijo que quería venir con nosotros.

    F: Sí, pero al decirle que no...

    E: Le dije que no y me giré, yo ya no la vi más a ella.

    F: ¿Y ella no le dijo nada?

    E: No.

    La declaración de Boza sobre el final de lo sucedido en el cubículo:

    F: En todo el tiempo que estuvieron ahí, ¿en todo el tiempo se mantuvieron relaciones sexuales o al final estuvieron hablando?

    B: ¿En el tiempo que estuvimos nosotros en…?

    F: Dentro del portal, en la zona donde subieron, ¿en todo el tiempo se mantuvieron relaciones sexuales del principio hasta el final?

    B: Si.

    F: Cuando se van, ¿Cómo se van ustedes?, ¿recuerda si se va antes, después, quien se queda, se va, cómo salen?

    B: Eh, nos vamos pues...vamos saliendo al igual que entramos, no recuerdo el orden pero vamos saliendo normal.

    F: ¿Usted por ejemplo recuerda si salió el primero, el último, entre medio?, ¿no lo recuerda?

    B: Es que no recuerdo ni el orden en el que entramos ni en el que salimos...es que son detalles que...

    F: ¿Recuerda si se reunieron entre ustedes en el mismo portal o más adelante?

    B: En el mismo portal, estábamos juntos en el portal.

    F: ¿Cómo estaba la denunciante cuando usted sale?

    B: Cuando yo salgo creo recordar que no soy de los últimos que sale o sea que cuando yo salgo creo que estaba haciendo algo todavía con algunos de mis amigos pero no le se precisar porque no lo recuerdo.

    F: Vale, por lo tanto, ¿la denunciante con usted en principio no mantiene ninguna conversación de “¿a dónde vais?”, “vamos de fiesta”, “me voy con vosotros”...con usted eso ya no habla?

    B: Sí, ella manifiesta que se quiere venir con nosotros de fiesta, que quería continuar la fiesta con nosotros.

    F: Se lo pregunto porque igual he entendido yo mal, creo que me ha dicho que usted no es de los últimos en salir, que sale antes y que todavía creía que se habían quedado ahí haciendo alguna cosa.

    B: Sí.

    F: Entonces, ¿Cuándo le pregunta a usted si van a ir de fiesta, está todavía haciendo algo con alguien?

    B: Pero...bueno están haciendo algo pero puede ser que estén hablando o...

    F: Pero le pregunto que me lo explique.

    B: Sí, sí, se lo explico, se lo explico, vamos...pues cuando yo me refiero a que se pudieron quedar haciendo algo...se podían quedar hablando y de hecho así fue...yo recuerdo que ella...yo escuche de su boca que dijo la expresión “¿A dónde vais?”, por ejemplo, “yo quiero salir de fiesta con ustedes”.

    F: ¿Y qué le contestó?

    B: Yo en ese momento, sinceramente no recuerdo lo que le contesté pero creo que le dije que nosotros queríamos seguir por nuestro lado pero no sé precisarle, no recuerdo muy bien eso, yo seguí para adelante y...

    F: ¿En esa conversación ella anímicamente cómo estaba?, ¿sonriente, divertida?, ¿estaba enfadada?, ¿cómo estaba?

    B: En todo momento que estuve en el portal yo no veo que lo pase mal, que esté enfadada con algo, que algo le disguste...es que no veo eso en ningún momento.

    F: ¿En ese último en que se despiden y dice “me voy de fiesta con vosotros” y ustedes le dicen “no”...?

    B: Es que en ese momento ya le digo, no lo recuerdo muy bien, no lo sé precisar. Yo recuerdo seguir para adelante y se quedaron...no recuerdo quién se quedó el último. Yo personalmente fue así.

    F: ¿Usted vio cuando se iban a ir dónde se encontraba la riñonera de la denunciante?

    B: ¿Qué si yo vi dónde se encontraba la riñonera? No.

    F: ¿Usted sabe algo del teléfono de la chica?

    B: Yo no sé nada de eso.

    F: ¿Usted no cogió el teléfono?

    B: No.

    F: ¿No vio a ningún de sus compañeros cogerlo?

    B: No.

    F: ¿No vio a ninguno que quitara las tarjetas ni la funda?

    B: No.

    F: ¿A usted le entregaron el teléfono?

    B: Lo vería vamos, porque robarían algo muy chico, muy minúsculo y tal y... no vi nada de eso.

    F: ¿Cuándo se enteró usted de que el teléfono faltaba entonces?

    B: Básicamente cuando llegamos a comisaría me enteré de que estábamos acusados del delito que estamos acusados y de aparte de un robo con violencia o intimidación de un móvil.

    F: Usted lo sabe, porque lo ha manifestado él mismo, no se lo descubro yo, que el señor Guerrero manifestó en su escrito de defensa que se lo había llevado él, ¿a usted no se lo dijo en ningún momento?

    B: No.

    F: ¿No es cierto que a usted le entregó el teléfono móvil el señor Guerrero cuando salieron del portal?

    B: No. Es falso. Guerrero le dio el teléfono a Boza para que lo manipulara. En la página 112 de la sentencia mayoritaria dice lo siguiente: “En contradicción con su manifestación en la indagatoria, donde expresó con relación al teléfono de la denunciante: “… no recuerda que nadie se lo llevara, él no se lo llevó y tampoco recuerda que ninguno de sus amigos se lo llevara”; adujo en el escrito de defensa: “… Mientras mantenía relaciones sexuales con JOSÉ ANGEL PRENDA, DON JESUS ESCUDERO y DON ALFONSO CABEZUELO, DON ANTONIO MANUEL GUERRERO ESCUDERO aprovecha la distracción de DOÑA CLARA para abrir su bolso (una riñonera), el cual había dejado DOÑA en el suelo junto con otras pertenencias (las cuales eran suyas y también de los demás) y hurtar un teléfono móvil que se encontraba en el mismo. Esta acción la hace él mismo, entregando inmediatamente el teléfono a DON ÁNGEL BOZA FLORIDO.(…).”.Matizó este extremo , durante su declaración en el acto del juicio oral, donde manifestó que mientras estaban manteniendo sus otros amigos relaciones sexuales con la denunciante, abrió su riñonera que estaba en suelo y cogió el teléfono para que las, sacó la funda y las tarjetas y las tiró al suelo, no dijo a nadie que había quitado el teléfono a la denunciante y se lo quedó por avaricia.”

    F: ¿No es cierto?

    B: No.

    La declaración de Prenda sobre el final del suceso en el cubículo:

    F:¿Usted cuando se va recuerda si habían salido ya todos, si estaban algunos...?

    P: No lo recuerdo. No lo recuerdo.

    F: ...¿Dónde se reúnen?

    P: Fuera, en el portal. En la calle.

    F: En la calle.

    P: Sí.

    F: O sea, que ya van saliendo y se van juntando todo el grupo y luego ya se desplazan.

    P: Sí.

    F: Antes de terminar, antes de terminar ustedes me refiero, antes de terminar ustedes, sí que parece ser que se practicó otra... Bueno, otro tipo de acto sexual, ¿recuerda usted?. Me refiero al beso negro, ¿cómo fue eso?

    P: Sí. No fue justo cuando terminó. Ella me hizo el beso negro a mí y justo después yo, no sé cómo decirlo... Lo voy a decir con mis palabras y pido perdón de antemano, le toqué el clítoris, le masajeé el clítoris, no sé cómo decirlo, pero... Después del beso negro a mí ella, yo le hice eso.

    F: ¿Antes se lo había hecho a Alfonso o fue después?

    P: El beso negro primero se lo hace a Alfonso, luego me lo hace a mí y yo termino masajeándole el clítoris, con perdón de la expresión si está mal dicha.

    F: Eso ocurre al final, ¿lo recuerda usted o no?

    P: Eso no sé si ocurre a cinco minutos del final, a diez minutos del final... No lo recuerdo. Pero sí que me acuerdo que después de masajearle el clítoris, me fui a masturbarme y yo acabé ahí. En el momento de que yo estoy un poco retirado... Es que, ya le digo, no sé si estoy en el habitáculo o estuve un metro más para el lado... no me acuerdo exactamente donde fue, pero sí que es verdad que una vez que hago eso, me pongo un poco apartado, me masturbo y...

    F: Por las franjas horarias que estamos manejando con los vídeos, ustedes, esto, la foto del beso negro, ocurre a las 03.26.03. Ustedes a las 03.27 están en la calle. Aun así, ¿hizo todo lo que me está diciendo, en un minuto? (La foto del beso negro se tomó a las 3:26:03 sistema horario UTC+2 (Universal Time Coordinated). La imagen del grupo entrando en la avenida Roncesvalles, tras salir del portal es a las 3:22:38 sistema horario CET (Central European Time), por lo que hay un desfase horario entre el sistema CET y el UTC de 4 minutos y 3 segundos. Esto significa que la cámara recogió la imagen del grupo a las 3:26:41 en sistema horario UTC+2. Por ello, entre el instante de la toma de la imagen del beso negro y el grupo entrando por la calle Roncesvalles, trascurrieron 38 segundos. En esos 38 segundos, Prenda tuvo que masajear el clítoris a Clara, masturbarse, coger la ropa y vestirse, salir del portal y caminar hacia la esquina entre las calles Paulino Caballero y Roncesvalles. Es materialmente imposible que Prenda hiciera todas esas acciones en 38 segundos. Prenda mintió en esa parte del relato.

    La fiscal Elena Sarasate argumentó, y evidenció con lógica y sentido común la imposibilidad para realizar las acciones relatadas por Prenda en ese lapso temporal de 38 segundos. Pero si aplicamos la misma lógica y sentido común, Elena Sarasate no tiene más remedio que admitir que cuando anteriormente Boza, Guerrero, Cabezuelo, y Escudero y Clara intentaron acceder al portal, esta última estuvo esperando escondida la llegada de Boza, como mínimo durante 39 segundos, hasta que finalmente se besó con él; y no estuvo apoyada, como afirma la sentencia mayoritaria en los hechos probados (página 15 de la sentencia): Entretanto, “la denunciante” y los otros cuatro procesados, permanecían apoyados en la pared divisoria del acceso a los garajes de los inmuebles número 3 y 5 de la Calle Paulino Caballero. Además, después del beso siguió esperando hasta que finalmente Prenda les franqueó la entrada. Esto es una evidencia irrefutable de que Clara siempre tuvo la intención de acceder al portal con los acusados para mantener sexo voluntariamente. Nadie le obligó a entrar en el cubículo.


Imagen 82. Hora en la que Guerrero realizó la foto del beso negro, 3:26:03 UTC+2. (Universal Time Coordinated)


Imagen 83. Este fotograma de la cámara del Caixabank, está recogido a las 3:22:38 CET (Central European Time). Es la primera imagen del grupo accediendo a la calle Roncesvalles
Imagen 84. Momento en el que Cabezuelo, con los brazos extendidos, contacta con una chica situada sobre el Monumento al encierro. La hora marcada por la cámara es 3:23:25 CET (Central European Time), 57 segundos después del primer fotograma que capta al grupo en la esquina del Deutschebank, tras salir del portal. La Policía Foral se equivoca en la imagen grande, porque Cabezuelo es la figura de la flecha y círculo verde.


Imagen 85. La misma acción de Cabezuelo con la chica del monumento, desde otro punto de vista, desde la cámara situada al pie del monumento. El horario que marca esta cámara es 3:27:28 UTC+2 (Universal Time Coordinated), por lo que hay un desfase horario de 4 minutos y 3 segundos con respecto al sistema CET (Central European Time) de la cámara de la Caixa


    P: Sí, sería... ya le he dicho, que no recuerdo si cinco, si diez, si un minuto. Después de eso me masturbé.

    F: Usted eyaculó dentro del portal.

    P: Sí.

    F: ¿Recuerda en qué parte?

    P: No, no lo recuerdo.

    F: ¿No recuerda haber eyaculado, si no dentro, sí cerca de la denunciante?

    P: No.

    F: Ha escuchado usted que había semen suyo...

    P: Sí, sí.

    F: ...en las bragas de la denunciante.

    P: Pues... antes de llover chispea. No me daría cuenta si en uno de esos momentos se me fue un poco, pero, vamos, yo acabé solo masturbándome. Eso sí que lo recuerdo cien por cien. No sé si antes, como estaba excitado, obviamente, se me escapó un poco. (De como eyacularon los acusados se infiere, que la mayor parte de las veces no lo hicieron dentro de Clara. Eyacular fuera fue intencionado. Cabezuelo cuenta que cuando tuvo a Clara encima de él, le dio asco esa postura y cambiaron rápidamente, seguramente por el semen esparcido por el suelo)

    Y más adelante:

    F: ¿Cómo terminó la relación con ella? Me refiero, ¿cómo se fueron del lugar?

    P: Pues yo ya le he dicho, una vez que terminé, me vestí, cogí mi ropa y me fui.

    F: No sé, porque usted me ha dicho que no sabe en qué orden salieron...

    P: No recuerdo...

    F: Usted no recuerda si era el último, no puede recordarlo.

    P: El último yo juraría que no fui, no me acuerdo, pero yo juraría que no, que no fui el último.

    F: ¿Recuerda usted, cuando entraron al portal, que la denunciante llevaba una riñonera?

    P: Sí.

    F: ¿Recuerda dónde estaba la riñonera o no?

    P: No me acuerdo de si ella llevaba una riñonera o no. Le he dicho, no soy detallista en el sentido de quedarme... No soy una persona muy observadora (anteriormente Prenda había declarado, que no recordaba la conversación del hotel Europa, que no recordaba nada del recorrido de las calles, la puerta de cristal esmerilado del portal o que el viera el cubículo cuando accedió al portal junto con la vecina. Prenda demuestra ser muy despistado). No me acuerdo si llevaba una riñonera o no.

    F: Bueno, cuando estaban en el lugar, que el lugar es de tres metros cuadrados, quiero decir que tampoco es esta sala, ¿usted vio alguna riñonera en el suelo?

    P: Bufff. No podría decirle, no le podría decir, no me acuerdo.

    F: Usted manifestó (ante el juez instructor) que no sabía nada de lo que había ocurrido con el teléfono móvil de la denunciante. Prenda vuelve a mentir en este punto; al igual que el resto de los acusados, fue consciente del robo del móvil en el cubículo.

    P: Sí.

    F: ¿Sigue manteniendo lo mismo?

    P: En su momento no sabía nada y me enteré más tarde de lo que había pasado con el teléfono.

    F: ¿Y de qué se enteró?

    P: De que le habíamos cogido el teléfono, de que uno de nosotros le había cogido el teléfono a la chica. En su momento en la comisaría nos dijeron que estábamos, aparte de la agresión sexual, por un robo con violencia y.. "¿cómo?". No sabíamos en ese momento absolutamente nada ninguno de los cinco dijo nada. Estábamos "imposible, imposible", nadie... que no, que no nos hacía falta que no lo hemos hecho… Seguramente Prenda y el resto, pactaron antes de la detención, mientras iban de regreso al coche situado en la calle Doctor Simón Blasco, negar el robo del móvil. Y ya después me enteré, ya una vez en prisión, no me acuerdo exactamente a que altura de la detención fue, pero sí que es verdad que me enteré de que uno de nosotros le habíamos cogido el teléfono.

    F: ¿Quién lo había cogido?

    P: Antonio Manuel Guerrero

    F: Antonio Manuel Guerrero

    P: Sí.

    F: Y usted ni lo vio...

    P: En su momento no.

    F: ... Ni tampoco le dijo nada ni les dijo nada a ustedes cuando salían del lugar.

    P: En su momento se calló.

    F: Se calló. ¿y le contó a usted por qué había cogido el teléfono?

    P: No.

    F: ¿No han hablado de ese tema?

    P: No.

    F: O sea, que usted ni le vio coger el teléfono, ni le vio arrojar la funda y sacar la tarjeta de memoria y la tarjeta sim y arrojarlas por el pasillo.

    P: Eso no lo vi.

    F: Ni tampoco comentó nada en ese momento.

    P: Él no comentó nada.

    F: De acuerdo. Cuando salen del portal, ¿usted recuerda cómo estaba la denunciante?

    P: Puff, pues dentro.

    F: Sí, dentro obviamente, pero me refiero a cómo estaba, ¿estaba ya vestida, desnuda, hablan con ella?

    P: Yo cuando salgo.. pues... no recuerdo cómo estaba ella. Si se estaba vistiendo en ese momento, si estaba aún desnuda... No lo recuerdo.

    F: Le preguntó usted, por ejemplo "oye, qué tal, has estado bien, te lo has pasado bien...".

    P: No le pregunté.

    F: ¿Por algún motivo en concreto?

    P: No, ningún motivo en concreto, no le pregunté.

    F: Usted tiene, creo que me lo dijo y si no me corrige… ¿usted cree que lo pasaron bien, todos?

    P: Sí.

    F: ¿Todos?

    P: Todos.

18-LA SALIDA DE CLARA DEL PORTAL

    Clara cuenta la salida del portal ante la fiscal:

    F: Cuando salió del lugar, ¿Cómo se encontraba usted, cuando salió del portal?

    C: Yo estaba en estado en shock y al no encontrar el teléfono, porque mi intención era llamar a Rubén, porque era la única persona que estaba ahí, en Pamplona me refiero, y al que podía llamar. Al no encontrar el teléfono y verme sola y seguir en estado de shock, empecé a llorar, empecé a llorar muchísimo (Si Clara seguía en estado de shock ¿como es que no empezó a llorar en el mismo momento que comenzaron las felaciones y penetraciones? ¿por qué rompió a llorar solo en el momento que descubrió que le habían robado el teléfono?) y quería ir al coche pero necesitaba tranquilizarme y decidí sentarme en un banco que había en la calle. Y empecé a llorar. (Otra vez dice que empezó a llorar.) Estaba hundida en ese momento. Anteriormente, ante el juez instructor Edilberto Esteban, el 8 de julio había declarado (folio 119): ”Que inmediatamente salió y se sentó a llorar en un banco y se acercaron un chico y una chica.”

    F: Cuando usted salió del portal, ¿recuerda si se cruzó con alguna persona? repetimos nuevamente la comparecencia del atestado, el 7 de julio de 2016 a las 06:01, de la agente municipal 455 (folio 6 de autos), que dice lo siguiente: “Que se ha vestido y ha salido a la calle para pedir ayuda

    C: Salí del portal y me senté en el banco para tranquilizarme Paradójicamente, se sentó en el banco pero no trató de pedir ayuda, porque en ese momento toda su obsesión era la falta del móvil y es ahí cuando una pareja se acercó y me empezó a decir: "Tranquilízate, no llores, tranquila, ¿qué ha pasado?". Y yo les dije que me habían robado el teléfono. Ellos me dijeron que tampoco era tan importante, que me tranquilizara, que simplemente me habían robado el teléfono. Yo tampoco tengo un recuerdo de cómo sucedió la situación, yo le puedo decir alguna frase suelta que me acuerdo de decirles. Después de que "me han robado el teléfono" les dije "han sido ellos, han sido ellos" o algo así. Y ya luego recuerdo a la Policía.

    F: Cuando salió del portal, antes de que llegara esa pareja, ese chico y esa chica que se acercaron y es con quienes usted empieza a hablar y finalmente llaman a la Policía, ¿recuerda si se cruzó con alguien, si había mucha gente en la calle?

    C: Del portal al banco no me crucé con nadie si del portal al banco no se cruzó con nadie ¿por qué la agente municipal 455 afirma que Clara le contó que buscó ayuda?. Obviamente eran Sanfermines y había gente, pero no muchísima gente, habría dos personas por la calle. Más adelante se van a ver, fotografías en el Monumento al encierro de la avenida Roncesvalles y la avenida Carlos III. Ciertamente, la avenida Roncesvalles, en el cruce con Paulino Caballero estaba poco transitada, pero eso no justifica que si su intención era pedir ayuda, se sentara en el banco, en vez de avanzar unos pasos hacia la confluencia con la avenida Carlos III, donde sí habían personas.

    F: Usted cuando salió, después de irse los chicos, que tardó unos minutos, ¿salió mirando a ver si los podía localizar?

    C: No, salí tratando de ubicarme, tranquilizarme e ir al coche (pero nunca pedir ayuda), pero no lo conseguí y me senté en un banco.

    F: ¿Se fijó o miró a ver si podían estar en las inmediaciones?

    C: No, ni lo pensé ni me fijé.

    F: Una cosa que se me había olvidado. Cuando sale usted del portal, después de buscar el teléfono en la riñonera y ver que le falta, ¿usted no se fijó que estaban las tarjetas y las fundas de teléfono en el portal?

    C: No, yo cuando vi que no encontraba el teléfono móvil y no podía llamar a Rubén, me empecé a poner muy nerviosa y empecé a llorar obsérvese nuevamente, como Clara afirma empezar a ponerse muy nerviosa y comenzar a llorar justo cuando averiguó que no encontraba el móvil, pero no en el momento en que supuestamente comenzó la violación. No dice nada de que despertara sola y desnuda, como aseguró a la agente 455 el 7 de julio y no me fijé en nada. Simplemente cogí mi riñonera y me fui, llorando porque lo que quería era el teléfono móvil y no lo tenía, me lo habían robado.

    F: ¿Pero era porque le importaba mucho el teléfono móvil o era muy valioso?

    C: No, porque quería llamar a Rubén, era la única persona que tenía, a la que quiero, en Pamplona y después de eso solo quería llamarle y decirle que viniera a buscarme, que no sabía dónde estaba pero que viniera. Y no podía. Entonces fue cuando me entró toda la impotencia y todo el miedo, y dije "es que no tengo ni el móvil". Pero no era por el teléfono móvil, me da igual el móvil. Era por poder localizarle.

Imagen 86. Recorrido que realizó Clara tras salir del portal hasta sentarse en el banco. Obsérvese el punto donde Clara cambia de dirección porque decide sentarse.


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    La declaración ante el juez instructor Esteban Iglesias, el 16 de septiembre del 2016 (folio 927), de Beatriz Andueza Sanz, que fue junto a Mikel Lecertua Monreal, las primeras personas que contactaron y atendieron a Clara, dice así: “Que la vieron en el banco llorando, se acercaron a ver qué pasaba. Que estaba sola. Que al principio la chica no podía hablar. Que les dijo que había perdido el móvil, o algo así. Que le preguntaron a ver lo que le había pasado y ella seguía llorando y no hacía frases coherentes. Que decía frases cortas o palabras sueltas y seguía llorando. Que la chica seguía llorando y diciendo lo del móvil, y le dijeron que no era para tanto perder un móvil… A preguntas del letrado Sr. Canales Cid manifiesta que la chica no pidió ayuda. Que fueron ellos los que se acercaron. Que no sabe lo que hubiera pasado si no se acercan. Que lo primero que les dijo es que no tenía móvil o que lo había perdido, que no lo puede precisar”. La comparecencia de la agente municipal 455, del atestado policial del 8 de julio (folio 6 de autos) dice lo siguiente: “que se ha vestido y ha salido a la calle a pedir ayuda. Obsérvese los hechos en orden cronológico: Beatriz admite que Clara no tuvo intención de pedirles ayuda ni a ella ni a Mikel, y posteriormente, cuando llega la agente municipal 455, Clara le cuenta que estuvo buscando ayuda, porque seguramente ya se habían marchado Beatriz y Mikel después de haber sido filiados como testigos por los policías municipales. Además, la cámara de seguridad muestra como Clara recorre por Paulino Caballero el camino inverso que la llevó hasta el portal, y en un momento dado decide cambiar de dirección para sentarse en un banco, el más próximo de la calle Roncesvalles. Desde luego, las imágenes no muestran que Clara pidiera ayuda a ningún transeúnte, aunque volvemos a repetirlo, sí dijo que lo hizo a la agente municipal 455. Volvemos a mencionar lo que declaró Clara ante la fiscal en el juicio: Usted cuando salió, después de irse los chicos, que tardó unos minutos, ¿salió mirando a ver si los podía localizar? No, salí tratando de ubicarme, tranquilizarme e ir al coche, pero no lo conseguí y me senté en un banco.

    La propia sentencia mayoritaria, en la página 35, advierte de la importancia de las declaraciones testificales de los agentes que intervinieron desde el primer momento: “Las declaraciones testificales en la sesión de juicio oral celebrada el pasado 15 de noviembre, de los Agentes de Policía Municipal que intervinieron “in situ” muy poco tiempo después de cometerse los hechos. Estas declaraciones, son particularmente relevantes en cuanto testimonio de referencia y por tanto como elemento de corroboración que avala entre otros la credibilidad objetiva o verosimilitud de la declaración de “ la denunciante”


Imagen 88. Clara en el cruce de la calle Paulino Caballero y avenida Roncesvalles. Obsérvese dentro del círculo rojo dos personas a las que Clara hubiera podido pedir ayuda


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Imagen 91. En ese punto de su recorrido, Clara cambia de dirección hacia el banco
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Imagen 105. Clara toma asiento en el banco, a las 3:28:07 GMT

Imagen 106. Momento en el que Beatriz y Mikel entran en contacto con Clara, a las 3:29:22 GMT, 1 minuto y 15 segundos después de que se sentara

Imagen 107. Coche de la policía municipal atendiendo a Clara, tras el aviso de Mikel al 112. La imagen pertenece a la cámara situada junto al Monumento al encierro



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Imagen 109. Clara sentada en el banco, con las piernas sobre el asiento, en posición buda o flor de loto. En el juicio oral declaró en la misma posición.

    Clara respondiendo a Martínez Becerra sobre su salida a la calle:

    A: Vale. Igualmente, siguiendo esta misma declaración, siguiendo estos comentarios que usted realizó al primer agente con el que pudo hablar (agente municipal 455), ¿le dijo usted al agente que usted comenzó a gritar?

    C: No lo recuerdo, no, no.

    A: Porque usted no gritó.

    C: No, yo no grité.

    A: No gritó. Igualmente, ¿se despertó usted desnuda?

    C: No me dormí.

    A: Entonces, entiendo que usted tampoco le dijo al agente, con el primero que habló, que "no recuerda nada porque se ha despertado desnuda y sola". Usted no se durmió.

    C: No, no me dormí. Me refiero, yo estaba con los leggins bajados y con la camiseta pero sin el sujetador. Entonces no estaba ni dormida... y desnuda, bueno, depende de cómo lo interprete. La comparecencia del 7 julio del atestado policial de la agente 455 (folio 7 de autos) cuando esta interrogó a Clara en el banco de la Avenida Roncesvalles, justo después de lo sucedido en el cubículo, dice lo siguiente: “Que desde ese instante, no recuerda nada, solo que se ha despertado desnuda y sola. Que se ha vestido y ha salido a la calle para pedir ayuda”. La misma agente 455, ante el juez instructor (folio 930) declaró: ”Que ella dio una descripción bastante detallada...Que hizo referencia a que dos tenían tatuajes por la zona de la tripa o el pecho”.

    La declaración ante el juez instructor del agente municipal 672 (folio 934) dice así: “Que la chica también dio la descripción...Que la chica dijo que a partir de la penetración no recordaba nada más hasta que se despertó en el portal...Que dijo que cuando se despertó estaba sola”. Obsérvese como en un principio, en el relato ante los agentes 455 y 672, dice no recordar nada después de despertar, aunque curiosamente si pudo referir la existencia de tatuajes en la barriga de 2 de los acusados. Posteriormente, en la denuncia policial de Clara (folio 20), ya no hace ninguna mención a que despertara después de la violación: ”Que seguidamente los cuatro chicos se han marchado corriendo del lugar. Que Clara se ha levantado del suelo y se ha puesto bien la ropa, saliendo a la calle”. Clara, en el trascurso de 4 horas, había pasado de relatar ante los agentes 455 y 672 que despertó sola y desnuda, a que los acusados salieron corriendo del cubículo (lo que implicaba que estaba despierta) en la denuncia policial. Como ya he dicho anteriormente, Clara iba cambiando el relato según se sucedían los acontecimientos. Desde luego se podría argumentar al tribunal que la foto del beso Negro, realizada a las 3:26:03, desmiente con rotundidad que Clara quedara inconsciente y despertara después de que los acusados abandonaran el cubículo. Por más que lo nieguen, eso es una contradicción.

    A: Una vez que salió el último usted comenzó a vestirse.

    C: Sí, me vestí, cogí el sujetador y me lo puse, me subí los leggins y el tanga y ya luego cogí el jersey y me lo até a la cadera, y luego cogí la riñonera y vi que no estaba el móvil.

    A: Y a partir de ahí, salió usted a la calle.

    C: Sí, yo cojo la riñonera y veo que no tengo el móvil y entonces es cuando me pongo más nerviosa porque yo quería el móvil para llamar a mi amigo. Salgo del portal hacia la calle pretendiendo ir hacia el coche y antes de llegar decidí sentarme en un banco para tranquilizarme por lo que había ocurrido.

    A: La dirección hacia el coche era otra. Si recuerda, usted venía dirección hacia el coche, digamos por la calle de arriba abajo. Usted lo que hace es volver sobre sus pasos y volver a la calle principal. ¿Es correcto, me equivoco?

    C: Sí, hice eso. Volví a la calle grande.

    A: ¿Usted considera que iba suficientemente bebida o que tenía todas sus condiciones mentales... Por decirlo de alguna manera, a gusto, pero que o tenía sus condiciones mentales mermadas, que no supiese lo que estaba haciendo. ¿Considera usted que iba en condiciones suficientes como para...?

    C: Sí, con respecto al alcohol sí. Estaba en mis plenas condiciones, pero yo acababa... estaba en shock, entonces a lo menor mis capacidades mentales no estaban en su máximo esplendor.

    A: ¿No es más cierto que lo que usted hace cuando se sienta en el banco de la calle Carlos III es intentar pensar y ordenar ideas a tenor de lo que había ocurrido como consecuencia de lo que usted ha dicho que en un momento determinado le preocupó muchísimo, que es la pérdida del móvil. ¿Cómo iba a explicar usted esa pérdida del móvil? El voto particular de la sentencia, en la página 225, relata lo siguiente: “Seguidamente, llegó al lugar de los hechos la Agente de la Policía Municipal nº 455 (sesión del día 15 de noviembre), declarando que acudió andando a la Avda. Roncesvalles en la noche de autos. Afirmó que lleva 17 años en el cuerpo y debido a que tiene mucha experiencia en casos como estos creyó a la denunciante en cuanto le decía, que no hablaba de forma fluida, que le afirmó que la obligaron a entrar en el portal, que ella empezó a gritar y que le taparon la boca, que se despertó desnuda y que se sentaron a tomar una copa en un rellano o recoveco junto a Paulino Caballero nº 5, y luego uno de ellos consiguió entrar al portal. Añadió que respondía de forma contundente cuando decía que la obligaron, que le taparon la boca y que gritaba. Señaló también que, en algún momento, le dijo que le habían robado el móvil aunque no era lo que más le preocupaba y tampoco le manifestó que quisiera comunicar con nadie; si indicó que la chica estaba preocupada y le dijo: “¿Cómo se lo voy a decir a mi madre?”; y en la página 296, hace este razonamiento: ”Que la relación resultara insatisfactoria y emocionalmente traumática es algo que puede admitirse sin mayores reparos si consideramos lo sórdido y crudo de esta y lo deplorable de las circunstancias en que se produjo.”.

    Fue un cúmulo de circunstancias las que le impulsaron a Clara a actuar de la manera que lo hizo. Recordemos que dio largas a su amigo de Palencia Adrián Monja Soto cuando le llamó por teléfono a las 2:57 en la plaza del Castillo, al posponer el encuentro con él hasta la hora del encierro, esto es, para poder tener sexo con los acusados sin ningún impedimento. Clara no fue sincera con Adrián. Por otro lado, en el cubículo accedió a hacer 2 besos negros a 2 de los acusados, un motivo por el que pudo sentirse humillada cuando le dijeron sin ningún miramiento que no querían saber nada de ella, una vez se saciaron sexualmente. Ellos se avergonzaban de su compañía; el hecho de que fuera consciente de que la grabaran en video; las risas y el ambiente festivo de los acusados dentro del cubículo; el robo de su teléfono, todo ello exacerbó su sentimiento de humillación después, cuando decidió sentarse en el banco. Clara utilizó a Adrián y ella fue utilizada por los 5.

    Clara supuso que la habían grabado y por tanto interpretaba que los acusados, con ánimo de humillarla pudieran difundir los videos y la imagen del beso negro, por lo que sus padres y amigos se harían conscientes de la orgía; también surgía el problema del robo del móvil. Y como declaró la agente 455, ante el juez instructor Edilberto Esteban: “Que también estaba preocupada por como se lo iba a decir a su madre”; ¿Cómo podría explicar a sus padres que tuvo sexo con 5 desconocidos y sin protección?; además, Clara llevaba alcohol en su coche, una conducta difícilmente justificable ante sus padres. Estos solamente dejaron que Clara viajara a las fiestas de Pamplona en compañía de su amigo Rubén. Repetimos, Clara tenía un miedo cerval a que las imágenes de la orgía se hicieran públicas en internet. Cuando los acusados le robaron el móvil infirió que las grabaciones fueron hechas con él. Lo reconoce ante la fiscal:

    F: Usted tiene que seguir con tratamiento psicológico.

    C: Sí, sí.

    F: Cuando se enteró que se habían grabado vídeos ¿cómo lo vivió usted?

    C: No daba crédito, no podía entender ni el por qué, ni para qué. Y al ser un caso que ha salido en toda la prensa pensaba que lo iba a ver todo el mundo. Pensaba que todo el mundo sabía quién era. Cuando me cruzaba por la calle con alguien que no conocía pensaba que sabía quién era. Me generaba mucha angustia pensar que los vídeos esos podían salir, podrían habérselos mandado a alguien y que esas personas pudieran venir a mi casa a decirme algo. O a cualquier lado en el que yo estuviera tomando algo con mis amigos.

    Por eso las primeras personas que la atendieron en el banco, Mikel, Beatriz y los agentes 455 y 672 relataron los lloros y su desasosiego tan profundo. Clara demuestra ser muy aprensiva. Lo advierte el informe psicológico de las peritos psicólogas (folio 1240 del sumario) cuando sufrió ansiedad durante la prueba de selectividad de acceso a la universidad:


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    Clara estaba resentida y rabiosa contra ellos 5, y por ello les acusó de violación. Mikel declaró ante el juez instructor (folio 937): “Que gritaba mientras lloraba. Que lloraba con angustia y llamaba la atención”. Y el policía municipal 672 ante el juez instructor (folio 934): “A preguntas del Ministerio Fiscal manifiesta que le parece llanto era de angustia, impotencia y rabia”. La propia Clara dijo en el juicio oral ante la fiscal: ¿Pero era porque le importaba mucho el teléfono móvil o era muy valioso? No, porque quería llamar a Rubén, era la única persona que tenía, a la que quiero, en Pamplona y después de eso solo quería llamarle y decirle que viniera a buscarme, que no sabía dónde estaba pero que viniera. Y no podía. Entonces fue cuando me entró toda la impotencia y todo el miedo, y dije "es que no tengo ni el móvil". Pero no era por el teléfono móvil, me da igual el móvil. Era por poder localizarle.

    Clara siempre declaró que dentro del cubículo tuvo los ojos cerrados. Pero no tiene sentido que durante los 18 minutos que estuvo dentro, no abriera los ojos. A pesar de ello lo mantuvo con firmeza porque así inducía al tribunal a pensar que ella no fue consciente de que era grabada con el móvil; por tanto, eliminaba la posibilidad de que interpretara su lloro y desasosiego en el banco al miedo a la difusión de las grabaciones en sus redes sociales, y por tanto desaparecería la sospecha de una denuncia con ánimo espurio; el lloro desconsolado de Clara se quiso entender como el resultado de una auténtica violación. Su coartada parecía creíble.

    C: No. Yo me senté en el banco porque salí llorando del portal y decidí tranquilizarme para no hacer el camino por una ciudad que no conozco llorando. Aquí, inconscientemente, Clara demuestra que no tuvo intención de pedir ayuda (ni dentro ni fuera del edificio), porque ir caminando hacia su coche después de haber sufrido, supuestamente, una violación tan terrible y no pedir ayuda no resulta nada coherente. Entonces me senté y es cuando me di cuenta de lo qué ha ocurrido. Pero no me siento en el banco para pensar cómo explicar la pérdida del móvil, no.

    A: Es usted una chica joven, universitaria, ¿no se planteó que lo primero que tenía que realizar es denunciar que había sido agredida sexualmente, buscar ayuda para esa agresión?

    C: Por eso buscaba el móvil, para poder llamar a Rubén, para poder pedirle la ayuda, pero no lo tenía. Entonces, al ver que no podía llamar a la persona que más confianza... estaba conmigo en Pamplona en ese momento... Ya mi shock incrementó y me senté para tranquilizarme, ir al coche y ya ahí hablar con Rubén. Y dio la casualidad que justo unos chicos se sentaron también y me ayudaron a poder llamar. Pero yo lo que quería era hablar con Rubén porque no había podido porque me habían robado el móvil.

    La declaración ante el juez instructor Esteban Iglesias de la agente municipal 455 (folio 931 de autos) dice lo siguiente: “Que también estaba preocupada por cómo se lo iba a decir a su madre”. Y más adelante: “Que durante el rato que estuvo con ella no pidió que llamaran a su padre, madre o a su amigo”. La declaración de Mikel Lecertua ante el juez instructor (folio 937) dice esto: “A preguntas del Letrado Sr. Canales Cid manifiesta que la chica no requirió la ayuda del declarante y su amiga. Que lo primero que le dijo la chica es que le habían robado el móvil. Que le preguntaron si tenía a alguien a quien llamar y ella le dijo que su amigo estaba dormido en un coche. Que no siguieron con esa conversación porque justo después dijo que habían abusado de ella”

    A: Claro, pero su intención no fue llamar a Rubén, teniendo en consideración que cuando le ofrecen el móvil, usted no lo coge para llamar.

    C: Es que yo no me sé el número de Rubén. No podía llamarle, no tenía yo mi móvil.

    A: Exactamente, ¿qué le dice usted a las dos personas primeras que se encuentra?

    C: No lo sé exactamente porque mi estado de nervios era... estaba muy nerviosa. Entonces tampoco le puedo decir exactamente lo que les dije. Sé que les dije que me robaron el móvil y recuerdo decir algo así como "han sido ellos". Y luego ya que viniera la Policía, pero tampoco le sé decir exactamente lo que dije, no me acuerdo.

    A: ¿Pero estaba usted muy nerviosa porque le habían robado el móvil? La declaración ante el juez instructor (folio 927), de Beatriz Andueza Sanz, dice así: “Que la vieron en el banco llorando, se acercaron a ver qué pasaba. Que estaba sola. Que al principio la chica no podía hablar. Que les dijo que había perdido el móvil, o algo así. Que le preguntaron a ver lo que le había pasado y ella seguía llorando y no hacía frases coherentes. Que decía frases cortas o palabras sueltas y seguía llorando. Que la chica seguía llorando y diciendo lo del móvil, y le dijeron que no era para tanto perder un móvil. Que entonces le oyeron decir que cuatro chicos, y ya pensaron que había algo más grave”

    C: No, porque me habían agredido sexualmente.

    A: ¿Y por qué no le dice usted eso lo primero a las personas que le ayudan?

    C: No, no, no sé por qué no se lo dije primero, no puedo dar una explicación. Simplemente yo salí, yo estaba muy nerviosa, quería coger mi móvil, no lo encontraba. Quería coger el móvil para llamar a Rubén para explicarle la situación y, como no lo encontraba, me obcequé en que "no tengo el móvil, no puedo llamar a Rubén, no tengo el móvil, no puedo llamar a Rubén" para explicarle la situación. Pero anteriormente Clara dijo estas palabras ante la fiscal, cuando transitaba por la calle Paulino Caballero, antes de que todo el grupo llegara al portal:

    F: Ha dicho usted que sí que se sintió molesta en algún momento determinado, por algunos gestos, hasta el punto de decir "cambio de trayectoria". Pero, ¿usted consideró necesario pedir ayuda o pedir auxilio a alguien en ese momento?

    C: No, no, no. Me sentía molesta pero no pensé que iba a pasar lo que luego sucedió. Entonces yo no vi oportuno pedir auxilio y tampoco la calle tampoco estaba abarrotada para llamar a cualquier persona. Lo que estaba abarrotada era la Plaza del Castillo, luego los alrededores... pues había tres personas.

    F: ¿En ese momento usted pensó que podía ocurrir algo?

    C: No, no, para nada. No pedí auxilio ni nada porque no pensé que iba a pasar lo que luego sucedió. Me sentí molesta pero decidí irme al coche y ya está.

    Y más adelante del interrogatorio, también ante la fiscal:

    F: Para terminar ya en lo que se refiere al hecho en sí, usted entonces por lo que me ha manifestado, ¿en ningún momento sospechó absolutamente nada de lo que podía ocurrir con estos jóvenes?

    C: No, para nada, para nada. Si no, obviamente hubiera pedido ayuda o me hubiera intentado escabullir o cualquier cosa.

    Más adelante:

    F: ¿Se enteró después usted de que había tenido un seguimiento por detectives privados?

    C: Sí, me enteré de que había habido detectives privados, sí.

    F: ¿Le afectó de alguna manera?

    C: Sí, ya no sólo por los síntomas que suele tener una víctima de este tipo de agresiones. También se me sumó un sentimiento de supervigilancia. Yo salía a la calle pensando que me iban a secuestrar, yo salía a la calle pensado que me iban... Yo se lo dije a mi madre, a mis amigos: "Chicos, me van a secuestrar. Si algún día no estoy es por esto". Sentía que todo el mundo me estaba observando y que necesitaba sobreprotegerme de alguna forma.

    Es curiosísimo, siempre según la versión de Clara, que una vez que se consumó la supuesta violación, en vez de ella pedir auxilio a cualquier viandante (ya que no tenía su teléfono) decidiera sentarse en el banco de la calle Roncesvalles, muy cercano al Monumento al encierro y a la Avenida Carlos III, una avenida transitada por mucha gente en aquellos momentos, como se puede ver en las imágenes de las cámaras del Caixabank (imagen de abajo) y del Monumento al encierro. El número de personas en aquel momento es un dato objetivo y contrastable. Por tanto no es una apreciación subjetiva que dependa del punto de vista de Clara o de los acusados.

Imagen 111. En círculos azules, personas que transitaban por la avenida Roncesvalles junto al Monumento al encierro y la avenida Carlos III. Clara salió del portal 2:40 minutos después de que lo hicieran los acusados, aproximadamente. Es obvio que no tuvo intención de pedir ayuda a nadie cuando decidió sentarse en el banco

Imagen 112. Fotograma de la avenida Carlos III (hora indeterminada). Viendo esta imagen cualquiera puede hacerse una idea de la gente que circulaba en las cercanías del Monumento al encierro

    Y es que durante aquella noche, Clara demostró tener una capacidad de discernimiento muy selectiva: en la plaza del Castillo, pensó que los acusados la iban a acompañar a su coche, pero solo un trayecto; luego pensó que querían alquilar una habitación de hotel, precisamente a las 3 de la madrugada en plenas fiestas de San Fermines, porque podría resultar muy incómodo para ellos pernoctar dentro de un coche; también pensó que el grupo estaba esperando en la cercanía del portal de Paulino Caballero 5, porque deseaban fumarse un porro; aunque no le dio por pensar que quisieran alquilar la habitación del hotel para fumar, o entrar en el mismo portal para dormir; tiempo después del suceso, ante los detectives que comenzaron a hacerle un seguimiento, cuenta que le surgió un sentimiento de supervigilancia y necesitaba sobreprotegerse. Pero en el momento del hecho fatal no sintió recelo de las intenciones de los acusados porque entró alegremente en el portal despues de darse un beso con Boza; y cuando acabó la supuesta violación no le dio por pensar que tenía que pedir auxilio: simplemente se sentó en el banco. Y no solo eso: una vez que la pareja Beatriz Andueza y Mikel Lecertua contactan con ella en el banco, lo primero que les comenta es que le han robado su teléfono móvil…Desde que se sentó en el banco a las 3:28:07GMT hasta que Beatriz y Mikel decidieron acercarse a ella a las 3:29:22GMT, durante ese minuto y 15 segundos, Clara no quiso contactar con nadie para pedir auxilio.

    La sentencia mayoritaria, en la página 83, relata lo siguiente: “Antes de abandonar cubículo, Antonio Manuel Guerrero Escudero se apoderó, en su propio beneficio, del terminal de teléfono móvil, marca Samsung Galaxy nº IMEI 357339075242165, valorado en 199,19 €, que “ la denunciante” llevaba en su riñonera, quitándole la funda, extrayendo la tarjeta SIM de la compañía jazztel y la tarjeta de memoria, micro SD arrojándola en el lugar de los hechos. Destacamos la relevancia de esta acción, más allá del “simple hurto por avaricia.” que le atribuye el procesado; en efecto, dada su condición de agente de la Guardia Civil, por tanto con una especial formación en la investigación de delitos, sabía o podía conocer, que sustrayendo el teléfono, del que retiró las tarjetas, impedía la reacción inmediata de la denunciante, quien no conocía la ciudad, a la que había llegado en compañía de un amigo, y las posibilidades de pedir ayuda o contactar con cualquier persona.Y en la página 84:”...aprovechando Antonio Manuel Guerrero, quien por su condición profesional, conocía que de este modo impedía la reacción inmediata de la denunciante, para sustraer su teléfono; corrobora como dato periférico posterior, que se trató del ilícito penal que como desarrollaremos en el siguiente fundamento declaramos cometidos y no de una mera descortesía o rudeza.” En la ampliatoria 3ª del atestado policial instruida por el subinspector de la policía municipal 285 (folio 318) dice lo siguiente: “Sobre el motivo por el que sustrajeron el teléfono a la víctima, este instructor baraja la hipótesis que se tratara de esta forma de obstaculizar que la agredida pudiera alertar a la Policía sobre lo sucedido más que aprovecharse del valor material del mismo”.Y el auto del 8 de agosto del 2016, del juez instructor Edilberto Esteban (folio 447) dice: “En cuanto al robo del teléfono móvil el relato de la víctima es totalmente creíble y detallado, recordando la utilización del teléfono inmediatamente anterior a los hechos y su ubicación sin que pudiera encontrarlo en cuanto salieron los procesados, extremo que es coherente con el hecho de que dejaran en el lugar dos tarjetas de memoria y la funda del teléfono, lo que es también indiciario de una acción sustractiva colectiva con manipulación del teléfono para extracción de las tarjetas, acción que parece más probable tuviera por objeto evitar que la víctima pudiera solicitar auxilio inmediato tras abandonar los procesados el lugar”. Pero si la intención de Guerrero al robarle el teléfono móvil a Clara fue la de imposibilitarle la petición de auxilio, con más razón se debe entender que se hubiera visto obligada a pedir ayuda a cualquier viandante, en vez de quedarse sentada en el banco.

    La declaración del policía municipal 029 ante Edilberto Esteban (folio 920), dice lo siguiente en referencia a la atención prestada a Clara una vez llegó al banco donde estaba sentada: “A preguntas del Letrado Sr. Canales manifiesta que cuando llegaron había gente por la calle pero cree que no demasiada. Que pasaba gente pero que no sabe decir exactamente cuánta”

    El voto particular de la sentencia, en la página 300, lo justifica de la siguiente manera: Asimismo, y según resulta de las cámaras de seguridad ciudadana que la grabaron, al salir del portal se dirigió a la Avda. Roncesvalles donde se sentó en un banco (adoptando, no la posición fetal que se ha referido en el atestado policial (el juez Ricardo González se equivoca en parte, porque en los primeros momentos, cuando Clara se sienta en el banco, sí parece en la imagen que Clara tuviera los pies sobre el asiento y agarrándose las piernas con los brazos, aunque es difícil apreciarlo. Así lo declaró ante el juez instructor, Mikel Lecertua, cuando se la encontró en el banco: ”A preguntas del Ministerio Fiscal, manifiesta que venían de la Cuesta del Labrit hacia Autobuses. Que cree que de Carlos III iban hacia la derecha. Que la chica estaba en un banco en posición fetal. Que estaba en un banco en la calle trasversal al monumento al Encierro”)

Imagen 113. Clara en posición fetal, antes de la llegada de Beatriz y Mikel


sino la que podríamos definir como “posición buda” o “flor de loto” como claramente se observa en el fotograma que consta en el folio 550 de la causa). Y tampoco trató de buscar auxilio o pedir ayuda en modo alguno. Resulta patente por las grabaciones, por más que se quiera insistir en que la calle estaba poco transitada o que, en los escasos pasos que recorrió hasta llegar al banco, no se cruzara con nadie, que la avenida -pese a ser las 3:30 horas de la madrugada- se encontraba transitada por algunas personas y así resulta de las grabaciones reproducidas en juicio y, de haberlo pretendido, hubiera encontrado auxilio inmediato y desde luego, de haber intentado buscar ayuda, hubiera visto el coche de protección ciudadana que, en esos momentos, se ve circular a escasos metros de ella. Cierto es que quizá ella no reparara en su presencia, pero no menos cierto es que no hubiera podido dejar de reparar en él si hubiera estado pendiente de llamar la atención de alguien para ser auxiliada.

Imagen 114. Clara caminando hacia el banco, y el coche de protección ciudadana al fondo

Imagen 115. tres transeúntes pasan de largo a espaldas de Clara a las 3:28:36 GMT (recordemos que ella se sentó en el banco a las 3:28:07 GMT), lo cual evidencia que no mostró ningún interés en pedir auxilio.

Imagen 116. El coche de seguridad ciudadana circulando por la Avenida Roncesvalles, a espaldas de Clara y Mikel Lecertua.

    La salida del portal de Boza, ante la fiscal:

    F: ¿Cuando salieron del portal había mucha gente en la calle?

    B: Pues...sí, había mucha gente en la calle (como ya hemos dicho anteriormente, la avenida Carlos III estaba bastante transitada, a pesar de que Clara se obstinara en declarar que había poca gente). Yo recuerdo que salimos del portal, giramos a la derecha, entramos si mi mente no me falla en la ¿Avenida de Roncesvalles puede ser?

    F: Sí, el monumento al Encierro.

    B: Sí, en la Avenida de Roncesvalles y...sí, pasaba gente tanto para arriba como para abajo.

    F: ¿Usted se fue en principio a dormir, a descansar?

    B: En principio sí.

    F: ¿Es cierto que se intentaron colar en dos hoteles?

    B: Eh...sí.

    F: ¿Finalmente durmieron en un portal y usted estuvo toda la noche hasta el encierro o se fue antes? (respecto a este hecho, los acusados grabaron un video en las escaleras del último piso de un edificio donde pernoctaron hasta la hora del encierro. Este video fue difundido por los medios de comunicación, a pesar de ser información secreto de sumario. La difusión de cualquier información concerniente a la vida privada de los acusados siempre tuvo el objetivo sistemático de degradar su imagen ante la sociedad y opinión pública. En el video se observa como Boza esnifa cocaína.)

Imagen 117. Video difundido un día antes de que se hiciera público el fallo de la sentencia por parte Tribunal Superior de Justicia de Navarra el 26-4-2018

    B: Yo recuerdo que me fui antes del portal porque ya le digo, cuando estábamos en el portal yo estaba muy incómodo, no podía dormir y a la media hora o treinta o cuarenta minutos, por ahí, decidí irme del portal y decidí buscar a Antonio y a Alfonso, que ellos seguían de fiesta. Yo mi móvil personalmente lo tenía apagado, después volvía por la calle y me dio tiempo solo a encender el móvil y solo a mirar el número y recuerdo perfectamente que le pedí a una pareja el favor de que me dejara llamar porque el mío se me apagó acto seguido de mirar el número y lo llamé y me dijeron que estaban en tal sitio, en tal pub, y me reuní con ellos.

    Prenda, sobre la salida del portal:

    F: Cuando salieron del portal, que dice que no recuerda cómo se quedó ella, ¿qué hicieron?

    P: Pues después de salir del portal... nos fuimos... Volvemos a lo mismo de antes, no sé decirle las calles, no sé decirle si ancha o estrecha, pero sí que es verdad que nos fuimos.... Yo juraría que volvimos como al sitio de inicio, a la plaza del Castillo, porque es donde más fiestas había. Si que recuerdo encontrarme con más chicas, seguir el tonteo ese, también recuerdo a Jesus decir: "Esperarse, esperarse, voy a comprar, voy a comprarme un bocadillo, voy a comprarme un bocadillo que tengo hambre"...

    F: Cuando salieron del portal y dieron la vuelta a la esquina, y vuelven a ir por la calle donde está el monumento al encierro, cuando salen de allí, usted dijo que había como un millón de personas (como ya hemos señalado anteriormente, en las imágenes recogidas por la cámara de la Caixa, cuando los acusados se acercan al Monumento al encierro tras salir del portal, se puede observar en la Avenida Carlos III decenas de personas), que había muchísima gente por allí.

Imagen 118. Cabezuelo hablando con 2 chicas en el Monumento al encierro. En círculos rojos algunas personas que por su proximidad, podrían haber prestado auxilio a petición de Clara. La cámara de vigilancia está situada en la Avenida Carlos III.

    P: Había gente. Cuando nosotros...

    F: ¿Sigue manteniendo lo mismo?

    P: Había gente. Cuando nosotros estábamos pasando, había gente. No eran un millón de personas, pero... soy muy exagerado quizás, pero había gente.

    F: Nada más dar la vuelta a la esquina, ¿ustedes se encontraron con mucha gente?

    P: Pues no lo recuerdo.

    F: Una vez que se despiden, creo que usted, junto con don Ángel y...

    P: Y don Jesús.

    F: ...Don Jesús Escudero se fueron a dormir, ¿no?

    P: Sí.

    F: Fueron primero a un hotel, ¿recuerda o no?

    P: Sí.

    F: Entraron allí...

    P: Intentamos... No teníamos... Sabíamos ya que los hoteles eran bastante caros, no teníamos tampoco muchísimo dinero y la verdad es que pues los mismos pasillos o lo que sea nos valían para dormir en un sitio en cubierto.

    F: ¿Fueron a uno o a dos hoteles con esa intención?

    P: Pues la verdad es que no sé decirle si uno o si dos. Sí que es verdad que lo intentamos. No me acuerdo yo si uno si dos. Si fueron dos, de dos nos echaron, si fue uno, de uno nos echaron y nos dijeron que no podíamos estar allí.

    F: O sea, ustedes pensaban, lo voy a decir así coloquialmente, colarse en el hotel a dormir.

    P: Sí.

    F: Lo que pasa es que los localizaron y buscaron un portal.

    P: Sí.

    F: Ya vamos a saltar un poquito, porque ya han contado ustedes... Al parecer don Ángel se fue antes del portal, ¿no?

    P: Estábamos, estábamos los tres para dormir. Yo juraría que Escu ya estaba casi que dormido. Yo sí que me costó un poco más. Y Ángel en ese momento dijo: "Me voy, yo no puedo dormir, me voy a ir, voy a seguir, voy a buscar a Antonio y a Alfonso (esto concuerda con lo declarado anteriormente en la instrucción)". Digo: "Pues vale, pues nosotros cuando nos suene la alarma, nos pondremos en contacto con ustedes y iremos a donde sea".

    F: ¿Hablaron por teléfono?

    P: No, no, no, por teléfono no. En ese momento, estábamos los tres metidos en un portal, en una esquinita durmiendo, y en ese momento es cuando Ángel dice eso.

    F: No, me refiero si, para quedar con los otros dos que se habían ido por ahí, ¿hablaron después a la mañana, se llamaron por teléfono o no?

    P: Hombre yo, yo, la verdad es que no lo recuerdo pero yo juraría, por sentido común, de que tendríamos que hablar con ellos casi que por fuerza porque si no sería imposible localizarnos. Pero tampoco... no lo recuerdo, vamos. (como ya citamos anteriormente, la narración de Prenda evidencia la facilidad con la que los acusados se reagruparon por la mañana, con la intención de correr los encierros. Este hecho contrasta con lo problemático que le resultó a Clara concretar una cita con su amigo Adrián, cuando llamó a este desde la plaza del Castillo a las 2:57 de la madrugada. A la fiscalía le hubiera resultado muy sencillo comprobar la veracidad de la llamada a la que hace mención, ya que esta quedaría registrada por alguna de las compañías telefónicas de los acusados)

    Escudero ante la fiscal:

    F: ¿Qué pasó una vez que se fueron ustedes? Ya nos han comentado que algunos de ustedes se fueron a dormir, ¿no?

    E: Sí.

    F: ¿Quiénes se fueron a dormir?

    E: Eh, Prenda, Boza y yo.

    F: ¿Y usted se volvió a reincorporar con sus amigos a qué hora?, ¿recuerda?

    E: Eh…¿después de dormir?

    F: Después de dormir.

    E: Pues me puse la alarma a las siete o a las seis y media creo que fue...a las seis y media me puse la alarma y...no sé, antes del Encierro, antes de correr.

    F: ¿Recuerda usted si habló por teléfono con alguien para quedar o no habló usted con nadie?

    E: Pues, me imagino que llamaríamos para saber dónde encontrarnos.

    F: ¿Usted tenía batería en el móvil?

    E: Yo tenía poca batería. Lo encendía y lo apagaba para que no se me acabara la batería entera.

    F: ¿Y se reencontraron de nuevo en el Encierro, a la hora del Encierro?

    E: Sí.

    Cabezuelo:

    F: Cuando se volvieron a reencontrar ustedes, ¿fue ya en la plaza de toros?

    C: ¿Con los demás?

    F: Usted y el señor Guerrero estaban juntos y después llegó el señor Boza, pero cuando se volvieron a juntar todos, ¿fue en la plaza?

    C: Para juntarnos todos no se si nos llamaron ellos o llamamos nosotros y nosotros quedamos en el banco donde precisamente conocimos a la denunciante, ahí volvimos a reunirnos los cinco.

    F: ¿Y de ahí ya fueron a correr el Encierro y a la plaza de toros?

    C: Sí.

    El voto particular de R. González, en la página 316, cuenta al respecto:

    Por más que se insinúe que salieron corriendo o apresuradamente, lo cierto es que las cámaras que los grabaron cuando después de los hechos vuelven a la avenida Roncesvalles, recogen absoluta tranquilidad; los cinco caminan sin el más mínimo signo de apresuramiento, nerviosismo o cautela, con absoluta naturalidad incluso se detienen durante unos minutos en el monumento al encierro que se encuentra en la confluencia con la Avenida Carlos III. Se da incluso la circunstancia de que, cuando la denunciante abandona finalmente el portal y se sienta en el banco de la Avda. Roncesvalles, los acusados aún se encuentran en la misma calle y a escasos metros en línea recta del banco donde ella se sienta.

Imagen 119. Los acusados, tras salir del portal, andando relajadamente por la avenida Roncesvalles en dirección al Monumento al encierro.

Imagen 120. Momento en el que Clara ha tomado asiento en el banco. En ese mismo instante los acusados se están despidiendo de las dos chicas con las que estaban hablando en el Monumento al encierro, como se puede observar en la imagen de abajo. El horario GMT está desfasado con respecto al horario UTC en 1 minuto y 31 segundos


Imagen 121

    Guerrero no declara nada sobre la salida del portal, pero más que nada, porque no fue interrogado sobre ello por la fiscal. Añadiremos que las imágenes recogidas por la cámara de seguridad de la Caixa muestran como los 5 acusados van caminando pausadamente hacia el Monumento al encierro. Desde luego no salieron corriendo, como Clara afirmó en la denuncia policial del 7 de julio (folio 20): “Que seguidamente los cuatro chicos se han marchado corriendo del lugar” y ante el juez instructor (folio 119): que de repente, los chicos se fueron corriendo y la declarante se quedó recogiendo sus cosas”, aunque es sorprendente que pudiera referir que los acusados abandonaron apresuradamente el cubículo, cuando relató a la agente 455 que despertó sola y desnuda y que no se acordaba de nada (folio 6 de los autos, sobre la comparecencia de dicha agente en el atestado): “ Que desde ese instante, no recuerda nada, solo que se ha despertado desnuda y sola”

    Ellos salieron del portal con absoluta tranquilidad, con la confianza propia de personas sabedoras de que no han cometido ningún delito.

19-LA LOCALIZACIÓN DE LOS 5 ACUSADOS

    Boza ante la fiscal:

    F: ¿Posteriormente usted fue identificado por la policía en la plaza de toros?

    B: Sí.

    F: ¿Nos puede contar cómo se desarrolló ese momento?

    B: Bueno pues estábamos...corrimos el encierro...todo bien, todo normal, todo estaba pasando muy bien, todos muy ilusionados...entramos en la plaza de toros y bueno, yo recuerdo que al entrar, al igual que empezamos el encierro los cinco juntos, al entrar en la plaza de toros ya como que nos dispersamos, como que nos perdimos un poco todos, y nada, yo me quedé con Prenda creo recordar...sí, me quedé con Prenda y...una de las veces que estábamos en, no sé cómo se llama esto…¿burladero puede ser?, detrás de la valla, vamos, pues se nos acerca un Policía Foral y nos mete como a un callejón que hay al lado.

    F: ¿A quiénes de ustedes llevaron a ese callejón?

    B: A mí en ese momento y a Prenda.

    F: ¿Y luego llegó alguien más?

    B: Luego llegó Antonio Manuel y Alfonso.

    F: ¿Los separaron a ustedes en algún momento?

    B: Estuvimos todo el tiempo juntos y yo recuerdo que en uno de los momentos separaron a Antonio Manuel y se puso a hablar con otros policías.

    F: ¿Recuerda qué les dijeron?, ¿Por qué motivo les habían llevado ahí?

    B: Yo en ese momento estaba muy asustado porque no sabía lo que pasaba, directamente yo recuerdo que nos sacaron de la plaza como a empujones y yo estaba asustado, no sabía qué pasaba y nos hicieron fotos, nos hicieron tal y yo no sabía qué pasaba, y me sentí asustado y yo solo preguntaba “¿Pero por qué?, ¿Pero por qué?”, “¿Qué hemos hecho?”, “¿Qué es lo que pasa?” y...y eso.

    F: ¿No les dijeron “por un hecho grave”?

    B: A mí personalmente no, eso se lo dicen a Antonio Manuel cuando uno de los policías lo aparta y le comenta eso, le comenta que estamos acusados no, que había pasado por la noche un supuesto delito grave de agresión sexual de cuatro sevillanos y que parecía que dábamos las características. Eso se lo comenta un policía a Antonio Manuel y ya el después nos lo traslada a nosotros.

    F: ¿Y recuerda usted si se dijo en ese momento que tenían ustedes un vídeo o varios a la policía?

    B: Sí, yo recuerdo que Antonio Manuel se lo comentó a uno de los policías (Verdaderamente, Guerrero no le comentó a ese policía foral la existencia de los videos, fue posteriormente cuando lo hizo) y en ese momento yo personalmente cuando me dijo lo del delito de agresión sexual yo como que me quedé más tranquilo, ya respire un poco, porque me sacaron de los toros como a empujones y estaba asustado...estaba muy asustado y no sabía lo qué pasaba y ya cuando me dijeron el tipo de delito y por lo que nos pararon yo respiré ya, me quedé un poco más tranquilo y...

    F: Usted en ese momento en el que se queda más tranquilo o antes, cuando estaba nervioso, ¿en algún momento dijo a la policía ahí en la plaza de toros “nosotros hemos estado con una chica pero ha sido todo consentido”? La comparecencia del atestado policial del 8 de julio de los policías forales 1010 y 0829 (folio 17 de autos) relata lo siguiente: “Que José Ángel PRENDA MARTÍNEZ, ha manifestado: “hemos estado con una chica, pero en ningún momento se le ha forzado a nada, y ha accedido voluntariamente a ir con nosotros””. Pero no fue en la plaza de toros, sino en el barrio de San Jorge, donde tenían aparcado el coche, antes de ser detenidos.

    B: En ese momento en la plaza de toros...no recuerdo si yo personalmente le dije algo al policía.

    F: ¿Cómo termina eso?, ¿les identifican?, ¿les sacan alguna fotografía?

    B: Sí, recuerdo que nos fichan a todos con los datos, nos hacen fotos y nos dejan marchar.

Imagen 122. La toma de fotografías de los acusados en la plaza de toros se realizó entre las 8:30 y 8:37 de la mañana. Obsérvese la filtración de una imagen en el periódico El español, publicada el 15-7-2016


    F: ¿Están un tiempo ahí?, ¿están esperando un ratito o es todo muy rápido?

    B: No hombre, muy rápido tampoco fue...tuvo su proceso...el proceso de que nos filiaran, de que nos hicieran las fotos, el proceso de no sé...de los policías hacer su trabajo y mandar a donde tenían que mandar...no fue corto.

    F: ¿Y después entonces qué les dijeron cuando pasa todo eso?, ¿les dicen que se pueden ir?

    B: Sí, “se pueden ustedes marchar ya”, “ya está todo y se pueden ustedes marchar”.

    Prenda, sobre la identificación del grupo:

    F: De acuerdo. Reláteme qué ocurrió en la plaza de toros.

    P: En la plaza de toros, pues estábamos corriendo el encierro tan normal y, de repente, no le pongo en pie si es policía municipal si es policía foral, nacional... No lo recuerdo, pero se nos acercaron y nos agarraron y nos llevaron...

    F: ¿Iban vestidos con un uniforme rojo?

    P: Sí, sí, con nuestros pañuelos, nuestras camisetas...

    F: Entonces era Policía Foral.

    P: Ay, yo digo nosotros. Los policías...

    F: No, le estoy hablando de la Policía.

    P: Ellos no lo recuerdo si iban de rojo. Supongo que sería la Policía Foral.

    F: Vale. Entonces, se acercan a ustedes ¿y qué ocurre?

    P: Que eso, que estamos apartados... Nosotros nos creíamos porque... hay muchas personas que son imprudentes, en el sentido de correr delante del toro, de ponerse delante... Y es verdad que hay mucha gente que se lo recrimina y lo sacan de la plaza. Nosotros nos creemos que era por cualquier cosa de esa, pero a mí me extraño porque no hicimos ninguna imprudencia de esa. Y si que nos apartaron y nos dijeron... Yo cuando me cogieron a mí, cogieron a Ángel... El orden no me acuerdo exactamente cuál fue, pero yo juraría que fui yo primero casi que seguro. Ángel, Anto, Alfonso... y nos metieron en un sitio aparte y ahí nos comunicaron de que estábamos por otra cosa que lo que creíamos nosotros.

    F: Bueno, voy por partes. En el sitio ese aparte que le meten a los cuatro. ¿Recuerda si es exactamente el sitio por el que ustedes accedieran a la plaza, que es lo que llamamos el callejón de la plaza?

    P: El callejón. Yo juraría que yo entré por la plaza corriendo y... no, yo juraría que no. Es que no me acuerdo.

    F: Están ya los cuatro.

    P: Sí, falta Jesús.

    F: ¿Qué les dice la Policía?

    P: La policía nos dice que estamos, que estamos, que nos habían puesto como una denuncia o una cosa de esas, una agresión sexual... es que no sé, tengo como un recuerdo confuso... no sé si en el momento me lo dice la Policía o después Anto es el que se acerca y nos dice "quillo, es una agresión sexual lo que están diciendo que..." No me acuerdo.

    F: ¿Usted recuerda si les separaron o si se separaron ustedes tres, si se quedaron el señor Cabezuelo, el señor Boza y usted y el señor Guerrero se apartó un poquito para hablar con los agentes?

    P: Sí.

    F: Eso es verdad.

    P: Eso sí es verdad.

    F: Después se volvieron a reagrupar los cuatro.

    P: Después se volvieron a reagrupar.

    F: Ya ha dicho que lo tiene confuso, entonces no voy a insistir, ¿Qué les pide la Policía en ese momento?

    P: Pues que nos levantemos las camisetas y se pusieron a hacernos fotos.

    F: Ustedes se identificaron.

    P: Sí, claro. Sin ningún problema.

    F: No tuvieron ninguna objeción en seguir las indicaciones...

    P: Me pareció raro que me dijeran "levántese la camiseta" o... pero en ese momento lo hice.

    F: ¿Les dijeron ustedes que habían estado con una chica esa noche de forma voluntaria?

    P: Sí.

    F: ¿En ese momento?

    P: Pufff. En ese momento no lo recuerdo.

    F: ¿Les dijeron ustedes que tenían grabaciones en ese momento?

    P: Antonio sí que nos dijo que él le había dicho al Policía Foral que tenía grabaciones, en ese mismo momento, en la plaza.

    F: En la plaza de toros. No se llegaron a entregar los teléfonos en la plaza de toros.

    P: En ese momento no.

    F: ¿A ustedes les pidieron, la Policía, que les entregara los teléfonos?

    P: Yo jurarían que la policía no nos dijo... En ese momento, en la plaza, no nos dijo "entregadnos los teléfonos".

    F: ¿Cómo termina eso, qué pasa, qué les dice la Policía?

    P: Nos cogen, nos cogen el DNI, nos hacen fotos y nos dejan irnos y nos vamos.

    F: ¿Y a dónde se van ustedes?

    P: Nos vamos fuera de la plaza, donde nos encontramos con Escu.

    F: ¿No se quedaron un poco en la suelta de vaquillas y eso?

    P: Es que yo juraría que nos invitaron a irnos. O sea que nos dijeron que...

    F: O sea, que les dijeron que se fueran ya.

    P: Sí.

    F: ¿No les dijeron nada... ninguna restricción, sino que ya podían irse?

    P: .

    F: Se encuentran entonces con el señor Escudero.

    P: Sí.

    F: ¿Quedaron por teléfono porque él estaba en otro sitio o...?

    P: Quedaríamos por teléfono. Nuevamente aludimos a la idea de que los acusados no tuvieron ningún problema en reencontrarse por teléfono, en contraste con la dificultad que tuvo Clara para hacerlo con su amigo Adrián en la Plaza del Castillo.

    Cabezuelo:

    F: ¿Y de ahí ya fueron a correr el Encierro y a la plaza de toros?

    C: Sí.

    F: Bueno, lo que me interesa ya es el momento de identificación. ¿Usted estaba en la plaza de toros cuando le identificaron?

    C: Sí.

    F: ¿Puede contarnos cómo se produjo?

    C: Bueno, después de la carrera acabamos los cinco desperdigados y ya en las vaquillas conseguimos reencontrarnos Antonio, Prenda y yo y de lejos vimos a Angel y a Boza...en un burladero creo; entonces nos acercamos a él y yo recuerdo acercarme al burladero y que del pañuelo me cogió alguien prácticamente arrastrándome para dentro. Entonces ya ví que era un policía foral y le dije que qué había pasado y que por qué me trataba así, y él me dijo que nos quedásemos en la pared y...no sé realmente lo qué me dijo...o sea nos quedamos ahí y yo en ese momento ni siquiera reaccioné, no me lo esperaba.

    F: ¿Recuerda si les dijeron que les estaban identificando y recogiendo sus datos porque se había producido un hecho grave en Pamplona? La declaración ante el juez instructor del subinspector 029 de la policía municipal (folio 920) dice lo siguiente: “Que en cuanto tuvieron la descripción de los autores que trasladaron sus compañeras pasaron esta descripción a todas las Unidades. Que no puede precisar la hora a la que esto se produjo. Que sería como un cuarto de hora después. Que en ese momento en el lugar había 8 agentes. Que la detención la practicaron dos compañeros. Que a la vista de los hechos no hacía falta una orden específica. Que la detención la realizaron dos policías. Grupo de Investigación. Que no le consta que la ordenara ningún comisario. En realidad no existió una orden formal de identificación y detención. Hubo un acuerdo tácito entre los diferentes grupos policiales para localizar y arrestar a los acusados.

    C: Nos pidieron que nos identificásemos, les dimos el DNI y les preguntamos el por qué, que qué había pasado. Entonces yo creo que fue en ese momento cuando Antonio se identificó como Guardia y ahí ya directamente como que le apartaron y nos dijeron que había pasado algo grave. Yo ahí prácticamente ni me inmuté porque pensé que se habían equivocado. Entonces nos dijeron que nos levantásemos las camisetas me parece, y creo que nos dijeron que nos sacásemos también las cosas de los bolsillos...o sea que mostráramos lo que llevábamos. Yo ya en ese momento ya le digo, me quedé esperando a que pasara algo ya que Antonio estaba hablando con el policía foral pero yo no le escuchaba y bueno, pensaba que era una confusión...hasta que se unió al grupo de nuevo y dijo que nos habían acusado de una agresión sexual. Sinceramente yo en ese momento seguí sin inmutarme prácticamente porque sé que no la había hecho (ellos 5 tenían el convencimiento íntimo de que no habían cometido ninguna agresión sexual. De hecho, siempre se han declarado inocentes. Por analogía, Dreyfus siempre se declaró inocente; o Dolores Vázquez Mosquera, la inocente acusada en falso de matar a Rocío Wanninkhof, que también mantuvo con firmeza su inocencia) y entonces, en ese momento ya... nos dicen que podemos irnos creo, yo creo que...es que no lo recuerdo exactamente, creo que los policías forales a nosotros no se dirigían porque eligieron a Antonio como portavoz y él creo que nos comunicó que esperásemos en el coche, no recuerdo muy bien.

    F: Ha señalado que estaban separados, usted con el señor Boza y Prenda, cuando les preguntaron por los tatuajes, ¿les preguntaron en concreto si tenían ustedes tatuajes en el abdomen?

    C: Es que a nosotros nos dijeron: “Levantáos la camiseta”. Yo es que creo que no nos preguntaron ni por los tatuajes, entonces se puede imaginar, me detienen sin darme argumentos y un policía me dice que me levante la camiseta pues me la levanto pero claro...no entendí muy bien por qué era.

    F: Cuando se reúne con ustedes el señor Guerrero que es cuando les dice que es por una posible agresión sexual….¿Usted o cualquiera de los que estaban ahí a los agentes que les estaban identificando y al superior que estaba ahí, en este caso un comisario de Policía Foral, les dice que tienen vídeos grabados?

    C: ¿En la plaza de toros? Eso lo comentó Antonio, él nos dijo que se lo iba a comentar al policía que nos había dicho por lo qué nos acusaban (No fue así. Como ya he comentado más arriba, en la plaza de toros Guerrero no informó a ningún policía de la existencia de los videos), pero en ese momento yo ya le digo, creo que prácticamente....

    F: ¿Al que estaba al mando que prácticamente habló con todos ustedes, al superior jerárquico de los agentes que se encontraban que se lo dijeron?

    C: Yo no se lo dije pero ya le digo que prácticamente ni me dirigí a la Policía Foral porque Antonio hizo de portavoz y él era el que mediaba por decirlo así.

    F: Cuando les dicen que se pueden ir, ¿les sorprende que les dejen ir y no les hayan detenido en ese momento?

    C: Es que no me sorprende porque yo pensaba que era una confusión y que ya se había aclarado porque antes nos habían dicho que se había cometido un delito muy grave y que nosotros cumplíamos con el perfil, entonces yo claro, cuando nos dejan ir yo creí que habían dado con los verdaderos autores de los hechos y que nosotros nos podíamos ir tranquilamente.

    F: ¿Pensaron que ya les habían identificado y ya…?

    C: Sí, bueno ya nos dijeron que nos fuésemos al coche y que estuviéramos como localizables ahí, entonces dijimos “bueno, será puro trámite”.

    Guerrero:

    F: ¿Qué pasó con la identificación en la plaza de toros?

    G: En la plaza de toros estábamos en las vaquillas y un agente me sacó de la plaza y me puso en el burladero, no sé cómo se llama. Le dije que qué pasaba y me dijo que yo ya sabía lo que había pasado y que ya sabría lo que había hecho. Yo le dije que no sabía a qué se refería y que se estaba confundiendo. Y me pidió la documentación. En ese momento me identifiqué como Guardia Civil, a lo que él se sorprende y me dice pues espérate que me has dejado ahora mismo descolocado. Yo le dije que tenía que ser un error. Él me dijo, te acusan de una agresión sexual. Yo me sorprendí y le dije que era imposible (hasta ese extremo sentían los acusados que no habían cometido ningún delito). A mí la primera chica que se me viene a la mente es una chavala con la que yo había estado anteriormente a Clara (la chica a la que alude Guerrero es Elena Pinto Gandara, de la que ya se ha hablado más arriba). Le dije que no podía ser y que si quería le llamaba delante suya (Guerrero y Elena se habían intercambiado los teléfonos. Esta le mandó varios whatsapps y le hizo una llamada perdida durante la madrugada del 7 de julio, como se puede observar en las imágenes pertenecientes al folio 581 de autos:


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Imagen 124

que eso tenía que ser un error y que yo con ella no había tenido ningún problema. El policía me dijo que si no había sido yo habían sido mis amigos. Le dije que era imposible porque mis amigos estaban conmigo y ni siquiera la habían mirado. Pues ella os denuncia a todos, me dijo el policía. En ese momento es cuando pienso que posiblemente se refiera a Clara. Yo le dije que sí, que había tenido relaciones sexuales con ella, pero que han sido totalmente consentidas y me acuerdo de los vídeos del móvil. Y le digo, mire agente, si quiere le puedo demostrar que no porque lo he grabado con el móvil. (Es mentira que Guerrero le comunicara la existencia de los videos, como se ha dicho más arriba) Me dijo que me esperara y me llevó y habló con su jefe. Vino luego otro policía foral, me dijo que si era compañero, que si estaba destinado, y me dijo de cómo habíamos venido. Luego me vino el inspector, me preguntó por la matrícula del coche y se la dije. Y le enseñé una foto porque cuando aparqué el vehículo le eché una foto al nombre de la calle, porque sabía que no me iba a acordar. Le dije el vehículo está justo enfrente del nombre de esa placa. Vale, me dijo el policía. Y me dijo que me iban a pedir un favor. Me dijeron que estaban buscando a más grupos de andaluces, a ver si habíamos coincidido con algunos. Le dijimos que no. Yo le pregunté que esa chavala habrá ido al médico y en ese momento se podrá ver que no hay ninguna violación. Me dijo que a ellos no les había llegado ninguna referencia de la denuncia. Nos dijo que fuéramos al coche y nos quedáramos allí por si luego era más difícil solucionarlo.

    F: ¿Toda la conversación la mantiene con el superior?

    G: No lo sé. Con el hombre que yo hablé no ha declarado, por cierto. Hablé con el superior y luego con otro agente, que tampoco ha declarado. En la comparecencia del 7 de julio a las 10:52 (folio 15 de autos) de los policías forales 829 y 1010 para el atestado policial del 8 de julio (fueron 2 de los 5 ó 6 policías que realizaron la identificación de los acusados en la plaza de toros) relatan lo siguiente: “Que cuando se encontraban en la Plaza de Toros, un miembro de la Policía Foral de Navarra con número profesional 1064 del dispositivo de las “vaquillas”, ha escuchado a cuatro jóvenes hablar con acento andaluz, siendo que encajan con la descripción que les han facilitado a primera hora de la mañana, cuando han comenzado el servicio. Que los dicentes han pedido a los cuatro que les acompañaran al callejón de la Plaza de Toros, para identificarlos correctamente, siendo que uno de ellos ha manifestado a otro compañero que era Guardia Civil siendo este Antonio Manuel GUERRERO ESCUDERO… Que Antonio Manuel Guerrero Escudero les ha preguntado a los dicentes, si la chica había estado en el médico, por estar informado que el hecho que ha motivado la intervención policial, es una agresión sexual”. El policía foral 1010, declaró lo siguiente ante el juez instructor (folio 942): ”Que una vez identificados el Comisario decidió dejarles marchar. Que su Comisario intentó hablar con Policía Municipal y cree que no lo logró. Que el comisario les había dicho inicialmente que estaban implicados en un delito grave, pero no en cuál, si bien uno de sus compañeros, cuyo número no recuerda, le dijo a Antonio Manuel en el momento en el que estaba separado de los demás, que se trataba de una agresión sexual”. El policía foral 829 declaró ante el juez instructor (folio 946): “Que Guerrero, sin haber sido informado previamente del hecho por el que se producía la identificación, le dijo espontáneamente al declarante, a ver si la chica había sido ya valorada en un centro sanitario. Que inicialmente le pareció muy relevante, pero luego comprobaron que otro compañero les había comunicado el hecho delictivo por el que se producía la identificación. Que sabe quien es pero no recuerda el número. Es un tanto sospechoso que los dos policías forales, el 1010 y el 829, no recordaran el número del compañero que primeramente conversó con Guerrero, aunque sí nombraron al agente 1064, que no estaba directamente implicado en la identificación. Parece que los declarantes tenían la intención de ocultar información acerca del policía foral con número desconocido, el cual no declaró en el juicio, como bien dice Guerrero más arriba. El inspector 0043 de la Policía Foral encargado de la identificación de los acusados en la mañana del 7 de julio, declaró lo siguiente ante el juez instructor (folio 949): “Que sobre las 8:20 horas el agente 1064 comunicó que había cuatro personas que podían coincidir en la descripción. Que el declarante solicitó presencia uniformada para apartarlos y poder proceder a su identificación. Que se los llevó a la zona del callejón. Que el declarante les dijo que se había cometido un delito grave esa noche, que ellos daban el perfil, y y que por eso estaban siendo identificados. Que ellos en todo momento pedían una justificación para saber por qué se les había sacado del ruedo y por eso se les dio esa explicación. Que en ese momento no lo supo, pero posteriormente a la tarde, se enteró de que uno de los Agentes que estaban allí les había dicho que se trataba de una violación. Que cree que se lo dijo al Guardia Civil... Que como no coincidía alguna de las características, una vez identificados se les permitió marchar...Que no tiene conocimiento de que se preguntara nada relativo a una chica o a una concreta relación sexual. Que desde luego el declarante no lo hizo. Que allí los chicos no dijeron nada de que hubieran estado con una chica...Que no se les hizo ninguna lectura de derechos...A preguntas del letrado Sr. Bacaicoa manifiesta que fueron cinco o seis Agentes los que tuvieron contacto con los chicos en la Plaza de Toros. Que no sabe en este momento el número profesional de todos (Curiosamente el inspector tampoco recuerda al misterioso agente del que han hecho mención más arriba los agentes 829 y 1010. Sin embargo, Tampoco se le olvidó mencionar al agente 1064, a pesar de no pertener a su departamento) … A preguntas del Letrado Sra. Carmen Sala manifiesta que ha entregado a sus compañeros de Policía Foral un informe donde detalla toda su actuación”.

    El informe del que habla el inspector 0043 es el nº6140716 del 15 de julio. Un párrafo dice lo siguiente: ”Sobre las 08:20 horas y estando prestando servicio en la plaza de toros, concretamente en el transcurso de suelta de vaquillas, el agente con número 1064, adscrito al Grupo de Custodia y Traslado de Detenidos se dirige al informante refiriéndole que junto al lugar donde él se encuentra prestando servicio (junto a la barrera), se encuentran tres o cuatro varones juntos que podrían coincidir con la descripción facilitada por el Centro de Mando y Coordinación. Junto con el Agente referido, el informante comprueba que junto a la barrera se encuentran cuatro varones con barba, con una edad entre 25 y 30 años y con acento andaluz, por lo que se solicita la presencia de personal uniformado para sacar a dichas personas del ruedo y proceder a identificarlas. Entre dicho personal uniformado se encuentran los agentes con número profesional 0829 y 1010Alas 10:52 horas, los agentes de Policía Foral con número 829 y 1010, comparecen en dependencias de Policía Municipal de Pamplona, en relación a las a las actuaciones realizadas hasta ese momento”. En este informe tampoco se hace mención del misterioso agente, aunque sí lo hace del 1064, como se ha dicho anteriormente.

    F: ¿Le contó al policía de rango superior lo que le había contado al otro agente? ¿Que tenía vídeo y que lo podía enseñar?

    G: No, me hice el loco como que yo no sabía por qué estaba allí. El primer agente me lo había dicho en confianza, me dijo que no tenía por qué decírmelo. Pero me dijo que me acusaban de una agresión sexual. A este le dije lo del vídeo. Yo no sé si él se lo dijo al inspector y yo no se lo dijo.

    F: ¿Ante una situación así usted prefirió mantenerse en silencio?

    G: Sí, porque estaba el otro agente que lo sabía, y además lo primero que pensé cuando nos dijeron no te preocupes e iros para el coche es que no sería tan grave. Porque si es algo grave yo personalmente no hubiera dejado a cinco agresores sexuales, cuatro en este caso, irse. Yo no lo hubiera hecho.

    F: ¿Le hubiera parecido más normal detenerlos en ese momento?

    G: Si hay pruebas contundentes yo lo que hago es detenerlos. Yo sabía que no había hecho nada, yo sabía que tenía los vídeos, yo sabía que era imposible que hubiera un parte médico (Es interesante la lucidez que demuestra Guerrero, su previsión de los acontecimientos). Yo estaba totalmente tranquilo, por eso ni se lo comenté al inspector.

    F: Se ha planteado a lo largo del juicio el hecho de las identificaciones. ¿A parte de dar los datos y les dijeron que iban a hacer fotografía de tatuajes a usted le pareció incorrecta la actuación policial y se negó a hacerla?

    G: A mí personalmente me preguntaron si tenía tatuajes y dije que no. Yo luego he visto fotos mías en los medios de comunicación. En las fotos salgo yo enseñando la placa. Ni me parece correcto ni di mi consentimiento. No creo que sea la mejor forma de trabajar hacer una foto.


Imagen 125. Guerrero fotografiado a las 08:33:45 en la identificación de la plaza de toros, y la respectiva filtración, del 8 de diciembre del 2017, unos días después de la finalización del juicio oral. La imagen de Guerrero en el Navarra.com se copió del informe pericial y anexos realizado por la Policía Foral sobre los videos del cubículo; por tanto no es imagen original, es una copia con menor resolución. Esto es una prueba de las incesantes filtraciones a los medios de comunicación.

    A mí por lo que me contaron es que era para enseñarle a ella por si éramos nosotros. Creo que ese no es el procedimiento a seguir.

    F: ¿En algún momento les indicó a sus compañeros que no tenían por qué permitir que les hicieran fotos de sus tatuajes?

    G: No me fijé en eso. Estaba hablando.

    F: A usted le preguntaron si tenía tatuajes y como dijo que no, no le fotografiaron.

    G: Sí.

    F: ¿A ustedes les dicen que se pueden ir, que no se vayan de Pamplona, pero les dejan en libertad sin ninguna restricción?

    G: Sí, lo único que me dice por favor el agente es que no me marche para solucionar el problema.

    Escudero, sobre la localización del grupo:

    F: ¿Y se reencontraron de nuevo en el Encierro, a la hora del Encierro?

    E: Sí.

    F: ¿Qué pasó en la plaza de toros?

    E: Pues, en la plaza de toros… ¿en la carrera o en la plaza de toros?

    F: No, en la plaza de toros, ya dentro de la carrera...

    E: Ya dentro de la carrera...pues yo es que estaba solo en ese momento. Yo estaba corriendo en la plaza de toros, estaba grabando vídeos y después llamé no me acuerdo a quién y me dijeron dónde estaban entonces yo fui a la búsqueda de ellos para reencontrarnos todos juntos. (De nuevo, obsérvese la facilidad con la que contactó Escudero con el resto del grupo en la plaza de toros, y lo supuestamente dificultoso que le resultó a Clara contactar con Adrián Monja Soto en la plaza del Castillo)

    F: Y cuando se encontraron todos juntos, ¿está de acuerdo con lo que ha manifestado el señor Prenda?, ¿eran los que ha dicho él los que estaban ahí, en la plaza de toros?

    E: ¿Ellos cuatro?

    F: Sí.

    E: Estaban ellos cuatro.

    F: Usted no estaba allí.

    E: No.

    F: ¿Cuándo se reunió con ellos, recuerda más o menos la hora y qué es lo que hicieron?

    E: La hora no la recuerdo.

    F: ¿Y recuerda lo que hicieron?

    E: Lo que hicimos fue que cuando yo me encontré con ellos pues estaban como para enseñarme los vídeos de que había saltado por encima del toro y... estaba contento y fue cuando mi primo, Antonio Manuel, me dijo, “sí, no estés tan contento que nos han denunciado”. Y digo yo, “¿nos han denunciado de qué?, ¿cómo que nos han denunciado?”, y yo creía que estaba de broma porque siempre intenta hacerme bromas o entre los cinco hacemos bromas y me dijo “que sí, sí, que en serio, que estamos denunciados”, y digo yo, “¿pero por qué?, ¿el qué?, ¿Qué ha pasado?”; y me dice, “pues por una agresión sexual”, y yo me lo tome a ‘guasa’, pero él me insistió y ya le tuve que decir como para que no fuese broma, “júralo por la abuela”, y cuando ya me lo juró le dije “¿y eso por qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿has estado con alguna?” y me dijo, “no, será la chica de esta noche” y le dije, “¿pero qué somos, todos por la chica de esta noche? ( hasta ese punto, también Escudero, demostró en la espontaneidad de su declaración el sentir de su inocencia), y ahí me quedé que...que no daba crédito de lo que me estaba diciendo.

    F: ¿El término que utilizó fue “que estamos denunciados”?

    E: No recuerdo.

    F: ¿O “nos han identificado o “nos han preguntado”?

    E: Sí, que la policía les había identificado a ellos y que faltaba yo.

    F: Pero le pregunto, ¿el término que utilizó que usted recuerda es “denunciados” o ese término no existió.

    E: No lo recuerdo.

    La comparecencia de los Policías Forales 0829 y 1010 el 7 de julio a las 10:52 del atestado policial (folio 15) dice así: “Que Antonio Manuel Guerrero Escudero les ha preguntado a los dicentes, si la chica había estado en el médico, por estar informado que el hecho que ha motivado la intervención policial, es una agresión sexual”. Se infiere por lo declarado por estos agentes que a Guerrero se le comunicó la existencia una denuncia contra ellos.

    La sentencia mayoritaria, en la página 89, relata lo siguiente:

    Por lo que se refiere a la aportación voluntaria de los videos y el hecho de que no trataran de esconderse o fugarse, realizamos las siguientes consideraciones. Según se desprende de las fuentes de prueba anteriormente referidas, sobre las 07:54:58 h., los cinco procesados fueron captados por las cámaras de A3 en el recorrido de encierro.

    Con excepción de Jesús Escudero, fueron reconocidos por Agentes de la Policía Foral de Navarra, quienes habían recibido información de la Policía Municipal, sobre el contenido de la denuncia, la descripción de las cuatro personas denunciadas -sic -, incluyendo los tatuajes y objetos que portaban en el callejón de la plaza de toros durante la suelta de vaquillas, sobre las 8:20 horas.

    Para los detalles de esta intervención, nos remitimos al informe policial, número 7450816, en que detalla a la actuación policial con los procesados en la Plaza de Toros de Pamplona - cuatro de ellos- y en el Barrio San Jorge de Pamplona -ya con referencia a los cinco procesados-, elaborado por el comisario de Policía Foral 043 y que fue sometido a contradicción en la sesión de juicio oral de pasado 15 de noviembre.

    Los agentes con números profesionales 0829 y 1010, por orden del comisario, trasladaron desde el callejón al patio de caballos, para proceder a su identificación a José Ángel Prenda, Ángel Boza, Alfonso Jesús Cabezuelo y Antonio Manuel Guerrero .

    Con carácter previo a la verificación de identificación Antonio Manuel Guerrero, que estaba apartado de las otras tres personas, mantuvo una conversación con un agente de Policía Foral (¿por qué no nombra la sentencia mayoritaria el número de placa del policía?), quien le relató la razón por la que habían sido interceptados en el callejón.

    El comisario comunicó a las cuatro personas, que se iba a proceder a la identificación pues pudieran estar implicados en un delito grave que se había cometido durante la noche en Pamplona.

    Durante la identificación, Antonio Manuel Guerrero , preguntó al agente 0829, si: “… La chica había sido ya valorada en un centro sanitario.”. Asimismo comunicó a los Agentes las características y el lugar aproximado donde habían dejado estacionado el vehículo con el que habían llegado a Pamplona y que junto a ellos había una quinta persona que estaba por las inmediaciones en el ruedo.

    Los expresados agentes y comisario verificaron la identificación de las cuatro personas y tomaron diversas fotos incluyendo la vestimenta, calzado y los tatuajes (fotografías, que como se ha dicho anteriormente, fueron difundidas por los medios de comunicación, a pesar de ser información secreto de sumario) que llevaban en diversas partes de su cuerpo.

    Verificada la identificación el comisario número profesional 043, decidió dejarles marchar puesto que no coincidían alguna de las características de las personas y objetos que portaban, que habían sido facilitadas por la Policía Municipal. Disponiendo que los agentes 0829 y 1010 fueran a localizar el vehículo en el barrio de San Jorge.

    Cuando salieron los cuatro procesados de la plaza de toros, Antonio Manuel Guerrero tiró el teléfono móvil de “la denunciante”, en una zona donde había desperdicios situada en la cuesta de Labrit , cerca del frontón. En este lugar fue recogido sobre las 9:30 horas por Dª Galabina Petrova.

    Posteriormente los cuatro procesados, se juntaron con Jesús Escudero Domínguez , desplazándose los cinco en autobús al barrio de San Jorge. Entretanto los agentes 0829 y 1010, localizaron el vehículo Fiat Bravo matrícula 0458 GHC, estacionado en la calle Doctor Simón Blasco del Barrio de San Jorge.

    Cuando llegaron los procesados el comisario de Policía Foral número profesional 043, dio instrucción a los agentes desplazados para que se registrara el vehículo y se hiciera una inspección más completa de los tatuajes.

    Según se desprende de la declaración en sede judicial y la prestada durante la sesión de juicio oral celebrada el 15 de noviembre por dichos agentes 0829 y 1010, en conversación con los sospechosos, que se mostraron colaboradores, si bien no manifestaron que tuvieran vídeos ; expresaron al segundo, que habían estado con una chica y que no había habido forzamiento -José Ángel Prenda- y que ya sabía lo que había hecho y estaba muy tranquilo -Antonio Manuel Guerrero-, sin que ninguno de los sospechosos hiciera alusión a la existencia de videos. Esta es la única parte de la sentencia donde ha acertado el tribunal.

    Por su parte los agentes 409 y 572 de la Policía Municipal procedieron a la detención de los cinco sospechosos en la calle Simón Blasco del barrio de San Jorge a las 11:15 , horas del día 7 de julio de 2016.

    El primero de estos agentes, en su declaración en la sesión de juicio oral celebrada el 16 de noviembre, manifestó que cuando llegaron los sospechosos, los Agentes de Policía Foral, les indicaron que ya sabían por qué ellos estaban ahí, según lo informado por la Policía Foral, haciendo comentarios en el sentido de que: “… todo había sido todo consentido y si no que demostraran lo contrario. “

    El agente de la Policía Municipal de Pamplona 572, declaró que cuando llegaron, los agentes de Policía Foral, presentes en el lugar les comentaron, que los entonces investigados habían manifestado que tenían vídeos, y que ya no querían hablar más. Dicho agente lo puso en conocimiento del inspector de policía judicial de la Policía Municipal 272, quien ordenó que les retiraran los teléfonos móviles. Declaró con toda rotundidad, que él no oyó a los sospechosos que tenían vídeos y que a él sólo se lo dijo Antonio Manuel Guerrero, cuando le estaban reseñando en dependencias policiales.

    Por razón de cuanto acabamos de razonar, consideramos que la manifestación de existencia de los vídeos y la actitud de colaboración que mostraron los procesados, no compromete la solvencia, integridad y coherencia de nuestro razonamiento en cuanto a la justificación de los hechos que declaramos probados.

    Dada condición de Guardia Civil, de Antonio Manuel Guerrero, es razonable inferir que sabía que no podía negarse a identificarse y que el oponerse a dar cualquier dato que se le pidiera por la policía, no iba a beneficiarle en absoluto.

    Como podemos comprobar, no es cierto que desde el principio dijeran que tenían grabaciones.

    Alfonso Jesús Cabezuelo no manifestó que tuviera un vídeo; por primera vez hizo alusión a la existencia de esta grabación, se produjo en su declaración indagatoria prestada el 2 de septiembre de 2016, quizás pensó que según manifestó en el acto de juicio oral, que había quedado efectivamente borrado como según afirma, lo pretendió. Siendo así que la existencia del video 20160707 031531 , tan sólo pudo concretarse tras un exhaustivo análisis por la Policía Foral de la evidencia dos -su teléfono móvil-; ampliándose la prueba pericial en su momento acordada, con respecto a este concreto archivo mediante Auto de 1 de septiembre de 2016.

    Precisamente, en este video a cuya valoración nos remitimos, evidencia caracterizadamente la situación de prevalimiento y abuso de la superioridad, sobre la denunciante por parte de los procesados; muestra de modo palmario que aquella está sometida a la voluntad estos, quienes la utilizan como un mero objeto, para satisfacer sobre ella sus instintos sexuales.

    Respecto a Antonio Manuel Guerrero, sabiendo ya en la Plaza de Toros, el motivo de su identificación, nada dijo ni al comisario ni a los agentes, tampoco ninguno de los sospechosos que estaban presentes, dijeron que habían estado con una chica todos ellos.

    Según hemos constatado, este comentario lo realiza por primera vez ante los agentes de Policía Foral 1010 y 829, manteniendo que había sido todo consentido, pero tampoco les dijo nada acerca de la existencia de los videos.

    Sólo cuando los entonces sospechosos, son conscientes y así lo pregunta Antonio Manuel Guerrero de que podían ser detenidos, en relación con los hechos que habían cometido pocas horas antes y llegó la Policía Municipal para proceder a la detención, es cuando por primera vez se habla de los videos. Es perfectamente razonable la inferencia de que Antonio Manuel Guerrero, dada su condición profesional, sabía perfectamente que en el momento de la detención los videos iban a ser aprehendidos.

    En oposición a la sentencia mayoritaria, tenemos el voto particular de la sentencia, que en la página 317, dice lo siguiente:

    Cuando al día siguiente, a excepción de Jesús Escudero, son identificados en el callejón por agentes de Policía Foral (NIP 0829, 1010 y Comisario NIP 0043), sin excepción se muestran tranquilos y colaboradores y no ponen reparos en dejarse fotografiar, mostrando incluso su torso desnudo, sin haber sido en absoluto informados de sus derechos (cuando menos el de oponerse a la toma de fotografías) y responden a cuanto los policías les preguntan facilitando además la matrícula y -hasta donde son capaces de precisar considerando que no conocen Pamplona- el lugar donde tienen aparcado el coche, señalando además que al mismo pensaban dirigirse después de las vaquillas y que allí podrían ser localizados si hiciera falta como efectivamente ocurrió.

    Lo mismo sucede cuando un rato más tarde, en el barrio de San Jorge los agentes de Policía Foral 829 y 1010 proceden a la identificación de Jesús Escudero, sacan nuevas fotografías de los tatuajes de todos en plena calle y realizan la inspección del vehículo o les hacen preguntas sin informarles de su derecho a negarse, a no responder o de la trascendencia o sus derechos respecto al registro del coche.

    Acerca de los hechos que se suceden en el callejón, el juicio confirmó lo que ya había revelado la instrucción. En la diligencia de identificación de cuatro de los acusados en el callejón de la Plaza de Toros participó un policía foral que hizo saber a Antonio Manuel Guerrero que la razón de tal identificación era una denuncia por agresión sexual. Se trata de un Policía Foral cuyo NIP se desconoce por el Tribunal, un policía que pese a haber intervenido en la diligencia de identificación, no fue reseñado en el atestado por razones que nadie ha explicado. Policía Foral respecto del que las defensas, una vez que sus compañeros (Agentes números 0829 y 1010 y Comisario nº 0043) declararon en juicio que lo conocían aunque no su número de placa, solicitaron su citación para declarar, a lo que se opusieron todas las acusaciones, sin que, finalmente el tribunal acordase su comparecencia (esta es una de las muchas evidencias que demuestran que los acusados no tuvieron la garantía un juicio justo). Teniendo en consideración cuanto manifestó Antonio Manuel Guerrero acerca de lo sucedido aquella mañana en el callejón y que ya en ese momento y a ese policía foral le hizo saber que habían grabado vídeos (no, no es cierto que Guerrero le comunicara al policía foral la existencia de videos grabados, como ya he dicho anteriormente. En este punto se equivoca Ricardo González), en recta aplicación del principio in dubio pro reo, me inclino por otorgar credibilidad a su declaración a este respecto, máxime cuando la declaración testifical de dicho policía podía haber servido tanto de corroboración de lo afirmado como de refutación.

    En cualquier caso, sabiendo ya de la existencia de una investigación en marcha por una presunta agresión sexual cometida por un grupo de andaluces, los cinco acusados, entre los que se encuentra un Guardia Civil que, en razón a su profesión, es perfectamente conocedor no solo de la gravedad de los hechos sino también de las actuaciones a que la investigación puede dar lugar, conscientes todos ellos de que portaban en dos de sus teléfonos móviles las grabaciones de parte de lo ocurrido, habiendo dispuesto del tiempo necesario y la ocasión favorable, conservaron intactas dichas grabaciones y de su existencia darán nueva cuenta, probablemente ya antes de su efectiva detención como analizaremos y, con toda seguridad y espontáneamente, en el momento en que entran en dependencias policiales con motivo de su detención. Y a mi juicio, este es un dato que opera sin duda a su favor pues dota de razonabilidad a su afirmación de que tal y como persisténtemente han mantenido todos ellos, jamás entendieron que la denunciante no obrara libre y voluntariamente y jamás se les representó la idea de que su consentimiento no hubiera sido libre y válidamente prestado.

    En realidad es irrelevante que se lo dijeran a la policía o que no se lo dijeran, pero encajaba mejor en el relato señalar a los acusados como faltos de cooperación ante los agentes. A este punto volveremos un poco más adelante.

    Hay un dato importante en relación a los videos. Jesús Escudero borró de su móvil los videos e imágenes pertenecientes al 7 de Julio (folios 618 y 619):

Imagen 126. Folio 618 de autos con la evidencia de los videos borrados por Escudero el día 7 de julio

Imagen 127. Folio 619 de autos con la evidencia de las imágenes borradas por Escudero el 7 de Julio


Imagen 128. Uno de los videos grabados por Escudero la mañana del 7 de julio, justo antes del comienzo del encierro. Además de este video, borró los restantes videos del 6 y 7 de julio. Más tarde fueron recuperados por la Policía Foral. Y finalmente aparecieron filtrados en la televisión.

    Pero Escudero fue el único del grupo que no fue identificado por la Policía Foral en la plaza de toros, por lo que no fue consciente de que fue acusado de una agresión sexual hasta que se lo comunicó el resto del grupo, una vez se agruparon tras salir de la plaza de toros y dirigirse hacia el coche situado en el barrio de San Jorge:

    F: ¿Y se reencontraron de nuevo en el Encierro, a la hora del Encierro?

    E: Sí.

    F: ¿Qué pasó en la plaza de toros?

    E: Pues, en la plaza de toros… ¿en la carrera o en la plaza de toros?

    F: No, en la plaza de toros, ya dentro de la carrera...

    E: Ya dentro de la carrera...pues yo es que estaba solo en ese momento. Yo estaba corriendo en la plaza de toros, estaba grabando vídeos y después llamé no me acuerdo a quién y me dijeron dónde estaban entonces yo fui a la búsqueda de ellos para reencontrarnos todos juntos.

    F: Y cuando se encontraron todos juntos, ¿está de acuerdo con lo que ha manifestado el señor Prenda?, ¿eran los que ha dicho él los que estaban ahí, en la plaza de toros?

    E: ¿Ellos cuatro?

    F: Sí.

    E: Estaban ellos cuatro.

    F: Usted no estaba allí.

    E: No.

    F: ¿Cuándo se reunió con ellos, recuerda más o menos la hora y qué es lo que hicieron?

    E: La hora no la recuerdo.

    F: ¿Y recuerda lo que hicieron?

    E: Lo que hicimos fue que cuando yo me encontré con ellos pues estaban como para enseñarme los vídeos de que había saltado por encima del toro y... estaba contento y fue cuando mi primo, Antonio Manuel, me dijo, “sí, no estés tan contento que nos han denunciado”. Y digo yo, “¿Nos han denunciado de qué?, ¿Cómo que nos han denunciado?”, y yo creía que estaba de broma porque siempre intenta hacerme bromas o entre los cinco hacemos bromas y me dijo “que sí, sí, que en serio, que estamos denunciados”, y digo yo, “¿pero por qué?, ¿el qué?, ¿Qué ha pasado?”; y me dice, “pues por una agresión sexual”, y yo me lo tome a ‘guasa’, pero él me insistió y ya le tuve que decir como para que no fuese broma, “júralo por la abuela”, y cuando ya me lo juró le dije “¿y eso por qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿has estado con alguna?” y me dijo, “no, será la chica de esta noche” y le dije, “¿pero qué somos, todos por la chica de esta noche?”, y ahí me quedé que...que no daba crédito de lo que me estaba diciendo.

    Boza declaró ante la fiscal que solo recordaba la grabación de los videos de Guerrero, pero no la de Cabezuelo:

    F: En cuanto a las grabaciones del teléfono, ¿usted fue consciente de que se estaba haciendo alguna grabación?

    B: Sí.

    F: Se dio cuenta.

    B: Sí, sí.

    F: ¿Recuerda si se dio cuenta de que era más de uno o si solo era uno el que grababa?

    B: Yo recuerdo solo a uno.

    F: ¿Nos puede decir a quién?

    B: ¿El nombre?

    F: Sí.

    B: Eh...Antonio.

    F: ¿No se fijó entonces en la otra grabación o la desconocía?

    B: No la recuerdo.

    Y Escudero también dijo que solo conocía las grabaciones de Guerrero:

    F: ¿Usted sabía que también había grabado el señor Cabezuelo o usted no sabía nada?

    E: No, la verdad es que no.

    F: ¿Cuándo tiene constancia usted de que ya la policía tiene esos vídeos de forma fehaciente?, porque hasta ahora me dice que no recuerda, no sabe...

    E: Perdone, no le he entendido.

    F: Por ejemplo, si ya en comisaría se entregaron los teléfonos y se dijo “tenemos vídeos” o no sabe si se entregó en ese momento, si se dijo antes...

    E: Esa parte la desconozco.

    F: ¿A usted le pidieron autorización para ver el contenido de su móvil en concreto?

    E: Sí.

    F: ¿Dio autorización?

    E: Eh...como ha dicho Prenda, me dijeron que iban a mirar...yo no tengo nada que ocultar en el teléfono móvil. Yo dije que sí podían mirarme la fiesta y eso, pero como es la primera vez que me detienen, es la primera vez que escucho esas palabras de policías...yo no entiendo nada de esto...a mí, no sé cómo juegan pero yo dije que sí y no sé en qué momento ni si me expresaron si era el móvil entero o si era parte del móvil...a mí la verdad es que me da igual que me vean todo o parte del móvil pero no sé si me dijeron...yo pensaba que era por el tema de lo que nos estaban diciendo de esa noche pero también...vamos a mí me dio igual.

    Escudero y Boza mienten. Sí fueron conscientes de que Cabezuelo grabó un video con su móvil. El propio Escudero mira a la cámara mientras le grabó Cabezuelo.




Imagen 129. Escudero mirando directamente a la cámara mientras es grabado por Cabezuelo. Este fotograma pertenece al informe pericial de los videos realizado por los policías forales 0063 y 0829. Obsérvese la luz del flash en los ojos rojos de Escudero


Imagen 130. Filtraciones del fotograma de Escudero.

    Y lo que dice Escudero: “Yo no tengo nada que ocultar en el teléfono móvil” ¿qué sentido tiene su afirmación y luego borrara las imágenes y videos del 7 de julio? Obviamente tenía miedo y borró toda prueba que pensara le podía incriminar. Y lo tuvo que hacer entre el momento que se agrupó con sus amigos después de la identificación de la plaza de toros y la entrega de los teléfonos en el arresto. Pero lo mismo ocurrió con Cabezuelo:

    F: ¿Usted pensó entonces que no le molestaría?

    C: No, de hecho el vídeo en el momento lo grabo sin pensarlo prácticamente y más tarde lo borro, o sea que el vídeo no tenía ningún objetivo.

    F: ¿Cuándo borró usted el vídeo?

    C: No sé decirle ahora pero cuando cojo el móvil y veo que está el vídeo y realmente no me interesaba tener ese vídeo en el móvil porque tenía pareja, entonces no quería que viera el vídeo y por eso lo borré.

    F: ¿Lo borro antes de que la policía les incautara los teléfonos?

    C: Sí, bueno y antes de que nos detuvieran...antes de todo.

    F: Sí, vamos antes de que el teléfono estuviera en manos de la policía ya había borrado este vídeo.

    C: Sí.

    Más adelante:

    F: ¿Usted se quedó de fiesta por ahí con el señor Guerrero?

    C: Sí.

    F: ¿No le dijo en toda la noche que tenía el teléfono?

    C: No.

    F: ¿No le dijo usted tampoco que había grabado un vídeo en toda la noche?

    C: No.

    F: ¿Ni tampoco cuando lo iba a borrar?

    C: No, lo vi y lo borré

    Y finalmente:

    F: En relación a ese día, que era el que usted pensaba que eran el que le iban a revisar o que consideraba que eran lo que le iban a revisar, ¿usted les dijo a alguno de los agentes expresamente que había grabado un vídeo y que lo había borrado?

    C: Yo no, porque yo pensaba que el vídeo ya no estaba en el móvil, que lo había borrado y no sabía que se podía recuperar entonces, ¿para qué voy a decir que he hecho un vídeo si no lo tengo?

    F: ¿En ningún momento dijo usted “lo he grabado pero lo he borrado”?

    C: No.

    F: En relación a ese día, que era el que usted pensaba que eran el que le iban a revisar o que consideraba que eran lo que le iban a revisar, ¿usted les dijo a alguno de los agentes expresamente que había grabado un vídeo y que lo había borrado?

    C: Yo no, porque yo pensaba que el vídeo ya no estaba en el móvil, que lo había borrado y no sabía que se podía recuperar entonces, ¿para qué voy a decir que he hecho un vídeo si no lo tengo?

    F: ¿En ningún momento dijo usted “lo he grabado pero lo he borrado”?

    C: No.

    Cabezuelo al igual que Escudero, borraron los videos por temor a que pudieran ser utilizados como pruebas contra ellos. Pero la cuestión no es esa. La cuestión está en por qué Guerrero no borró sus propios videos, cuando los demás sí lo hicieron. En el caso de que realmente hubiera comunicado al Policía Foral desconocido la existencia de los videos, hubiera sido una incoherencia borrarlos más tarde. Y en el caso de que no se lo hubiera comunicado al policía foral ¿que sentido tendría mantener unos videos si en un futuro podrían ser utilizados como prueba incriminatoria?

    Ya mostramos anteriormente como la sentencia mayoritaria, tampoco validó la declaración de la policía municipal 405, cuando esta afirmó con rotundidad que Clara le comunicó durante la denuncia policial que la habían grabado con los móviles.

20-LA DETENCIÓN DE LOS 5 ACUSADOS

    Así relata Boza la detención:

    F: ¿Cuándo fueron hacia el coche tenían intención de irse ya en Pamplona?

    B: No, de irnos de Pamplona no teníamos ninguna intención solo queríamos ir al coche porque, teníamos todas las cosas en el coche...las maletas las teníamos en el coche, todo lo teníamos en el coche, como ya le digo los encierros habían acabado...y fuimos hacia el coche para coger cosas a lo mejor, es que no recuerdo muy bien...

    F: Pero le pregunto si tenían intención de marcharse de Pamplona.

    B: Intención de marcharnos de Pamplona yo creo recordar que no teníamos.

    F: ¿Pero la intención inicial que es la que decía era marcharse el día siete o el día ocho? Cuando vienen.

    B: Es que realmente no lo sabemos, cuando llegamos a Pamplona no teníamos un sitio donde dormir, hotel y tal...hasta que aguantásemos, pero en principio veníamos de San Sebastián, de Barcelona...no íbamos a aguantar mucho tiempo.

    F: Cuando llegan al coche, no sé si estaban ya o no, no tiene mayor relevancia, vuelven ustedes a tener contacto con la Policía Foral.

    B: Sí.

    F: ¿Qué les dice entonces la Policía Foral?

    B: La Policía Foral, en el momento en el que llegamos al coche, yo creo recordar que no están pero cinco o diez minutos después sí que aparece una patrulla con dos Policías Forales y en ese momento creo recordar que empiezan a registrarnos el coche de arriba a abajo, literalmente lo ponen ‘patas arriba’ y en ese momento no nos dicen nada, siguen creo recordar que haciéndonos fotos, nosotros no sabíamos por qué ni...

    F: ¿Preguntaron?

    B: ¿Qué les preguntamos?

    F: ¿Si les preguntaron por qué estaban ahí, si tenían que esperar o si tenían que irse?

    B: Sí, claro, le preguntamos a los policías y nos dijeron que teníamos que esperar y nada más. En ese momento estaban los dos y nada más.

    F: ¿En ese momento les dijeron o trataron de mostrarles los vídeos en ese momento?

    B: En ese momento yo creo recordar tener conversaciones entre nosotros.

    F: No, me refiero a la policía, o sea, a ustedes con la policía o usted en concreto con la policía.

    B: A la policía creo que yo personalmente no se lo dije pero yo creo que Antonio Manuel sí que se lo comentó, que teníamos un vídeo, que todo fue consentido, que eso lo probaría todo, que tal...sí, creo recordar que sí.

    F: Posteriormente llegaron más patrullas de Policía Municipal.

    B: Sí, empezaron a llegar muchos policías.

    F: ¿Usted pensó en esa espera que iba a ser detenido o no pensaba que...no sé, pensó en algo?

    B: Yo, lo que pensase...no lo recuerdo ahora mismo sinceramente.

    F: Cuando llegó el otro cuerpo policial sí que procedieron a su detención, ¿no?

    B: Cuando llega el otro cuerpo policial, que creo recordar que era la Policía Municipal, ¿no?

    F: Sí, Policía Municipal.

    B: La Policía Municipal...pues ahí empiezan a llegar furgones y tal y ya ahí uno de los policías se acerca y nos dice que estamos acusados de un delito de agresión sexual y de robo con violencia o intimidación, no sé cómo....cómo va eso.

    F: Le voy a preguntar rápidamente, aunque supongo que...en fin ¿usted autorizó al Policía Municipal que analizara el contenido de su teléfono?

    B: Sí.

    F: ¿En presencia de letrado?

    B: Sí.

    F: ¿En el Juzgado de Instrucción, en presencia judicial y con letrado?

    B: Yo personalmente le digo, que en el Juzgado de Instrucción no recuerdo prácticamente nada, porque yo estaba en ese momento destrozado...estaba destrozado porque no entendía la situación, no entendía lo que estaba pasando, recuerdo cuando uno de mis amigos subió a hablar con el instructor, que nos dijo que íbamos a prisión y yo de ese momento no recuerdo absolutamente nada porque entre en un estado de...no recuerdo nada.

    Prenda sobre la detención:

    F: ¿No les dijeron nada... ninguna restricción, sino que ya podían irse?

    P: Sí.

    F: Se encuentran entonces con el señor Escudero.

    P: Sí.

    F: ¿Quedaron por teléfono porque él estaba en otro sitio o...?

    P: Quedaríamos por teléfono.

    F: ¿Y cómo fueron ustedes hasta el coche? El coche ya sé que usted no sabía muy bien dónde estaba (se refiere a la declaración de Prenda ante el juez instructor el 2 de septiembre del 2016), pero que parece claro que estaba en el barrio de San Jorge...

    P: San Jorge, por lo que he escuchado...

    F: ¿Cómo llegaron hasta ahí?

    P: Sí, cogemos un autobús. Y nos vamos. Cogemos un autobús...

    F: ¿Dónde cogieron ese autobús?

    P: Pues no lo sé, pero era un sitio donde había bastante ajetreo. Cogimos el autobús y nos fuimos a San Jorge.

    F: ¿Pero recuerda si era cerca de la plaza de toros, lejos?

    P: No, muy lejos no estaba. Yo lo que recuerdo tampoco anduvimos mucho para coger el autobús.

    F: Y de camino al coche, ¿qué se plantea ustedes, hablan entre ustedes?

    P: La verdad es que era como una pasada, como perplejos... Bueno, Escudero que se lo decimos más tarde, a nosotros nos lo comunica la policía foral, Escudero no se lo creía. "Quillo, imposible". Nosotros somos mucho de bromas... y yo: "Escu, que es verdad, que no te vamos a bromear con esto, que nos ha dicho la Policía que tenemos una denuncia, una agresión sexual... Es verdad, que en su momento...

    F: Pero ustedes, disculpe, ¿a ustedes les dijeron que ustedes tenían una denuncia o dijeron que estaban buscando a alguien...?

    P: Eso, que estaban buscando o que teníamos una denuncia interpuesta o que...

    F: Es que el matiz es importante, por eso le digo, ¿a ustedes les dijeron que estaban denunciados ustedes?

    P: El matiz es importante, pero no lo recuerdo exactamente. Sí que es verdad que Antonio nos dijo que... no sé, que eso, que estábamos... es que no me acuerdo, si una denuncia o que nos estaban buscando por algo de eso.

    F: ¿No le sorprendió a usted que, estando denunciados, le pregunto, no le detuvieran?

    P: Sí. Por eso en ese momento también pensábamos "bueno, se habrán confundido", que Sanfermines viene un montón de gente, también un montón de gente de Sevilla, del sur, y que estábamos pensando de que tenía que ser un error, de que no podíamos ser nosotros.

    F: Cuando llegan al vehículo, después de encontrarse con el señor Escudero.

    P: Sí.

    F: ¿Ven ustedes si está allí la Policía o no?

    P: Pues no recuerdo si allí ya estaba la Policía o.... o llegamos nosotros y no había nadie... No lo recuerdo.

    F: Bueno, de todas maneras usted sí que recuerda que allí se volvieron a encontrar...

    P: Sí, ahí nos volvimos a encontrar con la Policía después de... Ellos ahí es donde nos detienen.

    F: ¿Eran los mismos agentes, recuerda usted, que les habían intervenido en la plaza o no?

    P: No lo recuerdo.

    F: ¿Recuerda si iban de rojo, para ser más fácil poder identificarlos?

    P: Yo juraría que era la Policía Foral la primera que se encuentra con nosotros.

    F: ¿Qué les dicen esos agentes de Policía Foral?

    P: Pues, yo creo que ahí también nos hacen fotos y... no sé lo que hablan entre ellos, que eso, que nos siguen retenidos ahí.

    F: ¿Les dijeron ellos que les iban a detener?

    P: En primer lugar yo juraría que no.

    F: ¿Les dijeron de nuevo ustedes lo de "tenemos las grabaciones" o ... en ese momento se habló de eso o no?

    P: En ese momento sí que estábamos ya un poco más nerviosos, por lo que estábamos viendo allí, y sí que, no me acuerdo si directamente a los policías forales o a Antonio diciéndole "enseña el vídeo, tenemos vídeo". No me acuerdo exactamente si nos dirigíamos a la policía o nos estábamos hablando entre nosotros.

    F: O sea, no sabe si su amigo, don Antonio, le dijo directamente a la policía: "Oye, que tenemos unos vídeos..."

    P: Antonio sí se lo... En la misma plaza de toros, Antonio les dijo que teníamos, que tenía un vídeo...

    F: Vale. Allí, en el coche, ¿recuerda si se lo dijo o no?

    P: Pues no sé, no sé si volvió a hacer hincapié en que teníamos vídeo.

    F: Finalmente, a ustedes los detienen en ese mismo momento, ¿no?, por otros cuantos policías, en este caso Policía Municipal de Pamplona.

    P: Municipal, pues sí.

    F: ¿Usted autorizó que se visionaria su teléfono, en dependencias policiales?

    P: En ese momento, para los hechos concretos, dije que sí, que no tenía nada que ocultar y que me mirasen del 7 de julio, el 6 de julio, pues sí.

    F: ¿Usted dijo el 6 de julio y el 7 de julio, o dijo que no tenía inconveniente en que se mirasen sus teléfonos?

P: Es que, la conversación previa de la Policía es que te van a mirar lo que son las fiestas. Claro, después ellos miran lo que a ellos le interesa y lo que ellos quieren. Sí que es verdad que a lo mejor no te dicen exactamente... pero sí que te hacen entender de que te van a mirar el móvil en las fiestas.

    Cabezuelo sobre la detención:

    F: ¿Qué estuvieran localizables en el coche le dijeron?

    C: Sí, o sea...que que fuéramos al coche y no nos fuéramos...es que no recuerdo muy bien, ya le digo que fue Antonio el que habló con ellos, entonces a nosotros nos habló por encima, tampoco nos especificó mucho.

    F: Cuando ya se van y se reúnen con el señor Escudero, ¿quién habló por teléfono para reunirse con el señor Escudero?, ¿recuerda si habló usted?

    C: Yo no recuerdo.

    F: Cuando se van de allí, ¿usted no vio que el señor Guerrero tiraba un teléfono a la basura?

    C: No, no pude verlo.

    F: ¿Tampoco comentó nada en ese momento?

    C: No.

    F: A ver, ¿después de esa identificación no dijo “que me he llevado el teléfono?”

    C: No, la verdad es que en ese momento no comentó.

    F: Cuando todos llegan al vehículo, se encuentran de nuevo, no se si estaban ya allí o llegan un poco después, con los agentes de Policía Foral.

    C: Sí. Yo no recuerdo si cuando llegamos estaban ellos ya o si llegamos o...o sea no se si nosotros llegamos y llegaron ellos muy rápido, no recuerdo bien.

    F: ¿Qué pasó entonces?, ¿Qué les requirieron entonces los agentes?

    C: Nada, que estuviéramos ahí con ellos en ese momento….es que no recuerdo porque después de venir la Policía Municipal creo, no sé decirle qué hicimos con cada uno...pero yo creo que la Policía Foral sólo estuvo ahí con nosotros como para que no nos fuéramos...pero no recuerdo tampoco...

    F: ¿Recuerda si identificaron al señor Escudero y si les sacaron más fotografías a todos?

    C: Es que ya le digo, no recuerdo si eso fueron la primera patrulla de Policías Forales que estaba allí o la Policía Municipal cuando vino, no recuerdo bien.

    F: ¿Estuvieron bastante rato esperando a que llegaran las patrullas de Policía Municipal?

    C: Sí, estuvimos un rato.

    F: ¿En ese momento les dijeron que estaban esperando a ser detenidos, pensaron que iban a ser detenidos?

    C: Yo realmente no sabía muy bien qué estaba pasando. O sea, estábamos en la calle y nos dijeron que teníamos que estar esperando.

    F: Creo que el señor Guerrero manifestó verbalmente en ese momento: “¿Estamos esperando a que nos detengan?”. ¿Recuerda usted esa pregunta?

    C: No

    F: ¿En ese momento recuerda usted que o bien a los agentes de Policía Foral o bien a los de Policía Municipal que llegaron en primer término se les dijera de nuevo que tenían vídeos para que los pudieran observar?

    C: Yo recuerdo que en ese momento eso lo estábamos comentando entre nosotros, que teníamos que estar tranquilos porque teníamos vídeos y los policías estaban al lado, pero directamente a ellos no recuerdo si se lo dijimos o no.

    F: O sea que ustedes si recuerdan hablar entre ellos y que ellos estaban cerca.

    C: Entre nosotros sí, ellos estaban al lado.

    F: ¿Pero directamente?

    C: Directamente no recuerdo.

    F: ¿Usted después autorizó en dependencias policiales el análisis del contenido de su teléfono?

    C: Sí.

    F: ¿Le dijeron algo al respecto de las diligencias que se iban a hacer?

    C: Bueno eso lo estábamos hablando, dijimos que teníamos vídeos... ya en comisaría como que lo sabían todos los policías y Guerrero ya le digo que hacía de portavoz y dijo que miraran los móviles en relación a los vídeos. Yo no pensaba que iban a mirar todo mi teléfono entero, yo creía que solo lo mirarían en relación al vídeo, a ese día o a ese momento.

    F: En relación a ese día, que era el que usted pensaba que eran el que le iban a revisar o que consideraba que eran lo que le iban a revisar, ¿usted les dijo a alguno de los agentes expresamente que había grabado un vídeo y que lo había borrado?

    C: Yo no, porque yo pensaba que el vídeo ya no estaba en el móvil, que lo había borrado y no sabía que se podía recuperar entonces, ¿para qué voy a decir que he hecho un vídeo si no lo tengo?

    F: ¿En ningún momento dijo usted “lo he grabado pero lo he borrado”?

    C: No.

    Escudero, sobre la detención:

    F: ¿Cuándo llegan al coche qué ocurre?

    E: Pues...nosotros llegamos al coche antes que la Policía Foral, nos sentamos en el capó...fuimos a… Prenda y Boza fueron a comprarse ‘chacina’, que estaba en la esquina, y nos pusimos a comernos un bocadillo y justo llegó la Policía Foral.

    F: ¿Y qué ocurrió cuando llegó la Policía Foral?

    E: Pues cuando llegó la Policía Foral como que el que faltaba era yo. Me miraron el tatuaje y...yo era lo que me había dicho a mi primo anteriormente en la plaza, de que yo le dije, “¿Antonio Manuel, tu les has enseñado los vídeos?”, y el me dijo, “sí, sí, yo les he dicho que tenía vídeos” y le dije, “¿pero no te han echado cuentas?”; yo estaba como con esa...no sé qué palabra expresarme...pero como diciendo “pero vamos a ver, si tenemos el vídeo, enséñales el vídeo, que nosotros no hemos hecho eso”, y él me decía “yo se lo he comentado pero no…” no recuerdo si me dijo que “no querían verlo o su disposición no era de que ellos podían coger los móviles o…”, y yo le digo “pero enséñaselo”, y yo esa conversación yo también la tuve con él cuando estaban la Policía Foral y la municipal, pero la tuve con él. Yo no sé si la Policía Foral se enteró pero mi intención era de que se enteraran de que teníamos vídeos.

    F: ¿Usted se lo dijo directamente a algunos de los agentes de Policía Foral o Policía Municipal?

    E: No recuerdo si se lo dije a ellos directamente o en voz alta para que se enteraran de que nosotros no teníamos que ocultar nada.

    F: ¿Usted sabía que también había grabado el señor Cabezuelo o usted no sabía nada?

    E: No, la verdad es que no.

    F: ¿Cuándo tiene constancia usted de que ya la policía tiene esos vídeos de forma fehaciente?, porque hasta ahora me dice que no recuerda, no sabe...

    E: Perdone, no le he entendido.

    F: Por ejemplo, si ya en comisaría se entregaron los teléfonos y se dijo “tenemos vídeos” o no sabe si se entregó en ese momento, si se dijo antes...

    E: Esa parte la desconozco. (recordemos que Escudero no estuvo en el reconocimiento de la plaza de toros junto a los otros 4 acusados)

    F: ¿A usted le pidieron autorización para ver el contenido de su móvil en concreto?

    E: Sí.

    F: ¿Dio autorización?

    E: Eh...como ha dicho Prenda, me dijeron que iban a mirar...yo no tengo nada que ocultar en el teléfono móvil. Yo dije que sí podían mirarme la fiesta y eso, pero como es la primera vez que me detienen, es la primera vez que escucho esas palabras de policías...yo no entiendo nada de esto...a mí, no sé cómo juegan pero yo dije que sí y no sé en qué momento ni si me expresaron si era el móvil entero o si era parte del móvil...a mí la verdad es que me da igual que me vean todo o parte del móvil pero no sé si me dijeron...yo pensaba que era por el tema de lo que nos estaban diciendo de esa noche pero también...vamos a mí me dio igual.

    F: En el juzgado también se le preguntó por parte del juez.

    E: La parte del juzgado...en esa parte yo estaba...estaba muy mal, desconsolado porque bajó Alfonso y dijo que nos íbamos a la cárcel, entonces yo subí para arriba y ni me enteré de nada (hay que imaginarse un sentimiento tan penoso sabiendo que una persona es inocente)...yo estaba en otro mundo, no sabía lo que estaba pasando...no sé ni lo que me preguntarían, yo les dije lo que me dijo mi abogada, la abogada Carmen Sala, de que podíamos no declarar, y yo lo único que llegue y dije “me acojo al derecho de…” es que no sé ni cómo lo dije.

    F: Sí, usted se acogió a su derecho a no declarar, lógicamente que es una de las posibilidades que tiene, pero le pregunto, ¿del teléfono no recuerda nada?

    E: No.

    Guerrero:

    F: ¿Qué hacen a continuación?

    G: Recuerdo que salimos de la plaza, que llamo a Escudero, tiro el teléfono móvil, vamos a coger el autobús y nos dirigimos hacia el barrio de San Jorge. Llegamos al vehículo, nos quedamos allí, fuimos a comprar bocadillos y estando allí se acercó una patrulla de la Policía Foral de Navarra. Vienen, no sé si nos piden el DNI, nos piden que abra el vehículo que lo van a registrar, lo registran de manera superficial porque en el vehículo estaban las cinco maletas de los días de viaje. Sacaron los bártulos más grandes, por los asientos y nos dijo que nos esperáramos.

    F: ¿Cuándo les identifican en la plaza de toros les cachearon?

    G: No, a mí no me cachearon.

    F: Ya en San Jorge, hablaron con los agentes de la Policía Foral. ¿Eran los mismos de la plaza de toros?

    G: No lo recuerdo.

    F: ¿Les informó a ellos por la existencia de los vídeos?

    G: No les quiero decir nada porque ellos tampoco me dicen a mí que vengan por una agresión sexual. Por respeto al compañero que me lo había contado tampoco quise decirles nada.

    F: ¿Supuso que era por la agresión sexual o pensó en otra cosa?

    G: No, no, yo sabía que era por eso.

    F: ¿Aún así no les dice nada de los vídeos?

    G: No.

    F: ¿Cuándo le dice a la policía que tiene los vídeos?

    G: Pues cuando ya nos detienen y nos llevan a comisaría, los que nos detienen van vestidos de paisano y yo pensaba que eran de la Policía Foral. Cuando llegué vi que era de la Policía Municipal. Al hombre que me estaba haciendo la reseña ya se lo comenté.

    F: ¿Mientras esperaban en el vehículo usted pensó que estaban esperando para ser detenidos?

    G: Sí.

21-LA DENUNCIA DE CLARA Y SUCESOS POSTERIORES

    Esto es lo que relata Clara a la fiscal sobre la denuncia:

    F: Después de ocurrir esto, se inicia todo el protocolo, a usted la llevan al servicio de urgencias, le hacen un examen ginecológico, se toman muestras... En fin, todo el procedimiento que se sigue. Le hacen también una analítica de alcohol. Dio un resultado positivo. ¿Usted había bebido mucho esa noche? Con respecto a este dato de Alcoholemia, el voto particular de la sentencia, en la página 254, dice lo siguiente: “Ratificaron los cuatro informes que obran en la causa, a los folios 182, 1263, 1265 y 1267 de autos respectivamente, reiterando que “la presencia de un eritema vulvar como el descrito es un dato morfológico compatible con rozamiento en la zona descrita no siendo en sí mismo un hallazgo que indique violencia”; y, asimismo que, considerando que los análisis de alcohol en sangre realizados a la denunciante sobre las muestras obtenidas en su reconocimiento el día de autos indican que presentaba 0,91+/-0,05 g/l de alcohol en sangre y 1,46+/-0.06 g/l de alcohol en orina, el cálculo retrospectivo de alcoholemia, para determinar el que efectivamente tuviera en el momento de los hechos daría, aplicando el método de cálculo más sencillo, una tasa de 1.3265 g/l de alcoholemia en la denunciante a las 3:15 horas, con las variaciones en cuanto a los parámetros de cálculo que detallan en los folios 1265 y 1266 de autos y, en todo caso, superior a 1 g/l; e, igualmente, lo indicado en su informe acerca de que, en personas no habituadas, con cifras de alcoholemia superiores a 1 g/l “se puede presentar fetor enólico, desinhibición, agitación, trastornos de la conducta, labilidad emocional, ataxia, disartria (habla farfullante), sensación de mareo, náuseas y vómitos”, aclarando que la labilidad emocional se puede definir como un descontrol de las emociones; que la ataxia es una torpeza o falta de coordinación que puede afectar a partes del cuerpo; a la pregunta de si la dificultad en el habla que puede provocar el alcohol, puede implicar dificultad a la hora de expresar un relato respondió que “Si” y que “la disartria significa que la expresión está afectada, es más farfullante, más pastosa”. A preguntas sobre la desinhibición que puede provocar la tasa de alcohol determinada el Sr. Teijeira (Teijeira es el director del Instituto Navarro de Medicina Legal. El instituto está situado en el propio Palacio de Justicia de Pamplona) señaló que “La desinhibición yo la definiría como una alteración del comportamiento en que la persona se muestra más locuaz, más abierta, más expansiva” y a la pregunta sobre si “esa actitud más expansiva podría manifestarse en una conducta sexual” respondió que “podría manifestarse en una conducta sexual” y asimismo indicó que “cuando el nivel de alcoholemia afecta al sistema nervioso central, sí que puede haber alteraciones del comportamiento”.” Y en la página 260: “El nivel de alcoholemia que razonablemente puede afirmarse que la denunciante presentaba en el momento de los hechos se situaría en una franja entre 1,22 y 1,32 g/l de alcohol en sangre, tasa con relevancia suficiente como para inferir una desinhibición, alteración en la conducta o labilidad emocional que podrían dar sentido a un desarrollo de los hechos alternativo tanto al violento que describió en su denuncia como al que después, ya sin sombra de violencia, mantuvo en juicio. El nivel de afectación etílica que la misma presentara en el momento de los hechos no pudo ser comprobado por los Médicos Forenses pues, como afirmaron en juicio, no apreciaron que estuviera influenciada por el alcohol y por ello señalaron en su informe que “no impresiona impregnación de tóxicos” pero igualmente explicaron que “es posible que una situación de estrés provoque la liberación de sustancias estimulantes” y por ello compensar el efecto que teóricamente podría provocar el alcohol y “la desaparición de una clínica que igual inicialmente podría tener.” Y ratificaron que de acuerdo con los resultados que arrojó el análisis de alcohol en sangre realizado, lo razonable es sostener que al momento de los hechos la denunciante presentara la tasa de alcohol que se ha referido y que ello le provocara los efectos que se han descrito. Y de ello no infiero como hace la sentencia mayoritaria que “las posibilidades de reacción de la denunciante conforme a un pensamiento racional…” se hallaran comprometidas por el alcohol, pues aun cuando el alcohol hubiera favorecido la desinhibición o la relajación del autocontrol, no puedo anudar a eso automáticamente ni la ausencia del consentimiento, ni la existencia de un consentimiento viciado, ni tal cosa fue afirmada por ninguno de los dos peritos forenses. “ .

    Tampoco dio positivo en ninguna droga, incluida la burundanga.

Imagen 131. El informe de alcoholemia y drogas.

    Y en la página 76 de la sentencia mayoritaria: ”Asimismo consideramos que las posibilidades de reacción de la denunciante conforme a un pensamiento racional se hallaban comprometidas por cuanto en el momento de los hechos, tenía un nivel de influenciamiento por el alcohol, que alteraba su conocimiento, el raciocinio, la capacidad de comprensión de la realidad y le provocaba desinhibición y disminuía su capacidad de autocontrol. “. La opinión pública ha querido justificar lo ocurrido en el cubículo por un exceso de alcohol de Clara, por lo que los acusados se prevalieron de esa circunstancia para cometer la violación. Pero como ha declarado Clara, ella era plenamente consciente de sus actos. Además ¿Acaso el alcohol solo afectaba al comportamiento de Clara y no al de los acusados?

    C: Pues empezamos a beber sangría cuando llegamos a Pamplona, pues lo que tardáramos en subir de donde dejamos el coche, comprar sangría y llegar a la Plaza del Castillo.

    F: En esa hora en la que ocurren los hechos, hacia las tres de la madrugada, ¿usted se encontraba embriagada, se encontraba muy bebida?

    C: Había bebido, pero yo era consciente de la situación, de que me había perdido de mis amigos, de que Rubén se había ido a dormir. No es que fuera con tal tasa de alcohol que no pudiera ni andar. O hablar.

    F: Usted sabía lo que estaba pasando, era consciente de lo que estaba pasando.

    C: Sí, era consciente.

Posteriormente, ante Martínez Becerra declaró:

A: ¿Usted considera que iba suficientemente bebida o que tenía todas sus condiciones mentales... Por decirlo de alguna manera, a gusto, pero que o tenía sus condiciones mentales mermadas, que no supiese lo que estaba haciendo. ¿Considera usted que iba en condiciones suficientes como para...?

C: Sí, con respecto al alcohol sí. Estaba en mis plenas condiciones, pero yo acababa... estaba en shock, entonces a lo menor mis capacidades mentales no estaban en su máximo esplendor.

    La declaración de Clara ante el juez instructor Esteban Iglesias (folio 119) relata lo siguiente: ”Que la declarante había bebido pero se encontraba en buenas condiciones, que no había tomado ningún tipo de sustancia tóxica”.

    La declaración de Beatriz Andueza, también ante Esteban Iglesias (folio 927) dice esto: “Que no le dio la sensación de que la chica estuviera bebida”. Y la de Mikel Lecertua (página 937): “que no le pareció que la chica estuviera embriagada”.

    Por mi parte, me gustaría zanjar la polémica de la embriaguez, así como de la juventud e inexperiencia de Clara para eximirla de su participación voluntaria en el suceso de aquella noche de julio. Los detractores de la manada niegan su responsabilidad y poder de decisión debido a la afectación que le produjo el alcohol. Pero Clara admitió, primero ante el juez instructor, y más tarde en juicio oral que ella era plenamente consciente de sus actos, y así queda evidenciado (folio 1030) por la tasa de alcohol que llevaba durante la orgía.

    Además, su responsabilidad puede ser argumentada utilizando una analogía. En el supuesto de que una mujer de 18 años, conduciendo bajo los efectos del alcohol, atropellara y matara a una persona, sería responsable de sus actos por cometer un homicidio.

Imagen 132

    Por otro lado, también la juventud de Clara es otro lugar común utilizado para su descargo. Pero tenemos otro ejemplo de una chica que con la misma edad que Clara en el momento de los hechos, Isabel Medina Peralta (18 años), la cual a pesar de su juventud no la libró de haber cometido un delito, en este caso, por apología del nazismo:

Imagen 133

    El hecho de que a Isabel Medina se le obligue a asumir la responsabilidad de sus actos a pesar de su juventud, pero a la vez a Clara se le deba eximir siendo igual de joven que Isabel Medina, es algo absolutamente incoherente, partidista e interesado, falto de rigor, de parcial y subjetivo, ya que es aplicar una doble vara de medir al valorar sus comportamientos.

    Los argumentos manidos de la embriaguez y juventud de Clara para exculparla, no son válidos en su defensa. No tienen cabida moral. Es mayor de edad, y eso supone la asunción plena de responsabilidades.

    Lo expone muy claramente el voto particular de la sentencia, en la página 253: “Finalmente, a mi juicio, no puede establecerse como “a priori” que una joven con edad más cercana a los 19 que a los 18 años e iniciada en las relaciones sexuales a los 16, no esté dotada de suficiente madurez personal como para decidir, con la necesaria autonomía, las relaciones sexuales que quiera mantener, por personalísimas razones que solo le incumben a ella, mucho menos en una sociedad como la actual en la que los individuos, con independencia de su sexo, han alcanzado de hecho un considerable grado de libertad para autodeterminarse sexualmente”

    Claro, queda evidenciada la hipocresía social al aceptar la libertad de expresión de Isabel Medina para arengar a una multitud de manifestantes teniendo la misma edad que Clara, pero la inadmisible asunción de la libertad sexual por parte de Clara para participar voluntariamente en una orgía sexual con 5 desconocidos

Imagen 134

    F: Para terminar ya en lo que se refiere al hecho en sí, usted entonces por lo que me ha manifestado, ¿en ningún momento sospechó absolutamente nada de lo que podía ocurrir con estos jóvenes?

    C: No, para nada, para nada. Si no, obviamente hubiera pedido ayuda o me hubiera intentado escabullir o cualquier cosa.

    F: Ya por concluir finalmente, ¿usted en ningún momento consintió lo que ocurrrió?

    C: No.

    F: ¿Y lo hubiera permitido si no se hubiera encontrado en la situación en que se encontró?

    C: No era consciente y no.

    F: Después de ya iniciarse el procedimiento judicial, usted fue objeto de atención psicológica. ¿Sigue en la actualidad con apoyo psicológico?

    C: Sí, traigo el informe que me dio mi psicóloga sobre los síntomas y todo lo que tengo.

    F: Lo ha traído hoy.

    C: Sí, lo he traído hoy. [Intenta hacer llegar el documento al tribunal. Éste lo rechaza]

    F: Después de lo ocurrido, usted ha recibido apoyo psicológico. ¿Recuerda qué síntomas tuvo, cómo se sentía una vez pasados ya ese día y el día después, cómo se fue sintiendo los días posteriores?

    C: Cuando yo ya llegué a mi casa después de todo esto lo que sentía era mucha culpabilidad, sentía como que yo podía haber hecho más para evitar toda esta situación. Luego, también me sentía responsable y pensaba que les estaba jodiendo la vida a cuatro personas, que era mi culpa lo que había ocurrido y que no podía... respecto a este comentario de Clara, el voto particular de R. González, en la página 308 de la sentencia dice lo siguiente: ”Y existe otro detalle que hace dudar de la credibilidad de la denunciante y que no es otro que, por un lado, su preocupación sobre el perjuicio que su denuncia pudiera causar a quienes del modo brutal que describe en ella la habían agredido y que solo se entiende en supuestos en que existe un previo conocimiento entre la víctima y el agresor (o su familia) y por otro lado, la incomprensible empatía de la que hace gala respecto a los acusados. Aparece en varias ocasiones mencionado en la causa el pesar que producía a la denunciante el perjuicio que su denuncia pudiera causar a los denunciados...; en juicio lo ratificó y afirmó que no sentía nada especial por ellos, “no les conocía de nada, no puedo tener ninguna... ningún sentimiento hacia ellos pero ni bueno, ni malo porque no les conozco, o sea, es como una persona de la calle para mí”. Ciertamente, frente a cinco absolutos desconocidos a los que se está acusando por hechos de tal gravedad y que tan grave daño se afirma que han producido, señalar que “es como una persona de la calle para mí” como poco, resulta sorprendente.”

    F: ¿Por qué pensaba que era su culpa lo ocurrido?

    C: Porque podía haberme ido, porque no tendría que haberme puesto a hablar con gente que no conozco (la gente que conoció de Palencia y Castellón esa misma noche, eran igual de desconocidos), porque ¿para qué me voy con gente que no conozco?, porque me separé de Rubén, porque me quedé sola en una ciudad que no conozco, por todo esto. Pensaba que era mi culpa por no poder hacer algo para poder irme. Me sentía muy culpable, también se me quitaron las ganas de hacer cualquier cosa. Salía con mis amigos porque sabía que tenía que salir, porque no me iba a quedar en casa, porque al final necesitaba respirar un poco, cambiar de aires. Y cada vez que salía en mi cabeza estaba todo el rato pensando en esto, o me ponía a llorar en cualquier momento, estaba de fiesta me ponía a llorar. Me pasaba el día intentando no hablar del tema pero buscando noticias porque necesitaba saber más (obviamente, Clara estaba atemorizada de que la verdad de su denuncia falsa saliera a la luz; de ahí parte de su estrés). Intentaba buscarle una respuesta lógica a todo lo que había ocurrido, pero no y no, y por eso buscaba las noticias (en la página 277 del voto particular de la sentencia: “2.- Continuando con los Criterios para el diagnóstico del TEPH y respecto a los que hemos llamado “síntomas de intrusión” (Criterio B) el informe forense afirma que concurren y lo expresa literalmente así: “B. Síntomas de intrusión: Malestar psicológico intenso al exponerse a factores externos que se parecen a un aspecto del suceso: escuchar música de San Fermín, olor a colonia, ver personas con rasgos físicos parecidos a los supuestos agresores.” Por su parte, los peritos de la defensa explicaron que estos síntomas de intrusión suponen que “el acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas” y menciona cinco, entre las cuales, la que mencionan las peritos forenses aparece reseñada con el número 4; y lo cuestionan porque entienden que está sujeto a incoherencias, dado que estiman que ese malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos que le recuerdan el acontecimiento traumático y que las peritos del INML asocian con la música de San Fermín, la colonia o los rasgos parecidos a los de los agresores “es incompatible con el hecho de que cuando no puede dormir, necesite leer las noticias al respecto y a continuación, conciliar el sueño”. En juicio, la Sra. Echeberría señaló que “el malestar asociado a exponerse ella a determinados estímulos muy puntuales como eran olores, personas similares o canciones que le hacían recordar lo sucedido, podría ser, no obstante, contrasta con el hecho de que, en otras situaciones en las que claramente hay un factor externo que le hace recordar lo sucedido, no solo no haya esta evitación, sino que sea ella misma la que voluntaria y conscientemente lo busque”.), pero no encontraba nada. Con pesadillas, noches de insomnio, de no poder dormir, de tener que tomar pastillas. También he tenido problemas de concentración, yo he sido una persona que he sido buena estudiante siempre y en septiembre de ese año empezaba el segundo curso de la carrera que estaba estudiando y en diciembre-enero (diciembre 2016-enero 2017) no me presenté a los exámenes, decidí dejarlo, porque no era capaz de centrarme en una cosa. Clara no hace ninguna mención de que tuviera que abandonar los estudios, ni evadirse al extranjero (sí se fue de vacaciones en periodo estival), como machaconamente difundieron los medios de comunicación. En realidad, fueron los mismos medios de comunicación los que le provocaron el estrés a Clara cuando publicaron a principios de diciembre del 2016 imágenes de los videos:

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    F: Una de las cuestiones que surgió a lo largo del procedimiento es que después de ocurridos los hechos usted se fue de vacaciones. Primero, con Rubén y con la madre de Rubén, y después también a un pueblo que tiene la familia y aparentemente usted hacía una vida normal.

    C: Sí, yo me fui una vez pasó esto, la semana siguiente o así, me fui a la playa con Rubén y con su madre (ni su amigo Rubén, ni la madre de este, declararon en el juicio. Tampoco los padres de Clara. Así lo dice el voto particular de la sentencia, en la página 306: “En consecuencia, las alegaciones de las defensas sobre la concurrencia de un posible móvil espurio no puede considerarse como descabellada, absurda o irrazonable, como tampoco puede ser fácilmente entendido que todas las acusaciones hayan desechado traer a juicio a las dos personas que, al menos en consideración a su intervención directa en la recepción de la denuncia, por lo que respecta a la agente 405, y por la vinculación afectiva y de confianza que cabe presuponer a la única persona de su ámbito personal presente en Pamplona el día de autos y con la que viajó a Pamplona, en lo que se refiere a Rubén, podrían haber prestado declaración como testigos de referencia refrendando el testimonio de la denunciante.”. A la acusación no le interesó que declarara por el simple hecho de que conocía que la denuncia de Clara era falsa). Su madre es psicóloga y me dijo que me podría venir muy bien y que como el tratamiento psicológico no lo iba a empezar hasta septiembre (si verdaderamente Clara hubiera sufrido una agresión sexual, hubiera necesitado ayuda psicológica desde el primer momento. Cuando puso la denuncia en la policía municipal, se le ofreció asistencia psicológica y la rehusó, como se puede leer en la denuncia policial (folio 19 de autos): “Que se le ofrece la posibilidad de ser asistida en las presentes diligencias por un abogado del SAM y un psicólogo, siendo que no precisa de ninguno”), que podía ser una forma de empezar a colocar todo lo que sentía. Decidí irme con ellos porque además es una cosa que siempre he hecho y no iba a cambiar ahora una cosa que siempre he hecho por un simple hecho. Yo tenía que seguir, no iba a quedarme en mi casa.

    F: ¿Qué le recomendaron los psicólogos, inicialmente esta persona que es psicóloga y posteriormente los que le trataron?

    C: Me recomendaron que no me quedara en casa, que siguiera adelante, que iba a ser un momento en el que iba a estar muy mal, que necesitaba atención psicológica profesional, no por parte de la madre de Rubén, que no puede ser mi psicóloga porque me conoce. Lo necesitaba, necesitaba colocar todo eso porque me estaba comiendo. Tenía que salir, tenía que seguir porque al final no podía dejar que esto cortara mi vida, tenía que seguir. Tengo 20 años, me queda mucho. Me dijeron que siguiera adelante, que si necesitaba llorar, que llorara, que si necesitaba gritar, que gritara, que intentara hacer mi vida normal. Y fue lo que intenté. Yo salía de fiesta y estaba muy bien, estaba haciéndome fotos con mis amigos y luego me ponía a llorar y a lo mejor estaba desde las cuatro de la mañana hasta las seis llorando, porque no podía parar.

    F: Usted parece por la forma de expresarse una joven extrovertida y sociable, ¿solía colgar en las redes sociales -antes de los hechos- pues si salía de fiesta, si no salía, con quién estaba?

    C: Sí. Sinceramente en una red social, aparte de que es mi red social y cuelgo lo que quiero, yo no voy a colgar fotos llorando, no voy a hacer eso. Yo lo que intento es seguir mi vida. No voy a poner una foto llorando en una red social para que todo el mundo pregunte: ¿Qué le habrá pasado a esta chica? Pues no. Voy a seguir mi normalidad y mi normalidad es subir fotos de fiesta, pues subo fotos de fiesta.

    F: Creo que manifestó a los psicólogos que inicialmente usted quiso aparentar y mantenerse en las redes sociales como si no le hubiera ocurrido.

    C: Ya no sólo eso. Todo el mundo sabía que yo estaba en Pamplona en los Sanfermines, porque lo sabían. "Ah, pues Clara se va este año a los Sanfermines". "Ay, qué guay". También sabían que había ocurrido esto, porque ha salido en todos los medios. Quería evitar que se me pudiera relacionar. Si yo de repente soy una persona que siempre que me he ido de viaje he subido fotos, si no las subía yo pensaba que la gente iba a decir: "Oye, ¿y por qué Clara no ha subido una foto de Sanfermines?".

    F: Usted estaba intentando preservar entre sus amistades la idea de que usted había sido la víctima...

    C: De que yo no era esa chica. Es más, cuando la gente me preguntaba yo decía: "Muy bien, vimos todos los encierros, nos lo pasamos super bien". Yo nunca dije que era yo. (Obviamente, una persona sabedora que ha puesto una denuncia falsa, y que su caso ha alcanzado una trascendencia mediática inaudita, sería la persona menos interesada en presentarse públicamente como la víctima, al estar mayormente expuesta al peligro de ser descubierta su acción deshonesta)

    F: En la actualidad usted sigue con el tratamiento psicológico.

    C: Sí.

    F: ¿Más o menos puede contar en qué consiste ese tratamiento actual?

    C: Desde septiembre de 2016 he estado yendo a ver a mi psicóloga (en la página 280 de la sentencia, R. González, cuenta esto: “Por lo demás, que la denunciante fuera capaz de mantener su actividad en las redes sociales, de salir con sus amigos y de disfrutar de vacaciones durante todo el verano de 2016 y no se viera en la necesidad de solicitar ni seguir ningún tratamiento, ni psicológico, ni farmacológico, es un hecho que puede tenerse como absolutamente probado y sugiere, sean cuales fueran los síntomas que presentara, que la intensidad de los mismos, fuere la que fuere, le permitió cuando menos prescindir de cualquier tratamiento, lo que también da idea de la gravedad con que se le hubieran presentado; dato, en cualquier caso, no decisivo a efectos de valorar la ausencia o la eficacia de su consentimiento en la noche de autos, pero que no resulta baladí a la hora de determinar la procedencia de una eventual indemnización que, no se olvide, se solicita por cuantía de 250.000€”).

Y es curioso que dijera que empezó el tratamiento con su psicóloga en septiembre, cuando en una entrevista telefónica del periodista Andros Lozano, del diario El español, al abogado Bacaicoa (sobre el 22 de julio del 2016) este afirmó que Clara ya estaba en tratamiento psicológico:

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 Al principio iba dos veces al mes, una cada 15 días y era una terapia individual. Luego ella me recomendó que lo mejor era hacer una terapia individual y otra grupal. Cada quince días era: una terapia individual, otra grupal, descanso, grupal, individual, así. Y antes de que se dictara cuándo iba a ser el juicio y que se acercaran las semanas previas, me dijo que estaba muy bien, que estaba recuperándome y que en vez de cada 15 días iban a ser cada tres semanas. Pero cuando se dictó cuándo se iba celebrar el juicio, nos empezamos a ver cada semana así hasta que volviera a recuperar el buen estado que tenía.

    La publicación, por parte de Clara en Instagram, de la imagen de abajo, fue realizada el 19 de septiembre, tal como dice la sentencia mayoritaria en la página 125: “La ampliación propuesta por Letrado Sr. Agustín Martínez Becerra, se elaboró por dichas detective: “…Por petición del abogado Agustín Martínez Becerra completamos el informe de redes sociales de Doña Clara aportando la imagen adjunta tomada de su red de "Instagram" el día 19 de Septiembre de 2017 a las 11.15 horas y publicada 11 horas antes de dicha captura.” y en el mismo se inserta una fotografía, con el contenido que es de ver en el acta correspondiente a la sesión del juicio oral celebrada el 13 de noviembre”

    Así lo cuenta Clara ante su abogado Miguel Ángel Morán:

    M: ¿usted ha colgado recientemente una foto en Instagram (se la exhibe) con un lema?

    C: La colgué en septiembre de este año. Es una camiseta sobre una frase de un programa de televisión, Super Shore, de una chica que se llama Karime, y dice esta frase (hagas lo que hagas bájate las bragas) y otras como taconea, bonita, taconea, con las que se hacen camisetas.

    M: Es decir, que la que sale en la camiseta no es usted ni mucho menos.

    C: No, es de un catálogo de ropa y es una frase de esa chica que usábamos mis amigas y yo este verano. Castro es el pueblo de la familia de Clara, donde suele pasar parte del verano.

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    La terapia que estaba siguiendo Clara, justo antes del juicio, era en un centro de atención a mujeres víctimas de violencia sexual, y su terapeuta se llamaba Rebeca Álvarez López. Obsérvese en la imagen de abajo, la cabecera de la presentación del centro al que asistió Clara: “El papel del grupo en el proceso de recuperación de las supervivientes”. La intensidad del título, dando a entender implícitamente el peso emocional que supone ser víctima de una violación:

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    Por otro lado, la opinión pública se echó las manos a la cabeza por una campaña publicitaria contra la violencia de género realizada por la Junta de Andalucía (imágenes 140 a 145). A la opinión pública le pareció que tratar el tema de los maltratos de manera tan frívola era absolutamente inapropiada y fuera de lugar, por lo que la campaña tuvo que ser retirada.



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    Sin embargo, Clara, desde el suceso de 7 de julio del 2016, tuvo un comportamiento frívolo y nada acorde a una supuesta violación grupal: Según afirmó, su terapia psicológica la comenzó a mitad de septiembre, 3 meses después de los Sanfermines; también publicó la fotografía de la camiseta con el eslogan “hagas lo que hagas, quítate las bragas” semanas antes de la celebración del juicio; también se permitió el lujo de declarar en el juicio oral, delante del tribunal, con los pies apoyados sobre el asiento de su silla. Estas acciones de Clara son muestras de un comportamiento nada acorde al sufrimiento propio de una auténtica víctima de violación.

    La sentencia mayoritaria, en la página 125, lo justificó de la siguiente manera: “La denunciante en su declaración en la sesión de juicio oral celebrada el 14 de noviembre, explicó las circunstancias y motivos por los que había insertado en el Instagram privado que tenía, la referida fotografía. En nada desvirtúan nuestras consideraciones al respecto, esta prueba de descargo en parte como vemos carente de validez. Dicha prueba de descargo, parece ignorar deliberadamente que se trata de una persona joven -los hechos sucedieron muy poco después de alcanzar la mayoría de edad, que debe superar este trance. El mundo no se paró para la denunciante, la madrugada del 7 de julio. Las psicólogas forenses, han informado sobre la conveniencia de que retome su vida en todos los ámbitos -familiar, social, educativo…- , Siendo complejo el proceso de recuperación que está siguiendo. Tiene toda una vida por delante y no se observa que en modo alguno haya de llevar una vida de ermitaña”.

    Pero el voto particular, en la página 311, contradice a la sentencia mayoritaria: “A mi juicio, lo que parece ignorar la Sala mayoritaria es que la prueba que se valora (lo mismo que la que resultó renunciada) fue propuesta en tiempo y forma y admitida como válida, pertinente y procedente por el Tribunal y como legítima prueba de descargo fue practicada en el plenario. Entraña una falacia argumental, atribuyendo a la parte proponente una supuesta finalidad que no tiene la prueba, el intento de vincular la misma con algún afán de cuestionar, por parte de las defensas, el pleno derecho y la absoluta libertad de autodeterminación que la denunciante tiene respecto a su vida, ni mucho menos a la supuesta pretensión de dinamitar la recuperación y superación por la misma de los hechos enjuiciados. Con independencia de la valoración que se haga de la prueba practicada, no me parece admisible que se trate de enturbiar la legitimidad de la prueba mediante un juicio de intenciones sin fundamento, penalizando así el legítimo ejercicio del derecho de defensa con el prejuicio que gratuitamente se atribuye a las defensas de que haya por su parte alguna resistencia a que la denunciante pueda seguir desarrollando su vida en plenitud y del modo que estime más conveniente. Y si la sala mayoritaria estima que sobre los informes de detectives aportados a la causa se cierne causa de ilicitud, de ilegítima inmisión en la intimidad de la denunciante como afirma o cualquier otro motivo de improcedencia o falta de justificación, lo que no se explica es que los mismos hayan sido admitidos tanto por el instructor como por la Sala y siendo así, que tal circunstancia se penalice ahora y se tenga en consideración como factor de ponderación para fijar la indemnización que concede a la denunciante y que supone una quinta parte de la reclamada. Lo que no puede negarse es que, en el ejercicio -también legítimo- de la acusación particular, la propia denunciante está reclamando para sí la cantidad de 250.000€, suma absolutamente desorbitada, y que por ello resulta exigible la acreditación rigurosa del perjuicio que se pretende reparar con ella, en cuanto, aun tratándose de una indemnización por daños morales, se trae a primer plano para justificar esa cuantía el estrés postraumático que la mayoría de la Sala tiene por acreditado. Y a este respecto, que, a escasos días de la celebración de la vista, cuando se sostiene por las acusaciones que tal perspectiva ha supuesto un nuevo vuelco en la vida de la denunciante y la necesidad de intensificar el supuesto tratamiento que afirma sin mayor acreditación que continúa recibiendo, hacerse eco del lema “Hagas lo que hagas, quítate las bragas” no sugiere una persona traumatizada en absoluto. Por lo demás, es libre la denunciante de publicar en redes sociales lo que tenga por pertinente y frente a ello no puedo sino manifestar mi más absoluto respeto.

     Los fotogramas de abajo pertenecen a un video grabado por un amigo de Clara, donde se la aprecia riendo, cantando y bailando borracha de madrugada en medio de la calle. La canción que canta pertenece a Jennifer López, y se titula “el anillo pa cuando”, que fue lanzada al mercado en abril del 2018


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    Sorprende que Clara muestre un comportamiento tan alegre, irreverente, despreocupado y frívolo, cuando supuestamente había sido víctima de una violación grupal hacía poco tiempo, por la misma razón que pareció frívolo e inapropiado el anuncio de la Junta de Andalucía sobre el maltrato machista, nombrado más arriba. Desde luego, Clara está en su derecho de publicar en redes sociales o divertirse de la manera que considere oportuna, pero son indicios que revelan no sufrir trastorno de estrés postraumático por violación, sino una causa diferente que detallamos más abajo. 

    F: Usted tiene que seguir con tratamiento psicológico.

    C: Sí, sí.

    F: Cuando se enteró que se habían grabado vídeos ¿cómo lo vivió usted?

    C: No daba crédito, no podía entender ni el por qué, ni para qué. Y al ser un caso que ha salido en toda la prensa pensaba que lo iba a ver todo el mundo. Pensaba que todo el mundo sabía quién era. Ese era el miedo de Clara: el ser reconocida públicamente a través de los videos y de la foto. Obsérvese que no hace ninguna mención en la declaración del juicio oral, al miedo que le pudiera provocar un grupo de varones desconocidos o alguna otra situación hostil sobre lugares apartados y oscuros. Cuando me cruzaba por la calle con alguien que no conocía pensaba que sabía quién era. Me generaba mucha angustia pensar que los vídeos esos podían salir, podrían habérselos mandado a alguien y que esas personas pudieran venir a mi casa a decirme algo. O a cualquier lado en el que yo estuviera tomando algo con mis amigos.

    F: ¿Se enteró después usted de que había tenido un seguimiento por detectives privados?

    C: Sí, me enteré de que había habido detectives privados, sí.

    F: ¿Le afectó de alguna manera?

    C: Sí, ya no sólo por los síntomas que suele tener una víctima de este tipo de agresiones. También se me sumó un sentimiento de supervigilancia. Yo salía a la calle pensando que me iban a secuestrar, yo salía a la calle pensado que me iban... Yo se lo dije a mi madre, a mis amigos: "Chicos, me van a secuestrar. Si algún día no estoy es por esto". Sentía que todo el mundo me estaba observando y que necesitaba sobreprotegerme de alguna forma. (En esta última parte de la declaración, cuando relata los sucesos ocurridos al regreso de Pamplona, es donde Clara se muestra más locuaz y descriptiva, en contraste con lo parco y evasivo del resto de la declaración. Pero ella está relatando el estrés sufrido por una causa diferente a una auténtica violación. Así lo deja entrever el voto particular, en la página 276: ”Se preguntó por el Letrado Sr. Bacaicoa si les pareció raro lo que la denunciante les expresó, según señalan en su informe, acerca de que se trasladó a unos días después de los hechos, que no tenía apetito ni ganas de salir, pero que salía con sus amigos..., a lo que respondieron que la denunciante tenía un círculo social y familiar que la protegía mucho y que ha intentado normalizar su vida “y después del hecho que ha vivido”, facilitarle las cosas. “Y también, los casos que tenemos aquí, de otros casos de agresiones”, lo que ocurre es que pues las... los padres, las madres, lo que intentan es después llevar de vacaciones o facilitar las cosas a esa persona”. Indicaron que la recomendación de los terapeutas suele ser pedirles que hagan vida normal y continua el Letrado diciendo “Entonces, evidentemente, está claro que lo que no se le puede exigir a una chica que ha sido agredida sexualmente es que se quede en casa y que no salga ¿no?”, respondiendo las peritos, de nuevo sin cuestionarse ni precisar la premisa, que “No, al revés, hay que animarle a que salga.” Y por si alguna duda pudiera suscitarse acerca lo que se está analizando, en el minuto 18:13 de la grabación que documenta el acta de juicio correspondiente a la sesión del día 21 de noviembre de 2016 consta la siguiente pregunta: “¿Ustedes detectaron en la chica cuando la examinaron la posibilidad de que el estrés postraumático se hubiese producido o se haya producido por alguna causa no relacionada con la agresión sexual?”; a lo que por la Sra. Muñiz se responde: “¡Es que no tenía ningún otro hecho en su vida que fuera...!”, y, reforzándola, interrumpe y se expresa por la Sra. García Astiz: “relevante”, continuando la Sra. Muñiz diciendo: “un acontecimiento traumático en ese momento” y vuelve a asentir la Sra. García Astiz: “Aha!” Aunque teórica y formalmente las peritos afirmaron que “nosotras trabajamos siempre con hipótesis y desde luego, siempre la hipótesis puede ser eh… lo mismo y lo contrario” o su manifestación de que “bueno, es que nosotras cuando hacemos la valoración, no partimos de que ha habido agresión sexual”, ambas reconocieron a preguntas de este magistrado que, ciertamente, en su comparecencia a juicio, habían estado vinculando el estrés con una agresión sexual y finalmente, aceptaron expresamente que, una experiencia sexual traumática e insatisfactoria pero desnuda de ese matiz de agresión que le habían estado aplicando, podría producir también un trastorno como el que ellas han afirmado, pero la impresión que causaron es que esta posibilidad no habían llegado a planteársela como hipótesis nunca.”

    Clara crea un doble juego, su estrés lo manipula y tergiversa, y lo hace pasar por el de una violación. Cuando las peritos psicólogos detectaron estrés en Clara, se vieron obligadas a no profundizar en la naturaleza de este. Solamente hicieron constar que Clara lo sufría. El juez Vázquez Taín lo expresó en televisión de manera esclarecedora al afirmar que hay mujeres han interiorizado un delito que no ha sufrido




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De ahí procede parte de su estrés. Es un conflicto mental entre lo que sabe que realmente ocurrió y su intento de acallárselo, convenciendo a los demás y por tanto a sí misma de que realmente ha sufrido una violación. Todo los sentimientos que relata más arriba son reales, pero los manipula convenientemente para que puedan ser interpretados por el tribunal y la opinión pública a su favor. Su inquietud y desasosiego eran insoportables, sabiendo que era investigada por detectives, consciente de que su denuncia falsa podría ser descubierta, y el revuelo mediático que causaría si de algún modo saliera a la luz su actuación deshonesta. El estrés que sufrió Clara fue más grave que una auténtica violación, aunque fue de otra naturaleza.

El caso de Verónica, la trabajadora de la Iveco que se suicidó, cuyo estrés no se debió al hecho de sufrir una violación, sino por la difusión de unos videos sexuales en los que ella participaba:


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    El miedo y el estrés de Clara era el mismo que el de Verónica. No era consecuencia de una violación: era consecuencia del pavor que tenía a que los videos se difundieran. Este fue el motivo por el que Rebeca Álvarez López no declaró en el juicio oral: porque sabía que el estrés de Clara no procedía de una auténtica violación.

    Aquí tenemos otro ejemplo, el de un teniente coronel de la UME en un cuartel de Torrejón de Ardoz, que sufrió estrés postraumático por la difusión de imágenes por una subordinada donde participaba junto a ella en actos sexuales. Lógicamente, su estrés tampoco procedía de una violación:

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     O el caso más reciente del actor y presentador Santi Millán:

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    El caso de la actriz Paris Hilton, que reconoció sufrir trastorno de estrés postraumático. No hizo ninguna mención a sufrir una violación. Cuando dice “que tu confianza sea traicionada de esa manera”, es lo que debió sentir Clara cuando fue sumisa y complaciente con ellos 5, para luego terminar pensando que ellos difundirían los videos del cubículo:
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    O el caso de la youtuber Chrissy Chambers, que también reveló tener TEPT. Tampoco admitió ser violada. “Sintió como si la golpearan con un bate de béisbol” y que su mundo se "derrumbaba", algo similar a lo que declaró Clara en el juicio oral ante la fiscal: “Al no encontrar el teléfono y verme sola y seguir en estado de shock, empecé a llorar, empecé a llorar muchísimo y quería ir al coche pero necesitaba tranquilizarme y decidí sentarme en un banco que había en la calle. Y empecé a llorar. Estaba hundida en ese momento.”:



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    El caso de Tiziana Cantone, que al igual que Verónica, se suicidó. Tampoco hace mención de ninguna violación. La noticia afirma que Tiziana dio su consentimiento en el propio video para ser grabada:

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    La expolítica Olvido Hormigos. Tampoco hace mención a haber sido violada:

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    O el caso más actual de la modelo Laura Escanes:
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    Más adelante, en la entrada 7 el anexo, vuelvo a hacer mención de manera detallada del trastorno de estrés postraumático sufrido por Clara por “porno-venganza”.

    Al hilo del juicio oral del Caso de la manada, nótese que la fiscal omite cualquier pregunta a Clara sobre lo sucedido desde la puesta de la denuncia hasta su instalación en el piso de acogida. Por ejemplo, no le preguntó el por qué de que su amigo Rubén no la acompañara en el segundo viaje a comisaría y al hospital una vez que ella contactó con él en el Soto de Lezkairu.

    Ante María Cruz González Palenzuela, Clara respondió a unas preguntas trascendentales:

    G: ¿Hizo fotos o vídeos a los chicos con su móvil?

    C: No, no. No lo recuerdo, no.

    G: ¿Por qué le dice a la Policía que usted tiene el teléfono programado para subir a las fotos que usted hace directamente a su cuenta de Google y le da su contraseña?

    C: Porque me preguntaron si... Me preguntarían si tenía fotos con ellos, o me preguntaron si tenía fotos de esa noche para saber qué había hecho. Pero no me acuerdo tampoco. Me lo preguntaron en plan: "¿Tienes alguna..."?

    G: ¿No le dieron ninguna explicación de por qué le hacían esa pregunta? [Presidente del tribunal: "Señora, ha dicho que no recuerda"] Pues no hay más preguntas señoría.

Imagen 185. Fragmento de la denuncia donde Clara consigna su correo electrónico y su contraseña, folio 20 del sumario

    “Que Clara manifiesta que tiene el teléfono móvil programado, de tal manera, que en cuanto hace fotos, éstas suben directamente a su cuenta de golee. Que la dirección de golee es: xxxxagmail.com y la contraseña xxxxxx”.

    El motivo espurio de la denuncia de Clara iba implícito en el propio documento. No olvidemos que Clara le comunicó a la agente 405, la instructora, que la habían grabado con el móvil, aunque no estaba segura de si lo habían hecho con su propio teléfono. Para ello incitó a la agente a que revisara su correo electrónico, ya que las fotografías realizadas con su móvil quedaban salvadas de modo virtual en la nube de su cuenta de correo. Se esa manera, Clara cortaría la posible difusión de los videos. Piénsese que Clara no dio las cuentas, ni contraseñas de sus redes sociales, solo de su correo electrónico. Con posterioridad, pudo acceder a este, y se cercioró de que los acusados no la grabaron con su teléfono al comprobar que los videos no estaban en la nube de su cuenta.

    Clara ante Agustín:

    A: Bien. A tenor de ese momento usted va al hospital. ¿Pide usted ir voluntariamente al hospital o le indica la policía local que tiene que ir usted al hospital?

    C: No me acuerdo. Es que yo a partir del momento en que se sientan el chico y la chica en el banco recuerdo... Es lo que le digo: no recuerdo apenas la conversación con ellos ni con la policía ni el hospital apenas.

    A: Ha hecho usted referencia, y lo retomo por otro motivo procesal, ha hecho usted referencia a que en algún momento le tenían agarrada la boca, ¿en todo momento le tuvieron agarrada la boca, le...?

    C: O la boca o la coleta. Me agarraban de la coleta también, eso lo recuerdo. (Clara siempre declara acciones violentas por parte de los acusados. Anteriormente habíamos descrito como la Policía Nacional no encontró restos de su cabello en el cubículo)

    A: ¿Le dolía a usted algo en ese momento, tenía usted algún tipo de dolor en sus partes, en la cara...?

    C: Yo notaba la opresión en la cadera, pero

    A: No me refiero cuando usted se sienta en el banco, ¿le duele algo? ¿Tiene usted dolor, insisto, o en sus partes, o en la cara, o en el pelo, como consecuencia, o en los brazos por haber sido tirada, o en las rodillas por haber estado en posición? ¿Tiene usted algún dolor en ese momento?

    C: No lo recuerdo. No le sé decir si sentía algún dolor porque simplemente me acuerdo de sentarme en el banco, pero no sé... Es que no recuerdo gran parte de esa...

    A: Por lo tanto, si no le dolía nada, entiendo que cuando usted pide ir al hospital lo hace con la finalidad de tomar la píldora del día después.

    C: Es que yo no recuerdo pedir ir al hospital.

    [Presidente tribunal: "Perdón, señor, ha partido de una premisa. Ella, efectivamente, no ha dicho que pidió ir al hospital y usted lo ha formulado expresamente: cuando pidió ir al hospital]

    A: Retiro la pregunta. ¿Usted fue consciente de que las relaciones que habían mantenido eran sin preservativo?

    C: Sí, yo no vi en ningún momento que ellos se pusieran el preservativo (como hemos dicho infinidad de veces, a pesar de que supuestamente abriera los ojos solo tres veces durante la agresión, pudo constatar que no utilizaban preservativos, la forma de los tatuajes de 2 de los acusados, la situación de los vasos de cubata; vio también donde los acusados supuestamente tiraron su riñonera, pero “no vio” que la grabaran en video...) , pero... Yo cuando fui al hospital... Es que yo cuando salí del portal lo que quería era ir a ver a Rubén y tranquilizarme con él. Entonces no pensé ni en si habían usado preservativo ni cualquier cosa, no pensé en eso.

    A: A partir de ahí, ¿Cuántos días estuvo usted en Pamplona?

    C: Hasta el mismo día que yo declaré... Es que esos días no los recuerdo, no recuerdo muy bien donde termina y empieza otro porque estaba en un estado de shock muy grande, no recuerdo... Y pasé muchas horas sin dormir entre el día 6 y el día 7 y no recuerdo hasta qué día. Supongo que hasta el 8, el día que declaré, yo creo que fue el 8.

    Ante la abogada González-Palenzuela, respondió:

    M: ¿Ha visto usted el informe del ginecólogo que la atendió en el hospital y del médico forense?

    C: Lo vi en su momento, pero no es una cosa que me haya visto últimamente.

    M: ¿Cuántas veces fue usted al hospital, podría relatar cuántas veces fue y qué hicieron más o menos en cada visita, y los tiempos, por favor?

    C: Yo.. Cuando llega la Policía, me cogieron en un furgón y me llevan al hospital. Ahí estuvimos en la sala de espera, esperando al forense. Luego me hizo una exploración. Luego me sentaron en una mesa y me dieron todas las pastillas y tal. Creo que en ese momento no me sacaron... No sé si me sacaron sangre, no lo recuerdo. Luego ya me fui a la comisaría a poner la denuncia y luego volví otra vez al hospital para que me sacaran sangre. Y luego, cuando yo declaré otra vez, ante el juez, me recogieron muestras de la boca, pero no en el hospital, sino en el juzgado. Esas son las...

    M: Fue dos veces entonces, ¿no?

    C: Sí, que yo recuerde, sí.

    M: ¿Le dijeron que no se podía ir de Pamplona?

    C: Me dijeron que no podía irme hasta que compareciera ante el juez. Pero cuando comparecí se lo pregunté al juez instructor, que si podía irme ya a mi casa, y me dijo que sí.

    M: ¿Quién le dijo que no se podía ir de Pamplona?

    C: No lo recuerdo. Supongo que sería algún policía, porque iba a haber juicio quizás...

    M: ¿La trabajadora social del Ayuntamiento, Ana Fernández?

    C: Puede ser que me lo dijera, no lo recuerdo.

    M: ¿La llevaron a un piso con su amigo Rubén?

    C: Sí.

    M: ¿Qué hizo hasta el día siguiente, una vez que la dejan en el piso, que fue a declarar al juzgado?

    C: ¿Qué hice? Vale, pues me duché. Luego estuve... Bueno, Rubén no sabía nada, lo único que sabía es que me habían robado el móvil. Yo no le conté nada hasta que en el piso, después de ducharme, estábamos los dos solos y ahí se lo conté. Y después, yo me eché a dormir y me despertó ya mi madre, que habían venido ella y mi padre. Y ya luego nos movieron a otro piso para que pudiéramos estar los cuatro. Luego fuimos a cenar, que fuimos al Telepizza creo, un Telepizza que había. Luego nos fuimos a dormir, y por la mañana vino la madre de Rubén a Pamplona, entonces fuimos a buscarla a la estación de autobuses. Estuvimos no sé si comiendo fuera o tomando algo. No sé si fue para la comida o para estar fuera un rato y ya luego fui a declarar ante el juez.

    M: ¿Quién les lleva al piso?

    C: Nos lleva la Policía y la trabajadora social a Rubén y a mí.

    M: Cuando llega al piso, ¿es el momento en que usted llama a sus padres para decirles lo que había pasado?

    C: Sí. Es decir, yo ya estoy en el piso y ya es cuando cojo el móvil de Rubén (más adelante se verá como la trabajadora social Ana Fernández Garayalde declaró en juicio que Clara llamó a sus padres con el teléfono facilitado por el ayuntamiento) y llamo, creo que fue con el móvil de Rubén.

    M: ¿Y Rubén no sabía nada hasta ese momento?

    C: No.

    M: O sea, ¿Rubén se entera de lo que ocurre...?

    C: Rubén... Lo que ocurre es que cuando yo llego al coche después de poner la denuncia, yo llego y le digo: "Nada, Rubén, me han robado el móvil". Y me dice: "¿Pero todo bien?". Y le digo: "Sí, sí, no te ralles" (Rubén debía estar preocupado porque desde que dejó a Clara a la 1:00 de la mañana en la Plaza del Castillo para irse a dormir al coche, no volvió a verla hasta las 10:30, que fue cuando el agente municipal 371 llevó a Clara hasta el Soto de Lezkairu para que se reencontrara con él. Eso ocurrió justo después de la puesta de la denuncia. Rubén la llamaría insistentemente, pero al no recibir respuesta porque, recordemos, Guerrero le había robado el teléfono a Clara, estaría muy nervioso. Y entonces cojo su móvil, llamo a mi madre y le digo: "Mamá, que me han robado el móvil, pero que está todo bien, no te preocupes" (seguramente la madre de Clara, al no poder hablar por teléfono con ella, llamaría a su amigo Rubén para saber por qué Clara no le respondía). Y ya después, cuando me dice la Policía que nos van a llevar a un piso, yo le digo a Rubén: "Luego te cuento". En plan: "No te voy a contar ahora, quiero contártelo luego un poco más relajado todo". Pero yo no se lo cuento bien hasta después de ducharme. (En este primer contacto de Clara con su amigo Rubén en el Soto de Lezkairu, ella no le dijo nada de la supuesta violación. Clara debió de hacer una llamada a su madre (con el teléfono de Rubén) pero solo para decirle que le habían robado el teléfono. Solamente cuando Rubén y ella llegaron al piso de acogida, fue cuando le contó a este y a sus padres (a estos últimos desde el teléfono de Rubén) que la habían violado. No le contó desde un primer momento que la habían violado, seguramente porque estaba atemorizada de su mal proceder por la denuncia falsa.)

    M: Cuando usted llama a sus padres, desde el teléfono de Rubén, ¿Rubén está presente entonces?

    C: Él estaba hablando con un policía (policía municipal 371) y con Ana Fernández Garayalde. Pero yo a mis padres no les digo... Es que no sé exactamente lo que les dije, pero no les dije...(aquí es donde Clara evidencia su tardanza en comunicar a sus padres el suceso tan grave de su supuesta violación) Les dije: "mamá, papá, aparte de que me han robado el móvil...". Y me dijo mi padre algo y le dije: "Pues han venido cuatro chicos y me ha pasado esto".

    M: ¿El policía habló con sus padres?

    C: Sí.

    M: ¿Y la tra...?

    C: No sé si el policía y la trabajadora social o sólo uno de ellos.

    M: Esa era la pregunta, si la trabajadora había hablado también con sus padres. En ningún momento le comentó Rubén, cuando le llevó el policía al coche donde estaba Rubén, ¿a Rubén no le extrañó que la trajera un policía y que luego posteriormente ese mismo policía dijera que te tenía que llevar otra vez a la comisaría, de ahí al hospital... Dónde estaba Rubén entonces?

    C: Es que yo tampoco puedo saber si a Rubén le extrañó, yo...

    M: ¿Pero Rubén estaba con usted durante todo este tiempo?

    C: No. Yo estuve... A ver, me siento en el banco después de lo del portal, viene la policía, me llevan al hospital, del hospital a la comisaría a poner la denuncia, después de poner la denuncia voy a donde Rubén, no sé cuánto tiempo estuve con él, me vuelven a recoger, me llevan a poner.. a la científica, a poner las huellas...

    M: Disculpe que le interrumpa. En ese momento en que usted está con Rubén, Rubén se queda solo en el coche hasta que usted vuelve con la Policía o le acompaña en todo ese...?

    C: No, Rubén se queda en todo momento, no me acompaña (no le acompaña en el 2º viaje al hospital, por lo que se infiere que no le dijo nada de la violación). Rubén y yo no estamos juntos y le digo "luego te lo explico" hasta el momento en que nos van a dar el piso. Como se ha referido anteriormente, cuando Clara sale del portal y se sienta en el banco de la calle Roncesvalles, siempre tiene la intención, supuestamente, de contactar con su amigo Rubén para referirle todo lo que le acababa de ocurrir en el cubículo: Yo estaba en estado en shock y al no encontrar el teléfono, porque mi intención era llamar a Rubén, porque era la única persona que estaba ahí, en Pamplona me refiero, y al que podía llamar y ¿Pero era porque le importaba mucho el teléfono móvil o era muy valioso? No, porque quería llamar a Rubén, era la única persona que tenía, a la que quiero, en Pamplona y después de eso solo quería llamarle y decirle que viniera a buscarme, que no sabía dónde estaba pero que viniera. Y no podía. Entonces fue cuando me entró toda la impotencia y todo el miedo, y dije "es que no tengo ni el móvil". Pero no era por el teléfono móvil, me da igual el móvil. Era por poder localizarle.” y “Es usted una chica joven, universitaria, ¿no se planteó que lo primero que tenía que realizar es denunciar que había sido agredida sexualmente, buscar ayuda para esa agresión? Por eso buscaba el móvil, para poder llamar a Rubén, para poder pedirle la ayuda, pero no lo tenía. Entonces, al ver que no podía llamar a la persona que más confianza... estaba conmigo en Pamplona en ese momento... Ya mi shock incrementó y me senté para tranquilizarme, ir al coche y ya ahí hablar con Rubén. Y dio la casualidad que justo unos chicos se sentaron también y me ayudaron a poder llamar. Pero yo lo que quería era hablar con Rubén porque no había podido porque me habían robado el móvil.”

    El voto particular de R. González, en la página 296, cuenta lo siguiente:

    La pareja formada por Beatriz y Mikel que acudió en su ayuda cuando la vieron llorando en el banco, coincidieron en manifestar que lo primero que mencionó la denunciante fue que le habían robado el móvil.

    A esto salió del paso la denunciante explicando en juicio que “yo cuando vi que no encontraba el teléfono móvil y no podía llamar a Rubén, pues me empecé a poner muy nerviosa y empecé ya a llorar y no me fijé en nada; simplemente cogí mi riñonera y me fui llorando porque lo que quería era el teléfono móvil y no lo tenía, me lo habían robado” así como que: “(...) quería llamar a Rubén, era la única persona que tenía, a la que quiero en Pamplona, entonces después de eso lo único que quería era llamarle y decirle que viniera a buscarme, que no sabía dónde estaba pero que viniera; y no podía. Entonces fue cuando me entró toda la impotencia y todo el miedo... es que no tengo ni el móvil. Pero no era por el teléfono móvil, me da igual el móvil, simplemente era por poder localizarle.” Asimismo, a preguntas del Letrado Sr. Martínez Becerra, manifestó: “yo cojo la riñonera y veo que no tengo el móvil, entonces es cuando me pongo más nerviosa porque yo quería el móvil para llamar a mi amigo y no.... entonces salgo del portal hacia la calle y, pretendiendo ir hacia el coche, antes de llegar decidí sentarme en un banco para tranquilizarme por lo que me había ocurrido.” Igualmente, a la pregunta de si le preocupó muchísimo la pérdida del móvil y cómo iba a explicar esa pérdida, respondió que: “No, o sea, yo me senté en el banco porque estaba... salí llorando del portal y decidí tranquilizarme para no hacer el camino por una ciudad que no conozco, eh... llorando; entonces me senté y es cuando me doy cuenta de lo que ha ocurrido, en el banco, pero no me siento en el banco para pensar cómo explicar la pérdida del móvil, no.” El Letrado de la defensa continuó señalando si, como joven en formación universitaria no se planteó que lo primero que debía hacer era denunciar la agresión que había sufrido, a lo que la testigo respondió: “Por eso buscaba el móvil, para poder llamar a Rubén, para poder pedirle la ayuda, pero no lo tenía; entonces, al ver que no podía llamar a la persona que más confianza estaba conmigo en Pamplona en ese momento, eh..., ya, mi..., mi shock incrementó y me senté para tranquilizarme, ir al coche y ya ahí, hablar con Rubén y dio la casualidad de que justo unos chicos se sentaron también y me ayudaron a poder llamar; pero yo lo que quería era hablar con Rubén porque no había podido porque me habían robado el móvil.” Y preguntada acerca de cuál fue la razón por la que lo primero que mencionara a la pareja que la auxilió fue el robo de su móvil y no la agresión sexual que había sufrido, señaló: “(...) no le puedo dar una explicación.; simplemente yo salí, yo estaba muy nerviosa, quería coger mi móvil, no lo encontraba, entonces, quería coger el móvil para llamar a Rubén, para explicarle la situación y como no encontraba el móvil yo pensé: “no tengo el móvil, no puedo llamar a Rubén; no tengo el móvil, no puedo llamar a Rubén”; para explicarle la situación.”

    Resulta más que comprensible su explicación acerca de cómo la sustracción de su móvil pudo incrementar su zozobra emocional en aquellos momentos, al impedirle alcanzar -como dijo- el apoyo, la ayuda y el consuelo del único referente afectivo que tenía a su alcance aquella noche en Pamplona y entender hasta qué punto aquella circunstancia pudo aumentar su sensación de abandono y desvalimiento, sin embargo, no deja de resultar sorprendente que a preguntas de otra de las defensas, cuando se le pide que explique qué hizo hasta el día siguiente, una vez que la dejan en el piso, su respuesta fue: “¿Qué hice?¿Eh... vale... pues me duché, luego, bueno, Rubén no sabía nada, lo único que sabía es que me habían robado el móvil, yo no le conté nada hasta que, en el piso, después de ducharme, estábamos los dos solos y ahí yo se lo conté y después yo me eché a dormir (...)” y poco más adelante, en respuesta a la misma Letrada, añade: “Rubén, o sea lo que ocurre es que, cuando yo llego al coche después de poner la denuncia, yo llego y le digo “nada, Rubén, me han robado el móvil” y me dice “pero, ¿todo bien?” y le digo, “sí, sí, no te ralles” Y es aquí donde quiebra la coherencia pues, si bien podría resultar comprensible que la sustracción de su móvil aflorara en primer lugar por la congoja de no poder contactar con su amigo, no se entiende que, en el momento en que finalmente y después de todas sus vivencias de aquella noche su reencuentro se produce, recurra nuevamente a la mención del móvil para, al menos, posponer lo que tanto la había angustiado y que era no poder contactar con su amigo para poder contarle a él lo verdaderamente dramático que había sufrido aquella noche y más llamativo resulta aún que, una vez ya producido el reencuentro entre los dos, reencuentro propiciado por la propia policía que, después de formular la denuncia, la lleva hasta el lugar donde tenía aparcado el coche, cuando surge la necesidad de que la denunciante tenga que volver según indicó “a la científica a poner las huellas” (en realidad a una toma de muestras (en el hospital) que en su primera asistencia médica no se había realizado) (aquí se equivoca el juez Ricardo González porque Clara si estuvo en la brigada científica de la policía nacional (folio 322 de autos): ”A las 09 horas del día de inicio de la presente se persona en las dependencias de esta Brigada de Policía Científica, acompañada por agentes de Policía Municipal de Pamplona, la víctima de los hechos Clara GARCIA LUNA, para la toma de muestra indubitada de la víctima por el agente actuante, en dependencias de esta Brigada, de lo cual se adjunta acta de recogida de muestras biológicas), Rubén se quede en el coche esperando su regreso y no la acompañe tal y como ella misma explica “No, Rubén se queda en todo momento, no me acompaña Rubén”; todo ello hace pensar que no era el anhelo por la compañía de Rubén “para explicarle la situación” la única razón por la que la sustracción del móvil, usando sus palabras, incrementó su shock; lo revela las primeras palabras que le dirigió: “sí, sí, no te ralles”.

    Hay que tomar en consideración también que, preguntados al respecto, los policías que intervinieron en los primeros momentos en la Avenida Roncesvalles y que la acompañaron, primero al hospital y después a dependencias policiales para denunciar, manifestaron que la testigo en ningún momento les pidió que llamaran a su amigo, ni explicaron que les dijera que lo avisaran de cualquier modo o la llevaran a encontrarse con él. Hasta tal punto esto hubiera resultado comprensible que lo que sorprende es que no lo hiciera.

    Tampoco consta que hiciera ninguna manifestación en ese sentido a la trabajadora social que le dio apoyo en aquellos primeros momentos, Dña. Ana Fernández Garayalde. Es más, si atendemos a lo declarado en juicio por la misma, fue la propia Sra. Fernández quien sugirió a la denunciante que hablara con su amigo de lo ocurrido y que este le acompañara al piso que el Ayuntamiento le ofreció en aquel momento. Según la Sra. Fernández Garayalde, la denunciante le hizo caso y cuando llegaron, después de la denuncia, al lugar donde tenía aparcado el coche, le contó lo sucedido a Rubén que se encontraba allí y describe su reacción con estas palabras: “Pues se queda completamente paralizado, muy paralizado e intenta un poco como de... muestras como de... no sé, de... pues de ayudarle un poco, y así, pero estaba completamente paralizado el chico”. Sin embargo, este testimonio entra en frontal contradicción no solo con lo declarado en juicio por la denunciante, sino también con lo que manifestó el Policía Municipal nº 371 que llevó a la denunciante al Soto de Lezkairu y posteriormente, volvió a buscarla para llevarla nuevamente al Hospital y que, a la pregunta de qué le contó la denunciante a Rubén cuando se encontró con él respondió: “Pues, en principio, yo creo que... yo creo que nada. Interpreto por la reacción de la segunda vez que bajé a buscar a la chica que nada. En principio yo creo que no le dijo nada.” Aquí se evidencia que la trabajadora social Ana Fernández Garayalde está mintiendo y que Clara no le dijo nada a Rubén hasta que llegaron al piso, porque Clara había declarado ante Mª Cruz González-Palenzuela esto que sigue: Bueno, Rubén no sabía nada, lo único que sabía es que me habían robado el móvil. Yo no le conté nada hasta que en el piso, después de ducharme, estábamos los dos solos y ahí se lo conté.

    Asimismo, y según resulta de las cámaras de seguridad ciudadana que la grabaron, al salir del portal se dirigió a la Avda. Roncesvalles donde se sentó en un banco (adoptando, no la posición fetal que se ha referido en el atestado policial, sino la que podríamos definir como “posición buda” o “flor de loto” como claramente se observa en el fotograma que consta en el folio 550 de la causa). Y tampoco trató de buscar auxilio o pedir ayuda en modo alguno. Resulta patente por las grabaciones, por más que se quiera insistir en que la calle estaba poco transitada o que, en los escasos pasos que recorrió hasta llegar al banco, no se cruzara con nadie, que la avenida -pese a ser las 3:30 horas de la madrugada- se encontraba transitada por algunas personas y así resulta de las grabaciones reproducidas en juicio y, de haberlo pretendido, hubiera encontrado auxilio inmediato y desde luego, de haber intentado buscar ayuda, hubiera visto el coche de protección ciudadana que, en esos momentos, se ve circular a escasos metros de ella. Cierto es que quizá ella no reparara en su presencia, pero no menos cierto es que no hubiera podido dejar de reparar en él si hubiera estado pendiente de llamar la atención de alguien para ser auxiliada.

    Resulta asimismo que, cuando sale del portal, no toma la dirección que llevaba antes de entrar al mismo y que trató de justificar afirmando que entendió que ese era el camino más rápido al coche (Calle Paulino Caballero), sino que toma justamente la dirección contraria, volviendo sobre sus pasos a la Avda. Roncesvalles; no pide ayuda, ni dentro del edificio, ni después en la calle; cuando la auxilian no denuncia la agresión sino la sustracción del móvil; son los testigos (pareja y policía) los que, sobre su disgusto, construyen la supuesta agresión y ella se limita a asentir a sus preguntas; en ningún momento reclama que la lleven con Rubén o que traten de avisarlo de alguna manera. Afirma que no sabía de memoria su teléfono, pero sí sabía dónde estaba y es de suponer que sabría dar razón de cuál era su coche, siquiera para que alguien lo fuera a buscar, sin embargo, no lo hace y cuando finalmente se encuentra con él, tampoco le dice nada. Ciertamente, los hechos casan mal con lo que declara para justificar su sorprendente mención de la desaparición del móvil y su inicial silencio sobre la gravísima agresión que después denunciará.

    Por otro lado, sin entrar en consideraciones ahora acerca de si existió o no consentimiento para la práctica de las relaciones sexuales enjuiciadas, la forma en que los cinco acusados abandonaron el portal, dejando sola a la denunciante del modo en que lo hicieron, constituye un acto que puede provocar, sin necesidad de mayor exigencia argumental, todo un torrente de sentimientos, y también resentimiento, en quien lo sufra, lo que unido al resto de las circunstancias que se han expuesto, alimenta sin esfuerzo la duda acerca de si una relación sexual insatisfactoria y emocionalmente traumática, mantenida por una sola mujer con cinco desconocidos en un portal, con una tasa de alcohol en ese momento superior a 1g/l en sangre y que concluye con el abandono de la mujer en el portal, dejándola sola y medio desnuda, así como la sustracción de su móvil, aun cuando ella no se hubiera negado a mantenerla, podría ser una explicación razonable a su estado emocional después de los hechos y, en su caso, el supuesto estrés postraumático sobre el ya me he pronunciado, y respecto del que las psicólogas Dña. María Jesús Muñiz y Dña. Esperanza Astiz, después de haber quedado patente que solo habían barajado una única hipótesis, la de una agresión sexual (que ahora la sentencia unánimemente considera como no probada), y cuando así se les puso de manifiesto, reconocieron también que una relación sexual insatisfactoria y emocionalmente traumática (despojada de toda connotación de agresión) hubiera podido provocar también los efectos que ellas expresan en su informe.

    Este cúmulo de circunstancias y su consiguiente estado emocional, teniendo en cuenta que, en aquellos primeros momentos, no consta que la denunciante hiciera un relato libre de lo que le hubiera podido ocurrir, sino que se limita a ir respondiendo parcamente a las preguntas de terceros (testigos y policías), que le van sugiriendo (acertadamente o no) la existencia de la agresión sexual que dio origen a esta causa, impiden afirmar más allá de toda duda razonable que el testimonio de cargo se halle libre de toda sombra en cuanto a su credibilidad subjetiva se refiere.

    Y en la página 230:

    Dña. Ana Fernández Garayalde (Trabajadora social del Ayuntamiento de Pamplona), prestó declaración en la sesión del 17 de noviembre). La testigo comenzó su declaración explicando que fue avisada sobre las 10 de la mañana del día 7 de julio de 2016; que acudió a dependencias de Policía Municipal sobre las diez y media o las 11 de la mañana y que allí le hicieron saber que se había producido una violación.

    Resultó evidente a lo largo de toda su declaración que asumió la violación así comunicada por la policía como una certeza y en base a ello interpretó cuanto percibió o le comunicó la denunciante. Con una experiencia profesional de 32 años, afirmó que su impresión fue que la denunciante no fingía y que ha seguido manteniendo contacto con la misma y con su familia.

    La posible eficacia corroboradora de su testimonio respecto de la declaración prestada por la denunciante adolece de los mismos defectos ya señalados anteriormente respecto de los primeros testigos que acudieron al lugar en que se encontraba la denunciante.

    Por otro lado, su testimonio tampoco coincide con lo declarado por la denunciante en juicio, pues mientras la Trabajadora Social dijo que la denunciante le contó a Rubén lo sucedido en cuanto se encontró con él en el Soto de Lezkairu, y que el chico se quedó paralizado (Clara fue 2 veces al Soto de Lezkairu a ver a su amigo Rubén: la primera, justo después de la denuncia, pasando por la policía nacional y nuevamente la policía municipal para recoger a la trabajadora social Ana Fernández Garayalde, y de allí al hospital por 2ª vez; después otra vez por el Soto de Lezkairu para recoger a su amigo Rubén y dirigirse al piso de acogida), lo que aquella (Clara) explicó al Tribunal fue que al llegar al coche se limitó a decir a Rubén: “nada, Rubén, me han robado el móvil” y me dice “pero, ¿todo bien?” y le digo, “si, si, no te ralles” y no fue hasta un buen rato después, ya en el piso, cuando le explicó lo ocurrido; y respecto a la llamada a sus padres, frente a la manifestación de la Trabajadora Social de que “Sí, ella me dice que va a ser ella la que va a comunicar a los padres, les llama, pero no es capaz de... tiene una crisis de ansiedad muy grande; entonces yo termino hablando con los padres y diciéndoles un poco lo que ha pasado y diciéndoles que vengan a Pamplona porque es importante que acompañen a su hija”, lo que explicó la denunciante fue: “Y entonces cojo su móvil, llamo a mi madre y le digo “mamá, ehhh..., que me han robado el móvil pero que está todo bien, no te preocupes y ya después, cuando eh... me dice la policía que nos van a llevar a un piso, yo le digo a Rubén: “luego te cuento” en plan, no te lo voy a contar ahora, quiero contártelo un poco más relajado todo; pero hasta... pero yo no se lo cuento bien hasta que yo me... después de ducharme.” Así como que: “a mis padres no les digo eh... es que no sé exactamente lo que les dije, pero no les dije... les dije: mamá y papá, aparte de que me han robado el móvil... y me dijo mi padre algo y le dije “pues han venido cuatro chicos y me ha pasado esto”. A la pregunta de si la trabajadora social había hablado con sus padres, dijo no recordarlo y en ningún momento mencionó que hubiera tenido que ceder el teléfono a esta o al Policía que las acompañaba al verse impedida por la ansiedad de la posibilidad de continuar la conversación que mantuvo con sus padres.

    Por lo demás, la manifestación de la Sra. Fernández de que “sabe que ha tenido que dejar los estudios, ha recibido y continúa recibiendo tratamiento psicológico desde el mes de septiembre de 2016 (Como ya he mencionado anteriormente, Clara no declaró que tuviera que dejar los estudios, sino que en su 2º curso no se presentó a los exámenes de diciembre-enero: “También he tenido problemas de concentración, yo he sido una persona que he sido buena estudiante siempre y en septiembre de ese año empezaba el segundo curso de la carrera que estaba estudiando y en diciembre-enero no me presenté a los exámenes, decidí dejarlo, porque no era capaz de centrarme en una cosa.”) contrasta con el hecho de que nada al respecto se haya acreditado en el juicio. En consecuencia, nada puede obtenerse de este testimonio en apoyo de los hechos que mediante el mismo se pretendió acreditar por las acusaciones.

    La página 39 de la sentencia mayoritaria, dice lo siguiente:

    La declaración en la sesión de juicio oral del pasado 17 de noviembre del agente de Policía Municipal de Pamplona 371 quien después de que “la denunciante” hubiera declarado en sede policial, le trasladó sobre las 9:30-10 horas al Soto de Soto de Lezkairu; nuevamente la llevó a dependencias policiales, sobre las 10:30-10:45 horas, donde le estaba esperando la Trabajadora Social del Ayuntamiento de Pamplona, Dña. Ana Fernández Garayalde. Manifestando dicho agente que durante su intervención con “ la denunciante ”, ésta se mostraba cansada, abatida y prácticamente no hablaba. (Clara, al principio de su declaración ante la fiscal dijo lo siguiente: “Y ya sobre las 1.30 o una cosa así, Rubén decidió irse al coche porque estaba muy cansado después de haber estado conduciendo todo el día” y un poco más adelante: “Entonces me senté en el banco a esperar porque también estaba cansada de estar todo el día subiendo y bajando…”. Clara se mostraba cansada y callada porque llevaba toda la noche sin dormir, dando tumbos entre los hospitales y comisarías, repitiendo sin cesar la misma historia a las diferentes personas con que se cruzaba. A ello se le une el viaje en coche que realizó con su amigo Rubén desde Madrid (arribaron a Pamplona a las 18:30 del 6 de julio). Lo explica ella misma ante Gonzalez-Palenzuela: ”A partir de ahí, ¿cuantos días estuvo usted en Pamplona? Hasta el mismo día que yo declaré... Es que esos días no los recuerdo, no recuerdo muy bien donde termina y empieza otro porque estaba en un estado de shock muy grande, no recuerdo... Y pasé muchas horas sin dormir entre el día 6 y el día 7 y no recuerdo hasta qué día. Supongo que hasta el 8, el día que declaré, yo creo que fue el 8.” Y también: “Entonces me senté en el banco a esperar porque también estaba cansada de estar todo el día subiendo y bajando...”) (iii) La declaración en la misma sesión del juicio oral de Dña. Ana Fernández Garayalde quien estaba de guardia en el servicio de acompañamiento social a víctimas de agresión sexual y había sido activada a raíz de la presentación de la denuncia, quien informó a “la denunciante”, sobre la disponibilidad de servicio y la posibilidad de facilitarle un alojamiento y un teléfono municipal; en esta primera entrevista apreció que esta lloraba y contestada con monosílabos.

    Mientras se mantenía esta conversación, se recibió comunicación del Complejo Hospitalario de Navarra, para que se trasladara a la denunciante para realizarle más pruebas médicas. “La denunciante”, fue trasladada al centro hospitalario por el agente 371 y en compañía de Dña. Ana Fernández, al regreso, esta cogió un teléfono del ayuntamiento, en los locales de bienestar social de la calle zapatería y bajaron nuevamente al Soto de Lezkairu, donde recogieron a Rubén, trasladándoles al alojamiento facilitado por el Ayuntamiento de Pamplona. En este lugar Dña. Ana Fernández, informó a la “ La denunciante”, sobre la conveniencia de comunicar la situación a sus padres , llamándoles esta a través del teléfono facilitado por el Ayuntamiento; (ya se ha dicho anteriormente que Clara declaró, ante la abogada defensora M.ª Cruz González Palenzuela, que llamó a sus padres desde el teléfono de su amigo Rubén: “Cuando llega al piso, ¿es el momento en que usted llama a sus padres para decirles lo que había pasado? Sí. Es decir, yo ya estoy en el piso y ya es cuando cojo el móvil de Rubén y llamo, creo que fue con el móvil de Rubén”. Seguramente Clara no llamó desde el móvil del ayuntamiento, ya que Clara no se sabría de memoria el teléfono de sus padres) al comienzo de la conversación “La denunciante”, comenzó a llorar amargamente, poniéndose al teléfono Ana Fernández, explicando la situación y lo importante de que acompañara a su hija en esos momentos.

    La página 229 del voto particular de R. González dice esto:

    El Agente de la Policía Municipal Nº 371 (sesión del día 16 de noviembre), declaró que acompañó a la denunciante a encontrarse con su amigo Rubén en el coche. Más tarde volvió a buscarla para llevarla a Servicios Sociales y de nuevo al Hospital, para finalmente y en compañía de la trabajadora social Dña. Ana Fernández trasladarla al piso de acogida. Este testimonio resultó irrelevante al objeto de arrojar luz acerca de la acreditación o no de la concurrencia o falta de consentimiento válido por parte de la denunciante, aunque sí arrojó luz respecto a otros extremos que se valorarán más adelante.

    La secuencia de desplazamientos de Clara, desde que pone la denuncia en comisaría hasta que ya en el piso de acogida les revela a sus padres la supuesta violación, es la siguiente:

    1- hacia las 9:45 fue trasladada desde dependencias policiales, tras poner la denuncia, al Soto de Lezkairu para reencontrarse con su amigo Rubén. Le moviliza el policía municipal 371. En esta ocasión Clara no le dice nada a su amigo sobre la violación y solo le menciona el robo del móvil. También llama a sus padres, desde el teléfono de Rubén, pero les cuenta lo mismo que a su amigo, el robo; tampoco les menciona la violación. Este encuentro se realiza sin la presencia de la trabajadora Social Ana Fernández Garayalde.

    2- sobre las 10:30, Clara es recogida por el agente municipal 371 en el Soto de Lezkairu, y es trasladada a la policía nacional y después a la policía municipal; recogen a la trabajadora social Ana Fernández Garayalde y es llevada al hospital por segunda vez (la primera fue a las 5:20 de la mañana después de salir del portal) en compañía de Ana Fernández y del agente 371. Al hospital no le acompaña su amigo Rubén el cual se queda en el coche, por lo que se sobreentiende que Clara no le mencionó el tema de la violación.

    3- Después del hospital, Clara, en compañía del agente 371 y de Ana Fernández, van a los locales de bienestar social de la calle zapatería, y de allí marchan nuevamente al Soto de Lezkairu, para recoger a Rubén y llevarles al piso de acogida.

    4- En el piso de acogida es donde Clara cuenta la violación, tanto a su amigo Rubén, como a sus padres, a estos últimos desde el teléfono de Rubén.

    En el punto 3 es donde se revela que Ana Fernández miente, por lo descrito en la página 299 de la sentencia: “Según la Sra. Fernández Garayalde, la denunciante le hizo caso y cuando llegaron, después de la denuncia (recordemos que Clara estuvo 2 veces en el Soto de Lezkairu, esta es la segunda vez, en compañía de Ana Fernández), al lugar donde tenía aparcado el coche, le contó lo sucedido a Rúbén que se encontraba allí y describe su reacción con estas palabras: “Pues se queda completamente paralizado, muy paralizado e intenta un poco como de... muestras como de... no sé, de... pues de ayudarle un poco, y así, pero estaba completamente paralizado el chico” y en la página 231: “Por otro lado, su testimonio tampoco coincide con lo declarado por la denunciante en juicio, pues mientras la Trabajadora Social dijo que la denunciante le contó a Rubén lo sucedido en cuanto se encontró con él en el Soto de Lezkairu, y que el chico se quedó paralizado”. Porque en la página 299 de la sentencia dice sobre el policía municipal 371: Sin embargo, este testimonio entra en frontal contradicción no solo con lo declarado en juicio por la denunciante, sino también con lo que manifestó el Policía Municipal nº 371 que llevó a la denunciante al Soto de Lezkairu y posteriormente, volvió a buscarla para llevarla nuevamente al Hospital y que, a la pregunta de qué le contó la denunciante a Rubén cuando se encontró con él respondió: “Pues, en principio, yo creo que... yo creo que nada. Interpreto por la reacción de la segunda vez que bajé a buscar a la chica que nada. En principio yo creo que no le dijo nada.” . Clara declaró que solo le reveló a Rubén la verdad de lo ocurrido, después de ducharse, cuando se quedaron solos en el piso de acogida:

    M: ¿Qué hizo hasta el día siguiente, una vez que la dejan en el piso, que fue a declarar al juzgado?

    C: ¿Qué hice? Vale, pues me duché. Luego estuve... Bueno, Rubén no sabía nada, lo único que sabía es que me habían robado el móvil. Yo no le conté nada hasta que en el piso, después de ducharme, estábamos los dos solos y ahí se lo conté. Y después, yo me eché a dormir y me despertó ya mi madre, que habían venido ella y mi padre. Y ya luego nos movieron a otro piso para que pudiéramos estar los cuatro. Luego fuimos a cenar, que fuimos al Telepizza creo, un Telepizza que había. Luego nos fuimos a dormir, y por la mañana vino la madre de R a Pamplona, entonces fuimos a buscarla a la estación de autobuses. Estuvimos no sé si comiendo fuera o tomando algo. No sé si fue para la comida o para estar fuera un rato y ya luego fui a declarar ante el juez.

    M: ¿Quién les lleva al piso?

    C: Nos lleva la Policía y la trabajadora social a Rubén y a mí.

    M: Cuando llega al piso, ¿es el momento en que usted llama a sus padres para decirles lo que había pasado?

    C: Sí. Es decir, yo ya estoy en el piso y ya es cuando cojo el móvil de Rubén y llamo, creo que fue con el móvil de Rubén.

    M: ¿Y Rubén no sabía nada hasta ese momento?

    C: No.

    M: O sea, ¿Rubén se entera de lo que ocurre...?

    C: Rubén... Lo que ocurre es que cuando yo llego al coche después de poner la denuncia (la primera vez que llega al Soto de Lezkairu), yo llego y le digo: "Nada, Rubén, me han robado el móvil". Y me dice: "¿Pero todo bien?". Y le digo: "Sí, sí, no te ralles". Y entonces cojo su móvil, llamo a mi madre y le digo: "Mamá, que me han robado el móvil, pero que está todo bien, no te preocupes". Y ya después, cuando me dice la Policía que nos van a llevar a un piso, yo le digo a Rubén: "Luego te cuento" (en el segundo viaje de Clara al Soto de Lezkairu). En plan: "No te voy a contar ahora, quiero contártelo luego un poco más relajado todo". Pero yo no se lo cuento bien hasta después de ducharme.

    M: Cuando usted llama a sus padres, desde el teléfono de Rubén, ¿Rubén está presente entonces?

    C: Él estaba hablando con un policía (policía municipal 371) y con Ana Fernández Garayalde. Pero yo a mis padres no les digo... Es que no sé exactamente lo que les dije, pero no les dije...( Clara evidencia su tardanza en comunicar a sus padres la supuesta violación) Les dije: "mamá, papá, aparte de que me han robado el móvil...". Y me dijo mi padre algo y le dije: "Pues han venido cuatro chicos y me ha pasado esto".

    M: ¿El policía habló con sus padres?

    C: Sí.

    M: ¿Y la tra...?

    C: No sé si el policía y la trabajadora social o sólo uno de ellos.

    M: Esa era la pregunta, si la trabajadora había hablado también con sus padres. En ningún momento le comentó Rubén, cuando le llevó el policía al coche donde estaba Rubén, ¿a Rubén no le extrañó que la trajera un policía y que luego posteriormente ese mismo policía dijera que te tenía que llevar otra vez a la comisaría, de ahí al hospital... Dónde estaba Rubén entonces?

    C: Es que yo tampoco puedo saber si a Rubén le extrañó, yo… (mentira, porque Clara le dijo a Ruben lo de “no te ralles”, ya que este debía estar molesto con la actitud de ella)

    M: ¿Pero Rubén estaba con usted durante todo este tiempo?

    C: No. Yo estuve... A ver, me siento en el banco después de lo del portal, viene la policía, me llevan al hospital, del hospital a la comisaría a poner la denuncia, después de poner la denuncia voy a donde Rubén, no sé cuánto tiempo estuve con él, me vuelven a recoger, me llevan a poner.. a la científica, a poner las huellas...

    M: Disculpe que le interrumpa. En ese momento en que usted está con Rubén, Rubén se queda solo en el coche hasta que usted vuelve con la Policía o le acompaña en todo ese...?

    C: No, Rubén se queda en todo momento, no me acompaña. Rubén y yo no estamos juntos y le digo "luego te lo explico" hasta el momento en que nos van a dar el piso.

    Obviamente Ana Fernández debió de sorprenderse cuando vio que Clara tardaba tanto tiempo en comunicarle a sus Padres y a Rubén lo ocurrido. Clara, en la primera llamada a sus padres, dio la escusa pueril de que le habían robado el móvil. Más tarde, en el piso de acogida, como Ana Fernández observaba que Clara remoloneaba, le apremió a hacer la llamada.


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