6-LA MANADA Y DREYFUS

 ES IMPORTANTE LEERSE LAS 7 ENTRADAS POR ORDEN NUMÉRICOTAMBIÉN REVISAR LAS ACTUALIZACIONES, PRINCIPALMENTE DEL ANEXO  

   Zola dijo: “Lo que más me enorgullece es que mi carta carecía de violencia; era una carta fruto de la indignación, pero digna de mí: nadie será capaz de hallarle un insulto, una palabra de más, solo el altivo dolor de un ciudadano que pide justicia al jefe de Estado”. 

Clara: quiero que sepas que no tengo nada contra ti, nada contra tu persona, aunque pueda parecer lo contrario. Entiendo que has sido utilizada (al igual que ellos 5). Te han designado un camino y empujado por él, y no te han dado otra opción que huir hacia delante. Todo lo que he escrito, lo he hecho para defender la inocencia de los 5 acusados.

Su condena se ha convertido en una cuestión de estado, un abuso tan apabullante, que me he visto obligado a tratar de contar la verdad del caso, a pesar de que ello signifique perjudicarte. El Caso de la manada se ha convertido en una gran bola de nieve echada a rodar, donde tú perdiste el control de tus actos en el mismo momento en el que les denunciaste. Creo que tu vida hasta lo ocurrido en San Fermines no ha sido todo lo amable que debería haber sido, tal vez por ser una mujer poco agraciada (yo tampoco soy agraciado), y que gran parte de lo ocurrido se debe a un signo de debilidad que los demás perciben en ti. 


Me he propuesto escribir este largo blog por un sentimiento de profunda indignación y exasperación: la injusticia cometida contra los 5 acusados. Se les ha calumniado, tergiversado, injuriado, denigrado, acosado hasta un punto en que ya dejan de servir las palabras para explicar el ataque humano que han sufrido. Por supuesto, los detractores de la manada afirman que ha sido justo lo contrario, que Clara siempre ha sido la que se ha dejado desprotegida y expuesta, que siempre ha sido ella la agredida, cuestionada y revictimizada; por lo tanto, soy consciente de que mi postura al defender a unos (supuestos) violadores será entendida como inaceptable, y como tal, la justicia será expeditiva y tajante contra mi por crear este blog que no va en realidad sino en contra del relato oficial del Estado. 

Me gustaría también denunciar los abusos cometidos contra las familias de los 5; contra sus novias; contra sus abogados, los cuales han defendido siempre su inocencia hasta la extenuación; contra el bravo, valiente e íntegro juez Ricardo González; y contra las detectives que investigaron a Clara después de lo ocurrido en Pamplona.


Mi línea de argumentación para defender al grupo de los 5 se basa en un suceso ocurrido en Francia entre los años 1894 y 1906, el famoso caso Dreyfus:

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El Caso Dreyfus en algunos aspectos, en muchos, tiene una semejanza sorprendente con el Caso de la manada. Una semejanza moral muy comprometedora para todos aquellos que a pesar de un desconocimiento intencionado de los hechos reales, se han obstinado en condenar de manera implacable al grupo de los 5.

Los hechos de lo ocurrido en Pamplona han sido manipulados por el Estado para implantarlos a modo de agenda política y social. Primero fue a nivel autonómico, el Gobierno Foral y el Tribunal Superior de Justicia de Navarra haciendo causa común. Ya no es una causa política, se ha rebasado ese límite, porque todos los partidos han actuado al unísono en contra de la manada. Toda la sociedad y todas las instituciones pamplonesas y navarras, con una fiereza extraordinaria no dudaron en condenarles, dando un mensaje claro a la ciudadanía: no van a tolerar más cualquier tipo de delito contra las mujeres. 


En realidad,  lo que hicieron fue utilizar e instrumentalizar la causa de Clara con fines políticos, como señala Jesús Pérez en la sentencia de la apelación del TSJN.

 

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Clara fue Santificada. Se convirtió en un hito en la historia de los delitos sexuales en España. Una situación similar ocurrió con el caso de Vanesa Gesto, la denunciante en falso del pegamento en la vagina. Iván Rico González, novio de Vanesa, fue señalado como el culpable. Le marcaron y le convirtieron en un monstruo, igual que al grupo de la manada:


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Pero se desenmascaró el engaño de Vanesa:

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Han ocurrido otros casos de denuncias falsas. Tenemos el de la feria de Málaga en el 2014. Al igual que en el caso de la manada, la supuesta víctima colocó la denuncia para que no se difundiera el video que grabaron los acusados:

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Otro caso de denuncia falsa por violación ocurrió en las fiestas del Pilar de Zaragoza. Fue tal el grado de “sororidad” que se interrumpieron los festejos:

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O este otro caso, en un concierto de música hip-hop en Barcelona en el 2018:

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O el caso de los tres chicos afganos que recibieron una denuncia falsa a manos de 3 chicas estadounidenses en la navidad del 2019:

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O este otro caso de denuncia falsa en Pamplona, ocurrida el 9 de julio del 2016 en un bar de la misma plaza del Castillo, 2 días después del inicio del Caso de la manada. La instrucción la llevó también Edilberto Esteban. Este caso no se hizo público en los medios de comunicación ni se le dio publicidad en el Poder Judicial. La existencia de cámaras de seguridad en el local demostraron la inocencia del acusado; sin estas, habría sido condenado sin ninguna duda. Casualmente, el bar El kiosko está muy próximo al bar Txoko:

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O estos 2 casos de denuncias falsas también en Pamplona, ocurridos ambos el 11 de julio (cuatro días después de estallar el Caso de la manada), uno de ellos en el propio bar Txoko. Nótese que en los 2 casos el juez se decantó por absolver a los acusados, en una rigurosa aplicación del derecho penal. Aquí sí ha hecho una pequeña concesión el Poder Judicial difundiendo el escrito de Ruiz Eraso sobre estos dos casos de denuncias falsas en Pamplona:

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Pero el Caso de la manada fue excepcional. A pesar de las evidencias que demostraban la inocencia del grupo, siempre se incidió en la información que les incriminaba como violadores, desechando la que cuestionaba su culpabilidad. Fue una constante este proceder, tanto en el propio TSJN a través de su oficina de comunicación, el Poder Judicial, como en los medios de comunicación. 

A lo largo del proceso, y ya desde su inicio, se produjeron manifestaciones de condena y repulsa contra el grupo. Pero sorprendentemente otros casos de abuso, si los comparamos con el Caso de la manada, han pasado casi desapercibidos. El ensañamiento ha llegado al paroxismo.

Salvo el caso de Vanesa Gesto, no se han hecho públicas ni las imágenes, ni los nombres de las denunciantes en falso de los casos nombrados más arriba. Pero con la manada (sin tener en cuenta su culpabilidad o inocencia) se hicieron públicas hasta su información personal.


En su célebre escrito “Yo acuso” sobre el caso Dreyfus, Zola declaró: “estos artículos no son sino una contribución al expediente sobre el caso Dreyfus, algunos de los documentos de mi acción personal cuya recopilación quiero dedicar a la historia, a la justicia de mañana”.Pues bien, esa justicia del mañana de la que habla Zola, insospechadamente ha llegado ya. Es aquí, ahora, con el Caso de la manada. Zola nos brinda su apoyo, nos insta a utilizar el caso Dreyfus en el que participó de manera tan activa para que las nuevas generaciones pudieran tomar su lucha como guía y ejemplo. Y no creo que haya una mejor ocasión para valerse de su apoyo que con este Caso de la manada.  

Zola dijo: ”Diré la verdad, porque prometí decirla si no lo hacía plenamente y por entero la justicia. Mi deber es hablar, no quiero ser cómplice. Mis noches se verían asediadas por el espectro del inocente que, padeciendo el más horrible suplicio, expira un crimen que no ha cometido”. Sí, creo que es mi obligación, la obligación de todos los que somos conocedores de la inocencia de los 5 el proclamar públicamente, sin miedo a amenazas ni represalias por parte del Estado y la opinión pública, contar el verdadero suceso y denunciar el abuso de estos al posicionarse por decreto, en contra del grupo. 

En otro párrafo dice Zola: “He sentido exasperación, odio hacia la necedad y la mala fe, y he tenido tanta sed de verdad y de justicia que he comprendido hasta qué punto los más generosos impulsos pueden llevar a un pacífico ciudadano al martirio”. Yo os pregunto a los que principalmente condenáis a la manada: ¿conocéis la verdad de lo ocurrido? ¿Os habéis leído la sentencia, las revelaciones del voto particular o las declaraciones de Clara y de los 5 en el juicio oral? No, claro que no.

Me contestareis que no hace falta conocer ni leer nada, puesto que sabéis infaliblemente que son culpables. Y yo os responderé que también sabíais que Vanesa Gesto era una víctima inocente... o todos los casos que he nombrado más arriba… ¡Siempre sabéis invariablemente cuando un acusado es culpable!!! ¡¡hasta que sorprendentemente se descubre que es inocente!!! Pues con la mayor ligereza, el caso nadie vuelve a mentarlo, y desaparece como si nunca hubiera existido!!! Parecéis decir: “sí, nosotros les linchamos, pero era por su propio bien!!!”

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Zola dice: “Hemos visto, en fin, como la prensa prestigiosa, la prensa considerada seria y honrada, asistía a eso con una impasibilidad, iba a decir una serenidad, que considero asombrosa. Esos honrados periódicos se han limitado a registrarlo todo, fuera verdad o error, con un cuidado escrupuloso. Se han dejado llevar por la corriente envenenada, sin omitir ninguna abominación.

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Por supuesto, se han comportado con imparcialidad. ¿Y qué? Tímidas apreciaciones de vez en cuando y ni una voz clara y noble, ni una, nótese bien, se ha alzado en esa honrada prensa… ¡No ha habido ni un grito unánime de rebeldía y de execración!... Cien periódicos repiten cada día que la opinión pública no quiere que Dreyfus sea inocente, que su culpabilidad es necesaria para la salvación de la patria”. ¡Qué semejanza tan asombrosa con el caso de la manada!!! ¡Los supuestos periodistas de reputación, como Iñaki Gabilondo, Susana Griso, Ana Rosa, y tantos otros…!!! ¿Qué clase de periodismo es el que practican ustedes? ¿Dónde está su integridad profesional? ¿no comprenden que el Caso de la manada es un nuevo caso Dreyfus? Me pregunto: si ustedes afirman ser periodistas ¿como es posible que se hayan sumado a la ola del linchamiento popular sin conocer en realidad nada del caso? ¿Ustedes son periodistas, o agitadores sociales de guante blanco? Si este caso ha generado tanta polémica ¿por qué no han recapacitado sobre el motivo de tanto enfrentamiento? ¿por qué se han dejado llevar por la corriente popular e irracional? ¿o es que consideran que se puede sacrificar a 5 inocentes por un bien común? 

El enfrentamiento en el caso Dreyfus entre partidarios y detractores no fue sin motivo. Hubo una minoría, al principio, defensora de Dreyfus. Conforme progresaba el caso, fue ganando adeptos, hasta que por su tesón moral consiguieron revertir la situación. En el Caso de la manada, las personas que defendemos su inocencia, no lo hacemos por capricho o rebeldía. Es porque sabemos la verdad del caso. En el momento que se comprende lo sucedido, porque se ha estudiado en profundidad el caso, surge la idea inconmovible de su inocencia.

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Zola: “Nadie de nuestras asambleas lanzó un grito digno de un hombre honrado, todos quedaron mudos, titubeantes, esclavos de sus grupos, todos tuvieron miedo de la opinión pública, inquietos sin duda en vista de la próximas elecciones. Ni un moderado, ni un radical, ni un socialista, ninguno de los que preservan las libertades públicas se ha alzado todavía para hablar según su conciencia ¿Cómo queréis que el país encuentre su camino en la tormenta si los mismos que dicen ser sus guías enmudecen, ya por seguir tácticas de políticos estrechos de miras, ya por temor a comprometer su situación personal?... Al principio, en el caso Dreyfus, no se dio más que un problema de justicia, el error judicial que algunos ciudadanos, sin duda de corazón más tierno y más justo que otros, quisieron reparar. A primera vista, no vi otra cosa. Y a medida que se desarrollaba ese monstruoso episodio, a medida que aumentaban las responsabilidades, que éstas alcanzaban a superiores militares, a funcionarios, a hombres del poder, el problema no tardó en adueñarse de todo el cuerpo politico, transformando la célebre causa en una terrible crisis general durante la cual parecía que tuviera que decidirse la suerte de la misma Francia”. 

Políticos, incluidos ministros, altos funcionarios, artistas de renombre, presentadores de televisión, periodistas, escritores, todos, por unanimidad condenaron a la manada. Fue la izquierda principalmente la que más disconformidad mostró con el primer resultado de la condena. Aquí tenemos una ristra de ejemplos. El periodista Jordi Évole:

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La periodista Julia Otero:

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El presentador de televisión Jorge Javier Vázquez:

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La presentadora Paula Vázquez:

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La actriz Blanca Portillo:

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La actriz Anabel Alonso:

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La actriz estadounidense Jessica Chastain:

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El exministro de justicia Catalá:

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Pedro Sánchez:

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Cuca Gamarra:

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Adriana Lastra:

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Carmen Calvo:

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Pablo Iglesias:

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Irene Montero:

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Gabriel Rufián:

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El inefable Arnaldo Otegi

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Albert Rivera:

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Puigdemont:

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Cospedal:

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Rosa Díez:

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La escritora Almudena Grandes:

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La escritora Lucía Etxebarría:

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La cantante Edurne:

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El cantante Alejandro Sanz:

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La directora de cine y modelo Leticia Dolera:

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La modelo Eva González:

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La Policía Nacional:

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El ayuntamiento de Pamplona:

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El ayuntamiento de Zaragoza:

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El ayuntamiento de San Sebastián:

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Amnistía internacional España:

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Una monja carmelita:

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Y hasta la ONU:

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Hay cientos de ejemplos más, pero no tienen cabida en este blog. Y todos coinciden en una cosa: ninguno se había leído la sentencia, ya que esta se hizo pública ese mismo día 26 de abril del 2018.


El juez Vázquez Taín tiene escrito un libro titulado “Grandes juicios de la historia”, en el cual analiza de manera informal y general juicios célebres. Por desgracia no lo hizo sobre el Caso Dreyfus. Transcribo unas palabras de su propio libro que considero muy acertadas: “Si la diosa Astrea era el orden y los hombres el caos, al menos uno de los dos factores que intervenían en la justicia era siempre positivo. Pero, si miramos la historia de nuestros tribunales, veremos que nunca es fácil afirmar con rotundidad que alguno de los participantes representa la rectitud y el equilibrio. El desarrollo de la ciencia transforma mentalidades y culturas, pero la corrupción al servicio del poder, o la veleidad al servicio de las mayorías son tan antiguas como nuestra propia existencia y a la vez tan actuales como la nanotecnología. Quizá eso explique por qué analizar juicios de hace mil años nos permite ver nuestros actuales errores y aciertos. “. 

Es por este motivo que estoy utilizando el Caso Dreyfus como analogía al Caso de la manada. La historia se repite como una espiral, y con periodicidad se cometen errores judiciales de extraordinaria gravedad, como el caso de San Fermín, que nos ha tocado vivir en nuestro tiempo. Por cierto, el juez Vázquez Taín considera culpable a la manada.


Aunque hubo intelectuales y artistas en contra de Dreyfus como Julio Verne, Degas, Barrès, Drumont, Leon Daudet, Pierre Loti, Cézanne o Camille Claudel, Dreyfus por otro lado, tuvo sus partidarios: Anatole France, Léon Blum, André Gide, Marcel Proust, Monet o Pisarro, todos ellos encabezados por Zola. Compredieron la injusticia cometida contra Dreyfus, y lo denunciaron públicamente. Clemenceau fue de los últimos personajes influyentes en unirse a su defensa. Su apoyo fue esencial, ya que era el editor del periódico L’Aurore y llegó a ser primer ministro y jefe del Gobierno francés. 

Pero ¿al grupo de la manada quien le ha defendido? Escritores como Arcadi Espada, jueces como Francisco Serrano o Mercedes Alaya, periodistas como Nacho Abad, Cristina Seguí o Josele Sánchez, o políticos como Alicia Rubio. Pero fuera de estos profesionales nadie ha tenido la valentía de hacerlo. Lo expresa bien Zola: “Puedo verles en su hogar, por la noche, bajo la luz de la lámpara; puedo oír cómo charlan con sus amigos, les acompaño por sus talleres y por sus tiendas. Todos ustedes son trabajadores, comerciantes unos, industriales otros, y algunos ejercen profesiones liberales. A ustedes les inquieta, inquietud muy legítima, el estado deplorable en que se hallan las finanzas. En todas partes, la crisis actual amenaza con convertirse en un desastre, disminuyen los ingresos, y las transacciones comerciales se vuelven cada vez más difíciles. De modo que la preocupación que les trajo aquí y que leo en sus rostros es la de que están hartos y que hay que acabar de una vez. No están aún entre los muchos que dicen: ¿Qué nos importa que haya un inocente en la isla del Diablo? Por el interés de uno solo, ¿valdrá la pena turbar de esa manera a un gran país?”. 


Zola: “se afirma la existencia de una prueba secreta, abrumadora, una prueba que no se puede enseñar, que lo legitima todo, ante la que hemos de inclinarnos”. ”En el acta de acusación no había nada. Que hayan podido condenar a un hombre basándose en esa acta es un prodigio de iniquidad…Nos habían hablado de 14 cargos acusatorios: no encontramos más que uno, el del escrito…el escrito fue la única prueba que le comunicaron, a Dreyfus no le condenaron legalmente más que por el escrito…se confirma que el documento que se utilizó para comprometer a Dreyfus en el juicio de 1894 era falso… la confección de la prueba secreta ha sido claramente determinada por la instrucción del Tribunal Supremo”.

 

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Al igual que estaba la prueba incriminatoria contra Dreyfus, el Borderau, que nunca fue hecho público y posteriormente se hizo desaparecer, está la prueba del video del portal en el Caso de la manada. Pero curiosamente el video tampoco puede ser mostrado al público bajo la falacia de ser secreto de sumario, porque su difusión quebrantaría la dignidad, el honor y el derecho a la intimidad de Clara… pero ¿por qué no tuvieron ningún reparo en difundir el video de Pozoblanco, si también se debería haber protegido la dignidad y el honor de la denunciante? Es sencillo de entender: porque en el video del cubículo Clara estaba participando voluntariamente de la orgía, mientras que en el video de Pozoblanco no lo hacía. En realidad, su dignidad no les importó ni a los medios de comunicación ni al TSJN. La utilizaron para poner en evidencia las acciones y actitudes del grupo, cosa que no se pudo hacer con los videos de Clara en el cubículo. La evidencia de que no les importó es que el video de Pozoblanco aún sigue publicado en periódicos y televisiones.

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Con respecto al video del cubículo, la única imagen de la figura de Clara que ha trascendido al público ha sido su mano. Han tenido un cuidado exquisito para no mostrar ni una sola imagen de ella:

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Luego, tenemos el secreto de sumario del caso ¿Cómo es posible que se hayan filtrado en los periódicos, televisiones, redes sociales toda la información de los acusados, incluida la de sus teléfonos móviles? Por lo visto, para el Estado, publicar imágenes y videos del caso solo era constitutivo de delito cuando iba en detrimento de Clara, pero nunca de los acusados… 

El 24 de Agosto de 2020 puse una denuncia contra el Gobierno de Navarra (hay afirmaciones erróneas en ella por mi parte, aunque bien es cierto que en esos momentos no conocía el caso hasta el punto que lo conozco ahora) por la filtración de información concerniente al caso y divulgada por los medios de comunicación:

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¿Pensáis entonces que el Estado no difamó y calumnió a Dreyfus, por medio de la prensa de aquella época? Pues lo mismo le ha ocurrido a la manada: si se publica información perteneciente a los acusados, lo hacen llamar libertad de información y prensa, pero si se publica información concerniente a Clara se convierte en delito por revelación de información del sumario y atentado contra su honor. Una auténtica aberración. Y es que era el mismo TSJN el que promovía y alentaba a los medios de comunicación publicar la parte del sumario que le convenía. Tal ha sido la libertad de los medios, nunca se expusieron judicialmente, porque era el propio TSJN el que les cedía la información indirectamente, a través de los comunicados del jefe de prensa Ruiz Eraso. El TSJN era el primer interesado en restaurar la buena imagen de Pamplona y sus Sanfermines a través de Clara: por eso la instrumentalizaron.

Hay un caso relativamente reciente de error judicial, el Caso Wanninkhof, cuya trascendencia ha sido actualizada. Es una muestra evidente de linchamiento popular, mediático y judicial que sufrió la falsa culpable, Dolores Vázquez Mosquera; Ese linchamiento se ha repetido en el Caso de la manada:

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Ya lo dice la sentencia del Tribunal Supremo del Caso de la manada en la página 13: hay casos judiciales en los que la presión mediática condiciona a un tribunal hasta el extremo de condenar a procesados que son realmente inocentes:

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Pero con un cinismo olímpico, afirman que en el Caso de la manada los procesados no sufrieron esa situación de indefensión. Obviamente con una exposición sesgada de los hechos, el TS no hace ni una sola mención de casos de condena a inocentes. Por ejemplo, podrían haber nombrado el Caso de Rocío Wanninkhof:

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Zola escribe: “Tal vez ustedes, como tantos otros, estén esperando la chispa provocadora, la prueba de la inocencia de Dreyfus, que caería del cielo como un trueno. La verdad no suele revelarse así, exige investigación e inteligencia… Esa verdad corre por las embajadas, y mañana todos la conocerán. Ahora nos es imposible ir a buscarla donde está, protegida como se halla por formalidades insuperables.”  ¿es lícito, pues, que yo divulgue información del caso  si considero que el Estado ha llevado un proceso ilegal contra la manada? ¿Fue lícito que Zola publicara su artículo “Yo acuso”, un señalamiento y ataque explícito hacia todas las personalidades que conspiraron contra Dreyfus, incluido el Ministro de Guerra y el Estado Mayor de la época? Sí fue lícito. Por eso es lícito que yo hable y denuncie el Caso de la manada. Porque tengo derecho moral. Pero como dice Zola si un individuo denunciara judicialmente al Estado por vulnerar los derechos de los 5 acusados ¿no se enfrentaría a “formalidades insuperables”? ¿Alguien piensa que la denuncia judicial de un simple ciudadano como yo sería admitida contra el Estado, cuando sería el propio Estado el mecanismo enjuiciador de esa denuncia? ¿Qué otro medio de denuncia existe pues para hacer público un abuso de este tipo? Más adelante volveré sobre este tema, casi al final del escrito.

“Ya tenemos a Dreyfus ante el consejo de guerra. Se exigió que fuera a puerta cerrada. No se tomarían medidas de silencio y de misterio más rigurosas para un traidor… ¿Serán verdad esas cosas inconfesables y peligrosas, capaces de hacer arder a Europa, que hubo que ocultar cuidadosamente tras ese juicio a puerta cerrada?” ¡Otra maravillosa coincidencia con el juicio de la manada!!! ¡A puerta cerrada!!! ¿Qué evidencias se querían ocultar, qué secretos inconfesables tenía el TSJN para celebrar el juicio a puerta cerrada? Agustín Martínez Becerra siempre pidió que el juicio se celebrara a puertas abiertas, para que el público y medios de comunicación fueran testigos, para que se contrarrestara el influjo tendencioso de la opinión pública contra los acusados, ya que estos se enfrentaron a un proceso que desde el primer momento estuvo viciado y falto de garantías procesales.

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Lo mismo que con Dreyfus…”hemos tenido que luchar paso a paso contra un deseo obstinado de ocultación. Ha sido preciso un combate para arrancar cada retazo de verdad” dice Zola. Todos los funcionarios, incluidas las trabajadoras sociales declararon alevosamente en contra del grupo. 

En la imagen de abajo tenemos a Ana Fernández Garayalde, la trabajadora social que alojó a Clara en un piso de acogida justo después de la denuncia policial del 7 de julio. Es toda una institución en la ciudad de Pamplona:

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Y aquí la tenemos en una manifestación contra el fallo de la sentencia, a las puertas del ayuntamiento de Pamplona el 27 de abril del 2018, el día posterior a la comunicación del fallo:



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    Pero claro ¿Qué contención o freno podían tener los funcionarios en sus declaraciones si nadie podía ser testigo entre el público y medios de comunicación? El tribunal mayoritario, al prohibir la entrada, creó un ambiente propicio para que los funcionarios pudieran desbarrar sin impedimentos ¿De qué otra manera habría podido declarar, por ejemplo, el policía foral perito del informe pericial de los videos, cuando afirmó que Clara estaba resbalándose y que por ello se apoyó en el pene de uno de los acusados, cuando en realidad le estaba masturbando? si este policía hubiera sentido la presencia del público y medios de comunicación ¿habría tenido la valentía y desfachatez de hacer la misma declaración?

Lo dice Zola: “Se comentaba también que habían acudido veintitrés oficiales para hundir a Dreyfus con sus testimonios. Desconocemos los interrogatorios, pero parece seguro que no todos declararon en contra; conviene mencionar además que todos pertenecían al Ministerio de la Guerra. Es un proceso en familia, están como en casa”

Y no solo la policía. Lo mismo ocurrió con los médicos forenses al constatar la falta de heridas sexuales en Clara; del supuesto estrés postraumático sufrido por Clara manifestado por los psicólogos y trabajadoras sociales en la declaración del juicio oral, a pesar de que ella publicara, días después del suceso, una imagen en las redes sociales con el lema de “ojeras farloperas”…

Las peritos psicólogos del caso, Esperanza García Astiz y María Muñiz Lorenzo, pertenecían al Instituto Navarro de Medicina Legal. Ellas elaboraron el informe  médico sobre el trastorno de estrés postraumático de Clara en un documento de solo 4 folios (folios 1239 a 1243 de autos):

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El director (en aquel momento) del INML, Rafael Teijeira, declaró en calidad de perito forense en el juicio oral:

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Y también su compañera profesional, la médico forense Nahia Mendoza Ucar, Tambien del INML:

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No olvidemos que el Instituto Navarro de Medicina Legal se encuentra en el mismo edificio que el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. El circulo de la justicia en Navarra es muy pequeño.

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Pamplona es una ciudad de provincias, y todos los altos funcionarios y cargos públicos se conocen. 

En el caso que nos concierne, es muy interesante poder comprender la tendencia política del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, por lo menos de su cúpula de poder, mediante esta noticia de abril de 2015:

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Y da la casualidad que Galve (el momento al que alude la noticia es anterior a  su presidencia en el TSJN), el juez instructor Edilberto Esteban Iglesias, y la fiscal Elena Sarasate (entre otros), que tenían un trato personal cercano antes del Caso de la manada, fueron cruciales en la condena de los 5.

Edilberto Esteban Iglesias formó parte de la Sala de Gobierno del TSJN (antes del caso de la manada) como miembro electo:

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Si Esteban Iglesias pertenecía a la Sala de Gobierno del TSJN, y nuevamente se presentó para su posible reelección, es porque era un juez valorado y respetado en el círculo de la justicia Navarra. Se puede observar en el modo tan untuoso con el que se dirige la Policía Foral en el informe pericial de los videos del cubículo:

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El Decanato de los juzgados del TSJN le eligió intencionadamente como juez instructor del Caso de la manada:

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Esteban Iglesias es un juez diligente. Pero también expeditivo y tendencioso hasta las vísceras. Casualmente le designaron también como juez instructor para el Caso del tour de la manada:

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A los 5 días de estallar el Caso de la manada, concretamente el 12 de Julio, el abogado de Guerrero, Jesús Pérez, solicitó la declaración de los 5 acusados ante el juez instructor Esteban Iglesias:

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El 15 de julio, la juez sustituto de Edilberto Esteban, Inés Hualde Juvera del juzgado de instrucción nº1 de Pamplona, evadiendo sus obligaciones profesionales y en complicidad con Esteban, dio largas a la petición de los acusados para realizar su declaración, porque no las consideraba “oportunas” en ese momento (folio 221):

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Un dato importante sobre Hualde es que fue juez en el juzgado de violencia sobre la mujer en San Sebastián:

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El 21 de julio, Inés Hualde todavía continuaba sustituyendo a Esteban Iglesias. Tuvo tiempo más que suficiente para ordenar un auto para la toma de declaración de los 5 acusados:

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Finalmente Edilberto Esteban pospuso, en un auto del 8 de Agosto, la declaración de los 5 acusados hasta el 2 de septiembre:

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Exigía además, una fianza de nada menos que de 500.000 euros a los acusados para su puesta en libertad:

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Una suma que la abogada defensora Carmen Sala le recriminó al juez como desorbitada, en fecha del 25 de agosto:

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El 23 de septiembre, con posterioridad a la declaración de 8 testigos del caso (los testigos declararon el 17 de septiembre) Edilberto Esteban dictó un auto por el cual mantenía en prisión a los acusados. Argumentaba falázmente, que los procesados en su momento se acogieron a su derecho a no declarar, por lo que las declaraciones del 2 de septiembre carecían de espontaneidad, ademas de ser coincidentes por ser pactadas. En realidad las declaraciones dejaron de ser espontaneas porque los 2 jueces postergaron la declaración 52 días desde la fecha de su solicitud, el 12 de julio. A pesar de ello, hubieran sido igual de coincidentes el 9 de julio que el 2 de septiembre. Desde luego habrían sido más detalladas en la descripción de los hechos si se hubieran realizado en el momento de su solicitud.

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El propio Edilberto Esteban en una entrevista en el Diario de Navarra, en el año 2009, aconsejaba “reflejar las manifestaciones espontáneas que hagan los detenidos al ser arrestados o en el calabozo, porque podrían ser muy reveladoras”. Por ello, no se entiende que Esteban realizara ese tipo de afirmación sobre el procedimiento judicial, y luego incumpliera su premisa al posponer las declaraciones de los acusados 52 días:

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Sin embargo, Esteban Iglesias tan solo tardó 10 días en hacer declarar al portero del hotel Europa cuando se descubrió su participación en el caso como testigo:

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Cuando los acusados fueron detenidos por la policía municipal el 7 de julio, todos hicieron la petición de declarar ante el juez instructor, además de se asistidos por un abogado de oficio:


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El primer abogado de oficio que designaron a los acusados fue Alfonso Indurain Yubero:

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Los acusados, ante su abogado Alfonso Indurain se reafirmaron para declarar ante Edilberto Esteban. Como dato curioso nótese el carácter infantil de sus firmas. Su poca madurez intelectual era evidente, similar a la de Clara:

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Pero fue la abogada de oficio Carmen Sala, la que se ofreció para llevar la defensa de los acusados:

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    Y recomendó a los acusados que no declararan o que se declararan culpables. En aquellos momentos, Carmen Sala los debía considerar culpables para haberles aconsejado de equella manera. Así lo manifestó en juicio Cabezuelo:

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También lo hizo constar Escudero:

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Y Prenda también:

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Pero el hecho de no declarar al inicio del proceso, fue malinterpretado dentro y fuera del TSJN como una evidencia de su culpabilidad. Así lo relata Bacaicoa, el abogado de Clara:

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El perito de la Defensa Alfonso Sanz Cid hizo una petición para retrasar la práctica pericial para un informe psicológico de Clara para un día después del estipulado por Edilberto Esteban en un auto anterior:

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Pero Edilberto Esteban se negó en redondo. La pericial no podía esperar ni un solo día; pero como ya he mencionado reiteradamente, la declaración de los acusados a su presencia, no tuvo reparo en postergarla 50 días:

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En el tramo final de la instrucción, uno de los abogados defensores, Luis Romero, denunció la indefensión que sufrieron los acusados:

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A esto ha de unirse las constantes filtraciones a los medios de comunicación, consentidas durante su instrucción. Mostró un comportamiento completamente despótico con los acusados, y estos sufrieron una evidente indefensión jurídica. Para Edilberto Esteban Iglesias el fin parecía justificar los medios. Su figura homóloga en el caso Dreyfus, por el comportamiento tan inquisitivo que demostró, la tiene en el comandante Du Paty de Clam:

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Así describe Zola a Du Paty de Clam, que bien podría decirse que está describiendo a Edilberto Esteban: “Todo lo ha dirigido, todo lo ha realizado un hombre nefasto, el teniente coronel Du Paty de Clam, por entonces simple comandante. Él es prácticamente el caso Dreyfus; pero eso no se sabrá hasta que una investigación leal establezca claramente sus actos y sus responsabilidades. Posee la mente más turbia, más enrevesada y obsesionada por intrigas novelescas que conozco, y se vale de recursos de folletín, de papeles robados, cartas anónimas, citas en lugares desiertos, mujeres que, de noche, entregan pruebas contundentes. Él ideó dictar el escrito a Dreyfus; él propuso examinar a Dreyfus en un cuarto enteramente revestido de espejos; a él lo describe el comandante Forzinetti penetrando, provisto de una linterna velada, en la celda donde duerme el acusado para proyectarle bruscamente sobre la cara un chorro de luz y sorprender el crimen en sus labios con la emoción del despertar. No tengo por qué contarlo todo; que busquen, ya encontrarán. Declaro sencillamente que el comandante Du Paty de Clam, encargado de instruir el sumario del caso Dreyfus en calidad de oficial judicial, es, en lo relativo a fechas y responsabilidades, el primer culpable del espantoso error judicial que se cometió. Desde que la primera sospecha recae sobre Dreyfus, el comandante Du Paty de Clam entra en escena. A partir de ese momento, él fue quien se inventó a Dreyfus, el caso se convirtió en su caso, se empeñó en confundir al traidor, en arrancarle una confesión completa. Por supuesto, están también el ministro de la Guerra, el general Mercier, cuya inteligencia parece mediocre”

El 17 de octubre del 2016, Edilberto Esteban dio por concluida la instrucción:

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Por su parte Joaquín Galve, el presidente del TSJN, en una entrevista a Onda Cero el 24 de octubre de 2016, donde en el minuto 14:50, aseguró que la instrucción fue modélica, también afirmó veladamente que se cometió una violación en la noche del 7 de julio. Es una muestra personal de su interés partidista en contra de la manada. Así lo deslizó en la entrevista:

“sí, hombre el...yo creo que la instrucción es… al Tribunal Superior de Justicia que tanto se le achaca la lentitud, estamos hablando de una violación cometida del 6 al 7 de julio pasado, y que hoy 24 de octubre está ya en la audiencia, con 5 presos, con 5 personas en prisión preventiva”

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En la entrevista, Galve comentó su deseo de celebrar el juicio lo antes posible, porque afirmaba que la percepción social hacia la justicia es de lentitud. Esta idea de lentitud, la recalca Ruiz Eraso en un tuit de su cuenta personal:

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También comentó que las filtraciones de información eran una práctica habitual y que el caso nunca estuvo bajo secreto de sumario; además, afirmó que la instrucción fue “modélica”:

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La afirmación de que los “presuntos violadores pueden estar tranquilos, tendrán un juicio justo y serán escuchados” fue una señal premonitoria de que ocurriría todo lo contrario:

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A pesar de los comentarios tan obsequiosos sobre el buen llevar de la instrucción, el Navarra.com el 10 de noviembre del 2016, informaba que la sección segunda de la Audiencia (el tribunal de Ricardo González) devuelve el caso al juez instructor por indefensión de los acusados:

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Galve tenía prisa por enjuiciar a los acusados, ya que la ciudad de Pamplona y España entera habían puesto los ojos en este caso tan mediático, por lo que se quería mostrar diligente y expeditivo. La imagen del TSJN estaba en juego.

Cómo afirmó durante la entrevista, el juicio nunca estuvo bajo secreto de sumario. Pero debería haberse decretado por las contantes filtraciones, que por otro lado eran fomentadas por el mismo TSJN. Pero no interesaba decretar el secreto de sumario porque la manera de justificar e imponer la condena era poniendo a la sociedad y opinión pública en contra de los 5 acusados, utilizando a los medios de comunicación a favor de su cruzada judicial. Zola lo afirma: ”Además, se ha aliado usted con la prensa inmunda. Al igual que ella, siguiendo sus pasos, envenena a la nación con mentiras. Recubre las paredes de las calles de falsedades y cuentos estúpidos, como si quisiera agravar aún más la desastrosa crisis moral que atravesamos”  

Por otro lado, el interés de los medios por alcanzar la mayor audiencia posible era con el sensacionalismo. En realidad la culpabilidad o inocencia de los acusados era una cuestión secundaria. Si injuriarles, a sabiendas de su posible inocencia les generaba ganancias económicas, no cederían en su empeño por publicar información tendenciosa y falsa. En realidad, a ningún medio le interesó profundizar en la verdad del caso. Tal ha sido la falta de rigor profesional de los medios.

Pero surge un conflicto de intereses cuando el TSJN constantemente exige la separación de poderes y la independencia judicial. Porque al utilizar a los medios de comunicación, el TSJN es el primero en faltar a esa independencia judicial que tanto exigen.   

El TSJN no da una imagen de auténtica independencia y autonomía. Parece más una amalgama de poder. En las imágenes de abajo se constata la representación institucional que ha venido realizando Galve durante su presidencia. Abajo aparece en una entrevista en su despacho con altos mandos del ejército:

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Galve recibiendo una condecoración de manos de la Guardia Civil en junio del 2021:

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Existen otras condecoraciones a Galve que aparecen reflejadas en su currículum público del Poder Judicial:

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Galve es asiduo, junto a otros representantes del TSJN como la presidenta de la Audiencia Esther Erice y el fiscal superior José Antonio Sánchez a festejos institucionales:

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La secretaria judicial de Edilberto Esteban también recibió una condecoración en el año 2013:

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Sin embargo el homónimo catalán de Galve, Jesús María Barrientos, en circunstancia similar, rechazó la concesión de una condecoración debido a su honesta profesionalidad:

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Galve con el presidente del Parlamento navarro Unai Hualde:

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Galve con el alcalde sucesor de Joseba Asirón, Enrique Maya:

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Curiosamente, durante la alcaldía del nacionalista Joseba Asirón, no acaeció  ninguna “visita institucional”:

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Galve reunido con la presidenta del gobierno navarro, Chivite:

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Galve encabezando la celebración de un oficio religioso en el propio TSJN:

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El TSJN convertido en un parque temático para escolares:

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Con una acreditación, cualquier persona puede acceder al TSJN. Eso sí, el juicio oral hubo que celebrarlo a puertas cerradas: 

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Fue Galve el que ordenó (por propia iniciativa) en enero del 2016, 6 meses antes de estallar el Caso de la manada, un seguimiento al tribunal que enjuiciaría a la manada:

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El expediente de seguimiento era hacia el tribunal que enjuició a la manada. Como bien se sabe estaba formado por los jueces Raquel Fernandino, Ricardo González, y el presidente José Francisco Cobo Sáenz. Si se observa la imagen de abajo sorprende que Cobo Sáenz no sintiera ningún reparo en posar junto a Galve, el 15 de julio del 2016,  cuando en aquellos momentos, supuestamente estuviera sufriendo un seguimiento por negligencia profesional:

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Aquí tenemos a Galve y a Cobo Sáenz celebrando el oficio del Ángel de Aralar a las puertas del Palacio de Justicia, el 11 de abril del 2024:

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La sala de gobierno del TSJN prorrogó en mayo del 2017 el seguimiento al tribunal. Se entiende  en realidad, que el seguimiento era a Ricardo González y Raquel Fernandino:

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Con posterioridad al fallo de la sentencia en primera instancia, la presidenta de la Audiencia Esther Erice, para intentar calmar los ánimos por el resultado no esperado de la condena, en una entrevista en la emisora Onda Cero deslizó inconscientemente la posibilidad de que la condena se agravara en la apelación:

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Esther Erice está muy involucrada en la causa feminista a nivel institucional:

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Este es el comunicado del Poder Judicial del 25 de octubre del 2016, donde se desestima la puesta en libertad de los acusados por parte de la sección primera de la Audiencia, de la que formaba parte Esther Erice: 

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Y la confirmación de su procesamiento, el 23 de noviembre del 2016:

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Pero ya desde el 14 de julio del 2017, Ricardo González abogaba por eliminar la prisión preventiva de los acusados:

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Esther Erice era miembro nato de la sala de gobierno del TSJN. La sala era favorable al expediente de seguimiento del tribunal de Ricardo González: 

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Con posterioridad al fallo de la apelación del TSJN, el 28 de febrero del 2019 se se constituye en el TSJN una comisión contra la violencia de género. En la foto, entre otros, se ve a Cobo Sáenz, Esther Erice y a María Muñiz Lorenzo, una de las peritos que realizó el informe psicológico de Clara y  testificó en el juicio oral:

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Los componentes de la comisión aparecen en la imagen del texto de abajo, con Esther Erice como presidenta:

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Edilberto Esteban tendría que haber ordenado la prueba pericial de los videos del cubículo al Instituto Navarro de Medicina Legal, pero intencionadamente lo hizo a la Policía Foral. Vemos como miembro de la comisión a Jesús Solabre Goñi, comisario de la Policía Foral de la división de la policía judicial, que designó al inspector 0063 y subinspector 0329 para la realización del informe pericial de los videos. Los dos agentes no eran psicólogos:

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Con anterioridad, Edilberto Esteban había sido condecorado, concretamente, en el año 2008 por la Policía Foral:

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La condecoración de Esteban Iglesias es una evidencia del excelente trato profesional que existía entre la Policía Foral y Edilberto Esteban. También  se infiere de la lectura del escrito de solicitud realizada por el inspector 0063 para la investigación del caso de Pozoblanco:

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Casualmente algunos de los componentes de la comisión contra la violencia de género pertenecían a la sala  de gobierno del TSJN:

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El propio TSJN indica en su cuenta de Facebook que Esther Fernández Arjonilla tiene una cuenta personal en esa misma red social:



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Sin conocer en profundidad el caso, Esther Fernández siempre se mostró partidaria de condenar a los acusados. Ya lo hizo desde el día 9 de julio. Muchos de los jueces del TSJN, a nivel interno, les consideraron culpables desde el inicio mismo del caso, principalmente los pertenecientes a la sala de gobierno:

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Sin embargo, en un caso de su competencia sobre maltrato, Esther Fernández decidió absolver a un policía foral, esta vez con un sincero y honesto criterio judicial:

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También es componente de la sala María Alemán Ezcaray, la juez que juzgó el Caso del tour de la manada. Edilberto Esteban fue el juez instructor:

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El recurso del Caso del tour, fue llevado por el tribunal de la sección segunda de la Audiencia, cuyo presidente era Cobo Sáenz. Independientemente del fallo, es evidente que el recurso, después de la sentencia de María Alemán, fue direccionado hacia esa sección segunda, y no a la sección primera, que fue a la que pasó Ricardo González tras el proceso a la manada, después del encontronazo con Cobo Sáenz por disparidad de criterios:

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La misma sección segunda de la Audiencia, se encargó de dictar una nueva sentencia en relación a la grabación de los videos:

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De los 32 jueces que componen el partido judicial de Pamplona, 3 juezas relacionadas con violencia de género ocupan 3 puestos en la sala de gobierno. Es una evidencia de que el TSJN está politizado, pero paradójicamente insisten en la independencia judicial:

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Fue Joaquín Galve, con posterioridad al fallo por abuso sexual en abril del 2018, el que en la sentencia del recurso de apelación en diciembre del 2018, intentando congraciarse con el sector deseoso de ajusticiar a la manada, emitió un voto particular de agresión:

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A pesar de que el TSJN quiso dar una imagen de firmeza y ecuanimidad en el recurso, se había quedado atrás en la cola de la carrera de quien era el primero en condenar a la manada por agresión. Tal era el doble juego del TSJN. 

El mismo magistrado Juan Manuel Fernández, el presidente del TSJN antecesor a Galve, advertía a través del periódico Navarra.com (ojo, un magistrado firmando un artículo periodístico, pero no en una revista o periódico especializado) sobre la independencia y exclusividad de acción del poder judicial, el 28 de noviembre de 2016, cuatro meses después de que estallara el Caso de la manada:

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La independencia judicial invocada por los jueces y fiscales de Navarra, ya venía de atrás, años antes del Caso de la manada. En la imagen de abajo se observa una huelga de estos en febrero del 2013:

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El 22 de mayo del 2018, los jueces continuaban con la misma exigencia:

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También el 19 de noviembre del 2018. Siempre ha sido una constante:

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El mismo Galve, el 24 de noviembre del 2017 (el día 25 caía en sábado), mientras se estaba celebrando el juicio de la manada, se manifestaba a las puertas del Gobierno de Navarra en el día internacional contra la violencia de género. Desde luego, esta acción del máximo representante del TSJN contradice nuevamente la independencia judicial tan demandada. Exigen lo que están incumpliendo:

 

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Hasta tal extremo lo incumplen, que no dudaron en ceder una sala del Palacio de Justicia para la grabación de una entrevista sobre el Caso de la manada. En la imagen se observa a Teresa Hermida, la abogada de Clara, y a la periodista Ana Pastor. Es la muestra palmaria de que el TSJN fue el primer interesado en la condena de los 5. Independencia judicial por un lado y por otro utilización de la prensa y televisión para la imposición de la condena. Ya lo afirmó San Agustín: "Los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error".

 

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Cuando se hizo público el fallo de la sentencia, el 26 de abril del 2016, a Pastor le indignó el resultado de la condena; pero posteriormente no tuvo ningún reparo en hacer una grabación en la misma institución que según ella había condenado de manera tan laxa a la manada:

 

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Zola: “denuncio ante la conciencia de la gente decente, esta presión que los poderes públicos ejercen sobre la justicia del país. Son abominables costumbres políticas que deshonran a una nación libre”. Pero es que con este Caso de la Manada  el TSJN fue un paso más allá: eran ellos los que utilizaron deliberadamente los medios de comunicación, incumpliendo la independencia judicial. Juan Manuel Fernández  afirma lo importante de las apariencias: 

 

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La realidad es que el mismo TSJN ha derivado en una institución política con un claro interés propagandístico. Quieren dar una imagen de cercanía, y compromiso, pero solo es degradación institucional.

El jefe de prensa del TSJN, como he nombrado en el apartado anterior, es Gonzalo Ruiz Eraso:

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Él era el encargado de crear los comunicados de los autos del juez Edilberto Esteban para los medios de comunicación y el Poder Judicial.

        Por su parte, el jefe de prensa del Poder Judicial era Agustín Zurita. Este era el encargado de publicar en la web del Poder Judicial los comunicados sobre el Caso de la manada enviados por Ruiz Eraso desde el TSJN:

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        Ambos tenían un trato muy cercano:

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        Leyendo sus tuits, se observa que está muy comprometido con la causa feminista:

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        Abajo aparece un comunicado en la cuenta de Facebook del TSJN, el 9 de julio del 2016, el mismo día del dictado del auto. Obsérvese el tono absolutamente tendencioso utilizado en el escrito: “por haber violado; sujetaron a la joven por las muñecas y la obligaron a entrar; llevaron a cabo varias agresiones sexuales; dada la extrema gravedad de los hechos; así como las elevadas posibilidades; así como la posibilidad de reiteración delictiva”, que en ningún momento se expresa con hechos supuestos, sino consumados. Además elude nombrar al juez instructor:

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Abajo, el auto del día 9 de Julio:

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La noticia en el Navarra.com el mismo día, a las 17:57 de la tarde. Nótese, que el auto no ha llegado todavía a las partes y fiscalía, y ya anda rodando por los medios de comunicación. Además, es una copia literal del escrito de Ruiz Eraso, lo que demuestra que los periódicos no han perdido el tiempo en razonar y argumentar el auto, ya que simplemente lo han transcrito:

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El 29 de julio, la Audiencia de Navarra confirma la permanencia en prisión de los acusados. Más arriba mencioné como estos hicieron una petición para declarar ante el juez instructor el 12 de Julio, pero este la pospuso hasta el 2 de septiembre. Además, el auto de permanencia en prisión no aparece en el sumario:

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El mismo texto fue remitido por Ruiz Eraso a Agustín Zurita para el Poder Judicial. Así ocurrirá con todos los textos:

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La noticia en el Navarra.com, publicada el mismo día del auto, a las 16:34. Nótese que es una copia literal del escrito del Poder Judicial y de Facebook. Como ya he dicho, el auto no consta en el sumario, por lo que no podrán acceder a él los tribunales enjuiciadores; pero sí se hacen eco de él los medios de comunicación:

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El 23 de septiembre, Ruiz Eraso comunica otro auto del juez de instrucción en Facebook y en el Poder Judicial. De nuevo, este auto tampoco aparece en el sumario. El auto de Edilberto Esteban es falazmente tendencioso ya que si bien afirma correctamente que los acusados se acogieron a su derecho a no declarar el 8 de julio, no es menos cierto que retrasó intencionadamente su declaración 52 días, desde el 12 de julio que lo solicitaron hasta el 2 de septiembre que declararon. Todo es una manipulación de cara a la prensa y televisiones, ya que filtran arteramente la información del sumario a los medios, pero siempre la encauzan hábilmente, de manera que consiguen imponer una imagen abyecta de los acusados en la opinión pública y la sociedad, sabedora de que la aceptarán sin reparos:

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La noticia del auto, publicada en diferentes periódicos, a partir de las 16:00 horas. Siempre es una copia literal del comunicado de Ruiz Eraso:

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Así lo hace ver Zola en su Yo acuso: “Por lo tanto, éste es un primer punto que conviene tener en cuenta: la opinión pública se ha formado en gran parte a partir de esas mentiras, de esas historias extraordinarias y estúpidas que propaga la prensa cada mañana. Cuando llegue la hora de buscar responsabilidades, habrá que ajustar cuentas con esa prensa inmunda que nos deshonra ante el mundo entero. Algunos periódicos cumplen con su papel de siempre, nunca dejaron de chapotear en el fango. Pero, entre ellos, ¡qué sorpresa, qué tristeza encontrarse, por ejemplo, con el Écho de París, ese periódico literario tantas veces a la vanguardia de las ideas y que, en el caso Dreyfus, realiza una labor tan sospechosa! Los comentarios, de una violencia y partidismo escandalosos, no llevan firma. Parecen inspirarse en la actitud de los mismos que han cometido la desastrosa torpeza de provocar la condena de Dreyfus. ¿No se da cuenta Valentin Simond de que cubren de oprobio a su periódico? Otro periódico cuya actitud debería sublevar la conciencia de toda la gente honrada es Le Petit Journal. Se comprende que los periódicos prostibularios, con una tirada de varios miles de ejemplares, vociferen y mientan para aumentar su tiraje, y además, apenas hacen daño. Pero que Le Petit Journal, un diario que vende más de un millón de ejemplares, que va a parar a manos de gente sencilla y llega a todas partes, siembre el error y extravíe a la opinión pública es muy grave”


El 4 de octubre aparece otro comunicado del TSJN y del Poder Judicial, sobre el auto de procesamiento por un abuso sexual en Pozoblanco. En ningún momento se habla de “supuesto abuso sexual”. Además, el delito consiste en unos tocamientos y no en un abuso. Los autos del Juez Edilberto Esteban siempre evidencian animadversión y ensañamiento contra los acusados. Sin conocer el testimonio de los 4 encausados ante el juez instructor de Córdoba, ya daba como “indiciariamente acreditado” todo lo declarado por la denunciante del Caso de Pozoblanco:

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El auto del 4 de octubre. Ha habido suerte porque este auto sí consta en el sumario:

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Las publicaciones de los periódicos el mismo día del auto, copias literales del comunicado de Ruiz Eraso:

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El 6 de octubre aparece otro comunicado sobre otro auto de Esteban Iglesias. Tampoco aparece en el sumario. 

Esta dinámica de los autos hechos públicos antes de llegar a las partes y a la fiscalía demuestra el escarnio impuesto por el TSJN hacia los acusados:

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El 23 de noviembre Ruiz Eraso realiza otro comunicado en Facebook, y lo remite al Poder judicial, de una investigación de Edilberto Esteban sobre el robo de varias gafas en una óptica de San Sebastián por parte de los acusados. Por insignificante que sea la falta, en este caso un hurto, el TSJN y el Poder Judicial no perderán oportunidad para desacreditar y rebajar la imagen de los acusados. Con seguridad se cometen al día decenas de hurtos en cualquier provincia española, pero solo el TSJN y el Poder Judicial han considerado relevante hacer constar este hurto:

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Las noticia del auto, publicada en los periódicos el mismo día:

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El Poder Judicial, por ejemplo, no tiene interés en hacer mención de otros hurtos, como el caso de Ismael:

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O este otro caso de hurto en un supermercado de Navarra:

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En relación a todos estos comunicados del TSJN y del Poder Judicial, (principalmente durante la instrucción) se entiende que han tenido la clara intención de difundir la mayor cantidad de información negativa de los acusados. Pero si se mira el fondo de la cuestión, es que el TSJN no ha tenido escrúpulos en utilizar a la prensa para espolear a la población en contra de los acusados, y así poder justificar el linchamiento judicial al que les sometió a lo largo del proceso. Y como ya he dicho anteriormente, consintieron todas las filtraciones del sumario como claramente manifiesta en la entrevista de Galve en Onda Cero el 24 de octubre del 2016:

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El verdadero problema para justificar el acoso al servirse de los medios de comunicación, es que incumplen la independencia judicial a la que constantemente mentan. Es una doble moral, y la corrompen aquellos mismos que consideran que el fin, o sea la imposición de la condena, justifica los medios, esto es, perder la independencia judicial. A Dios rogando y con el mazo dando.

El mismo Ruiz Eraso lo señala con cinismo en su cuenta de Twitter: “en el periodismo judicial hay que ser extremadamente riguroso”. Pero su “rigor” ha consistido en demoler subrepticiamente la figura de los acusados públicamente. “Tendenciosamente riguroso” habría que rectificarle.

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La actitud de Ruiz Eraso se puede resumir como un crimen cívico, según las palabras de Zola: “Cuando uno carga con tantas almas, cuando se es el pastor de todo un pueblo, hay que poseer una integridad intelectual escrupulosa, so pena de caer en el crimen cívico”. Ha sido un constante trabajo de zapa, y se han mostrado maravillosamente diligentes.

Curiosamente Ruiz Eraso e Ignacio Murillo, el director del Navarra.com, se siguen mutuamente en Twitter:

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Ruiz Eraso felicitó en su momento a Murillo cuando este creó su periódico digital en septiembre del 2015. Murillo y Ruiz Eraso tienen una relación profesional estrecha:

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Ruiz Eraso, explica en un artículo firmado por él mismo, el significado de la publicidad de casos judiciales. Curiosamente lo expone en el Navarra.com y no en otro periódico:

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¿Por qué el juicio del Caso de la manada de Sabadell se celebró a puertas abiertas? Es muy sencillo: Porque el Tribunal que lo enjuició sabía de antemano que los acusados eran culpables. Por eso quisieron mostrar transparencia.

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¿Por qué también el juicio del procés se retransmitió como si de un partido de fútbol se tratara? Porque desde el comienzo del caso también se sabía que los acusados eran judicialmente culpables. 

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Pero en el caso de San Fermín el tribunal no quiso hacerlo a puertas abiertas, conscientes de que se trataba de un caso extremadamente conflictivo por las constantes contradicciones de Clara, y los videos e imágenes, que evidenciaban la complicidad sexual de Clara con los acusados; y bajo la afirmación falaz de que había que preservar el anonimato de Clara y los 5 acusados, el tribunal mayoritario (que no el juez Ricardo González) decidió hacerlo a puertas cerradas:

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Así lo confirma esta noticia del Navarra.com, casualmente firmada por Ignacio Murillo:

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Obsérvese lo magnánimamente protector que se mostró el TSJN con los acusados en este punto; pero no tuvieron ningún reparo en filtrar información tendenciosa durante meses en contra de ellos. Es incuestionable su doblez e hipocresía.

Zola dice: “Un consejo de guerra condena al capitán Dreyfus por delito de traición. A partir de ahí, este se convierte en un traidor; ya no es un hombre, sino una abstracción que encarna la idea de la patria degollada”. Ya no son 5 inocentes acusados de violación. Les han convertido en monstruos, se ha materializado en ellos un pecado que no han cometido. Ellos son el chivo expiatorio. Había que ser arbitrarios con alguien, a alguien había que culpar y recayó sobre ellos.

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Para presionar, el gobierno central hizo un amago de presentarse como acusación popular en la apelación, y poder imponer así la máxima condena con la agresión:

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Se entiende finalmente que la manada no podía salir indemne y marcharse de Pamplona sin una condena. Había que aleccionar a toda la sociedad española con un mensaje claro: aunque fueran inocentes de violación, no iban a tolerar su machismo. Si debía sacrificarse a 5 inocentes, no les temblaría el pulso en demostrarlo. Como recriminó Castellio a Calvino cuando Miguel Servet fue asesinado en la hoguera por herejía: “matar a un hombre no es defender una doctrina, es matar a un hombre”. A la manada no la condenaron por violación, la ajusticiaron por la “herejía” de ser machistas. No condenaron sus actos: condenaron su moralidad. Su escarnio era ansiado fervientemente por la sociedad, así que ¿qué mejor manera que congraciarse con ella que dándole “el panem et circences” de la condena? Fue por eso por lo que el juez Ricardo González se negó rotundamente a participar de ese circo judicial.

Pero como el TSJN no supo acertar ante el dilema de absolverles, o condenarles de manera expeditiva, ya que esto último era lo anhelado por la sociedad (piénsese que “el cliente siempre tiene la razón”), optaron por el camino de en medio: el abuso sexual. Por ello la patata caliente pasó al Tribunal Supremo. Y al gobierno central. Lo dice Zola: “ Y la sentencia del consejo de guerra de Rennes, con su indecision jesuítica y su falta de valor para decir sí o no, pone de manifiesto que la justicia militar no puede ser justa porque carece de libertad y porque niega las evidencias; prefiere condenar de nuevo a un inocente antes que dudar de la propia infalibilidad… pronunciaron una sentencia inicua, que pesará para siempre sobre nuestros consejos de guerra y que desde ahora volverá sospechosa cualquier decisión que se tome. Si el primer consejo de guerra pudo pecar por falta de inteligencia, el segundo es, por fuerza, criminal… Acuso por último, al consejo de guerra de haber violado el derecho al condenar a un acusado basándose en una prueba que permaneció secreta y acuso al segundo consejo de guerra de haber ocultado la ilegalidad, por decreto… es imposible que un consejo de guerra deshaga lo que hizo otro consejo de guerra. Va contra la disciplina. Y la sentencia  del consejo de guerra de Rennes, con su falta de valor para decir sí o no, pone de manifiesto que la justicia militar no puede ser justa porque carece de libertad y porque niega las evidencias: prefiere condenar de nuevo a un inocente antes que dudar de la propia infalibilidad”.

Zola lo evidencia: “pone de manifiesto que la justicia no puede ser justa porque carece de libertad y porque niega las evidencias”. El TSJN no pudo ser justo porque carecía de libertad: no quiso preservar su independencia judicial. O absolvía manteniendo su independencia judicial, o condenaba manteniendo su credibilidad institucional. Eligió lo segundo. Las cabezas pensantes que conformaban el TSJN no fueron conscientes de su ceguera moral, porque su ideológica les arrastraba. Solamente lo fue Ricardo González. Raquel Fernandino lo comprendió tarde.


Cuando el Caso de la manada llegó al Tribunal Supremo, este, presionado por el gobierno central y la opinión pública, ya no tenía margen de maniobra. Tampoco es que estuviera mínimamente interesado en desarrollar un sentencia coherente. Cumplieron con el trámite burocrático de mantener la condena, eso sí, agravándola acorde al deseo popular. El castigo al grupo tenía que ser ejemplarizante, esto es, una agresión sexual.

La revisión en el Supremo fue realizada, entre otros jueces, por Susana Polo García. El mismo Ruiz Eraso nos lo hace saber en su propia cuenta de Twitter. Polo está especializada en violencia de género y es coordinadora nacional de las actividades de especialización en en esa materia:

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Polo García también realizó la revisión del Caso del tour de la manada:

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No estuvo en la revisión de estos dos casos por casualidad. Como la condena en firme de la manada tenía que ser ejemplarizante, nadie más apropiado para ejecutar el ajusticiamiento que con una especialista en violencia de género. El mensaje era claro. No había cabida para otra posible interpretación. La independencia judicial en materia de género se había perdido en la justicia española. 

El TSJN solo pudo condenar a la manada por abuso; por lo que el TS se sacó de la chistera el sofisma técnico de la “intimidación ambiental”, y así sin ningún impedimento jurídico, pudo imponerles la máxima condena por violación: 15 años. Teología del derecho se le podría llamar. Los jueces hicieron un “corta y pega”, sacaron de contexto y utilizaron solo la parte del suceso que a ellos les interesaba: la del cubículo. Una operación de cirugía consta también de un preoperatorio y de un posoperatorio. Lo mismo se ha de aplicar a lo sucedido en el cubículo: hay un contexto igual de importante, un antes y un después del cubículo: cómo llegaron los 6 hasta el cubículo y qué ocurrió después de que lo abandonaran. Pero el Tribunal Supremo lo obvió.

Ya después, en la siguientes apelaciones, en el Tribunal Constitucional y Estrasburgo ¿Cómo se atreverían a contradecir lo dictado anteriormente? ¿No habría sido interpretado por la opinión pública como un signo de debilidad del poder judicial y del propio Estado?


Zola declara: “Dreyfus es inocente, lo juro. Respondo con mi vida, respondo con mi honor. En esta hora solemne, ante este tribunal que representa a la justicia humana, ante ustedes, señores del jurado, que son la esencia misma de la nación, ante toda Francia, ante el mundo entero, juro que Dreyfus es inocente… ¡que todo se desmorone, que desaparezcan mis obras, si Dreyfus no es inocente! Dreyfus es inocente”. ¿Hace falta que yo jure que la manada es inocente de violación? Sí, lo juro, la manada es inocente. Un ciudadano desconocido, un don nadie lo jura, por su honor, por su vida: la manada es inocente.

Dreyfus nunca pidió ningún tipo de indemnización al Estado, ni daños a nadie. La única idea importante para él fue el reconocimiento de su inocencia. Una vez cerrada la vía penal, Dreyfus dejó por escrito el 19 de septiembre de 1899 su intención de seguir luchando por su honor después de los tribunales: “El Gobierno de la República me devuelve la libertad. Esta no significa nada para mí sin el honor. Desde hoy seguiré persiguiendo sin tregua la reparación del espantoso error judicial del que soy víctima. Quiero que Francia sepa que soy inocente. Mi corazón no descansará mientras un solo francés me impute un crimen cometido por otro”.

El caso de la manada no es una lucha entre el bien y el mal. Utilizando una analogía vulgar pero esclarecedora: El Séptimo de caballería y los indios. Ni estos son los malos, ni aquellos son los buenos. No son tan simples las cosas. Es una lucha entre la verdad y la mentira, una lucha entre una mentira impuesta por una razón de estado, y una verdad absoluta, la inocencia de los 5. 

Como en su momento ocurrió con el Caso Dreyfus y la verdad absoluta de su inocencia, los defensores activos de Dreyfus no tenían la convicción de su inocencia: tenían la certeza absoluta. Con la manada ocurre lo mismo. El colectivo que les condena tiene la convicción de su culpabilidad, pero no la certeza absoluta, entre otras cosas porque no conoce el caso. Pero todos aquellos que sentimos que debíamos implicarnos en el caso, defendemos su inocencia porque lo entendemos como una verdad incuestionable, tan real y cierta como que el lector se siente vivo y puede leer este escrito.

Entre la mucha gente que observó con inquietud la evolución del Caso Dreyfus en aquel momento, estuvo Theodor Herzl, un periodista nacido en Hungría que ejerció en París. Él consideró el Caso Dreyfus como «la expresión elocuente de un malestar mucho más esencial». Ocurre lo mismo con el Caso de la manada y el contexto en el que se desenvuelve. Lo expresa bien Stefan Sweig en un párrafo de su obra María Antonieta: “Porque para volverse ofensiva, para pasar a la acción, la insatisfacción que en sí misma es un estado pasivo necesita una figura humana, ya sea como estandarte de una idea, ya como objeto de odio acumulado: el chivo expiatorio bíblico. A ese ser misterioso llamado «pueblo» sólo le es dado pensar de forma antropomórfica, únicamente en personas; los conceptos jamás se hacen del todo claros a su capacidad de comprensión, únicamente los personajes; siempre que percibe una culpa, quiere ver a un culpable. El pueblo francés percibe sordamente desde hace mucho una injusticia que le viene de algún lado”. 

Tal y como lo describe Sweig, la insatisfacción de la sociedad, la injusticia que percibe, es lo que hace que se revuelva contra si misma buscando un culpable. Y en el momento que lo encuentra lo ajusticia para vengarse. Pero el problema seguirá persistiendo porque es demasiado complejo, y escapa a nuestro entendimiento y medios técnicos. Pretendemos matar moscas a cañonazos. 

Zola mencionó la complejidad del problema: “Pero hay hechos aún más graves, todo un conjunto de síntomas que convierten la crisis por la que atraviesas, Francia, en una lección aterradora para quienes saben ver y juzgar. El caso Dreyfus no es más que un deplorable incidente. Lo que asusta reconocer es el modo en que te comportas. Se tiene buen aspecto y de golpe salen manchitas en la piel: la muerte está en ti. Todo el veneno político y social te ha asomado a la cara.” 

Al igual que en España se está tratando de combatir de manera expeditiva la violencia de género, paralelamente en El Salvador, ocurre algo parecido con la violencia de las bandas. El presidente del país, Bukele, ha tomado medidas extraordinarias para atajar el problema, ha adoptado una política de mano dura contra las pandillas y por ello ha declarado el estado de excepción en el país. Bukele justifica su proceder alegando el respaldo del 90 % de la población salvadoreña para acabar con esa lacra:

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Pero hay disconformidad y voces críticas, porque algunos expertos observan que el problema es más complejo de abordar que con una simple política represiva, porque afirman que la existencia de pandillas es algo inherente a la pobreza congénita de El Salvador:

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Algo similar ocurre en España con la ley VioGen. Es aplicar una política represiva para tratar de resolver un problema. Como dice más arriba uno de los párrafos subrayados en las imágenes “la violencia de las pandillas se entremezcla con una violencia social, que es mucho más compleja”. Esta última frase es perfectamente aplicable a la violencia de género, ya que esta se entremezcla con una violencia social, que es mucho más compleja. Y desde luego también está asociada a la pobreza social y económica del país.

En el tema particular que nos atañe con el Caso de la manada, a nivel autonómico, tanto el TSJN como el gobierno navarro han optado por aplicar mano dura con el tema de los delitos sexuales, y en particular con las violaciones grupales. Aunque extraoficialmente son sabedores de la inocencia de la manada, seguirán adelante con su política represiva, y no van a dudar en llevarse por delante a inocentes como han hecho con la manada. Entienden que es mejor y más efectivo el exceso que el defecto. Esto mismo se hace extensivo al gobierno central y al Poder Judicial.


Soy consciente que al publicar este largo escrito puedo estar cometiendo un delito por faltar al honor e intimidad de Clara. Pero considero que el derecho a la información y la libertad de expresión prevalece sobre su honor. Y para explicar mi postura me remito a una noticia publicada en el periódico digital Okdiario sobre Pablo Iglesias y la existencia de una cuenta a su nombre en un banco de un paraíso fiscal. El diario publica una noticia donde cuenta la demanda judicial que perdió Pablo Iglesias  contra el propio diario, por publicar este información que evidencia la acción delictiva de Pablo Iglesias. El derecho de información de Okdiario prima sobre el honor de Pablo Iglesias. Este se defiende afirmando que la noticia no es cierta y que por tanto atenta contra su honor y dignidad. Pero Okdiario lo certifica sin falsedades, a través de una fuente veraz, por lo que la jueza del caso, Gladys López Manzanares, falla a favor del periódico:

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        Existen errores judiciales anteriores al Caso de la manada, pero de poca importancia y trascendencia mediática y judicial. Uno de estos casos es el de los marroquís Tommouhi y Mounib CONDENADOS EN FIRME POR EL TRIBUNAL SUPREMO por una violación que no cometieron. El artículo del periodista Braulio García Jaén lo cuenta:

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        O este otro artículo sobre los dos marroquís en el diario El mundo:
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        También está el caso de José Antonio Valdivieso, otro error judicial con sentencia firme:
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        El ministerio de justicia ha admitido que en la primera década del presente siglo, se han cometido un total de 120 errores judiciales. Los nombrados abajo son con condena en firme por el Tribunal Supremo (salvo el caso de Dolores Vázquez Mosquera):
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        El diario interroga al lector con una pregunta que considero crucial para el propósito de este blog: “¿EXISTEN MECANISMOS DE REPARACIÓN PARA LAS VÍCTIMAS DE ESTOS FALLOS QUE PUEDEN DESTROZAR VIDAS?”. Lo que quiero hacer entender al lector es que si existen errores judiciales (por simple probabilidad matemática) de personas inocentes de un delito, condenados en sentencia firme ¿quién puede afirmar que este caso, el Caso de la manada, no ha sido otro error judicial? ¿no existe la posibilidad de que este caso no lo haya sido?
En el caso de que lo haya sido ¿es válida judicialmente como “mecanismo de reparación para las víctimas de fallos judiciales la publicación de un blog donde se denuncia la condena ilegal del grupo de la manada? La respuesta es sí, porque moral y judicialmente estuvo justificado el alegato de Zola, su “Yo acuso”, para destapar el abuso de poder del Caso Dreyfus; porque moral y judicialmente también está justificada las acciones del ciudadano Manuel Borraz y el Guardia Civil Reyes Benítez por tratar de esclarecer el delito y proclamar la inocencia de los dos falsos culpables, Tommouhi y Mounib. Repito que los casos nombrados más arriba eran con sentencia firme.
        Por tanto mi derecho a informar y proclamar la inocencia del grupo de la manada en el caso de Pamplona es lícito (a pesar de su sentencia en firme), al servirme de la publicación del blog, como también lo hizo Manuel Borraz al defender a Tommouhi y Mounib vía internet, siendo utilizado este como un MECANISMO REPARADOR POR SER VÍCTIMAS DE UN ERROR JUDICIAL. La libertad de expresión y de información priman sobre el derecho al honor de Clara. Es un derecho legítimo del cual puedo hacer uso. Manuel Borraz y Antonio Valdivieso son mis precedentes, al igual que Zola.



Con respecto a Clara y su entorno, hay un detalle desconcertante para mí. En el caso de Samuel, la familia hizo una petición pública para que su hijo no fuera utilizado como causa política, y maravillosamente, su deseo fue respetado.

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     Pero en el caso de Clara ha ocurrido todo lo contrario. Desde el comienzo, su causa ha sido incesantemente utilizada por los medios de comunicación e instituciones; pero incomprensiblemente, la familia o la misma Clara nunca se han opuesto. La constante e interesada exposición del caso, no hace sino perpetuar su supuesto estrés postraumático. 

Si la verdadera prioridad del entorno de Clara era la pronta recuperación del supuesto daño que sufrió, no se entiende que hayan tolerado durante tanto tiempo la utilización de su imagen. Tiene que haber una razón de peso que explique ese actuar. Es demasiado simplista entender que Clara se ha convertido en el estandarte de una causa feminista; en realidad está siendo burdamente utilizada por todos: por su abogada Teresa Hermida (y su entorno familiar), que no ha parado de publicitarse a sí misma en los medios de comunicación, so pretexto de dar a conocer las causas judiciales de Clara; el TSJN para limpiar su imagen de los San Fermines y de Pamplona (y de paso para ponerles en el mapa de la política nacional); de los medios de comunicación para generar beneficios económicos a través de la publicidad; y de grupos políticos que desean ganar votantes.


Siento que mis palabras y expresiones son torpes y toscas, inhábiles, pero creo  expresivas; espero que todo el contenido de este escrito sea lo suficientemente elocuente y esclarecedor para que el lector me juzgue como una persona que ha buscado la verdad y ha intentado hacerla pública; que no he encontrado otra manera de divulgarla, por la falta de apoyos.

Y para acabar con este largo escrito, no encuentro mejor manera de expresar mi anhelo de justicia que con esta imagen de Ángel Boza:

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El tiempo, de una manera u otra, pondrá las cosas en su sitio y se conocerá finalmente la verdad del Caso de la manada. Cuando sea materia de estudio en universidades e instituciones, tal vez los causantes y artífices de la condena tengan que admitir públicamente (y ante sí mismos) el error judicial que cometieron e impusieron. Y serán recordados con ignominia.



















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